Cagliero 11 marzo 2017 - SPA


Cagliero 11 marzo 2017 - SPA

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N. 99 - Marzo de 2017
Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una publicación del Sector para las Misiones para las comunidades salesianas y amigos de las misiones salesianas
E n el apelo misionero del 8 de diciembre pasado, el Rector Mayor nos decía: “hay
presencias en la Congregación que no conseguimos sostener más porque en algu-
nas naciones de los cinco continentes faltan salesianos … Pienso en modo particu-
lar en los jóvenes que nos esperan en el contexto del Proyecto Europa, en el Medio
Oriente, en los países de mayoría musulmana, en las islas de Oceanía, en el Sur Sudán,
en la Mongolia, en Siberia, Camboya y Malasia, así como entre los jóvenes migrantes del
continente americano … y en tantos otros lugares!”. Interesante. Nos parece, escuchar a
Don Bosco mismo. Nos parece verlo en su escritorio-cuarto en Valdocco, en el piso supe-
rior, girando y re-girando el mapa del mundo, y mirar a todos los lugares de la tierra don-
de deseaba enviar a sus hijos.
Podríamos tomar cada una de las naciones y de estas fronteras misioneras juveni-
les y (1) rezar por ella, (2) buscar informaciones sobre ellas, (3) hacerlas conocer. De este modo ni la indife-
rencia ni la ignorancia nos podrán paralizar.
Don Bosco está vivo”, nos lo repite Don Ángel. Está vivo sobre todo cuando quiere mantener vivo el
espíritu misionero en cada uno de sus hijos e hijas. ¡Gracias … y ánimo!
P. Guillermo Basañes SDB
Consejero para las Misiones
Conquistar la violencia del odio con la violencia del amor
La voz del Beato Óscar Romero sigue resonando hoy para recordar-
nos que la Iglesia, convocación de hermanos entorno a su Señor, es familia
de Dios, en la que no puede haber ninguna división. La fe en Jesucristo,
cuando se entiende bien y se asume hasta sus últimas consecuencias, gene-
ra comunidades artífices de paz y de solidaridad. A esto es a lo que está
llamada hoy la Iglesia en El Salvador, en América y en el mundo entero: a
ser rica en misericordia, a convertirse en levadura de reconciliación para la
sociedad.
Monseñor Romero nos invita a la cordura y a la reflexión, al respeto
a la vida y a la concordia. Es necesario renunciar a «la violencia de la espa-
da, la del odio», y vivir «la violencia del amor, la que dejo a Cristo clavado
en una cruz, la que se hace cada uno para vencer sus egoísmos y para que
no haya desigualdades tan crueles entre nosotros». Él supo ver y experi-
mentó en su propia carne «el egoísmo que se esconde en quienes no quieren ceder de lo suyo para que
alcance a los demás». Y, con corazón de padre, se preocupó de «las mayorías pobres», pidiendo a los
poderosos que convirtiesen «las armas en hoces para el trabajo».
Quienes tengan a Monseñor Romero como amigo en la fe, quienes lo invoquen como protector e
intercesor, quienes admiren su figura, encuentren en él fuerza y ánimo para construir el Reino de
Dios, para comprometerse por un orden social más equitativo y digno.
Papa Francisco
(carta con motivo de la beatifación de
Mons. Romero, 23 de Mayo de 2015)
24 Marzo
Martirio del beato Óscar Romero
JORNADA EN MEMORIA DE LOS MISIONEROS MÁRTIRES

