ACG 433 %28CG28%29_es


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actas
del Consejo General
de la Sociedad Salesiana
de san Juan Bosco
ÓRGANO OFICIAL DE ANIMACIÓN Y COMUNICACIÓN PARA LA CONGREGACIÓN SALESIANA
núm. 433 año CII
septiembre de 2020
«¿QUÉ SALESIANOS
PARA LOS JÓVENES
DE HOY?»
REFLEXIÓN POSCAPITULAR
DE LA SOCIEDAD DE SAN FRANCISCO DE SALES
Roma, 16 de agosto de 2020
EDITORIAL CCS

1.2 Page 2

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Título de la obra original:
«Quali salesiani per i giovani di oggi?
Riflessione postcapitolare»
© 2020. Editrice SDB - Sede Centrale Salesiana
Via Marsala, 42 - 00185 Roma
Traducción: José Antonio Hernández, sdb
Edición extracomercial
© 2020. Editrice SDB
© 2020. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166 / 28028 MADRID
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunica-
ción pública o transformación de esta obra solo puede ser
realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción
prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de De-
rechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar
o escanear algún fragmento de esta obra.
Depósito legal: M-25931-2020
Imprime: TRAZZOSS PRINT S.L.

1.3 Page 3

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ÍNDICE
Abreviaturas y siglas ............................................................ 9
Presentación del Rector Mayor .......................................... 11
LÍNEAS PROGRAMÁTICAS
DEL RECTOR MAYOR PARA
LA CONGREGACIÓN SALESIANA
DESPUÉS DEL CAPÍTULO GENERAL 28 .... 17
1. SALESIANO DE DON BOSCO PARA SIEMPRE:
«Fraile o no fraile, yo me quedo con Don Bosco»
(Cagliero). UN SEXENIO PARA CRECER EN
LA IDENTIDAD SALESIANA ............................... 23
2. En una Congregación donde es URGENTE
el «DA MIHI ANIMAS, CETERA TOLLE» ........... 30
3. Vivir el «SACRAMENTO SALESIANO
DE LA PRESENCIA» .............................................. 36
4. La formación para ser
SALESIANOS PASTORES HOY ........................... 44
5. PRIORIDAD ABSOLUTA por los jóvenes,
los más pobres y los más abandonados e indefensos 52
6. JUNTO CON LOS SEGLARES EN LA MISIÓN
Y EN LA FORMACIÓN. La fuerza carismática
que nos ofrecen los seglares y la Familia Salesiana .. 58
7. ES TIEMPO DE GENEROSIDAD
EN LA CONGREGACIÓN.
En una Congregación siempre misionera ................. 68
8. Acompañando a los jóvenes hacia
un FUTURO SOSTENIBILE ................................... 74

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6
Capítulo General XXVIII
MENSAJE DE SU SANTIDAD EL PAPA
FRANCISCO A LOS MIEMBROS DEL CG28 . 83
– Reavivar el don que habéis recibido .......................... 84
– La «opción Valdocco» y el don de los jóvenes .......... 88
– La «opción Valdocco» y el carisma de la presencia .. 91
– La «opción Valdocco» en la pluralidad de lenguas ... 96
– La «opción Valdocco» y la capacidad de soñar ......... 98
«¿QUÉ SALESIANOS
PARA LOS JÓVENES DE HOY?» .................... 101
1. Prioridad de la misión salesiana
entre los jóvenes de hoy ......................................... 103
– Reconocer ............................................................. 103
– Interpretar ............................................................. 109
– Elegir ..................................................................... 118
2. Perfil del Salesiano hoy ......................................... 124
– Reconocer ............................................................. 124
– Interpretar ............................................................. 130
– Elegir ..................................................................... 140
3. Con los seglares
en la misión y en la formación ............................... 146
– Reconocer ............................................................. 146
– Interpretar ............................................................. 152
– Elegir ..................................................................... 165
DELIBERACIONES DEL CG28 ........................ 171
Modificaciones de las Constituciones ......................... 173
1. Elección del Rector Mayor (Const. 128) ............. 173
2. Elección del Vicario del Rector Mayor y
de los Consejeros Generales (Const. 142 §1) ...... 173

1.5 Page 5

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Índice
7
Modificaciones de los Reglamentos generales ........... 175
3. Funciones del Consejero Regional (Reg. 135) .... 175
4. Utilización del sistema informático
en las votaciones electivas (Reg. 131) ................. 175
Deliberación .................................................................. 177
5. Modos de desarrollo de
la Visita Extraordinaria (Reg. 104) ...................... 177
ANEXOS ..................................................................... 179
1. Discurso del Rector Mayor
don Ángel Fernández Artime
en la apertura del CG28 ............................................ 181
2. Intervención del cardenal João Braz de Aviz,
Prefecto de la Congregación para
los Institutos de Vida Consagrada y
las Sociedades de Vida Apostólica ........................... 199
3. Carta de los jóvenes a los capitulares ........................ 213
4. Discurso del Rector Mayor
don Ángel Fernández Artime
en la clausura del CG28 ............................................ 218
5. Crónica de los trabajos del CG28 ............................. 226
ELENCO DE
LOS PARTICIPANTES AL CG28 ..................... 237

1.6 Page 6

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1.7 Page 7

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ABREVIATURAS Y SIGLAS
can.
cf.
Ibidem
Idem
n. nn.
p. pp.
s. ss.
cánon(es)
confróntese
misma obra y distinta página de la cita precedente
misma obra y página que la cita precedente
número(s)
página(s)
siguiente(s)
ACG
Actas del Consejo General
ACS
Actas del Capítulo Superior
AFO
Inspectoría de África Occidental Francófona
ARN
Inspectoría de Argentina Norte
BBH
Inspectoría de Brasil Belo Horizonte
CEP
Comunidad Educativo-Pastoral
CG
Capítulo General de los Salesianos de Don Bosco
CG24
CG (Roma 1996): «Salesianos y seglares»
CG26
CG (Roma, 2008): «Da mihi animas, cetera tolle»
CG27
CG (Roma, 2014): «Testigos de la radicalidad evan-
gélica»
CG28
CG (Turín, 2020): «¿Qué Salesianos para los jóvenes
de hoy?»
CGEXX CG Especial 20 (Roma, 1971-1972)
CGXIX CG19 (Roma, 1965)
CIC
Código de derecho canónico
CIVCSVA Congregación para los Institutos de Vida Consagrada
y las Sociedades de Vida Apostólica
Const. Constituciones de los Salesianos de Don Bosco
COVID-19 Nombre dado por la OMS a la pandemia comenzada
en el 2019
DBGA Don Bosco Green Alliance (Don Bosco Alianza Verde)
DBN
Don Bosco Network (Red de ONG de Desarrollo sa-
lesianas)

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10
Capítulo General XXVIII
DBnetwork Don Bosco Network
DF
Documento Final del Sínodo sobre los jóvenes (2018)
ICP
Circunscripción de Italia Piamonte y Valle de Aosta
ING
Inspectoría de India Guwahati
ISS
Istituto Storico Salesiano (Instituto histórico salesiano)
L
Laicus (Salesiano Coadjutor)
LGBTQ+ Lesbiana, gay, bisexual, transgénero, queer y más
MBe
Memorias Biográficas (edición española)
MEG
Inspectoría de México Guadalajara
OMS
Organización Mundial de la Salud
ONG
Organización No Gubernamental
OPD
Oficinas de Planificación y Desarrollo
P
Presbyter (Salesiano sacerdote)
PGS
Visitaduría de Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón
PLN
Inspectoría Polonia Norte
RAS
Robotics and Automation Society
Reg.
Reglamentos generales de los SDB
RMG
Sede Central Salesiana
SDB
Salesianos de Don Bosco
SMM
Societas Mariae Montfortana (Monfortianos)
SSM
Inspectoría de España Santiago el Mayor
Sup. Visit. Superior de la Visitaduría
UPS
Universidad Pontificia Salesiana
Vic. Insp. Vicario inspectorial
VIE
Inspectoría de Vietnam
DOCUMENTOS ECLESIALES
ChV
Christus Vivit. Exhortación apostólica postsinodal del
papa Francisco (25 de marzo de 2019)
GS
Gaudium et Spes. Constitución pastoral del Vaticano
II (7 de diciembre de 1965)
LS
Laudato Si’ Encíclica del papa Francisco (24 de ma-
yo de 2015)
PC
Perfectae Caritatis. Decreto sobre la adecuada reno-
vación de la vida religiosa del Vaticano II (28 de
octubre de 1965)
VC
Vita Consecrata. Exhortación apostólica postsinodal
del papa Juan Pablo II (25 marzo de 1996)

1.9 Page 9

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PRESENTACIÓN
DEL RECTOR MAYOR
Queridos Hermanos:
han pasado cuatro meses desde la clausura del Ca-
pítulo General 28º, finalizado tres semanas antes de
lo previsto debido a la pandemia, que hizo imposi-
ble nuestra permanencia en Valdocco. Hoy me di-
rijo a vosotros, con esta presentación, con un senti-
miento de profundo gozo por lo que hemos vivido
en Valdocco y con la satisfacción por lo que ha sido
–creo– un trabajo fructífero, realizado por todos
nosotros, capitulares, y concluido, más tarde, en el
Consejo General. La Asamblea capitular, de hecho,
encomendó al Rector Mayor y a su Consejo la tarea
de terminar lo que había quedado incompleto en el
momento de la clausura anticipada.
El documento, que ahora llega a todos los Her-
manos a través de esta publicación, tiene como sub-
título «Reflexión poscapitular» y no «Documentos
capitulares», como era costumbre en el pasado.
Esto es debido a que la Asamblea capitular no llegó
a la aprobación final del texto con una votación.
Solo algunas deliberaciones capitulares, especial-
mente las de carácter jurídico, vieron la luz en las
primeras cuatro semanas de nuestro trabajo.

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12
Capítulo General XXVIII
Como he dicho en otras ocasiones, debido a las
circunstancias que tuvimos que vivir, el CG28 fue
un Capítulo «especial». Sin embargo, no fue un Ca-
pítulo sin orientaciones ni líneas programáticas. De
hecho, el documento que os presento contiene una
primera parte que, tanto yo como los Hermanos del
Consejo General, consideramos muy importante
para la animación, el gobierno y la vida de la Con-
gregación en el próximo sexenio.
Se trata de las líneas programáticas que el Rector
Mayor ofrece a la Congregación para el sexenio
2020-2026. En esta amplia propuesta encontráis,
queridos Hermanos, la reflexión que siguió al Ca-
pítulo General, fruto del propio Capítulo y de la
síntesis del camino recorrido en nuestra Congrega-
ción en los seis años anteriores. Se trata de una re-
flexión rica y amplia que, ante todo, recoge el espí-
ritu de lo que contiene el Mensaje que el Santo
Padre Francisco envió al Capítulo General; recoge,
además, los elementos que el Papa señaló como
esenciales y que ya estaban presentes en la reflexión
desarrollada por la Asamblea capitular sobre los dos
primeros núcleos temáticos. El tercer núcleo –como
sabéis– ha sido elaborado por el Consejo General.
Ciertamente, estas líneas programáticas deberán
ser motivo de estudio, análisis y profundización
tanto por las Inspectorías como por cada Hermano,
especialmente por los directores, debido a su servi-
cio de animación y gobierno de las comunidades
locales. Doy por supuesto que sea objeto de estudio
por el Inspector y su Consejo.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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Presentación
13
Creo que, aunque con diferentes velocidades,
ligadas a la particularidad de cada Inspectoría, toda
la Congregación debe recorrer este camino, que es
identitario, carismático y ofrece directrices y líneas
de acción para nuestro presente.
Al texto programático del sexenio sigue el Men-
saje del Santo Padre que, sin duda, llegará al cora-
zón de cada Salesiano y será, sobre todo, motivo de
meditación, de estudio, de profundización y de in-
tercambio personal.
Los tres núcleos propuestos como temas del tra-
bajo capitular se han desarrollado ampliamente,
aunque no han pasado por todas las fases de estudio
y de elaboración inicialmente pensadas. Los textos
ofrecen ricas reflexiones, precisas y oportunas pro-
puestas para la vida de las Inspectorías y de todas
nuestras presencias en el mundo.
Finalmente, el documento contiene las delibera-
ciones capitulares y, como en todos los Capítulos
Generales, algunos anexos con mensajes y discursos.
Creo que el documento que ahora tenéis en vues-
tras manos permitirá profundizar las motivaciones
eclesiales, carismáticas e identitarias que nos ayu-
darán a continuar el camino de fidelidad que, como
Congregación y de manera personal, deseamos con-
tinuar. Hoy nuestro mundo, la Iglesia y los jóvenes,
junto con sus familias, nos necesitan como ayer,
para seguir viviendo un camino de fidelidad al Se-
ñor Jesús. Nos necesitan como personas significa-
tivas y valientemente proféticas. Que el Señor nos

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14
Capítulo General XXVIII
conceda este don. Con la mediocridad y los miedos
pocas cosas podremos ofrecer a los jóvenes, que no
podrán transformar su vida ni llenarla de sentido.
Estoy muy convencido de que todos queremos
pertenecer a una Congregación que se siente muy
viva y en la que cada Hermano renueva cada día la
entrega de sí mismo: no de cualquier manera, sino
sintiendo que vale la pena.
Deseo, profundamente, que este CG28 «espe-
cial» ayude a cada Hermano a reavivar la pasión
apostólica que caracterizó a nuestro padre Don Bos-
co, para ser hoy otros Don Bosco, en cada parte del
mundo, en cada cultura y en cada situación.
Añado una solicitud. Al entregar este documento,
con una mirada de fe y con gran confianza, pido a
cada uno de vosotros, queridos Hermanos, que lo
convirtáis en motivo de oración, objeto de estudio
paciente, de lectura atenta y meditada, para que llegue
a tocar vuestro corazón. Os pido que interioricéis la
espiritualidad que encontraréis en estas reflexiones
capitulares, para entrar en diálogo con las propuestas
que quieren ser significativas y proféticas en nuestro
modo de asumirlas y traducirlas en la vida. Creo que
un tiempo significativo de estudio, de conocimiento
e interiorización y de diálogo, de corazón a corazón,
ante el Señor, debe ser la principal tarea encomenda-
da a cada Hermano, a cada Inspectoría y Visitaduría,
a cada Región y a cada Conferencia interinspectorial.
Mis queridos Hermanos, la promulgación de es-
ta reflexión poscapitular tiene lugar el 16 de agosto

2.3 Page 13

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Presentación
15
de 2020, doscientos cinco años después del naci-
miento de Don Bosco y ciento sesenta y un años
después del inicio de nuestra Congregación. Hasta
ahora, el camino de nuestra Congregación y de la
Familia Salesiana ha sido bellísimo. Si nuestra res-
puesta sigue siendo fiel al Señor, no hay duda de
que será mucho más lo que se escribirá para el bien
de los jóvenes mediante la entrega diaria de noso-
tros mismos, dondequiera que haya un joven que
tenga necesidad de Salesianos capaces de ser ami-
gos, hermanos y padres.
Nuestra Madre Auxiliadora nos acompaña en
este camino y, como con Don Bosco, Ella seguirá
haciéndolo todo. De Ella aprendemos qué significa
escuchar atentamente la voz del Espíritu Santo y ser
dóciles a Él; aprendemos a cultivar la profundidad
de la vida en Dios y la dedicación sencilla y conven-
cida cada día. Esto nos hará cada vez más auténticos
signos y portadores del Amor de Dios a los jóvenes.
Nos confiamos a nuestra Madre Auxiliadora «pa-
ra ser, entre los jóvenes, testigos del amor inagota-
ble de su Hijo» (Const. 8).
P. Ángel F
A
Rector Mayor
Roma, 16 de agosto de 2020
Aniversario del nacimiento de Don Bosco

2.4 Page 14

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2.5 Page 15

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LÍNEAS PROGRAMÁTICAS
DEL RECTOR MAYOR
PARA LA CONGREGACIÓN
SALESIANA DESPUÉS
DEL CAPÍTULO GENERAL 28
Muy queridos Hermanos Salesianos de todo el mundo,
muy gustosamente me dirijo a todos vosotros des-
pués del Capítulo General, y tras la conclusión de
la primera sesión plenaria del nuevo Consejo Gene-
ral. Con esta carta, que he compartido con todo el
Consejo General, pretendo ofreceros a todos voso-
tros, queridos Hermanos, una verdadera «hoja de
ruta» para el próximo sexenio, ya que la interrup-
ción del Capítulo General, en la mitad de su desa-
rrollo, no nos permitió tener los documentos capi-
tulares, que hubiesen sido la norma y la guía para
los seis años próximos.
Ante la realidad dolorosa de la pandemia, causa-
da por el virus COVID-19, que ha golpeado y que
sigue afligiendo fuertemente el mundo, hemos ex-
perimentado algo único: la interrupción de un Ca-
pítulo General. Es la primera vez que ocurre un

2.6 Page 16

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18
Capítulo General XXVIII
hecho similar en la historia de nuestra Congregación
–si se excluye el trágico acontecimiento de la Pri-
mera Guerra Mundial, que hizo imposible la cele-
bración, durante el Rectorado de don Pablo Albera,
del XII Capítulo General; de hecho, la celebración
de aquel Capítulo tuvo que esperar casi doce años.
Pero, en nuestro caso, la interrupción de los tra-
bajos capitulares no ha significado en absoluto que
el Capítulo General 28º haya sido pobre de signifi-
cado y no haya producido riqueza de contenidos. Y,
además, todos los capitulares han podido regresar a
sus Inspectorías (algunos tras varios meses de espe-
ra en Valdocco) enriquecidos por la experiencia
acumulada y por un sentimiento salesiano nutrido
y reforzado en las «fuentes de Valdocco», las fuen-
tes de nuestro nacimiento carismático.
A pesar de la amenaza de pandemia y el riesgo
de suspensión de la Asamblea, durante la última
semana, el Capítulo General pudo elegir al Rector
Mayor y a todos los miembros del Consejo General,
y confiarnos la tarea de continuar la reflexión sobre
los puntos que no se habían abordado.
Esta carta mía, y todo lo que contiene el volumen
que lleva por título «Reflexión poscapitular», quie-
re ser una respuesta fiel al mandato recibido de la
Asamblea capitular.
A esta realidad se suma el sentimiento de profun-
da gratitud al Señor por todo lo que hemos vivido;
sobre todo, por haberlo vivido en Valdocco. Justa-
mente, nuestro CG28 ha estado marcado por el he-

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Líneas programáticas
19
cho de celebrarse en Valdocco, cuna de nuestro
carisma, lugar santo donde nuestro padre Don Bos-
co «dio respuesta a la vida de jóvenes con un rostro
y una historia»1. Por eso, hemos vivido en Valdoc-
co nuestro Capítulo General con la certeza de que
esta es la casa de todos.
Así nos lo ha recordado el Santo Padre Francisco
quien ha querido hacer a Don Bosco, en la persona
de sus hijos reunidos en Asamblea capitular, el her-
moso regalo de venir a visitarnos. El Papa me había
anticipado, algunos meses antes, su deseo de venir
a Valdocco. Al inicio del Capítulo General las con-
versaciones tenidas con las personas responsables
de las visitas del Papa confirmaron su visita para los
días 6 y 7 de marzo. Todo estaba preparado. Lo
esperábamos el viernes 6 de marzo a mediodía. Es-
taría con nosotros en Valdocco hasta el 7 por la
mañana, y después visitaría a su familia. Lamenta-
blemente, la pandemia del coronavirus y las restric-
ciones de movimientos en todo el Estado italiano
hicieron imposible esta visita, que habría sido tam-
bién un acontecimiento único en nuestra historia, al
1F
, Mensaje del Papa a los miembros del CG28. Deseo
aprovechar esta primera cita para deciros que esta carta estará llena
de citas textuales del Mensaje que el papa Francisco pensó para no-
sotros, como Congregación y como Asamblea capitular; y que nos
hizo llegar en el momento más oportuno de nuestras reflexiones y
de nuestros trabajos. Por la importancia que tienen las palabras del
Santo Padre, he decidido no citar a pie de página, sino en el cuerpo
del discurso. Será suficiente ver el texto entrecomillado para reco-
nocer la palabra del Papa.

