Cagliero11_2019_08_es


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N. 128 - agosto 2019
Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una publicación del Sector para las Misiones para las comunidades salesianas y amigos de las misiones salesianas
Q ueridos hermanos, queridos amigos, en este tradicional mes de nuestro
querido Padre Don Bosco, recordemos con el Papa Francisco, la séptima
bienaventuranza:
“Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios”
“Sembrar la paz a nuestro alrededor, esto es santidad” [GE 89]
Y esto es lo que hacen incansablemente los misioneros salesianos. En muchísi-
mas naciones el misionero salesiano es conocido y amado como hombre de
paz, amigo de todos. Sabe irradiar paz, incluso en momentos durísimos de
persecución, de rechazo, de pruebas diversas. Y sobre todo, sabe pacificar a los jóvenes
especialmente mediante la educación: “La acción misionera mueve todos los recursos educati-
vos y pastorales propios de nuestro carisma”. (C30). Donde los jóvenes no pueden vivir juntos por causa de
diversas divisiones étnicas, religiosas y políticas, el frente misionero del oratorio salesiano consigue realizar
este milagro de unidad y de paz. “El Oratorio de Don Bosco siembre las naciones unidas”, decía una vez con
admiración y reconocimiento el jefe militar, musulmán, en nuestra misión de Sarh, en el sur del Chad.
Sembrar la paz en nuestro entorno, entre los hermanos, entre los jóvenes,
en medio del pueblo: esta es la característica típica del salesiano misionero
P. Guillermo Basañes, SDB, Consejero para las Misiones
E l Manual del Delegado Inspectorial de Animación Misionera fue aprobado para el Rector
Mayor y su consejo el 26 de enero de 2017. Ahora, en julio de 2019, se ha publicado en
papel, en cinco idiomas, junto con otros anexos importantes para animación misionera
El documento sobre la Formación Misionera de los Salesianos de Don Bosco (2014), cuyo objetivo es
mantener vivo el celo misionero en la Congregación. Este documento educa la pasión apostólica
desde el prenoviciado hasta la formación permanente.
La santidad misionera salesiana. Se presenta algunos
modelos de misioneros ad gentes que nos estimulan a
imitarlos. Es significativo notar que el celo misionero es
una fuente de santidad.
Los Grupos misioneros mantienen viva la llama misionera
en el ministerio juvenil, en la comunidad juvenil y
eclesial. La animación misionera debe estar presente
desde las escuelas primarias hasta los grupos universi-
tarios.
El último capítulo selecciona algunos aspectos que con-
ciernen al DIAM, en la animación de Voluntariado
Misionero Salesiano, en la propia inspectoría.
Ciertamente, todo el manual también será una rica
herramienta de animación.
Este subsidio será de utilidad para el DIAM de las
Inspectorías y los equipos de animación misionera para un
proceso continuo de concienciación y animación de la
comunidad Inspectorial y local, en vista de una
conciencia misionera más profunda, de un servicio
renovado en el contenido y en la metodología, abordando
simultáneamente dentro y fuera de la propia comunidad.
Esta AM apunta a mantener vivo el ardor misionero en
cada comunidad salesiana y educativa-pastoral y
promover la cultura misionera.

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“Dios amó tanto al mundo que dio a
su Hijo unigénito”
D el folleto del GMS 2019: Don Papi Reddy es un joven misio-
nero salesiano de la provincia de Guwahati, India (ING). In-
mediatamente después de su ordenación sacerdotal, fue
enviado para la apertura de la presencia salesiana en el asentamien-
to de refugiados en Palabek, Uganda, en 2017. Actualmente es misio-
nero en Sudán del Sur.
Mi experiencia en el campo ha sido fuerte y enriquecedora. Hubo
momentos en que me sentaba con la gente y lloraba, porque sus his-
torias eran tan conmovedoras. No tienen comida ni ropa, están preo-
cupadas porque sus hijos están dispersos en el campo, algunos de sus
familiares han muerto en el camino. Fue muy difícil escuchar estas historias.