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¡ PERMANENTEMENTE INQUIETOPARA FIJAR MI CORAZÓN MAR ADENTRO!
C uando conocí a los salesianos, toda la Congregación rebosaba de fervor misione-
ro, no sólo por motivo del Proyecto África, sino también porque Don Viganò
había pedido a cada inspectoría de asumir un territorio misionero. Muchos sale-
sianos de mi Inspectoría habían partido como misioneros. Mi corazón estaba inquieto
porque sentía también yo aquella llamada interior a dejar las orillas conocidas y fijar
mi corazón mar adentro.
Cuando mi pedido misionero fue aceptado, mi alegría inicial se transformó pronto en
incertidumbre al saber que sería enviado a Papúa Nueva Guinea. “¿Sobreviviré a un
lugar así difícil?”. Mis temores y mis ansiedades se cambiaron inmediatamente en una
firme voluntad para aprender bien la lengua y la cultura de “mi gente”. Junto con otros cuatro salesianos, iniciamos
una nueva presencia en la capital. Don Bosco era prácticamente desconocido en el País. Es duro ser un pionero. Tuvi-
mos que improvisar todo. Pero eran años llenos de iniciativas, de entusiasmo y de alegría. Luego de mi ordenación fui
enviado nuevamente a esa presencia. Esta vez habíamos trabajado para formar nuestros colaboradores laicos autócto-
nos. Dimos también inicio al primer grupo de Salesianos Cooperadores y de ADMA. Li-
teralmente veía frente a mis ojos al carisma salesiano ahondar raíces.
Luego, un día, el inspector me informó que la Conferencia Episcopal me pedía
de ser el director del Instituto litúrgico-catequístico nacional. Inicialmente había re-
chazado, pues se trataba de un ambiente totalmente nuevo para mí. No quería sobre-
pasar los horizontes de lo que conocía. Y de nuevo, otra vez, estaba inquieto. Sentía,
en mi íntimo, que debía sobreponerme a mis miedos que me rodeaban. Ahora, miran-
do para atrás, me doy cuenta que acompañar la obra de evangelización, en 23 dióce-
sis, me ensanchó mis horizontes eclesiales y misioneros. Más tarde, cuando estaba
trabajando en mi tesis de misionología, en Roma, improvisamente, recibí una telefo-
nema del Consejero para las Misiones, que me pedía de hacer parte del Sector de las Misiones. Esta vez quedé profun-
damente turbado, pero había entendido que el Señor me estaba invitando a salir de mi fortaleza intelectual, para
aprender de nuevo a tener confianza en Él y lanzarme nuevamente mar adentro. Acepté sólo luego de un intenso dis-
cernimiento. Ahora, luego de haber encontrado misioneros en los 5 continente y muchas veces viviendo en situaciones
difíciles, estoy agradecido por la prospectiva mundial de la Congregación que me fue dada.
Había ya iniciado las preparaciones para concluir mi servicio en el Sector Misiones cuando el Rector Mayor me
llamó en su escritorio e me pidió de ser el Superior en la nueva Visitaduría de Papúa Nueva Guinea - Islas Salomón.
Mientras me explicaba su escoja, mi mente estaba ofuscada de tantas preguntas y dudas. Pero también sentí una voz
interior que me susurraba para osarme a ir de nuevo, mar adentro.
Por lo tanto, ser misionero significa para mí, vivir en un estado permanente de “inquietud”, siempre pronto a
osar lo improbable, de modo que se aprenda a confiar más en el Señor, que nos convida a fijar constantemente nues-
tros corazones mar adentro.
P. Alfred Maravilla SDB
Filipino, misionero en Papúa Nueva Guinea
Testimonio de Santidad Misionera Salesiana
P Pierluigi Cameroni SDB, Postulador General para las Causas de los Santos
El Venerable José Vandor (1909-1979), misionero húngaro en Cuba, tuvo siempre una gran atención
por la formación de los jóvenes artesanos sobre todo pertenecientes a las familias más pobres y
para ellos no duda en pedir ayuda: “Esta escuela para artesanos tiene como finalidad la formación
de lo obreros técnicamente y prácticamente preparados. Nuestros alumnos son casi todos hijos de
familias campesinas o de condición media e entre ellos hay un gran número de huérfanos”.
Intención Misionera Salesiana
POR LOS SALESIANOS EN ORIENTE MEDIO
Para que los Salesianos continúen siendo signos de fe y esperanza entre
los cristianos perseguidos del Medio Oriente.
Los Salesianos continúen a estar presente en los delicados puestos de conflicto: Siria, Sudán,
Tunes, Egipto, Palestina, Irán, Israel, Turquía, Líbano. En estos países, que también son lugares
de antigua y profundas raíces cristianas, los discípulos de Cristo son considerados como extran-
jeros. Los Salesianos mediante su misión de educadores y testigos de Cristo entre los cristianos
discriminados, perseguidos en el contesto islámico, hacen sentir el afecto, la solidaridad, la co-
munión y la fe de la Iglesia universal.