2.8 Page 18

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20
Capítulo General XXVIII
menos por la duración temporal de la presencia del
Santo Padre, y por su participación directa en el
Capítulo General, como él deseaba.
Por teléfono, el Papa nos dejó un saludo que yo
compartí con toda la Asamblea capitular; y, al día
siguiente, teníamos en nuestras manos su Mensaje
dirigido al CG28, que encontráis en esta publicación.
Desde el inicio del CG28 hemos vivido con una
fuerte conciencia, que nos ha llevado a ponernos en
la disposición mediante la cual «el Espíritu hace re-
vivir el don carismático de [nuestro] Fundador». Así
nos lo deseaba el Santo Padre invitándonos a no ce-
rrar las ventanas ante el ruido y griterío que subía del
patio de Valdocco, evocando aquel primer oratorio.
Este «ruido de fondo» debe acompañarnos, hacernos
inquietos e intrépidos en nuestro discernimiento.
Nos ocuparemos de esto en los próximos seis años,
por el bien de los jóvenes del mundo. Jóvenes que
han tenido un rostro concreto y visible en el esplén-
dido grupo que vivió el Capítulo General con noso-
tros durante unos días, que nos desafió, que nos habló
con el corazón y con la mente y que nos conmovió.
Y porque en Valdocco todo nos habla de Don
Bosco y de sus jóvenes, y porque los jóvenes de hoy
nos llaman, nos hablan y nos esperan, nos propone-
mos, como Congregación, algunas metas que nos
pondrán en la condición de dar una respuesta a la
realidad de hoy, y que nos harán salir de nuestros
miedos y de nuestras «zonas de confort», donde-
quiera que se encuentren y cualesquiera que sean.

2.9 Page 19

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Líneas programáticas
21
Estas líneas, queridos Hermanos, tienen el obje-
tivo de convertirse en un programa de acción para
el próximo sexenio, en absoluta continuidad con el
camino recorrido anteriormente por la Congrega-
ción y que, también por este motivo, nos infunde
fuerza y ánimo.
Son varios los desafíos que debemos afrontar en
los próximos seis años. Os los presento como fruto
de la reflexión realizada durante el Capítulo General
y después del mismo. Se los ofrezco a toda la Con-
gregación, habiendo conocido en detalle durante los
seis años pasados la realidad que estamos viviendo
y, últimamente, el camino de la Iglesia. Los propon-
go a todas las Inspectorías, tras haberlos compartido
con los miembros del Consejo General, porque estos
desafíos deben ser el espejo ante el que se confron-
te cada Inspectoría del mundo y deben convertirse
en los criterios para definir las finalidades, los ob-
jetivos, los procesos y las acciones concretas para
el próximo sexenio, en todos los lugares donde el
carisma de los hijos de Don Bosco ha echado raíces.
Los desafíos a los que debemos responder y los
objetivos que debemos perseguir son los siguientes:
1. SALESIANO DE DON BOSCO PARA SIEM-
PRE: «Fraile o no fraile, yo me quedo con
Don Bosco» (Cagliero). UN SEXENIO PARA
CRECER EN LA IDENTIDAD SALESIANA.
2. En una Congregación donde es URGENTE
el «DA MIHI ANIMAS, CETERA TOLLE».

2.10 Page 20

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22
Capítulo General XXVIII
3. Vivir el «SACRAMENTO SALESIANO DE
LA PRESENCIA».
4. La formación para ser SALESIANOS PAS-
TORES HOY.
5. PRIORIDAD ABSOLUTA por los jóvenes,
los más pobres y los más abandonados e
indefensos.
6. JUNTO CON LOS SEGLARES EN LA MI-
SIÓN Y EN LA FORMACIÓN. La fuerza
carismática que los seglares y la Familia
Salesiana nos ofrecen.
7. ES TIEMPO DE GENEROSIDAD EN LA
CONGREGACIÓN. En una Congregación
siempre misionera.
8. Acompañando a los jóvenes hacia un FU-
TURO SOSTENIBILE.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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1. SALESIANO DE DON BOSCO
PARA SIEMPRE:
«Fraile o no fraile, yo me quedo
con Don Bosco» (Cagliero).
UN SEXENIO PARA CRECER
EN IDENTIDAD SALESIANA
«El Señor nos ha dado a Don Bosco como padre
y maestro. Lo estudiamos e imitamos admirando
en él una espléndida armonía entre naturaleza y
gracia. Profundamente humano y rico en las vir-
tudes de su pueblo, estaba abierto a las realidades
terrenas; profundamente hombre de Dios y lleno
de los dones del Espíritu Santo, vivía “como si
viera al invisible”» (Const. 21).
En mi última intervención en el aula capitular, du-
rante el discurso de clausura del CG28, hice refe-
rencia a un diálogo que había tenido con un Herma-
no el día anterior. Él pidió hablar conmigo y me
dijo: «No nos dejéis solos. Necesitamos ayuda para
ser verdaderamente Salesianos, para no perder nues-
tra identidad».
Sentí profundamente, en este momento, que el
Señor nos hablaba también por medio de este Her-
mano nuestro. Y nos hacía comprender la importan-
cia y la urgencia de crecer y consolidar la identidad
carismática en nuestra Congregación.

3.2 Page 22

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24
Capítulo General XXVIII
El punto de partida esencial y fundamental es
nuestra condición de consagrados. El futuro de la
vida consagrada, y la vida salesiana como consagra-
dos que somos, tiene su razón de ser en su funda-
mento, que es Jesucristo. Como consagrados, el
seguimiento de Cristo plasma nuestra identidad
integrando en ella nuestra formación pastoral. Co-
mo consagrados, como Salesianos de Don Bosco,
Dios nos hace «memoria viviente del modo de exis-
tir y de actuar de Jesús»2. Y el desafío vocacional,
para toda la vida consagrada, y para nosotros de
modo particular como Salesianos de Don Bosco, es
«volver siempre a Jesús», renunciando a todo lo que
no es Él o que nos aleja de Él.
Con mucha humildad y claridad de visión hemos
de reconocer que la vía de salida para las crisis de
la vida religiosa, de la vida salesiana, de las dificul-
tades de cada Inspectoría, no la encontraremos en
los nuevos proyectos, ni en los planes estratégicos,
ni en una «programación 3.0». Las más de las veces,
ante el desencanto, ante el cansancio vital, ante la
falta de desmotivación…, se trata de volver a Cris-
to, a la vida religiosa, a la vida consagrada salesiana.
Porque podemos vivir creyendo, erróneamente, que
en el hacer cosas todo tiene sentido. No, queridos
Hermanos: sin Jesucristo en el centro de nuestro
2 S J P II, Exhortación apostólica postsinodal Vita Con-
secrata, 22 (25 de marzo de 1996).

3.3 Page 23

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Líneas programáticas
25
pensar, sentir, vivir, soñar, trabajar…, no hay futu-
ro, y no podemos ofrecer nada que sea significativo.
En palabras del papa Francisco: «El Señor lo pide
todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felici-
dad para la cual fuimos creados. Él nos quiere san-
tos y no espera que nos conformemos con una exis-
tencia mediocre, aguada, licuada»3.
No olvidemos que la misión salesiana y la misma
Congregación han nacido de Dios, suscitadas por su
Espíritu: «Con sentimientos de humilde gratitud,
creemos que la Sociedad de San Francisco de Sales
no es solo fruto de una idea humana, sino de la ini-
ciativa de Dios» (Const. 1), y que cada uno de noso-
tros, Salesianos de Don Bosco, es enviado a los jó-
venes por Dios mismo que nos envía (cf. Const. 15).
Después de este «especial» Capítulo General 28,
pienso que se espera de nosotros Salesianos, 161
años después del inicio de nuestra Congregación,
que estemos despiertos y ágiles en la escucha del
soplo del Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, para
seguir teniendo a Jesucristo el Señor como funda-
mento y centro de nuestra vida, para renovar la
profecía que debe caracterizar nuestra vida, y para
seguir creciendo en humanidad, hasta ser esos «ex-
pertos en humanidad» que saben mirar y contemplar,
hasta dejarse conmover por el dolor y las necesidades
3F
, Exhortación apostólica Gaudete et exsultate, 1 (19
de marzo de 2018).

3.4 Page 24

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26
Capítulo General XXVIII
de nuestros hermanos y hermanas (comenzando por
los de nuestras comunidades), de los jóvenes, chicos
y chicas y de sus familias. Hemos de tomarnos muy
en serio nuestro servicio profético. Nuestra aporta-
ción específica es la de ser iconos del estilo de vida
de Jesús, totalmente consagrado al Padre y a su pro-
yecto sobre la humanidad: el Reino. Por ello, se
espera de nosotros que seamos signos y testimonios
de la presencia paterna de Dios –que es presencia
tierna, capaz de una mirada de ternura y con los
brazos abiertos en especial a los más pobres, a nues-
tros jóvenes–, haciendo realidad nuestra fraternidad,
haciéndola atractiva, fascinante, y viviendo con
sencillez y sobriedad.
El Señor resucitado invitaba a sus discípulos a
volver a Galilea para encontrarlo y volverlo a ver.
Esta invitación es de máxima actualidad para noso-
tros y, expresándome en clave salesiana, quisiera
decir que nuestra Galilea para el encuentro con el
Señor hoy, como Salesianos de Don Bosco, pasa
por Valdocco, los inicios de Valdocco, incluso frá-
giles, pero con esa fuerza y pasión de la frase: «frai-
le o no fraile yo me quedo con Don Bosco», que el
joven Juan Cagliero expresó con tanto ardor y en-
tusiasmo juvenil. Valdocco es, de hecho, la atmós-
fera espiritual y apostólica en la que cada uno de
nosotros respira el aire del Espíritu, donde alimen-
tamos y reforzamos nuestra identidad carismática.
Es el lugar de la «transfiguración» para cada Sale-
siano que, cuidando todos los elementos de nuestra

3.5 Page 25

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Líneas programáticas
27
espiritualidad, podrá contribuir a hacer de cada una
de nuestras casas una verdadera Valdocco donde
sea posible encontrarnos cara a cara, en la vida de
cada día, con nuestro Señor Jesucristo.
Jesús pasa, mira con amor, y nos llama a seguir-
le. Y en el misterio de esta llamada, en la mirada que
no nos juzga, sino que nos escruta en nuestro inte-
rior y nos mira, en la aventura del caminar sobre sus
huellas, cada uno puede descubrir el proyecto que
Dios ha pensado para cada uno de nosotros de ma-
nera original. Hoy, muchos de los que deciden aban-
donar la Congregación adolecen de esto: no haber
entrado en contacto con el Señor Jesús y no haber te-
nido la misma pasión que el joven Cagliero por es-
tar con Don Bosco para seguir a Jesús. Por eso, a
veces, cualquier otra oferta pastoral que tenga visos
de autonomía, de autogestión, de independencia, de
gestión de sí misma y de sus propios recursos eco-
nómicos, suscita en algunos Hermanos la fascina-
ción suficiente para que pidan ir a otro lugar. Con
honestidad debemos reconocer que es así. A veces,
también el don del ministerio presbiteral no es com-
prendido plenamente y viene instrumentalizado y
vivido como «poder». Este hecho oscurece la alian-
za que Dios ha establecido con nosotros con el don
de la consagración religiosa que está en el centro de
nuestra vida personal y comunitaria.

3.6 Page 26

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28
PROPUESTA
Capítulo General XXVIII
Este sexenio deberá distinguirse por un profun-
do trabajo en Congregación para crecer en pro-
fundidad carismática, en la identidad salesiana,
en todas las etapas de la vida, con un serio com-
promiso en cada Inspectoría, y en cada comuni-
dad salesiana, hasta llegar a decir como Don
Bosco: «Tengo prometido a Dios que incluso mi
último aliento será para mis pobres jóvenes»4.
Por esta razón:
En cada etapa de la formación, con la profundi-
dad que le corresponda, cuidaremos como urgen-
cia y necesidad inaplazable los elementos que
dan identidad carismática a cada Salesiano y que
nos hacen enamorarnos de Don Bosco y de los
jóvenes con el corazón de Jesús Buen Pastor.
Daremos prioridad a los rasgos de nuestra iden-
tidad carismática de personas consagradas que
nos hacen signos proféticos: una vida feliz que
hunde sus raíces en el Evangelio, una fe fuerte
anclada en Dios; una comunión que hace atra-
yente la vida comunitaria; una actitud profética
ante la injusticia y el mal; y una mirada de espe-
ranza junto al deseo de conversión.
4 MBe XVIII, 229 (citado también en el artículo 1 de nuestras Cons-
tituciones).

3.7 Page 27

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Líneas programáticas
29
En las Inspectorías se tendrá que discernir, aten-
tamente, en las obediencias que reciban los Her-
manos, para no ponerles en riesgo de perder el
sentido auténtico y la pasión del corazón salesia-
no, y para no caer en formas de genericismo ca-
rismático u orientarse hacia realidades pastorales
diocesanas que llevan a desvincularse de la Con-
gregación.
Seguimos prestando mucha atención para que,
como Congregación, no seamos capturados por
el «virus del clericalismo y del carrerismo»5.
En la reflexión e intercambio, dentro de cada co-
munidad, valoramos la primera parte del docu-
mento «Animación y gobierno de la comunidad.
El servicio del Director salesiano» que presenta
«la identidad consagrada salesiana».
5 Cf. Exhortación apostólica postsinodal (marzo 25 de 2019) Chris-
tus vivit, 98. En la exhortación encontramos esta cita textual: «El
clericalismo es una permanente tentación de los sacerdotes, que in-
terpretan «el ministerio recibido como un poder que hay que ejercer
más que como un servicio gratuito y generoso que ofrecer; y esto
nos lleva a creer que pertenecemos a un grupo que tiene todas las
respuestas y no necesita ya escuchar ni aprender nada»». Discurso
a la primera Congregación general de la XV Asamblea General
Ordinaria del Sínodo de los Obispos (3 de octubre de 2018).

3.8 Page 28

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2. En una Congregación
donde es URGENTE
el «DA MIHI ANIMAS
CETERA TOLLE»
«Con sentimientos de humilde gratitud, creemos
que la Sociedad de san Francisco de Sales no es
solo fruto de una idea humana, sino de la inicia-
tiva de Dios. Para contribuir a la salvación de la
juventud –«la porción más delicada y valiosa de
la sociedad humana»–, el Espíritu Santo suscitó,
con la intervención materna de María, a san Juan
Bosco.
Formó en él un corazón de padre y maestro, ca-
paz de una entrega total: “Tengo prometido a
Dios que incluso mi último aliento será para mis
pobres jóvenes”» (Const. 1).
Los testimonios de los primeros tiempos de nuestra
historia congregacional, y la reflexión que la misma
ha desarrollado con el paso de los años, evidencian
un hecho muy significativo: la fórmula que mejor
expresa el celo y la caridad pastoral de los Salesia-
nos de Don Bosco es el «Da mihi animas, cetera
tolle».
Aquel muchacho, Domingo Savio, que en la pre-
sencia de ese joven sacerdote de 34 años que era
Don Bosco, vio ese lema a la entrada de su despa-
cho, lo entendió perfectamente: «He entendido; aquí
no se hace negocio de dinero sino negocio de

3.9 Page 29

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Líneas programáticas
31
almas»6. Mirando a Don Bosco aprendamos su pro-
funda espiritualidad y las especiales cualidades de
educador que definieron su manera de relacionarse
con los adolescentes y los jóvenes. En Don Bosco,
y en su historia, encontramos la base de nuestra ac-
ción educativo-pastoral, que se caracteriza por una
propuesta de vida cristiana muy concreta; por la
atención a cada joven, con el compromiso de ofrecer
respuestas concretas a sus exigencias; por la con-
fianza en la presencia de Dios.
Nuestra tarea, sobre todo en el acompañamiento
de los jóvenes, debe caracterizarse por una capacidad
pedagógica y espiritual creativa, típica de nuestro
padre Don Bosco, a través de la cual podamos supe-
rar las distancias con la sensibilidad de las nuevas
generaciones, ofreciéndoles una amorosa escucha y
una comprensión compasiva, suscitando las grandes
cuestiones sobre el misterio de la vida y ayudándoles
a buscar al Señor y a encontrarse con Él.
El Capítulo General 26 afrontaba, precisamente,
todo esto, reflexionando sobre el lema de Don Bos-
co, «Da mihi animas, cetera tolle». Pues bien, con
la visión de hoy y con el conocimiento de nuestra
realidad, creo que puedo decir que, para nosotros,
es necesario y urgente que nuestra Congregación
viva, respire y camine buscando hacer del «Da mi-
6 J. B , Vida del jovencito Savio Domenico, alumno del Oratorio
de San Francisco de Sales, en ISS, Fuentes Salesianas. Don Bosco
y su obra, Editorial CCS, Madrid 2015, 943.