La experiencia más hermosa que he tenido... Después de dos meses de estar en el cam-
pamento, un domingo bauticé a 30 personas en una pequeña capilla que llamamos San Pedro y
Pablo. Después de la misa, una mujer ciega se acercó a mí y me pidió: "Padre, por favor, abra el
Evangelio de Juan y subraye los versos en los que dice: "Dios amó tanto al mundo que dio al Hijo unigénito". Me sor-
prendió pues siendo ciega, no podía leer ni ver. Hice lo que me pidió; abrí el evangelio, enfaticé las palabras y se lo di
a ella. Al cabo de un rato tomó la biblia y se dirigió a la entrada de la iglesia. Como la Misa había terminado, la gente
pasaba, ella los detenía e invitaba a todas las personas a unirse al grupo, diciendo: "Dios amó tanto al mundo que dio a
su Hijo unigénito". La gente se sentaba, escuchaba y hablaba con ella. Para mí, fue una de las experiencias más hermo-
sas: lo que la mujer hizo ese día especial fue catequizar y llevar a más personas a Dios. Esta gente tiene mucho sufri-
miento psicológico debido a problemas familiares, luchas diarias en el campo. Y entonces alguien les habla de Dios, de
perdón y amor... Miré a esta mujer y ella fue una gran inspiración para mí. Ella era ciega y no esperábamos que una
persona ciega hiciera algo grande. Esta mujer estaba llena de la fuerza de Dios y andaba difundiendo la buena nueva.
Mi experiencia más triste en el campo... Después de 3 meses y medio de mi estadía, creé el grupo de jóvenes en el
campo. Algunos de estos jóvenes me llevaron a encontrar a dos recién llegados al campamento. Eran dos niños peque-
ños que yacían sin ropa y sin un lugar apropiado para vivir. Le pregunté: "¿Qué pasó? ¿Cómo es posible que estén en
estas condiciones? "Padre, ellos no tienen a nadie. Llegaron aquí después de dos días caminando por el bosque. No tie-
nen comida, no tienen ropa y están prácticamente al borde de la muerte". Me acerqué, me senté y no pude evitar llo-
rar. No sabía qué hacer. Inmediatamente fui a casa para conseguir darles algo de comer. Tomé algunas ropas y se las
di. Me di cuenta de que estaban asustados y tímidos. Me senté, los escuché y hablé con ellos.
Escuché sus historias sobre cómo escaparon de la guerra, sobre la situación en Sudán del Sur, cómo llegaron aquí; real-
mente no sabía qué hacer. Me quedé sentado, llorando. Después de un rato me dijeron: "Padre, gracias, gracias por
venir. Viniste a nosotros como Dios para ayudarnos". Y me emocioné mucho. Esta experiencia dramática pero hermosa
me ayudó a fortalecer mi vínculo con los jóvenes. Ahora, cuando camino entre ellos, los chicos me llaman "¡Abuna,
adiós! ¡Abuna, hola! ¡Ven, ven!". Y estoy feliz de haber aprendido su idioma. Celebro la misa en su idioma. Puedo con-
versar a un nivel básico en su idioma, pero sobre todo para hablarles con entusiasmo.
Papi Reddy, misionero indio en Sudán del Sur
Testimonio de Santidad Misionera Salesiana
P Pierluigi Cameroni SDB, Postulador General para las Causas de los Santos
La Beata María Troncatti (1883-1969), cuyo 50 aniversario de nacimiento en el cielo es el 25 de
agosto, oraba así: "Señor, quiero ser tuya para siempre. Oh Jesús, dejé todo lo que más aprecié
para venir y servirte, para santificar mi alma. Sí, lo he abandonado todo: solo tú me quedas aho-
ra, pero eres suficiente para mí. ¡Jesús, hazme tan buena y perseverante en el estado al que me
has llamado, que siempre te sirva fielmente! Hazme ser olvidada por todos para ser solo tuya;
Aléjame de todos para ser tu poca cosa... Dame tanto amor, tanto espíritu de sacrificio,
humildad, sacrificio personal para ser un instrumento del bien para muchas almas".
Por las familias en ASIA.
Intención Misionera Salesiana
Para que las familias, gracias a una vida de oración y amor,
se convierten cada vez más en "laboratorios de humanización".
La presencia salesiana en Asia ha sido bendecida por el Señor. Estamos
con presencias jóvenes en 32 países, con casi 600 comunidades.
Oremos para que Don Bosco en Asia continúe contagiando el espíritu
de la Familia y promoviendo el tesoro de las familias como fuente de
humanización y de vida cristiana.