3.10 Page 30

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32
Capítulo General XXVIII
hi animas, cetera tolle» una realidad en el anuncio
del Evangelio, en favor de nuestros jóvenes y por el
bien de nosotros mismos.
Nuestra misión nos sitúa muy frecuentemente en
la frontera, donde entramos habitualmente en con-
tacto con cristianos de otras confesiones, con miem-
bros de otras religiones, con no creyentes o creyen-
tes alejados: también con ellos y para ellos queremos
llevar adelante la misión. Cada tiempo y cada lugar
son adecuados para el Evangelio.
Mis queridos Hermanos, en esta hora después del
CG28:
Es urgente dar prioridad absoluta al com-
promiso de la evangelización de los jóvenes
con propuestas conscientes, intencionales y
explícitas. Estamos invitados a hacerles co-
nocer a Jesús y a la Buena Nueva del Evan-
gelio para su vida.
Es urgente ayudar a los jóvenes (y a sus fa-
milias) a descubrir la presencia de Cristo
en su vida como clave para la felicidad y
para el sentido de la existencia.
Es urgente acompañar a los niños, a los ado-
lescentes y a los jóvenes en su proceso de
educación a la fe, para que puedan adherir-
se personalmente a la persona de Cristo.
Es urgente ser «verdaderos educadores»
que, por experiencia personal, acompañan
al joven en el diálogo con Dios, en la oración
y en la celebración de los sacramentos.

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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Líneas programáticas
33
Sin esto, queridos Hermanos, otros titánicos es-
fuerzos de la Congregación tenderán a la bondad de
la promoción humana y a la asistencia social –que
son siempre muy necesarios, y pertenecen a nuestra
identidad carismática– pero no nos conducirán a la
razón primera por la que el Espíritu Santo ha susci-
tado el carisma salesiano en Don Bosco: «Fieles a
los compromisos heredados de Don Bosco, somos
evangelizadores de los jóvenes» (Const. 6). La pri-
mera finalidad de nuestra pastoral juvenil es la con-
versión de las personas al Evangelio de Jesucristo.
Con todos los matices de sensibilidad histórica,
que queramos tener presentes, y la comprensión
lingüística de la época, que creamos necesaria, no
podemos prescindir del elemento esencial y consti-
tutivo que ha caracterizado la acción educativo-
pastoral de Don Bosco, que el Rector Mayor don
Vecchi expresaba así: «La pedagogía de Don Bosco
es una pedagogía del alma, de la gracia, de lo sobre-
natural. Cuando se logra activar esa energía, co-
mienza el trabajo más útil de la educación. Lo demás,
válido por sí mismo, es propedéutico y acompaña a
esto, que lo trasciende»7.
El «cetera tolle» nos hace disponibles para dejar
todo lo que nos impide ir al encuentro de quienes
más nos necesitan. Es la ascesis que emana de la
opción precedente, renunciando a mucho (gustos
7 J. E. V , Indicaciones para un camino de espiritualidad sale-
siana, ACG 354, 1995, p. 24.

4.2 Page 32

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34
Capítulo General XXVIII
personales, preferencias, e incluso acciones y ser-
vicios legítimos), a lo que no nos permite dedicar
todas las energías del corazón pastoral, a lo que he-
mos dado prioridad.
PROPUESTA
Por eso, propongo a nuestra Congregación,
para el próximo sexenio, que seamos exigen-
tes con nosotros mismos en responder a «LA
URGENCIA DE VOLVER A PROPONER CON
PLENA CONVICCIÓN EL PRIMER ANUN-
CIO», porque «no hay nada más sólido, ni más
profundo, ni más seguro, ni más consistente,
ni más sabio que tal anuncio» (ChV 214)»8.
Por esta razón:
El Rector Mayor y su Consejo, y cada Inspecto-
ría, se comprometerán durante este sexenio a
tomar las decisiones oportunas para cualificar la
presencia salesiana en la evangelización y en la
educación a la fe. Es esta una auténtica conver-
sión pastoral, personal y comunitaria, a la que
estamos llamados.
8 CG28, Prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes de hoy.
Primer núcleo, n. 4.

4.3 Page 33

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Líneas programáticas
35
Promoveremos una pastoral juvenil que acom-
pañe a los jóvenes atendiendo a su maduración
personal, a su crecimiento en la fe, y que tenga
como principio unificador la dimensión vocacio-
nal (DF 140, ChV 254)9.
Seguiremos empeñándonos a todos los niveles,
en nuestra Congregación, para conseguir «un
cambio de mentalidad frente a la misión a reali-
zar» (Papa Francisco al CG28)10.
Haremos conocer y estimar, como pilar funda-
mental de nuestra evangelización y educación,
lo que ha sido esencial para Don Bosco y para
tantas generaciones de Salesianos: la hermosa
presencia de nuestra Madre Auxiliadora en nues-
tras propuestas educativas y en nuestra oración
con los jóvenes.
9 Documento final del «Sínodo de los Jóvenes», (en adelante, DF).
10 El papa Francisco nos ha dicho: «La opción Valdocco de vuestro
28º Capítulo General es una buena ocasión para confrontarse con
las fuentes y pedirle al Señor: «da mihi animas, cetera tolle». Tolle
especialmente aquello que durante el camino se fue incorporando
y perpetuando que, si bien en otro tiempo pudo ser una respuesta
adecuada, hoy les impide configurar y plasmar la presencia sa-
lesiana de manera evangélicamente significativa en las distintas
presencias de misión. Esto reclama de nosotros superar miedos y
aprensiones que pueden surgir por haber creído que el carisma se
reducía o identificaba con determinadas obras o estructuras. Vivir
con fidelidad el carisma es algo más rico y desafiante que el sim-
ple abandono, repliegue o reacomodo de las casas o actividades;
supone un cambio de mentalidad frente a la misión a realizar».

4.4 Page 34

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3. Vivir el
«SACRAMENTO SALESIANO»
DE LA PRESENCIA
«Nuestra vocación tiene el sello de un don es-
pecial de Dios: la predilección por los jóvenes:
«Me basta que seáis jóvenes, para que os ame
con toda mi alma». Este amor, expresión de la
caridad pastoral, da sentido a toda nuestra vida.
Por bien de ellos ofrecemos generosamente tiem-
po, cualidades y salud: «Yo por vosotros estu-
dio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por
vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida»
(Const. 14).
El papa Francisco, en su Mensaje al Capítulo, nos
ha hablado de «la opción Valdocco y el carisma de
la presencia», ese carisma que yo me permito cali-
ficar, libremente, como «sacramento salesiano» de
la presencia. El Papa escribe que «antes que cosas
a hacer, el Salesiano es recuerdo vivo de una pre-
sencia donde la disponibilidad, la escucha, la alegría
y la dedicación son las notas esenciales para suscitar
procesos. La gratuidad de la presencia salva a la
Congregación de toda obsesión activista y de todo
reduccionismo técnico-funcional. La primera lla-
mada es la de ser una presencia gozosa y gratuita en
medio de los jóvenes». Nuestro ser discípulos del
Señor, nuestro modo auténtico y profundo de ser
apóstoles de los jóvenes pasa, ante todo, a través de

4.5 Page 35

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Líneas programáticas
37
nuestro estar en medio de la gente, en medio de los
chicos y de los jóvenes.
Lo que se ha dicho de manera coloquial, no pue-
de ser expresado mejor. Se trata, queridos Herma-
nos, de recuperar el primer amor vocacional que
todos hemos experimentado cuando sentimos que el
Señor nos llamaba para ser presencia gozosa y gra-
tuita en medio de los jóvenes. Me atrevo a decir que
no hay un solo Salesiano que, de un modo u otro,
no haya sentido esto en su corazón.
Durante el CG28 hemos reflexionado sobre este
aspecto. Hemos tomado conciencia de que muchos
jóvenes viven una verdadera situación de orfandad,
aunque tengan padres. Los mismos jóvenes nos de-
cían en su Mensaje al CG28: «Tenemos miedo,
estamos confundidos, frustrados, y tenemos una
gran necesidad de ser amados… Creemos que nues-
tra sociedad es individualista y que, con frecuencia,
también nosotros nos volvemos individualistas…
queremos poder volver al primer amor que es Cris-
to, a su ser compañero y amigo de los jóvenes. Hay
en nosotros un fuerte deseo de realización espiritual
y personal. Queremos caminar hacia el crecimiento
espiritual y personal, y queremos hacerlo con voso-
tros, Salesianos»11.
No dudamos de esta verdad de los propios jóve-
nes que, contemporáneamente, hemos reconocido
en el aula capitular: «Nos piden tiempo y les damos
11 Carta de los jóvenes al CG28.

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38
Capítulo General XXVIII
espacio; nos piden relación y les brindamos servi-
cios; nos piden vida fraterna y les ofrecemos estruc-
turas; nos piden amistad y hacemos actividades
para ellos. Todo esto nos compromete a redescubrir
las riquezas y las potencialidades del “espíritu de
familia”»12.
Los mismos jóvenes que nos acompañaron en el
Capítulo General nos hicieron una fuerte llamada a
ser una presencia significativa para ellos. Nos dije-
ron explícitamente: «Hay en nosotros un fuerte de-
seo de realización espiritual y personal. Queremos
caminar hacia el crecimiento espiritual y personal
y queremos hacerlo con vosotros, Salesianos… Nos
gustaría que seáis los que nos guíen, dentro de nues-
tra realidad, con amor. (…) Salesianos, ¡no os olvi-
déis de nosotros, los jóvenes, porque no nos hemos
olvidado de vosotros ni del carisma que nos habéis
enseñado! Queremos decíroslo fuerte, con todo el
corazón. Estar aquí, para nosotros, ha sido un sueño
hecho realidad: en este lugar especial que es Val-
docco, donde comenzó la misión salesiana, juntos
Salesianos y jóvenes para la misión salesiana, con
nuestra voluntad común de ser santos, juntos. Te-
néis nuestros corazones en vuestras manos. Cuidad
este vuestro precioso tesoro. Por favor, nunca nos
olvidéis y seguid escuchándonos»13.
12 CG28, Prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes de hoy.
Primer núcleo, n. 5.
13 Carta de los jóvenes al CG28.

4.7 Page 37

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Líneas programáticas
39
Queridos Hermanos, ¡es un gran privilegio sentir
el latido de vida del corazón de los jóvenes! Y no
me cabe duda alguna que, en toda la Congregación,
hay tantos Hermanos que son, hoy, para los jóvenes
verdaderos Don Bosco. Pero no me quedo contento
con esto. Debemos serlo todos. Tenemos que seguir
haciendo camino de conversión. Esto exige de no-
sotros un cambio de mentalidad y de ritmos de vida,
apertura de mente y de corazón, superación de há-
bitos arraigados y cristalizados. Los jóvenes dicen
que nos quieren mucho, que nos necesitan, que nos
esperan. La expresión de Don Bosco «studia di far-
ti amare» (procura que te quieran) es hoy de plena
actualidad. La presencia no consiste, solamente, en
pasar el tiempo con ellos como grupo, sino encon-
trándolos individualmente, de modo personal, para
establecer una relación que permita conocer y escu-
char sus deseos, sus dificultades y fatigas y, a veces,
sus miedos y sus temores. Es una relación que quie-
re ir más allá de un conocimiento superficial, ofre-
ciendo una amistad caracterizada por la confianza
mutua y por el intercambio recíproco. La amorevo-
lezza, o la bondad, ha llegado a ser, así, forma sus-
tancial de la caridad de Don Bosco. Y nos pide hoy,
como en la Carta de Roma de 1884, la capacidad de
encontrarnos, la disponibilidad para la acogida, la
familiaridad. Como en Don Bosco, debemos culti-
var, todavía, el arte de dar el primer paso, eliminan-
do distancias y barreras, y haciendo nacer el gozo y
el deseo de volver a vernos, de ser amigos. Ese arte

4.8 Page 38

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40
Capítulo General XXVIII
consiste también en crear, con paciencia y dedica-
ción, una atmósfera rica de humanidad, un clima
familiar donde los chicos y los jóvenes se sientan
muy libres y capaces de expresar y de ser ellos mis-
mos, asimilando con gozo los valores que les son
propuestos. Esta pedagogía del espíritu de familia
es, además, una escuela de fe para los jóvenes. Ofre-
cemos amor y acogida incondicional, de manera que
puedan descubrir, progresivamente y desde una
opción de libertad personal, la confianza y el diálo-
go, así como la celebración y la experiencia comu-
nitaria de la fe.
Y no olvidamos de que la presencia salesiana es
una presencia especial, donde el Salesiano trata a
los jóvenes con profundo respeto, los encuentra en
su nivel de libertad, y los trata como sujetos activos
y responsables de la comunidad educativo-pastoral.
Por eso, el Salesiano aprende un estilo de escucha,
diálogo y discernimiento personal y comunitario. Y
esto es válido no solo en la pastoral entre los jóvenes
sino también en nuestras casas de formación, donde
«se aprende a ser Salesianos».
Pero esta modalidad de presencia no es posible
si se está lejos de los jóvenes: lejos de ellos física-
mente y lejos de su psicología y de su mundo cul-
tural. El peligro es este. La alternativa es la de vivir
como Salesianos, como hijos de Don Bosco, la mis-
ma experiencia de paternidad que él vivió con sus
chicos, que se traduce en un verdadero amor y, al
mismo tiempo, una auténtica «autoridad» ante esos

4.9 Page 39

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Líneas programáticas
41
mismos chicos. Partiendo del gran valor que tiene
para nosotros la presencia entre los jóvenes. En pa-
labras del Papa en su Mensaje al CG28, «vuestra
consagración es, ante todo, signo de un amor gra-
tuito del Señor y al Señor en sus jóvenes, que no se
define principalmente por un ministerio, una fun-
ción o servicio particular, sino por una presencia.
Antes, incluso que, de cosas a hacer, el Salesiano es
recuerdo vivo de una presencia donde la disponibi-
lidad, la escucha, la alegría y la dedicación son las
notas esenciales para suscitar procesos. La gratui-
dad de la presencia salva a la Congregación de toda
obsesión activista y de todo reduccionismo técnico-
funcional. La primera llamada es la de ser una pre-
sencia gozosa y gratuita en medio de los jóvenes».
Me permito recordar que la presencia, hoy, impli-
ca también el mundo digital, un verdadero nuevo
areópago para nosotros, un hábitat de los jóvenes de
hoy. También, aquí, debemos estar presentes, con
una clara identidad salesiana, con el deseo de llevar
el anuncio de la Buena Nueva, simplemente con la
alegría y sencillez de los discípulos del Señor14.
14 «La revolución digital que pide comprender las profundas trans-
formaciones que están aconteciendo no solo en el campo de la co-
municación sino, sobre todo, en el modo de configurar y gestionar
nuestras relaciones humanas» (núcleo 1 del CG28).

4.10 Page 40

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42
PROPUESTA
Capítulo General XXVIII
Propongo para este sexenio, como expresión de
nuestra CONVERSIÓN, algo ya pedido en el
CG26, es decir:
«Que cada Salesiano encuentre el tiempo de
estar en medio de los jóvenes como amigo, edu-
cador y testigo de Dios, sea cual sea su función
en la comunidad»15.
Y, aunque suena extraño tener que pedir a un
Salesiano que encuentre tiempo para estar con los
jóvenes, lo considero muy necesario.
Por esta razón se propone:
Promover una presencia efectiva y afectiva en-
tre y con los jóvenes en comunión de vida y de
acción. Y valorar y relanzar la hermosa experien-
cia y la renovada figura del asistente, no solo
para el tirocinante, sino para la vida entera del
Salesiano de Don Bosco.
Cuidar en cada presencia el estilo del ambiente
oratoriano: la atmósfera familiar, la acogida, y
la espiritualidad y la dimensión de la alegría pro-
funda.
15 CG26, «Da mihi animas, cetera tolle», n. 14.

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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Líneas programáticas
43
Acompañar el dinamismo de los jóvenes median-
te el protagonismo y liderazgo de los mismos
jóvenes en cada casa y en la misión salesiana que
en ella se lleva a cabo.
Asegurar la presencia de los formadores en las
comunidades de formación, donde se comunica
el espíritu salesiano, ante todo con el ejemplo:
estar en medio de ellos, ayudando fuertemente a
los Hermanos jóvenes a ser los primeros respon-
sables de su propia formación.
Comprometer al dicasterio para la comunicación
social, en sus diversos niveles, en ofrecer instru-
mentos y estímulos para un permanente proceso
de verificación, de puesta al día, de inculturación
de la misión salesiana en el hábitat digital, donde
los jóvenes viven, implicando a nuestras univer-
sidades, en red con otros centros y agencias che
siguen más de cerca y estudian las transforma-
ciones que el mundo digital está llevando entre
las nuevas generaciones.

5.2 Page 42

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4. La formación para ser
SALESIANOS PASTORES HOY
«Iluminado por la persona de Cristo y por su
Evangelio, vivido según el espíritu de Don Bos-
co, el Salesiano se compromete en un proceso
de formación que dura toda la vida y respeta sus
ritmos de maduración. Vive la experiencia de los
valores de la vocación salesiana en los diferentes
momentos de su existencia, y acepta la ascesis
que supone tal camino.
Con la ayuda de María, madre y maestra, se es-
fuerza por llegar a ser educador pastor de los
jóvenes en la forma laical o sacerdotal que le es
propia» (Const. 98).
La formación es verdaderamente un don precioso del
Señor que permite madurar en nosotros, como Sale-
sianos de Don Bosco, el inestimable don de la llama-
da del Padre a la vocación cristiana y consagrada. Y,
a pesar de que la realidad numérica de las vocaciones
no sea homogénea en todo el mundo, la Congrega-
ción está siendo bendecida todos los años con un
número en torno a los 450 novicios. Damos gracias
a Dios porque, como dicen nuestras Constituciones,
cada llamada manifiesta cuánto ama el Señor a la
Iglesia y a nuestra Congregación (cf. Const. 22).
Sin embargo, la Asamblea capitular también re-
conoció algunas de nuestras debilidades y las expre-
só así: «De hecho, notamos que, a veces, la identidad

5.3 Page 43

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Líneas programáticas
45
consagrada salesiana parece débil y poco arraigada:
la primacía de Dios en la vida personal y comunita-
ria no aparece siempre con claridad; formas de cle-
ricalismo y secularismo corren el riesgo de traer
«mundanidad espiritual» a la Congregación; la pro-
moción del Salesiano laico, en algunas regiones,
sigue siendo escasa; la falta de personal capacitado
en el campo de la salesianidad, a pesar del abundan-
te material disponible, es un signo de una atención
insuficiente a la profundización del carisma»16. De
hecho, esta petición surgió de manera muy fuerte
durante los trabajos de nuestro Capítulo General 28°.
Me atrevería a decir que, si esto sucede en todas
las congregaciones religiosas y también en la for-
mación de los seminarios diocesanos, la distancia
abismal que se percibe entre la formación y la mi-
sión salesiana es, sin duda, para nosotros un gran
desafío. Quizá esta distancia sea debida a la gran
diferencia que existe entre la realidad de las casas
de formación inicial y la vida en las comunidades
apostólicas (las comunidades ordinarias de todas las
Inspectorías); quizá el fenómeno depende de que la
formación no siempre llega a tocar el corazón del
joven Salesiano en formación; quizá porque en el
currículum formativo se adquieren conocimientos
e informaciones que no consiguen tocar la vida y la
misión salesiana. El crecimiento es un proceso len-
to de unificación de la persona, que pone en relación
16 CG28, Perfil del Salesiano hoy. Segundo núcleo, n. 1.

5.4 Page 44

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46
Capítulo General XXVIII
experiencias de vida, necesidades existenciales,
conocimientos, misión, relaciones, vocación, pro-
yecto de vida... En este proceso de unificación, nos
formamos para ser educadores y pastores en un
mundo nuevo y en una misión renovada. Cualquie-
ra que sea la razón de los límites formativos que
constatamos, nos encontramos ante un gran desafío
que la Congregación ha evidenciado y que debemos
afrontar decididamente en el sexenio.
Por otra parte, no podemos negar que existe una
peligrosa convicción: la de que la formación termi-
na una vez que han concluido las fases iniciales y,
en el caso de los candidatos al sacerdocio, se com-
pleta con su acceso al ministerio. Esta idea equivo-
cada nos hace mucho daño y nos lleva a pagar pre-
cios elevados en el ministerio pastoral. Se trata, por
tanto, de comprender la vocación como un proceso
de transformación personal que dura toda la vida,
aunque se caracteriza por una particular intensidad
y con atenciones específicas en las primeras etapas.
En definitiva, la formación es un camino necesario
para construir y cuidar nuestra vocación.
Con frecuencia no sabemos transformar la vida
pastoral cotidiana en una oportunidad permanente
para nuestra formación y, por esto, «la comunidad,
tanto la religiosa como la educativo-pastoral, no
logra ser el ambiente natural y ordinario en el que
se forma»17. Somos conscientes de algunas posibles
17 Ibidem, n.3.

5.5 Page 45

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Líneas programáticas
47
fragilidades pastorales: superficialidad, improvisa-
ción, activismo. No es menor el peligro del indivi-
dualismo. Todo esto pide humildad, lucidez, auten-
ticidad y un nuevo impulso en la comprensión
comunitaria de nuestra vida y de nuestra acción.
Como se dijo en el Capítulo General, la forma-
ción inicial es una realidad poliédrica, positiva y
prometedora. Ante esta situación, la formación de
formadores, es decir, de los Hermanos que acom-
pañan con una «vocación particular dentro de la
propia vocación» la formación de los jóvenes Sale-
sianos, y la creación de buenos equipos de personas
que puedan acompañar las etapas de la formación,
son una verdadera urgencia y una auténtica priori-
dad ya que la comunidad es el primer lugar de
formación.
¿Debemos hablar, quizás, de la necesidad de
adoptar un nuevo estilo de formación? En su Men-
saje al Capítulo General, el papa Francisco nos dice
a este respecto que «pensar en el modelo de Sale-
siano para los jóvenes de hoy implica aceptar que
estamos inmersos en un momento de cambios»18.
Es necesario, por tanto, renovar nuestro estilo for-
mativo ya que necesita ser pensado siempre de mo-
do más personalizado, holístico, relacional, contex-
tual e intercultural19. Tendremos que seguir dando
pasos hacia adelante para definir y vivir realmente
18 Ibidem, n. 5.
19 Cf. Ibidem, n. 5.

5.6 Page 46

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48
Capítulo General XXVIII
la formación en el horizonte de la vocación y, por
lo tanto, lejos de ser comprendida, como a veces se
tiende a hacer, solo como un deber que dura pocos
años y necesariamente es algo que debemos superar
para llegar a la «vida real», a la vida concreta, a la
que se buscaba. ¡Qué concepto formativo tan peli-
groso el que opone la vida real a la formación del
Salesiano educador y pastor!
La formación, en definitiva, es un verdadero y
auténtico trabajo artesanal, tanto por parte del que
acompaña a los Hermanos, como por parte de cada
uno en su propio proceso formativo. Y en este cam-
po hoy, no cabe la «producción en serie». El artesa-
nado nos habla de obras de arte únicas, elaboradas
a mano, una a una. Hablando de este trabajo artesa-
nal, hoy no podemos ignorar la figura de la mujer
en los ambientes educativos salesianos. De hecho,
«la presencia de la mujer en muchas de nuestras
obras es, como destinataria y como corresponsable
de la educación, un hecho»20. En este sentido el pa-
pa Francisco nos ha hecho un fuerte requerimiento
en su Mensaje al CG28 al decirnos «¿Qué sería de
Valdocco sin la presencia de Mamá Margarita?
¿Hubiesen sido posible vuestras casas sin esta mujer
de fe? […] Sin una presencia real, efectiva y afec-
tiva de las mujeres, vuestras obras carecerían del
coraje y la valentía capaz de declinar la presencia
como hospitalidad, como casa. Frente el rigor ex-
20 CG24, n.166.

5.7 Page 47

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Líneas programáticas
49
cluyente es necesario aprender a gestar la vida nue-
va del Evangelio. Os invito a llevar adelante diná-
micas donde la voz de la mujer, su mirada y su
acción –apreciada en su singularidad– encuentren
eco en la toma de decisiones; como un actor no
auxiliar sino constitutivo de vuestras presencias».
Un renovado estilo y modelo de formación, tam-
bién con el fuerte subrayado que nos hace el papa
Francisco, no será posible olvidando al único y más
importante protagonista, que no es ni el formador
ni el formando, sino el Espíritu Santo, el Espíritu de
Dios y la docilidad de cada uno a Él. Por esto mis-
mo, nuestras Constituciones nos recuerdan que «to-
do Salesiano asume la responsabilidad de su propia
formación» (Const. 99). Me permito añadir que
cada Hermano debe procurar que el Espíritu Santo
transforme su corazón a lo largo del curso de la vida
y en sus diferentes momentos.
Un camino formativo vivido así nos permitirá
consolidar en la Congregación lo ya dicho en las
páginas precedentes: el «Da mihi animas» debe ser
el motor de la pasión educativa y evangelizadora, y
también la «energía» de todo el proceso formativo.
De hecho, la naturaleza apostólica de nuestro ca-
risma marca, de modo determinante, nuestra forma-
ción. Como nos recuerda el papa Francisco en su
Mensaje, «es muy importante sostener que no so-
mos formados para la misión, sino que somos for-
mados en la misión, a partir de la cual gira toda
nuestra vida, con sus elecciones y sus prioridades.

5.8 Page 48

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50
Capítulo General XXVIII
La formación inicial y la permanente no pueden ser
una instancia previa, paralela o separada de la iden-
tidad y de la sensibilidad del discípulo».
Es evidente que tenemos, ante nosotros, uno de
los núcleos esenciales del camino de la Congrega-
ción en el próximo sexenio: Cuidar la vocación de
cada Hermano en particular, y la de los jóvenes Her-
manos en formación, de tal modo que consigamos,
todos, ser esos Don Bosco hoy que nuestros chicos
y los jóvenes y sus familias necesitan.
PROPUESTA
Nos comprometemos a superar la brecha entre
formación y misión favoreciendo en la Congre-
gación una renovada cultura de la formación en
la misión, para este momento, en todo el mundo
salesiano, con medidas y decisiones de gran sig-
nificatividad.
Por esta razón:
Promovamos un renovado compromiso en el
acompañamiento formativo de los Hermanos,
que pueda tocar el corazón y hacernos disponi-
bles para una verdadera y radical donación de
nosotros mismos. Con este fin, valoramos el sub-
sidio «Jóvenes Salesianos y acompañamiento:
Orientaciones y pautas», que confirma que nues-

5.9 Page 49

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Líneas programáticas
51
tro modelo de formación no puede ser otro que
el Sistema Preventivo.
Las comunidades de formación inicial deben
mantener un estilo de vida sobrio y caracterizado
por la profundidad espiritual y la gran capacidad
de servicio y trabajo, que preserve del aburgue-
samiento y forme a las exigencias de la misión.
Se garantice el acompañamiento pastoral como
estrategia fundamental para una formación a la
misión y en la misión.
Invertimos energías en la búsqueda y en la for-
mación de formadores y afrontamos con valentía
el replanteamiento de las referencias institucio-
nales y de las estructuras formativas.
El Sector de la formación desarrollará un serio y
exigente trabajo de actualización de la Ratio, po-
tenciando lo que favorece la integración entre la
formación y la misión e impide la formación de
una brecha entre las dos dimensiones. El Sector
garantizará procesos de verdadera maduración y
personalización y de acompañamiento.

5.10 Page 50

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5. PRIORIDAD ABSOLUTA
por los jóvenes, los pobres
y los más abandonados
e indefensos
«El Señor indicó a Don Bosco, como primeros
y principales destinatarios de su misión, a los
jóvenes, especialmente a los más pobres.
Llamados a esa misma misión, nos percatamos
de su extrema importancia: los jóvenes viven los
años en que hacen opciones de vida fundamen-
tales, que preparan el porvenir de la sociedad y
de la Iglesia.
Con Don Bosco reafirmamos nuestra preferencia
por la «juventud pobre, abandonada y en peli-
gro», la que tiene mayor necesidad de ser querida
y evangelizada, y trabajamos, sobre todo, en los
lugares de mayor pobreza» (Const. 26).
Quisiera iniciar el desarrollo de esta prioridad par-
tiendo de las pocas frases que pude dedicar a este
tema en mi última intervención en el aula capitular,
antes de la conclusión anticipada de nuestro CG28.
Puedo aseguraros, queridos Hermanos, que las pa-
labras fueron pocas, pero la convicción era fuerte y
grande.
Dije: «Yo sueño que decir hoy «Salesianos de
Don Bosco» quiera decir, para las personas que es-
cuchen nuestro nombre, que somos consagrados un
poco «locos», es decir, «locos» porque aman a los

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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Líneas programáticas
53
jóvenes, sobre todo a los más pobres, con verdade-
ro corazón salesiano.
Queridos Hermanos, si nos alejamos de los más
pobres, eso será la muerte de la Congregación. Don
Bosco lo dijo al hablar de la pobreza y de la riqueza.
Me permito, todavía, especificar: si un día dejamos
a los chicos y, entre ellos, a los más pobres, comen-
zará el declive de la Congregación. Una Congrega-
ción que, gracias a Dios, goza ahora de buena salud,
¡más allá de nuestras debilidades!
Prestemos, pues, atención a lo que considero una
«auténtica deliberación capitular», aunque no en
sentido propio, porque su contenido ya se encuentra
en nuestras Constituciones: opción radical, prefe-
rencial, personal, institucional y estructural –en
resumen, desde todos los puntos de vista– por los
chicos más necesitados, pobres y excluidos. Es una
opción que se manifiesta, de manera especial, en la
defensa de los chicos y jóvenes explotados y vícti-
mas de cualquier abuso: del abuso sexual a la vio-
lencia, de la injusticia al abuso de poder. Este cuar-
to desafío es un hermoso compromiso que debemos
llevar en nuestros corazones. Un sexenio guiado por
esta luz nos dará mucha vida».
Estoy convencido de que, asumir esta perspecti-
va como irrenunciable, será muy significativo en
toda la Congregación y en todos los contextos, cul-
turas y continentes. Hoy hay muchas pobrezas ju-
veniles que reclaman de la entera familia humana
y, sin duda, de nosotros Salesianos en particular,

6.2 Page 52

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54
Capítulo General XXVIII
una atención urgente. De hecho, la historia nuestra
Congregación está plagada de llamadas para ir al
encuentro de los jóvenes más pobres. «Hemos con-
traído, como hijos de Don Bosco, un compromiso
histórico de servicio a los jóvenes pobres»21.
Nuestro mismo padre Don Bosco ya nos decía:
«El mundo nos recibirá siempre con agrado, mien-
tras nuestros afanes vayan encaminados a los hijos
de los pobres, de los más abandonados por la socie-
dad. Esta es nuestra mayor satisfacción, que ningu-
no vendrá a arrebatarnos»22.
Hace muchos años, el CGXIX, declaraba que
«hoy más que nunca, Don Bosco y la Iglesia nos
mandan preferentemente a trabajar entre los pobres,
los menos favorecidos y el pueblo»23. El CGXX
habló de la prioridad absoluta de los «jóvenes» y
entre ellos prioridad a «los pobres y abandonados»
cuando pedía que fueran los destinatarios concretos
de nuestra misión24.
Nosotros mismos hemos dicho, en nuestro recien-
te Capítulo, que somos consagrados por Dios para
los jóvenes más pobres. Como Don Bosco, también
nosotros hemos prometido, en nuestra profesión re-
ligiosa, que nos ofrecemos a Dios entregando nues-
tras fuerzas al servicio de los jóvenes, especialmen-
21 CGXX, n. 580.
22 MBe XVII, 239; cf. Mbe XVII, 183.
23 CGXIX, ACS 244, p. 94.
24 CGEXX, n. 45.

6.3 Page 53

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Líneas programáticas
55
te los más pobres y, por esto, debemos «escuchar
juntos la llamada que Dios nos dirige en las pobrezas
juveniles. También requiere profundidad espiritual,
para no caer en el activismo o en una mentalidad
empresarial; preparación cultural, para comprender
los fenómenos en los que estamos inmersos y las
nuevas pobrezas juveniles; voluntad de trabajar jun-
tos, abandonando todo individualismo pastoral; fle-
xibilidad para repensar nuestro estilo de vida y nues-
tras obras, especialmente cuando ya no expresan la
energía misionera del carisma y responden, princi-
palmente, a lógicas de mantenimiento»25.
En definitiva, la llamada, que dirijo a todos, es la
de mirar verdaderamente los rostros de nuestros
chicos y de nuestros jóvenes hasta llegar a conocer
sus historias de vida, tantas veces llenas de auténti-
cas tragedias. Si esto sucede es porque amamos de
verdad a los jóvenes y nos producirá sufrimien-
to y dolor. El papa Francisco, al hablarnos de la
opción Valdocco y el don de la juventud, nos dice
algo precioso, que no me ha dejado indiferente. Es-
cribe: «El Oratorio salesiano, y todo lo que surgió
a partir de él, como cuenta la Biografía del Orato-
rio, nació como respuesta a la vida de jóvenes con
un rostro y una historia, que movilizaron a aquel
joven sacerdote, que no podía permanecer neutral
o inmóvil ante lo que acontecía. Fue mucho más que
25 CG28, Prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes de hoy.
Primer núcleo, n. 8.

6.4 Page 54

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56
Capítulo General XXVIII
un gesto de buena voluntad o de bondad e, inclusive,
mucho más que el fruto de un proyecto de estudio
sobre «viabilidad numérico-carismática». Lo pien-
so como un acto de conversión permanente y de
respuesta al Señor que, «cansado de llamar» a nues-
tras puertas, espera que lo vayamos a buscar y en-
contrar… O que le dejemos salir, cuando llama
desde dentro. Conversión que implicó (y complicó)
toda su vida y la de todos los que estaban a su alre-
dedor. Don Bosco no solo no elije separarse del
mundo para buscar la santidad, sino que se deja in-
terpelar y elije cómo y qué mundo habitar»26.
PROPUESTA
En el sexenio, la Congregación, en todas sus Ins-
pectorías, hace una opción radical, preferente,
personal –de cada Salesiano– e institucional en
favor de los más necesitados, de los chicos, de las
chicas y de los jóvenes pobres y excluidos, con
una particular atención en la defensa de los que
son explotados y víctimas de cualquier abuso y
violencia («abuso de poder, económico, de concien-
cia, sexual»27).
26 F
, Mensaje al CG28.
27 ChV, 98.

6.5 Page 55

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Líneas programáticas
57
Por esta razón
En cada presencia salesiana del mundo, y en ca-
da Inspectoría, deben tomarse decisiones para
que los niños y los jóvenes más pobres, en los
lugares donde estamos presentes, nunca sean
excluidos de ninguna casa salesiana, sean cuales
sean los esfuerzos que se deban hacer. Pensar,
decidir, crear modos de hacer posible esta opción
(como hizo siempre nuestro padre Don Bosco).
En cada Inspectoría y casa salesiana tendremos
un código ético para el cuidado, la prevención y
la defensa de los menores que tenemos confia-
dos, con el compromiso de protegerlos de cual-
quier tipo de abuso, venga de donde venga. Para
nosotros los chicos, las chicas y los jóvenes son
sagrados en el nombre de Dios.
A nivel mundial, inspectorial y local, nos com-
prometemos a favorecer las diversas redes, las
acciones y las buenas prácticas que se refieren a
nuestra obra y presencia entre los chicos, las chi-
cas y los jóvenes más pobres, en particular tam-
bién entre los refugiados y los inmigrantes. Las
organizaciones salesianas como DBnetwork,
DBGA y RAS deben ayudar a garantizar la pro-
tección de los menores y a caminar siempre en
mayor comunión con el Sector de la Pastoral Ju-
venil de la Congregación.

6.6 Page 56

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6. JUNTO CON LOS SEGLARES
EN LA MISIÓN
Y EN LA FORMACIÓN.
La fuerza carismática
que nos ofrecen los seglares
y la Familia Salesiana
«En nuestras obras formamos la comunidad edu-
cativa y pastoral. Esta, en clima de familia, inte-
gra a jóvenes y adultos, padres y educadores, de
modo que pueda convertirse en una experiencia
de Iglesia, reveladora del plan de Dios.
En esta comunidad los seglares asociados a nues-
tro trabajo aportan la originalidad de su experien-
cia y de su modelo de vida.
Acogemos y fomentamos su colaboración y les
ofrecemos la posibilidad de conocer y profundi-
zar el espíritu salesiano y la práctica del Sistema
Preventivo.
Favorecemos el crecimiento espiritual de cada
uno y, a quien sea llamado a ello, le proponemos
que comparta más de cerca nuestra misión en la
Familia Salesiana» (Const. 47).
Este artículo de nuestras Constituciones contiene
los elementos más esenciales de nuestra misión
compartida con los seglares. Con esta visión debe-
mos confrontarnos para ver en qué medida el cami-
no de la Congregación, de cada Inspectoría y de
cada Hermano, está moviéndose en esta dirección,

6.7 Page 57

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Líneas programáticas
59
que define bien nuestra identidad carismática. Es-
tamos comprometidos en la formación de los segla-
res que comparten la misión con nosotros, apoyan-
do su crecimiento personal, su camino de fe y su
identificación vital con el espíritu salesiano. Ade-
más, debemos ofrecer los medios que les capaciten
para el desempeño de las tareas que tienen enco-
mendadas. «El (re)descubrimiento de la vocación y
de la misión de los seglares es uno de los grandes
frentes de renovación propuesto por el Concilio Va-
ticano II y reflexionado en el sucesivo Magisterio»28.
Nuestro CG24 ha sido, ciertamente, una respuesta
carismática a la eclesiología de comunión del Vati-
cano II. Sabemos bien que Don Bosco, desde el
inicio de su misión en Valdocco, implicó a muchos
seglares, amigos y colaboradores para que formasen
parte de su misión entre los jóvenes. «Logra que un
grupo de eclesiásticos, seglares, hombres y mujeres,
compartan su labor y se haga corresponsable en
ella»29. Se trata, por tanto, a pesar de nuestras resis-
tencias, de un camino que no tiene punto de retorno
porque el modelo operativo de la misión comparti-
da con los seglares, tal como lo proponía el CG24
es, de hecho, «el único válido y viable en las condi-
ciones actuales»30.
28 CG28, Con los seglares en la misión y en la formación. Núcleo
3, reconocer, n. 1.
29 CG24, n. 71.
30 CG24, n. 39.

6.8 Page 58

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60
Capítulo General XXVIII
Veinticuatro años después de la celebración de
este Capítulo General, debemos reconocer que la
acogida y la realización de las decisiones que se
adoptaron son muy diversas. En algunas Regiones
la presencia de los seglares en la misión salesiana
ha llegado a ser más evidente. En otras Regiones de
la Congregación el camino es mucho más lento. En
otros casos, la experiencia de comunión se encuen-
tra todavía en los inicios –como un camino apenas
iniciado– y, a veces, encontramos también fenóme-
nos de verdadera y auténtica resistencia.
Ciertamente, en estos años, aun en las más dife-
rentes realidades culturales, se han realizado pro-
gresos. Con frecuencia las relaciones entre Salesia-
nos y seglares se caracterizan por la cordialidad, el
mutuo aprecio, el respeto, la colaboración y, cuando
hay una clara identidad, la realidad de las comuni-
dades educativo-pastorales es muy rica –aunque no
siempre se perciba el valor de la vocación y de la
misión de los seglares. En efecto, tendemos a reco-
nocer más fácilmente lo que hacen respecto a su
identidad laical.
Es cierto que, entre los seglares de las presencias
salesianas en las 134 naciones donde nos encontra-
mos, existe una gran variedad: muchos trabajan de
modo contractual y otros muchos, especialmente
los más jóvenes, como voluntarios. Hay seglares
con una fuerte identidad cristiana y carismática, y
otros que se encuentran lejos de esta realidad. Hay
quienes son católicos, cristianos de otras denomi-

6.9 Page 59

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Líneas programáticas
61
naciones, o seglares que profesan otras religiones,
y también personas indiferentes al hecho religioso.
Del mismo modo, las formas de relación entre las
comunidades y las obras son diversas según la rea-
lidad existente, los contextos etc. … En la reflexión
hecha en el Consejo General, hemos tomado con-
ciencia de esta gran diversidad, como se recoge en
nuestra contribución al núcleo 3 del Capítulo que
quedó sin desarrollar en la Asamblea capitular a
causa del COVID-1931.
Como dije anteriormente, «nuestro Fundador se
preocupó de involucrar al mayor número posible de
colaboradores en su proyecto operativo; de Mamá
Margarita a los que daban trabajo, de la buena gen-
te del pueblo a los teólogos, de los nobles a los po-
líticos de la época (cf. CG24, 69-86).
Nacimos y crecimos históricamente en comunión
con los seglares y ellos con nosotros. En particular,
debemos subrayar la importancia que los jóvenes han
tenido en el desarrollo del carisma y de la misión
salesiana: ¡Don Bosco encontró a sus primeros cola-
boradores en los jóvenes, que, en cierto sentido se
convirtieron en co-fundadores de la Congregación!»32.
Tantas veces yo mismo he expresado –y sin duda
otros Rectores Mayores– con fuerte convicción, que
31 Cf. Ibidem, n.12-17.
32 CG28, Con los seglares en la misión y en la formación. Núcleo
3, interpretar, n. 35.

6.10 Page 60

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62
Capítulo General XXVIII
la participación de los seglares en el carisma sale-
siano y en la misión no es una concesión por nuestra
parte, o una gracia que les brindamos, y ni siquiera
un camino de supervivencia –como tantas veces han
pensado muchos Hermanos. Es un derecho ligado
a su vocación específica. Naturalmente aquí se ve
la diferencia entre ser simples trabajadores en una
casa salesiana, y en formar parte, al mismo tiempo,
de un trabajo, de una misión y de una vocación. Es
una relación radicalmente diferente. Esto exige de
nosotros, en muchos casos, un decidido cambio de
perspectiva. Como consagrados, somos una encar-
nación específica del carisma salesiano, pero no
somos los únicos depositarios del mismo.
De ahí que resulta una prioridad absoluta: «Com-
partir el espíritu salesiano y el crecimiento en la
corresponsabilidad requieren compartir algunos
itinerarios y experiencias formativas orientadas a la
espiritualidad y la misión, evidentemente sin des-
cuidar caminos formativos específicos para Salesia-
nos consagrados y seglares. La formación conjunta
en la misión compartida es una prioridad absoluta
y debe dirigirse, sobre todo, a los miembros del nú-
cleo animador»33.
33 CG28, Con los seglares en la misión y en la formación. Núcleo
3, interpretar, n. 42. Cf. Animación y gobierno de la comunidad,
106 y 122.

7 Pages 61-70

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7.1 Page 61

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Líneas programáticas
63
Los seglares son compañeros de camino, no sus-
titutos o subrogados de los religiosos: ellos y noso-
tros tenemos identidades y tareas específicas para
la misión. Por ello, nuestros colaboradores seglares
tienen necesidad de conocer y experimentar muy de
cerca a Don Bosco y lo que se vive en las casas sa-
lesianas en las que se encuentran. Tal conocimiento
y formación no se recibe solamente con cursos aca-
démicos sino de modo muy especial reflexionando,
verificando y proyectando lo que se vive juntos en
dicha presencia. Es esencial seguir dando pasos en la
formación común y conjunta, especialmente en
aquellos aspectos que se refieren al conocimiento y
la vivencia de nuestro carisma compartido. Sabe-
mos, de hecho, que «el primero y mejor modo de
formarse y formar en el compartir y en la correspon-
sabilidad es el correcto funcionamiento de la comu-
nidad educativo-pastoral»34.
Me queda por subrayar, de modo muy particular
y firme, que esta misión compartida con los seglares
tiene su desarrollo más pleno y auténtico cuando
ellos son miembros de alguno de los treinta y dos
grupos de la Familia Salesiana, de los cuales, como
se sabe, doce son grupos laicales. En el caso de los
miembros pertenecientes la Familia Salesiana, el
grado de identidad carismática es, con frecuencia,
muy alto, y juntos vivimos una verdadera vocación
en el carisma. Este es un motivo más para dar prio-
34 CG24, 43.

7.2 Page 62

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64
Capítulo General XXVIII
ridad a la presencia de miembros de la Familia Sa-
lesiana en nuestras presencias, también como traba-
jadores, cuando su profesionalidad reúna las mismas
condiciones que los demás.
Por último, no hemos de olvidar que, el futuro de
este elemento carismático –la misión y la formación
compartida con los seglares– pasa a través de la
formación de los futuros Salesianos. No os oculto,
queridos Hermanos, que me preocupa la tendencia
de una parte de nuestros Hermanos jóvenes, que
anhelan, me atrevería a decir incluso con vehemen-
cia, terminar las etapas formativas para verse con
autoridad, posiciones y responsabilidades ante los
seglares. Es una tendencia totalmente contraria al
camino que queremos hacer como Congregación.
De ahí que «la formación en y para la misión com-
partida debe tocar también la formación inicial de
los Salesianos, no solo como tema de estudio, sino
también a través de experiencias pastorales sema-
nales y estivas. La experiencia de trabajar con y
bajo la dirección de seglares durante el tirocinio, así
como la participación en el consejo de la comunidad
educativo-pastoral, son momentos preciosos de for-
mación, especialmente si están bien acompañados
por los miembros del núcleo animador, tanto segla-
res como Salesianos»35.
35 CG28, Con los seglares en la misión y en la formación. Núcleo
3, interpretar, n. 43.

7.3 Page 63

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Líneas programáticas
65
PROPUESTA
Toda la Congregación y todas las Inspectorías
del mundo den «pasos hacia adelante» en el tes-
timonio de la misión compartida y de la forma-
ción conjunta, mejorando la realidad y el funcio-
namiento de las CEP en todas las presencias de
la Congregación. Se puede estar más adelante o
más atrás en el vivir la misión y la formación en
la CEP y de la CEP, pero no se puede no caminar
en esta dirección. Sigue siendo una prioridad y
una urgencia lo que ya pedí en el CG27: «La
misión compartida entre Salesianos y seglares ha
dejado de ser opcional, si es que alguien lo sigue
pensando así»36.
Damos pasos para incorporar seglares en los
equipos formativos de las comunidades de for-
mación inicial.
En estos seis años, en cada Inspectoría y presen-
cia salesiana, se llevará adelante, conjuntamente
entre Salesianos y quienes comparten la misión
y forman parte del núcleo animador, un proceso
de discernimiento para:
– evidenciar con realismo la situación de la mi-
sión y de la formación compartida (reconocer);
36 CG27, Testigos de la radicalidad evangélica. Documentos Ca-
pitulares. Discurso del Rector Mayor en la clausura del CG27, n.
3.7, Roma, 2014.

7.4 Page 64

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66
Capítulo General XXVIII
– ponerse en sintonía con el camino que la Igle-
sia y la Congregación están haciendo (inter-
pretar);
– trazar y activar procesos de crecimiento y de
transformación, en sinergia con las demás rea-
lidades inspectoriales, regionales y de Con-
gregación (elegir).
Por esta razón:
Los seglares, con una fuerte identidad carismá-
tica, serán incorporados, gradualmente, en los
equipos inspectoriales, asumiendo, también, ta-
reas de responsabilidad, de coordinación y de
liderazgo (dirección).
En las Inspectorías se realizará una formación
según el modelo operativo de animación y go-
bierno de las casas, según lo determinado ya en
el CG24.
En las Inspectorías y en las presencias salesianas
haremos que sea significativo el testimonio evi-
dente y fuerte de la Familia Salesiana dentro de
la CEP.
Los centros regionales de formación permanen-
te, con el apoyo de los dicasterios para la Pastoral
Juvenil y para la Formación, preparan subsidios,
adaptados a los diversos contextos regionales, y
favorecen este proceso a nivel inspectorial y lo-
cal. Llegan a ser, por eso mismo, receptores y

7.5 Page 65

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Líneas programáticas
67
difusores de buenas prácticas y de materiales,
que servirán como ejemplo y estímulo para otras
realidades salesianas.
En el ámbito de las CEP locales se valoriza, co-
mo camino de formación permanente, la tercera
parte de «Animación y gobierno de la comuni-
dad. El servicio del Director salesiano», dedica-
da a «la comunidad educativo-pastoral».
Este proceso será uno de los campos a los que
prestar atención prioritaria en las visitas inspec-
toriales, en los Capítulos inspectoriales de mitad
de sexenio, en las Visitas Extraordinarias y en las
visitas de conjunto.

7.6 Page 66

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7. ES TIEMPO DE GENEROSIDAD
EN LA CONGREGACIÓN.
En una Congregación
siempre misionera
«A cada uno de nosotros Dios lo llama a formar
parte de la Sociedad salesiana. Para esto recibe
de Él dones personales y, si corresponde fielmen-
te, encuentra el camino de su plena realización
en Cristo.
La Sociedad reconoce su vocación y le ayuda
a desarrollarla; él, como miembro responsable,
pone su persona y sus cualidades al servicio de
la vida y la acción común. Toda llamada mani-
fiesta que el Señor ama a la Congregación, la
quiere viva para el bien de su Iglesia y no cesa
de enriquecerla con nuevas energías apostólicas»
(Const. 22).
En la sesión de clausura del CG28 manifesté que, a
mi juicio, «es tiempo de generosidad en la Con-
gregación». No me cabe duda de que tenemos una
historia de 161 años caracterizada por una gran ge-
nerosidad, iniciada ya con Don Bosco. Pero me
parece que hoy esta generosidad se hace más nece-
saria que nunca. Intentaré explicarme con claridad.
Hoy, no menos que en el pasado, la realidad nos
habla de la necesidad de la evangelización, de las
necesidades pastorales y de promoción humana que
llegamos a conocer en contacto con diversos con-

7.7 Page 67

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Líneas programáticas
69
textos. Son frecuentes los reclamos, las llamadas, y
las interpelaciones que se nos dirigen para que asu-
mamos este o aquel servicio en tantas partes del
mundo. Vemos chicos, chicas, jóvenes y familias
en dificultad en cada continente.
Dios nos sigue llamando en todo el mundo a
ser «testigos-signo» de su Amor salvador para
los jóvenes más pobres.
Se necesita nuestra ayuda como evangeliza-
dores y educadores para los jóvenes y los adul-
tos de las clases populares, en los más diversos
contextos culturales y religiosos.
Existe también una urgente necesidad de edu-
cación y de acción, por nuestra parte, para tes-
timoniar y promover la justicia en el mundo.
La pobreza y las pobrezas siguen siendo para
nosotros un grito, la mayoría de las veces si-
lencioso, sin voz: jóvenes con sus pobrezas
materiales y afectivas, auténticos huérfanos,
aun teniendo padres o familia, pobrezas cultu-
rales (sin acceso a la escuela, a la instrucción),
pobrezas espirituales (sin conocimiento algu-
no de los valores trascendentes, ni de Dios).
La esperanza de poder trabajar (y a veces tam-
bién estudiar más fácilmente), sigue provo-
cando emigraciones masivas a las grandes
ciudades (y también hacia otros países), con
las naturales consecuencias de inadaptación y
marginación social. A esto se suma la escalo-

7.8 Page 68

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70
Capítulo General XXVIII
friante realidad de los refugiados y de los cam-
pos en los que viven; en varios de estos, nues-
tros Hermanos comparten vida con estos
mismos refugiados (Kakuma-Kenia, Juba-
Sudán del Sur, Palabek-Uganda).
Podría ampliar el elenco de este conjunto de si-
tuaciones.
Queridos Hermanos, todos nosotros pertenece-
mos a Dios y a nuestra única Congregación de la
que, gozosamente, somos miembros. Todos somos
Salesianos de Don Bosco para el mundo. Nuestro
afecto irá siempre a los Hermanos de nuestra Inspec-
toría de origen, en la que hemos «nacido vocacional-
mente», pero nuestra pertenencia más verdadera y
profunda es a la Congregación, y esto comienza con
nuestra misma profesión religiosa.
Por esta razón, considero que, en el próximo se-
xenio, esta apertura de horizontes debe hacerse aún
más efectiva y real, gracias a la disponibilidad de
Hermanos y a la respuesta generosa de las Inspec-
torías que tienen mayores posibilidades de ofrecer
una ayuda a otros Hermanos. A veces con acuerdos
entre los mismos Inspectores; otras veces con la
mediación del Rector Mayor y su Consejo, cuando
se trata de nuevas fundaciones, de nuevos desafíos
misioneros, de nuevas presencias en otras naciones
o en nuevas fronteras misioneras.
Afortunadamente las Inspectorías económica-
mente más pobres son las más ricas en vocaciones,

7.9 Page 69

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Líneas programáticas
71
y la formación de todos estos Hermanos es posible
gracias a la generosidad de toda la Congregación.
Una vez más se demuestra que la generosidad hace
posible todos los sueños.
Vivimos tiempos en los que debemos afrontar la
realidad con mentalidad renovada que nos permita
«superar fronteras». En un mundo en el que las fron-
teras son cada vez más «una defensa contra los
otros», la profecía de nuestra vida, como Salesianos
de Don Bosco, consiste también en esto: en mostrar
que para nosotros no hay fronteras. La única rea-
lidad a la que respondemos es: Dios, el Evangelio
y la misión que se nos ha confiado. Y por eso mis-
mo, nuestras comunidades internacionales e inter-
culturales tienen hoy un gran valor profético, sin
que por ello ocultemos que construir la fraternidad
en la diversidad exige mirada de fe y compromiso
personal.
La realidad misionera de nuestra Congregación
nos sigue interpelando y presentando hermosos de-
safíos, las misiones nos lanzan hacia adelante y
nos hacen soñar hermosos sueños que se hacen
realidad.
Cuando en los años ochenta del siglo pasado, año
tras año, seguíamos perdiendo Hermanos de modo
significativo, el Rector Mayor don Egidio Viganò
lanzó, de manera profética, el Proyecto África, que
hoy es una hermosa realidad. Cuando en el año
2000, ante el nuevo milenio, se constataba la dura
realidad pastoral y la necesidad de una nueva evan-

7.10 Page 70

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72
Capítulo General XXVIII
gelización para Europa, don Pascual Chávez pro-
movió, con convicción, el Proyecto Europa. Estos
no son tiempos para preocuparse por sobrevivir,
sino oportunidades para ser más significativos.
El papa Francisco en su Mensaje al CG28 nos
invitaba, también, a estar atentos a los miedos que
terminan «por instalarnos en una inercia paralizante
que priva a vuestra misión de la parresía propia de
los discípulos del Señor. Tal inercia, también puede
manifestarse en una mirada y una actitud pesimistas
ante todo lo que nos rodea y, no solo, respecto a las
transformaciones que se operan en la sociedad, sino
también en relación con la propia Congregación, con
los Hermanos y con la vida de la Iglesia. Esta actitud
que termina por «boicotear» e impedir cualquier
respuesta o proceso alternativo»37.
PROPUESTA
Propongo a toda la Congregación que hagamos con-
creta esta hora de generosidad asumiendo de mo-
do natural la disponibilidad de Hermanos de todas
las Inspectorías (transferencias, intercambio, ayuda
temporal) para servicios internacionales, nuevas
fundaciones, nuevas fronteras a las que queremos
llegar.
37 F
, Mensaje al CG28.

8 Pages 71-80

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8.1 Page 71

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Líneas programáticas
73
Por esta razón:
Las Inspectorías estarán atentas y disponibles
ante las llamadas del Rector Mayor para las ne-
cesidades y desafíos que asumiremos.
Los 150 años de la primera expedición misionera
de Don Bosco a Argentina (que tendrá lugar en el
año 2025), y el primer centenario de la presencia
misionera en el Nordeste de India (en el año
2022), serán la oportunidad para continuar el pro-
yecto misionero de nuestra Congregación.
Hemos concretizado la llamada misionera invi-
tando a cada Inspectoría a abrir en su interior,
durante el sexenio precedente, un proyecto mi-
sionero (refugiados, inmigrados, puestos fronte-
rizos, niños explotados…) dando prioridad a la
significatividad y a las verdaderas peticiones de
ayuda de los jóvenes de hoy.
El Rector Mayor y su Consejo indicarán los pa-
sos oportunos para consolidar, en el dicasterio
(Sector) de la Pastoral Juvenil de la Congrega-
ción, la sección que se ocupe, prioritariamente,
de la realidad de los refugiados y de los migran-
tes (en especial los menores no acompañados y
los jóvenes)

8.2 Page 72

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8. Acompañando a los jóvenes
hacia un FUTURO SOSTENIBLE
Reconocemos que, la atención a un futuro sosteni-
ble es una conversión cultural, no una moda, y como
toda conversión tiene necesidad de ser llamada con
fuerza con su nombre nuevo.
La Asamblea capitular se expresó con total una-
nimidad, en cuando se propuso que, una pequeña
comisión, recogiera la sensibilidad existente en no-
sotros frente a esta emergencia. El cuidado de la
Creación no es una moda. Está en juego la vida de
la humanidad, por más que muchos funcionarios
públicos, prisioneros de intereses económicos, mi-
ren hacia otro lado o nieguen lo que es innegable.
Esta sensibilidad se ha concretado en la deliberación
capitular aprobada por la Asamblea. El papa Fran-
cisco reiteró que debemos evitar una «emergencia
climática» que puede «perpetrar un brutal acto de
injusticia frente a los pobres y a las generaciones
futuras»38.
Nuestro compromiso por una ecología humana
integral nace de la convicción de fe, según la cual
38 F
, Discurso del Santo Padre Francisco a los participan-
tes en un encuentro organizado por el Dicasterio para el servicio del
desarrollo humano integral sobre el tema: Transición energética y
cuidado de nuestra casa común, Roma 14 de junio de 2019.

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Líneas programáticas
75
«todo está relacionado, y que el auténtico cuidado
de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con
la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la jus-
ticia y la fidelidad a los demás»39. Dentro de la vida
social de los seres humanos, no podemos separar el
cuidado del ambiente. Por tanto, la ecología debe
ser integral, humana. Y, en consecuencia, estamos
invitados a una conversión ecológica que no afecta
solo a la economía y a la política, sino también a la
vida social, a las relaciones, a la afectividad y a la
espiritualidad.
En los últimos años, hemos asistido a los des-
acuerdos de los políticos de varias naciones ante
esta emergencia. La última reunión de los líderes de
los países en Santiago de Chile (pero celebrada en
Madrid-España) tuvo como único resultado el acuer-
do de reunirse de nuevo dentro de un año. Ningún
acuerdo operativo significativo.
Al mismo tiempo, millones y millones de perso-
nas, la mayoría jóvenes, han elevado un grito global.
El papa Francisco, sensible a esta realidad, como
bien ha demostrado, recuerda que los mismos jóve-
nes piden un cambio radical y «se preguntan cómo
se pueda pretender construir un futuro mejor sin
pensar en la crisis ambiental y en los sufrimientos
de los excluidos»40.
39 Cf. F
, Carta encíclica Laudato si’, 137-161, (mayo 24
de 2015; en adelante LS).
40 LS 13.

8.4 Page 74

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76
Capítulo General XXVIII
La propuesta de deliberación capitular se expre-
sa así: «junto al papa Francisco reconocemos la
evidencia manifestada por la ciencia de que la ace-
leración del cambio climático derivado de la activi-
dad humana es real. La contaminación del aire, la
contaminación del agua, la eliminación inadecuada
de los residuos, la pérdida de biodiversidad y otras
cuestiones ambientales que tienen un impacto ne-
gativo sobre la vida humana, están en aumento. La
producción y el consumo no sostenible están empu-
jando nuestro mundo y sus ecosistemas más allá de
sus propios límites, minando su capacidad de hacer-
se con recursos y acciones esenciales para la vida,
el desarrollo y su regeneración»41.
En el momento en el que estoy escribiendo estas
líneas, el planeta Tierra y todos los países del mun-
do están siendo golpeados, en mayor o menor grado,
por este virus COVID-19 que hasta el día de hoy se
ha cobrado la vida de 624.000 personas y ha infec-
tado a 15.300.000 personas. Y bien sabemos que la
vida de una sola persona es sagrada y hay mucho
dolor a causa de tantos muertos. Pero no es menos
cierto que el planeta Tierra está sangrando desde
hace décadas, y que la contaminación se está co-
brando cada año muchas más vidas que las que ha
provocado el COVID-19. Lamentablemente, este
hecho no se toma tan en serio.
41 CG28, Propuesta para la deliberación sobre la ecología.

8.5 Page 75

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Líneas programáticas
77
No es menos cierto que los más pobres, ¡siempre
los más pobres!, sufren los efectos desastrosos de la
deforestación y del cambio climático, de la ruina de
sus paupérrimas cosechas, su único modo de vida.
Esto tampoco es denunciado.
Podría seguir haciendo un elenco de estas situa-
ciones. No es necesario. Basta con subrayar que
como educadores y pastores no podemos permane-
cer indiferentes a esta realidad. Tenemos que hacer
algo.
PROPUESTA
Escuchando el grito que, a nivel mundial, brota
de tantos jóvenes de hoy, los SALESIANOS NOS
COMPROMETEMOS A SER TESTIGOS CREÍ-
BLES, personal y comunitariamente, de CON-
VERSIÓN en el cuidado de la Creación y en la
Espiritualidad Ecológica42.
Por esta razón:
Cada Inspectoría del mundo responderá, a través
del delegado inspectorial para la Pastoral Juvenil,
a la petición de hacer de nuestras escuelas, cen-
tros educativos, campus universitarios, oratorios
y parroquias, modelos educativos en el cuidado
42 LS 217.

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78
Capítulo General XXVIII
del ambiente y de la naturaleza. En la educa-
ción debemos incluir, como opción salesiana, la
acción en favor de la Creación: el cuidado de la
naturaleza, del clima y del desarrollo sostenible.
Extendamos, en medida de lo posible, la red de
instituciones salesianas que se incorporarán a la
Don Bosco Green Alliance, promoviendo la
participación de jóvenes en campañas globales
en favor del sostenimiento de las causas ambien-
tales y ecológicas para el cuidado de la Creación
y de la vida humana.
Aceptamos la petición hecha al CG28 por la con-
ferencia salesiana sobre las energías renovables de
noviembre de 2019, pidiéndonos que la Congre-
gación asuma, para todas las Inspectorías del
mundo, el 100% de energías renovables antes
del 2032. Aun siendo muy desigual la realidad de
la Congregación en los diversos países, aceptamos
este desafío en colaboración con las OPD de las
Inspectorías, las ONG salesianas, el DBN.
CONCLUSIÓN
Mis queridos Hermanos: Concluyo estas líneas pro-
gramáticas invitándoos a que acogerlas no como
una simple carta, sino como un mensaje y un pro-
grama que quiere ser expresión del latido del cora-
zón de la Congregación hoy en todo el mundo.

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Líneas programáticas
79
Y propongo, como actitud con la que afrontar la
bella oportunidad del próximo sexenio, dos elemen-
tos importantes:
El primero de estos tiene que ver con una vir-
tud: la esperanza. Solo con la esperanza po-
dremos afrontar el futuro, confiando que el
Señor llevará a cabo, con nuestra humilde
contribución, lo que aquí proponemos.
El segundo tiene que ver con nuestra actitud
ante Dios mismo. Quisiera pedir a nuestra
Congregación que en este sexenio nos deje-
mos guiar mucho más por el Espíritu San-
to; que sea Él quien realmente mueva nuestros
corazones, y nuestras capacidades humanas
en el animación y gobierno de la Congrega-
ción, de las Inspectorías y de las comunidades,
para que cada uno de nosotros llegue a hacer,
de todas las casas salesianas del mundo, otras
Valdocco, que den una respuesta a los chicos
y a los jóvenes de hoy, como hizo Don Bosco
en su tiempo.
A propósito de la esperanza, quisiera subrayar
que, como bien sabemos, es una virtud que tiene
mucho que ver con nuestra fe cristiana; es otro mo-
do de mirar al futuro. La esperanza cristiana es un
modo de vivir, un modo de caminar, un modo de
mirar. La esperanza es fruto del encuentro con el
Señor Jesús y es fruto de la acogida de su Espíritu
en nosotros. La esperanza no es consecuencia de

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80
Capítulo General XXVIII
cálculos y previsiones. «Ni pesimista ni optimista,
el Salesiano del siglo es un hombre lleno de
esperanza porque sabe que su centro está en el Se-
ñor, capaz de hacer nuevas todas las cosas (cf. Ap
21,5). Solo eso nos salvará de vivir en una actitud
de resignación y supervivencia defensiva. Solo eso
hará fecunda nuestra vida»43.
Sobre la necesidad de dejarnos guiar mucho más
por el Espíritu Santo de Dios, Él que es el verdade-
ro Maestro interior, hago mías las palabras del pa-
triarca de Constantinopla, Atenágoras I, que se reu-
nió con el papa Pablo VI (hoy santo) en Jerusalén
en enero de 1964. El fruto de ese encuentro, en el
Espíritu de Dios, fue la derogación de las excomu-
niones recíprocas que hasta entonces habían existi-
do y que habían herido profundamente el corazón
de Cristo en su Iglesia.
Este es el pensamiento:
«Sin el Espíritu Santo,
Dios está lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización
la autoridad una dominación,
la misión una propaganda,
43 F
, Mensaje al CG28, citando su Homilía en la Fiesta de
la Presentación del Señor, con motivo de la 21ª Jornada Mundial de
la Vida Consagrada, 2 de febrero de 2017.

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Líneas programáticas
81
el culto una evocación,
y el actuar cristiano una moral de esclavos.
Pero con la presencia del Espíritu,
el cosmos se mueve para generar el Reino,
Cristo resucitado se hace presente,
el Evangelio se hace potencia y vida,
la Iglesia significa la comunión trinitaria.
la autoridad se transforma en servicio,
la liturgia es memoria y anticipación,
el actuar humano se deifica»44.
Acojamos este mensaje en nuestra oración.
Mis queridos Hermanos Salesianos, esto es lo
que sentía que debía comunicaros y pediros a todos
vosotros. Os invito a acoger estos desafíos, esta ho-
ja de ruta para el camino del sexenio con todo el
corazón y con el profundo deseo de hacerla realidad
en las comunidades y en las Inspectorías. Serán, sin
duda, con la gracia de Dios y la presencia materna
de nuestra Madre Auxiliadora, años de fidelidad por
parte de la Congregación y de respuesta valiente y
también profética a los signos de los tiempos de hoy.
Que nuestra Madre Auxiliadora siga cuidando de
nuestra Congregación y «haciéndolo todo» como
con Don Bosco.
Su mediación, y la de toda la santidad salesiana
de nuestra Familia, sea una bendición para nosotros
44 La frase es del patriarca Atenágoras I (de 1968), aunque algunos
la atribuyan al patriarca Ignacio IV Hazim.

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82
Capítulo General XXVIII
en lo único importante de nuestra misión desde
Dios: «ser en la Iglesia signos y portadores del amor
de Dios a los jóvenes, especialmente a los más po-
bres» (Const. 2).
Os acompaño a todos y a cada uno con el recuer-
do y la oración.
Don Ángel F
A,
Rector Mayor
Roma 16 de agosto de 2020
205º Aniversario del nacimiento de Don Bosco

9 Pages 81-90

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MENSAJE DE SU SANTIDAD
EL PAPA FRANCISCO
A LOS MIEMBROS DEL CG28
¡Queridos hermanos!
Os saludo con afecto y doy gracias a Dios por
poder, aunque sea desde la distancia, compartir con
vosotros un momento del camino que estáis reco-
rriendo.
Es significativo que, después de algunos decenios,
la Providencia los haya traído a celebrar el Capítulo
General a Valdocco –el lugar de la memoria– donde
el sueño fundador se concretizó y dio sus primeros
pasos. Estoy seguro de que el ruido y el bullicio de
los oratorios será la mejor música, la más eficaz para
que el Espíritu reavive el don carismático de vuestro
fundador. No cerréis las ventanas ante este rumor de
fondo… Dejad que os acompañe y os mantenga in-
quietos e intrépidos en el discernimiento; y permitid,
a su vez, que estas voces y estos cantos evoquen en
vosotros los rostros de tantos otros jóvenes que, por
múltiples razones, se encuentran como ovejas sin
pastor (cf. Mc 6,34). Este bullicio y esta inquietud os

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84
Capítulo General XXVIII
mantendrá atentos y despiertos ante cualquier tipo de
anestesia autoimpuesta y os ayudará a permanecer en
una fidelidad creativa a vuestra identidad salesiana.
Reavivar el don que habéis recibido
Pensar en el modelo de Salesiano para los jóvenes
de hoy implica aceptar que estamos inmersos en un
momento de cambios, con todo lo que genera de
incertidumbre. Nadie puede decir con seguridad y
exactitud (si es que alguna vez se pudo hacer) qué
sucederá en el futuro próximo a nivel social, econó-
mico, educativo y cultural. La inconsistencia y la
«fluidez» de los acontecimientos, pero, sobre todo,
la rapidez con las que se suceden y se comunican
las cosas, hace que todo tipo de previsión se con-
vierta en una lectura «condenada» a ser reformula-
da lo antes posible (cf. Veritatis gaudium, 3-4). Tal
perspectiva se acentúa, todavía más, por el hecho
de que vuestras obras están orientadas, de modo
particular, al mundo juvenil que, en sí mismo, es un
mundo en movimiento y en continua transforma-
ción. Esto nos pide una doble docilidad: docilidad
a los jóvenes, y a sus exigencias, y docilidad al Es-
píritu, y a todo lo que Él quiera transformar.
Asumir responsablemente esta situación –tanto
a nivel personal como comunitario– supone salir de
una retórica que nos haga decir continuamente «to-
do está cambiando» y que, a fuerza de repetirlo y
repetirlo, termina por instalarnos en una inercia pa-

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
85
ralizante que priva a vuestra misión de la parresía
propia de los discípulos del Señor. Tal inercia, tam-
bién puede manifestarse en una mirada y una actitud
pesimistas ante todo lo que nos rodea y, no solo,
respecto a las transformaciones que se operan en la
sociedad, sino también en relación con la propia
Congregación, con los hermanos y con la vida de la
Iglesia. Esta actitud que termina por «boicotear» e
impedir cualquier respuesta o proceso alternativo,
o por hacer surgir la posición opuesta: un optimismo
ciego, capaz de licuar la fuerza y la novedad evan-
gélica impidiendo asumir, concretamente, la com-
plejidad que las situaciones reclaman y la profecía
que el Señor nos invita a desarrollar. Ni el pesimis-
mo ni el optimismo son dones del Espíritu, porque
ambos surgen de una visión autorreferencial capaz,
solo, de medirse con las propias fuerzas, capacida-
des o destrezas, impidiendo mirar lo que el Señor
actúa y quiere realizar entre nosotros (cf. Christus
vivit, 35). Ni adaptarse a la cultura de moda, ni re-
fugiarse en un pasado heroico, pero ya desencarna-
do. En tiempos de cambios, es bueno atenerse a las
palabras de san Pablo a Timoteo: «Por esta razón te
recuerdo que reavives el don de Dios que hay en
ti… pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobar-
día, sino de fortaleza, de amor y de templanza» (2
Tim 1,6-7).
Estas palabras nos invitan a cultivar una actitud
contemplativa, capaz para identificar y discernir los
puntos neurálgicos. Esto ayudará a adentrarse en el

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86
Capítulo General XXVIII
camino con el espíritu y el aporte propio de los hijos
de Don Bosco y, como él, desarrollar una «valiente
revolución cultural» (Laudato si’, 114). Tal actitud
contemplativa os permitirá superar e ir más lejos de
vuestras propias expectativas y de vuestros planes.
Somos hombres y mujeres de fe, lo que supone ser
apasionados por Jesucristo; y sabemos que, tanto
nuestro presente como nuestro futuro, están impreg-
nados de esa fuerza apostólico-carismática llamada
a continuar permeando la vida de tantos jóvenes
abandonados y en peligro, pobres y necesitados,
excluidos y descartados, privados de derechos, de
casa… Estos jóvenes esperan una mirada de espe-
ranza capaz de contradecir todo tipo de fatalismo o
determinismo. Esperan cruzarse con la mirada de
Jesús que les dice que «en todas las situaciones os-
curas y dolorosas […] hay salida» (Christus vivit,
104). Allí reside nuestra alegría.
Ni pesimista ni optimista, el Salesiano del siglo
es un hombre lleno de esperanza porque sabe
que su centro está en el Señor, capaz de hacer nue-
vas todas las cosas (cf. Ap 21,5). Solo eso nos salva-
rá de vivir en una actitud de resignación y supervi-
vencia defensiva. Solo eso hará fecunda nuestra vida
(cf. Homilía, 2 de febrero de 2017), porque posibi-
litará que el don recibido continúe siendo experi-
mentado y expresado como una buena noticia para
y con los jóvenes de hoy. Esta actitud de esperanza
es capaz de instaurar e inaugurar procesos educati-
vos alternativos a la cultura imperante que, en no

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
87
pocas situaciones –ya sea por indigencia y pobreza
extrema ya sea por abundancia, en algunos casos,
incluso extrema– terminan por asfixiar y matar los
sueños de nuestros jóvenes condenándolos a un con-
formismo ensordecedor, rastrero, y, no pocas veces,
narcotizado. Ni triunfalistas ni alarmistas, hombres
y mujeres alegres y esperanzados, no automatizados
sino artesanos; hombres y mujeres capaces de «mos-
trar otros sueños que este mundo no ofrece, a testi-
moniar la belleza de la generosidad, del servicio, de
la pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad
a la propia vocación, de la oración, de la lucha por
la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de
la amistad social» (Christus vivit, 36).
La «opción Valdocco» de vuestro 28º Capítulo
General es una buena ocasión para confrontarse con
las fuentes y pedirle al Señor: «Da mihi animas,
cetera tolle»1. Tolle, sobre todo, lo que durante el
camino se fue incorporando y perpetuando y que, si
bien en otro tiempo pudo ser una respuesta adecua-
da, hoy os impide configurar y plasmar la presencia
salesiana de manera evangélicamente significativa
1 Lema grabado a fuego en los primeros misioneros. Recuerdo la
carta de don Santiago Costamagna a Don Bosco donde, después de
contarle las dificultades del viaje y los distintos fracasos que tuvie-
ron que enfrentar, termina diciendo: «Pedimos, unánimemente, una
sola cosa: poder ir pronto a la Patagonia para salvar innumerables
almas». La conciencia, de saberse enviados a buscar almas a las
periferias y de permanecer sorteando todo aparente fracaso, es una
nota de identidad desde donde confrontar y medir el carisma: «Da
mihi animas, cetera tolle».

9.6 Page 86

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88
Capítulo General XXVIII
en las distintas situaciones de la misión. Esto recla-
ma, de nuestra parte, superar los miedos y aprensio-
nes que pueden surgir por haber creído que el caris-
ma se reducía o identificaba con determinadas obras
o estructuras. Vivir con fidelidad el carisma es algo
más rico y desafiante que el simple abandono, re-
pliegue o reajuste de las casas o de las actividades;
supone un cambio de mentalidad frente a la misión
a realizar2.
La «opción Valdocco»
y el don de los jóvenes
El Oratorio salesiano, y todo lo que surgió a partir
de él, como cuenta la Biografía del Oratorio, nació
como respuesta a la vida de jóvenes con un rostro y
una historia, que movilizaron a aquel joven sacer-
dote, que no podía permanecer neutral o inmóvil
ante lo que acontecía. Fue mucho más que un gesto
de buena voluntad o de bondad e, inclusive, mucho
más que el fruto de un proyecto de estudio sobre
«viabilidad numérico-carismática». Lo pienso como
un acto de conversión permanente y de respuesta al
Señor que, «cansado de llamar» a nuestras puertas,
espera que lo vayamos a buscar y encontrar… O que
le dejemos salir, cuando llama desde dentro. Con-
versión que implicó (y complicó) toda su vida y la
2 Recordemos la advertencia del Señor: «Anuláis el mandamiento
de Dios por mantener vuestra tradición» (Mc 7, 9).

9.7 Page 87

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
89
de todos los que estaban a su alrededor. Don Bosco
no solo no elije separarse del mundo para buscar la
santidad, sino que se deja interpelar y elije cómo y
qué mundo habitar.
Eligiendo y acogiendo el mundo de niños y jóve-
nes abandonados, sin trabajo ni formación, les per-
mitió experimentar, de manera tangible, la paterni-
dad de Dios y les proporcionó herramientas para
contar su vida y su historia a la luz de un amor in-
condicional. Ellos, a su vez, ayudaron a la Iglesia a
re-encontrarse con su misión: «La piedra que des-
echaron los arquitectos es ahora la piedra angular»
(Sal 118,22). Lejos de ser agentes pasivos o espec-
tadores de la obra misionera, se convirtieron, desde
su propia condición –en muchos casos «iletrados
religiosos» y «analfabetos sociales»– en los princi-
pales protagonistas de todo el proceso de funda-
ción3. La salesianidad nace, precisamente, de ese
3 Gracias a la ayuda del sabio Cafasso, Don Bosco descubrió quién
era a los ojos de los jóvenes detenidos; y aquellos jóvenes detenidos
descubrieron un rostro nuevo en la mirada de Don Bosco. Así jun-
tos descubrieron el sueño de Dios, que necesita de estos encuentros
para poder manifestarse. Don Bosco no descubrió su misión frente
a un espejo, sino ante el dolor de ver jóvenes que no tenían futuro.
El Salesiano del siglo no descubrirá su identidad si no es capaz
de padecer con «la cantidad de muchachos, sanos y robustos, de
ingenio despierto que estaban en la cárcel atormentados y faltos en
absoluto de alimento espiritual y material… en ellos estaba signifi-
cado el oprobio de la patria, el deshonor de la familia» (Cf. J. B ,
Memorias del Oratorio de san Francisco de Sales, en ISS, Fuentes
Salesianas. Don Bosco y su obra, Editorial CCS, Madrid 2015, 1113-
1114); y podríamos agregar de nuestra propia Iglesia.

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Capítulo General XXVIII
encuentro capaz de suscitar profecías y visiones:
acoger, integrar y hacer crecer las mejores cualida-
des como don para los demás, principalmente de los
marginados y abandonados de los que nada se es-
pera. Lo dijo Pablo VI: «Evangelizadora, la Iglesia
comienza por evangelizarse a sí misma… En una
palabra, esto quiere decir que la Iglesia siempre tie-
ne necesidad de ser evangelizada si quiere conservar
su frescor, su impulso y su fuerza para anunciar el
Evangelio» (Evangelii Nuntiandi, 15). Todo caris-
ma necesita ser renovado y evangelizado y, en vues-
tro caso, sobre todo, por los jóvenes más pobres.
Los interlocutores de Don Bosco ayer y del Sa-
lesiano hoy no son meros receptores de una estrate-
gia diseñada de antemano, sino protagonistas vivos
del oratorio a realizar4. Por medio de ellos y con
ellos el Señor nos muestra su voluntad y sus sue-
ños5. Podríamos llamarlos co-fundadores de vues-
tras casas donde el Salesiano será experto en con-
vocar y generar este tipo de dinámicas sin sentirse
dueño de estas. Una unión que nos recuerda que
somos «Iglesia en salida» y nos moviliza para esto:
4 Hoy vemos cómo, en muchas regiones, los jóvenes son los pri-
meros en levantarse, organizarse e impulsar causas justas. Vuestras
casas salesianas, lejos de impedir este despertar, están llamadas a ser
espacios que estimulen esta conciencia cristiana y ciudadana. Recor-
demos el título del aguinaldo del Rector Mayor de este año: «Buenos
cristianos y honrados ciudadanos».
5 Os invito a tener siempre presentes a todos los que no participan
de estas instancias, pero que no podemos ignorar si no queremos
volvernos un grupo cerrado.

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
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Iglesia capaz de abandonar posiciones cómodas,
seguras y, en algunas ocasiones, privilegiada, para
encontrar en los últimos la fecundidad típica del
Reino de Dios. No se trata de una opción estratégi-
ca sino carismática. Una fecundidad sostenida en
base a la cruz de Cristo, que es siempre injusticia
escandalosa para quienes bloquearon la sensibilidad
ante el sufrimiento o pactaron con la injusticia con-
tra el inocente. «No seamos una Iglesia que no llora
frente al drama de sus hijos jóvenes. Nunca nos
acostumbremos, porque quien no sabe llorar no es
madre. Nosotros queremos llorar para que la socie-
dad también sea más madre» (Christus vivit, 75).
La «opción Valdocco»
y el carisma de la presencia
Es importante sostener que no se nos forma para la
misión, sino que se nos forma en la misión; a partir
de ella gira toda nuestra vida, con sus opciones y sus
prioridades. La formación inicial y la permanente
no pueden ser una instancia previa, paralela o sepa-
rada de la identidad y de la sensibilidad del discípu-
lo. La misión inter gentes es nuestra mejor escuela:
desde ella rezamos, reflexionamos, estudiamos,
descansamos. Cuando nos aislamos o alejamos del
pueblo que estamos llamados a servir, nuestra iden-
tidad como consagrados comienza a desfigurarse y
a convertirse en una caricatura.

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Capítulo General XXVIII
En este sentido, uno de los obstáculos que pode-
mos detectar no tiene mucho que ver con cualquier
situación fuera de nuestras comunidades, sino que,
más bien, es lo que nos afecta directamente por una
experiencia distorsionada del ministerio… y que nos
hace mucho daño: el clericalismo. Es la búsqueda
personal de querer ocupar, concentrar y determinar
los espacios, minimizando y ninguneando la unción
del Pueblo de Dios. El clericalismo, viviendo la lla-
mada de modo elitista, confunde la elección con el
privilegio, el servicio con el servilismo, la unidad
con la uniformidad, la discrepancia con la oposición,
la formación con el adoctrinamiento. El clericalismo
es una perversión que favorece vínculos funcionales,
paternalistas, posesivos e, incluso, manipuladores
con el resto de las vocaciones en la Iglesia.
Otro obstáculo que encontramos –especialmente
difundido, y hasta justificado, en este tiempo de
precariedad y fragilidad– es la tendencia al rigoris-
mo; confundiendo autoridad con autoritarismo pre-
tende gobernar y controlar los procesos humanos
con una actitud escrupulosa, severa y hasta mezqui-
na frente a los límites y debilidades propias o ajenas
(sobre todo ajenas). El rigorista olvida que trigo y
cizaña crecen juntos (cf. Mt 13, 24-30) y «que no
todos pueden todo, y que en esta vida las fragilida-
des humanas no son sanadas completa y definitiva-
mente por la gracia. En cualquier caso, como ense-
ñaba san Agustín, Dios te invita a hacer lo que
puedas y a pedir lo que no puedas» (Gaudete et

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
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Exsultate, 49). Santo Tomás de Aquino con gran
fineza y sutileza espiritual nos recuerda que «el dia-
blo engaña a muchos. Algunos, atrayéndolos a co-
meter pecados, a otros, con una rigidez excesiva
hacia el que peca, de modo que, si no pueden tener-
los con un comportamiento vicioso, lleva a la per-
dición de los que ya tienen, usando el rigor de los
prelados, quienes, sin corregirlos con misericordia,
los llevan a la desesperación, y así es como se pier-
den y caen en la red del diablo. Y esto nos sucede si
no perdonamos a los pecadores»6.
Quienes acompañan a otros a crecer tienen que
ser personas de horizontes grandes, capaces de po-
ner juntos límites y esperanza, ayudando así a mirar
siempre en perspectiva, en una perspectiva salvífica.
Un educador «que no teme poner límites y, al mis-
mo tiempo, se abandona a la dinámica de la espe-
ranza expresada en su confianza en la acción del
Señor de los procesos, es la imagen de un hombre
fuerte, que conduce algo que no le es propio, sino
de su Señor»7. No nos es lícito sofocar e impedir la
fuerza y la gracia de lo posible, cuya realización
esconde siempre una semilla de Vida nueva y bue-
na. Aprendamos a trabajar y a confiar en los tiempos
de Dios, que son siempre más grandes y sabios que
6 Super II Cor., cap. 2, lect. 2 (in fine). El pasaje comentado por
Santo Tomás es 2 Cor 2, 6-7 donde, sobre los que lo entristecieron,
escribe san Pablo: «De modo que más vale que lo perdonéis y ani-
méis, no sea que se hunda en una tristeza excesiva».
7 J. M. Bergoglio, Meditaciones para religiosos, 105.

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94
Capítulo General XXVIII
nuestras medidas miopes. Él no busca destruir a
nadie, sino salvar a todos.
Urge encontrar, por tanto, un estilo de formación
capaz de asumir de manera estructural que la evan-
gelización implica la participación plena, y con ple-
na ciudadanía, de cada bautizado (con todas sus
potencialidades y sus límites) –y no solo de los así
llamados «actores cualificados» (cf. Evangelii Gau-
dium, 120); una participación donde el servicio, y
el servicio al más pobre, sea el eje articulador que
ayude a transparentar y testimoniar mejor a nuestro
Señor «que no ha venido a ser servido sino a servir
y a dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28).
Os animo a continuar esforzándoos por hacer de
vuestras casas un «laboratorio eclesial» capaz de
reconocer, apreciar, estimular y alentar las distintas
llamadas y misiones en la Iglesia8.
En este sentido pienso, concretamente, en dos
presencias de vuestra comunidad salesiana que pue-
den ayudar como elementos desde donde confrontar
el lugar que ocupan las diversas vocaciones entre
vosotros; dos presencias que constituyen un «antí-
doto» ante toda tendencia clericalista y rigorista: el
Hermano Coadjutor y las mujeres.
Los Hermanos Coadjutores son expresión viva
de la gratuidad que el carisma nos invita a custodiar.
8 Una vocación eclesial antes que ser un acto diferenciador o de
complementariedad es una invitación a ofrecer un don particular en
función del crecimiento de los demás.

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
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Vuestra consagración es, ante todo, signo de un
amor gratuito del Señor y al Señor en sus jóvenes,
que no se define principalmente por un ministerio,
una función o servicio particular, sino por una pre-
sencia. Antes, incluso que, de cosas a hacer, el Sa-
lesiano es recuerdo vivo de una presencia donde la
disponibilidad, la escucha, la alegría y la dedicación
son las notas esenciales para suscitar procesos. La
gratuidad de la presencia salva a la Congregación
de toda obsesión activista y de todo reduccionismo
técnico-funcional. La primera llamada es la de ser
una presencia gozosa y gratuita en medio de los
jóvenes.
¿Qué sería de Valdocco sin la presencia de Mamá
Margarita? ¿Hubiesen sido posible vuestras casas
sin esta mujer de fe? En algunas regiones y lugares
«hay comunidades que se han sostenido y han trans-
mitido la fe durante mucho tiempo sin que algún
sacerdote pasara por allí, aun durante décadas. Esto
ocurrió gracias a la presencia de mujeres fuertes y
generosas: mujeres que han bautizado, catequizado,
enseñado a rezar, han sido misioneras, ciertamente
llamadas e impulsadas por el Espíritu Santo. Duran-
te siglos las mujeres mantuvieron a la Iglesia en pie
en esos lugares con admirable entrega y ardiente fe»
(Querida Amazonia, 99). Sin una presencia real,
efectiva y afectiva de las mujeres, vuestras obras
carecerían del coraje y la valentía capaz de declinar
la presencia como hospitalidad, como casa. Frente
el rigor excluyente es necesario aprender a gestar la

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Capítulo General XXVIII
vida nueva del Evangelio. Os invito a llevar adelan-
te dinámicas donde la voz de la mujer, su mirada y
su acción –apreciada en su singularidad– encuen-
tren eco en la toma de decisiones; como un actor no
auxiliar sino constitutivo de vuestras presencias.
La «opción Valdocco»
en la pluralidad de lenguas
Como en otros tiempos, el mito de Babel busca im-
ponerse en nombre de la globalidad. Sistemas ente-
ros crean una red de comunicación global y digital
capaz de interconectar los distintos rincones del
planeta, con el grave peligro de uniformar monolí-
ticamente las culturas, privándolas de sus notas
esenciales y de sus recursos. La presencia universal
de vuestra Familia Salesiana es un estímulo y una
invitación para custodiar y para preservar la riqueza
de muchas de las culturas en donde estáis inmersos
sin buscar «homologarlas». Por otra parte, esforzaos
para que el cristianismo sea capaz de asumir la len-
gua y la cultura de las personas del lugar. Es triste
ver cómo, en muchas partes, todavía se experimen-
ta la presencia cristiana como una presencia extran-
jera (principalmente europea); situación que se
constata inclusive en los itinerarios formativos y
estilos de vida (cf. Querida Amazonia, 90)9. Al con-
9 «Como podemos ver en la historia de la Iglesia, el cristianismo
no tiene un único modo cultural, sino que, ‘permaneciendo plena-
mente uno mismo, en total fidelidad al anuncio evangélico y a la

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
97
trario, actuaremos como nos inspira esta anécdota
que Don Bosco, a la pregunta en qué lengua le gus-
taba hablar, respondió: «la que me enseñó mi ma-
dre, es en la que más fácil puedo comunicarme».
Siguiendo esta certeza, el Salesiano está invitado a
hablar en la lengua materna de cada una de las cul-
turas donde se encuentra. La unidad y comunión de
vuestra Familia es capaz de asumir y aceptar todas
estas diferencias capaces de enriquecer todo el cuer-
po en una sinergia, de comunicación e interacción,
donde cada uno pueda aportar lo mejor de sí para el
bien de todo el cuerpo. Así la salesianidad, lejos de
perderse en la uniformidad de tonalidades, adquiri-
rá una manifestación más bella y atractiva… sabrá
expresarse «en dialecto» (cf. 2 Mac 7, 26-27).
Al mismo tiempo, la irrupción de la realidad vir-
tual, como lenguaje dominante en muchos países en
los que desarrolláis vuestra misión, exige, en primer
lugar, reconocer todas las posibilidades y las cosas
buenas que produce, sin subestimar o ignorar la in-
cidencia que posee en la generación de vínculos,
principalmente en el plano afectivo. De esto, tam-
poco estamos inmunes nosotros, adultos consagra-
dos. La tan difundida (y necesaria) «pastoral de la
pantalla» nos pide habitar la red de manera inteli-
tradición eclesial, llevará consigo también el rostro de tantas culturas
y de tantos pueblos en que ha sido acogido y arraigado» (Evangelii
Gaudium, 116).

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98
Capítulo General XXVIII
gente reconociéndola como un espacio de misión10,
que reclama, a su vez, poner todas las mediaciones
necesarias para no quedar prisioneros de su circu-
laridad y de su lógica particular (y dicotómica).
Esta trampa –incluso en nombre de la misión– nos
puede encerrar en nosotros mismos y aislarnos en
una virtualidad cómoda, superflua y poco o nada
comprometida con la vida de los jóvenes, de los
hermanos de comunidad y con las obligaciones
apostólicas. La red no es neutra y el poder que posee
para crear cultura es muy alto. Bajo el avatar de la
cercanía virtual, podemos terminar ciegos o distan-
tes de la vida concreta de las personas, achatando y
empobreciendo el vigor misionero. El repliegue
individualista, tan difuso y promulgado socialmen-
te en esta cultura ampliamente digitalizada, requie-
re una atención especial, no solo sobre nuestros
modelos pedagógicos sino, también, sobre el uso
personal y comunitario del tiempo, de nuestras ac-
tividades y de nuestros recursos.
La «opción Valdocco»
y la capacidad de soñar
Uno de los «géneros literarios» de Don Bosco eran
los sueños. Con ellos, el Señor se abrió camino en
10 Hoy, en efecto, «se impone una evangelización que ilumine los
nuevos modos de relación con Dios, con los otros, y con el espacio,
y que suscite valores fundamentales. Es necesario llegar allí donde
se gestan los nuevos relatos» (Evangelii Gaudium, 74).

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Mensaje de su santidad el papa Francisco
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su vida y en la vida de toda vuestra Congregación
ampliando la imaginación de lo posible. Los sueños,
lejos de mantenerlo dormido, le ayudaron, al igual
que a san José, a asumir otro espesor y medida de
la vida, los que nacen de las entrañas de la compa-
sión de Dios. Era posible vivir concretamente el
Evangelio… Lo soñó y le dio forma en el Oratorio.
Quiero ofreceros estas palabras como las «buenas
noches» en toda buena casa salesiana al final del día,
invitándoos a soñar y a soñar a lo grande. Sabed que
el resto se os dará por añadidura. Soñad casas abier-
tas, fecundas y evangelizadoras, capaces de permi-
tirle al Señor mostrar a tantos jóvenes su amor in-
condicional y que os permita gozar de la belleza a
la que habéis sido llamados. Soñad… y no solo por
vosotros y por el bien de la Congregación, sino por
todos los jóvenes privados de la fuerza, de la luz y
del consuelo de la amistad con Jesucristo, privados
de una comunidad de fe que los sostenga, de un
horizonte de sentido y de vida (cf. Evangelii Gau-
dium, 49). ¡Soñad… y haced soñar!
Roma, San Juan de Letrán, 4 de marzo de 2020

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¿QUÉ SALESIANOS
PARA LOS JÓVENES
DE HOY?

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1. PRIORIDAD DE LA MISIÓN
SALESIANA ENTRE
LOS JÓVENES DE HOY
RECONOCER
1. Con una mirada de fe
Como miembros del Capítulo General 28º estamos
convencidos de que Dios, a través de su Espíritu,
está presente en la vida de todos los jóvenes de
nuestro tiempo. Mediante el discernimiento, hemos
buscado, ante todo, reconocer su acción, buscando
entrar en el ritmo de «una doble docilidad: docilidad
a los jóvenes, y a sus exigencias, y docilidad al Es-
píritu y a todo lo que Él quiera transformar» (del
Mensaje del papa Francisco al CG28).
Desde el principio, esto nos ha llevado a tener
una mirada positiva, configurada de humildad, sim-
patía, coraje, inteligencia, fe y esperanza, en la cer-
teza de que, precisamente esto, «es la mirada de
Dios Padre, capaz de valorar y alimentar las semi-
llas del bien sembradas en los corazones de los jó-
venes», que deben, por tanto, ser considerados por
nosotros «tierra sagrada» (cf. Christus vivit, 67).
Llamados a ser amigos, padres y pastores de los
jóvenes, deseamos hacer nuestra esta mirada divina,
en la conciencia de seguir, así, las huellas de nuestro

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Capítulo General XXVIII
amado padre Don Bosco quien, precisamente en
Valdocco, guiado por la mano de la Auxiliadora,
realizó su obra.
2. A la escucha del grito de los jóvenes
¿Quiénes son los jóvenes de hoy? ¿Cuál es su con-
dición? ¿Qué buscan? ¿Qué nos piden? Para respon-
der a estas preguntas, ante todo, nos hemos puesto
a la escucha.
Hemos tenido la gracia de tener, entre nosotros,
algunos jóvenes provenientes de todo el mundo, que
han representado a los muchísimos jóvenes que se
hicieron presentes en nuestros Capítulos inspecto-
riales durante la preparación del CG28. Hemos es-
cuchado su voz con atención y conmoción. Nos han
comunicado su inquietud espiritual y su hambre de
Dios, su deseo de ser protagonistas y artífices de un
mundo mejor, su esfuerzo por creer e ir contraco-
rriente con respecto a las lógicas de nuestro tiempo.
Nos han pedido que seamos menos «gestores» y
más «pastores», que estemos en medio de ellos y que
tengamos tiempo para acompañarlos.
En los muchos momentos de trabajo juntos, tam-
bién hemos tomado conciencia de las muchas po-
brezas de los jóvenes, que nos dejan horrorizados,
tal como Don Bosco experimentó en su primera
visita a las cárceles de Turín. El grito de tantos jó-
venes también nos toca hoy el corazón: pobreza
económica, social y cultural; pobreza afectiva, re-
lacional y familiar; pobreza moral y espiritual. En

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
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muchos contextos, el desempleo y la imposibilidad
de estudiar penalizan a amplios grupos de jóvenes.
De muchas maneras, los jóvenes se nos han mos-
trado profetas: a través de su presencia, el Señor nos
hace conocer continuamente sus expectativas y sus
llamadas para la renovación de nuestra misión. Así
como Don Bosco «no descubrió su misión frente a
un espejo, sino ante el dolor de ver jóvenes que no
tenían futuro, el Salesiano del siglo no descu-
brirá su identidad si no es capaz de padecer con «la
cantidad de muchachos, sanos y robustos, de inge-
nio despierto que estaban en la cárcel atormentados
y faltos en absoluto de alimento espiritual y mate-
rial… en ellos estaba significado el oprobio de la
patria, el deshonor de la familia» (del Mensaje del
papa Francisco al CG28).
3. Dentro de un cambio de época
Estamos viviendo un cambio de época: hoy, más
que nunca, «nadie puede decir, con seguridad y
exactitud (si es que alguna vez se pudo hacer), qué
sucederá en el futuro próximo a nivel social, econó-
mico, educativo y cultural» (del Mensaje del papa
Francisco al CG28). Por tanto, es evidente que ya
no es posible pensar nuestra misión en la forma del
«siempre se ha hecho así». Esta situación, si por una
parte nos desorienta, por otra nos pide que nos in-
volucremos con humildad y valentía, pidiéndonos
que recuperemos los dinamismos juveniles que es-
taban tan vivos en Don Bosco. Estamos convenci-

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Capítulo General XXVIII
dos, más que nunca, de lo que nos dijo el papa Fran-
cisco precisamente aquí, en Valdocco, en la Basílica
de María Auxiliadora, el 21 de junio de 2015:
«Vuestro carisma es de una actualidad grandísima.
Mirad las calles, mirad a los muchachos y tomad
decisiones arriesgadas. No tengáis miedo. Como
hizo él».
Junto a algunos desafíos perennes que continúan
interpelándonos, nuestro tiempo nos presenta algu-
nas novedades con las que es inevitable confrontar-
nos. La revolución digital nos pide comprender las
profundas transformaciones que están ocurriendo,
no solo en el campo de la comunicación, sino, sobre
todo, en la forma de configurar y gestionar nuestras
relaciones humanas. El ámbito de la afectividad,
con todos los problemas ligados al género y a la
identidad sexual, desafían nuestra visión antropo-
lógica. La condición de la mujer, y su papel en la
sociedad y en la Iglesia, nos piden una reflexión más
atenta y profunda. La sensibilidad ecológica, que
está creciendo rápidamente en el mundo juvenil, nos
pide que seamos proféticos en este ámbito a través
de opciones claras y coherentes. El contacto con los
jóvenes migrantes, los refugiados y muchos otros
privados de sus derechos fundamentales es, para
nosotros, una urgente llamada a la acción. Final-
mente, la dolorosa experiencia de los abusos, que
también afecta a nuestra Congregación, es una fuer-
te llamada a la conversión.

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
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4. La transmisión de la fe
El rápido cambio en curso afecta a los procesos or-
dinarios de transmisión de la fe. En este sentido,
existen grandes diferencias: si, en algunos contex-
tos, la vida de fe no plantea ningún problema y los
jóvenes viven con naturalidad su pertenencia a la
Iglesia, en otros, fuertemente secularizados, la fe
cristiana se ha convertido en una cuestión que ya no
tiene ninguna relevancia personal y social. En algu-
nos territorios, en los que estamos presentes, hay
fundamentalismo, discriminación e incluso perse-
cución; en otros, podemos proponer libremente el
Evangelio. También trabajamos en muchos contex-
tos multirreligiosos en los que, la mayoría de los
jóvenes que frecuentan nuestras obras, pertenecen
a otras religiones o a otras confesiones cristianas.
Ante la crisis global de la autoridad, de la tradi-
ción y de la transmisión, somos desafiados sobre los
estilos, los contenidos y los modos de anunciar a
Jesucristo, porque todos nos sentimos llamados a ser
«misioneros de los jóvenes». Convencidos de la
necesidad de llegar al corazón de los jóvenes, sen-
timos la necesidad de volver a proponer, con más
convicción, el primer anuncio, porque «nada hay
más sólido, más profundo, más seguro, más denso
y más sabio que ese anuncio» Christus vivit, 214).

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Capítulo General XXVIII
5. El deseo de caminar juntos
Los jóvenes son portadores del fuego vivo del ca-
risma salesiano y nos ayudan a conocer, profundizar
y asumir mejor la misión que se nos ha confiado.
Desde el principio «lejos de ser agentes pasivos o
espectadores de la obra misionera se convirtieron,
desde su propia condición –en muchos casos «ile-
trados religiosos» y «analfabetos sociales»– en los
principales protagonistas de todo el proceso de fun-
dación. La salesianidad nace precisamente de ese
encuentro capaz de suscitar profecías y visiones»,
en la convicción de que «todo carisma necesita ser
renovado y evangelizado y, en vuestro caso, sobre
todo, por los jóvenes más pobres» (del Mensaje del
papa Francisco al CG28).
Sentimos, pues, como deber nuestro, implicar a los
jóvenes y consideramos que tienen derecho a parti-
cipar en la comunidad educativo-pastoral, que es,
ante todo, una familia donde se comparte todo en
un clima de amistad, escucha, respeto y colabora-
ción. Reconocemos que, muchos de ellos, «se en-
cuentran en una profunda situación de orfandad... a
la que debemos responder creando espacios frater-
nos y atractivos donde se vive con un sentido» (cf.
Christus vivit, 216). Precisamente en esta dirección,
los recientes caminos sinodales nos han ayudado a
redescubrir la naturaleza familiar de la Iglesia, has-
ta el punto de que esta última puede ser considerada
como «familia de familias, constantemente enrique-

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
109
cida por la vida de todas las Iglesias domésticas»
(Amoris laetitia, 87).
Por último, somos conscientes de que muchas
veces no logramos interceptar esta verdadera «nos-
talgia comunitaria» de los jóvenes y de las familias:
nos piden tiempo y les damos espacio; nos piden
relación y les brindamos servicios; nos piden vida
fraterna y les ofrecemos estructuras; nos piden
amistad y hacemos actividades para ellos. Todo es-
to nos compromete a redescubrir las riquezas y las
potencialidades del «espíritu de familia».
INTERPRETAR
6. Acompañados por Don Bosco
Para interpretar lo que hemos reconocido hasta aho-
ra, queremos dejarnos guiar por uno de los pasajes
más significativos de la «Carta de Roma» de 1884.
Don Bosco vio que, en el Oratorio de Valdocco,
entre los Salesianos y los jóvenes, se había creado
una barrera, física y espiritual, que obstaculizaba la
acción educativa y traicionaba el carisma. Dialo-
gando con uno de los jóvenes del sueño, trata de
interpretar la situación para encontrar la manera de
resolverla: «Entonces, ¿cómo podemos romper es-
ta barrera?» La respuesta que recibe también nos
ilumina hoy: «Familiaridad con los jóvenes, espe-
cialmente en la recreación. Sin familiaridad, no se
demuestra el amor y sin esta demostración no pue-

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Capítulo General XXVIII
de haber confianza. Quien quiere ser amado debe
demostrar que ama. Jesucristo se hizo pequeño con
los pequeños y cargó con nuestras enfermedades.
He ahí el maestro de la familiaridad».
Este texto ilumina los tres nudos fundamentales,
en torno a los cuales hemos recogido la interpreta-
ción de este núcleo: ir al encuentro de los jóvenes
allí donde se encuentran y se expresan espontánea-
mente; la cercanía que crea confianza y hace posible
el acompañamiento; el tono afectivo de la relación
educativa, que Don Bosco llama con un término que
deriva de la experiencia familiar. En esta perspec-
tiva de fe queremos buscar las razones de lo que
vivimos, con sus luces y sus sombras; hacer emerger
los desafíos que nos esperan; e identificar los crite-
rios para afrontarlos.
Comunidades en salida
hacia los jóvenes pobres
7. Dos caras de un único problema
Demasiadas veces, la pobreza aleja a los chicos y a
los jóvenes de la oportunidad de crecer de manera
serena, de tener una educación adecuada, de decidir
sobre su propio futuro. No pocas veces, la pobreza
aleja, también, de la comunidad cristiana y de la
posibilidad de encontrar la alegría del Evangelio,
que está destinada, precisamente, a los últimos: «El
Espíritu del Señor está sobre mí... me ha enviado a
evangelizar a los pobres» (Lc 4,18). La pobreza se

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
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convierte así, hoy, en una barrera excluyente, que
debe ser superada.
El magisterio profético del papa Francisco está
ayudando a la Iglesia a tomar cada vez más concien-
cia de que la distancia de los pobres traiciona el
Evangelio y genera numerosas «enfermedades» en
la comunidad cristiana. También nosotros sentimos
la necesidad de profundizar en la interpretación del
tiempo que vivimos, hasta reconocer que fenóme-
nos sociales y desafíos espirituales, requerimientos
de los jóvenes y mociones del Espíritu están estre-
chamente vinculados, sin ninguna posibilidad de
divergencia. Esta fue la experiencia de Don Bosco,
que le hizo capaz de responder a las necesidades
más urgentes de sus chicos y hacerles sentir la ter-
nura de Dios, que calienta el corazón e infunde es-
peranza. Donde esto sucede, también hoy, con com-
promiso generoso y creatividad pastoral, vemos un
verdadero florecimiento del carisma. Donde, al
contrario, las comunidades pierden la «familiari-
dad» con los pobres, la vida religiosa se entibia, con
el riesgo de convertirse en sal que pierde sabor, lám-
para colocada debajo de un celemín (cf. Mt 5,13.15).
8. Consagrados a Dios
para los jóvenes más pobres
Salir hacia los jóvenes pobres, y hacerlo como co-
munidad de creyentes, es ciertamente un desafío
siempre nuevo, pero también una perspectiva que
nos llena de entusiasmo. Como nuestro padre Don

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Capítulo General XXVIII
Bosco, también nosotros, el día de nuestra profesión
religiosa, le dijimos a Dios: «Me ofrezco totalmen-
te a Ti, comprometiéndome a entregar todas mis
energías a quienes me envíes, especialmente a los
jóvenes más pobres» (Const. 24).
Esto requiere de nuestra parte, sobre todo, capa-
cidad de discernimiento comunitario: no se trata de
confiar a cada uno de los Hermanos la activación de
nuevos proyectos, sino de escuchar juntos la llama-
da que Dios nos dirige en las pobrezas juveniles.
También requiere profundidad espiritual, para no
caer en el activismo o en una mentalidad empresa-
rial; preparación cultural, para comprender los fe-
nómenos en los que estamos inmersos y las nuevas
pobrezas juveniles; voluntad de trabajar juntos,
abandonando todo individualismo pastoral; flexibi-
lidad para repensar nuestro estilo de vida y nuestras
obras, especialmente cuando ya no expresan la ener-
gía misionera del carisma y responden, principal-
mente, a lógicas de mantenimiento.
Acompañamiento de los jóvenes
en clave vocacional
9. Una rica tradición
«Sin familiaridad no se demuestra amor y sin esta
demostración no puede haber confianza». Bastan
estas palabras de Don Bosco para hacernos com-
prender el valor que tenía para él llegar al corazón
del chico, permitiéndole una apertura franca y una

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
113
confianza sincera. Don Bosco no usaba la palabra
«acompañamiento», pero todas sus acciones apun-
taban precisamente a esto. Su empeño educativo,
lleno de propuestas y atento a las diferentes dimen-
siones del crecimiento, tendía a acompañar a los
jóvenes de una manera sencilla y concreta hacia la
santidad. Descuidar esta dimensión del Sistema Pre-
ventivo significa desnaturalizarlo.
Así como toda la Iglesia, en el Sínodo para los
jóvenes, ha redescubierto el valor del acompaña-
miento para el discernimiento, nosotros también
estamos invitados a releer las riquezas de nuestra
tradición a este respecto. Esta nos da tres niveles de
acompañamiento, estrechamente relacionados entre
sí: de ambiente, de grupo y personal. El primero se
realiza mediante la oferta de un ambiente acogedor
y alegre, lleno de propuestas diferenciadas y capaz
de activar caminos de crecimiento. El segundo fa-
vorece un mayor compromiso en la madurez perso-
nal y en el camino de fe, valora las actitudes de
cada uno, promueve la espiritualidad del Movimien-
to Juvenil Salesiano y su pertenencia a él. El tercero
conduce al joven a discernir más profundamente el
significado de su propia existencia ante Dios. En
este sentido, el Sínodo sobre los jóvenes habló de
un acompañamiento «en clave vocacional» (cf. Do-
cumento final del Sínodo, 138-143; Christus vivit,
Capítulo VIII), ayudando a pensar la vida no como
un proyecto de autorrealización individual, sino co-
mo una forma de descubrir y responder a la llamada

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114
Capítulo General XXVIII
divina. La expresión del papa Francisco «soy una
misión» (Christus vivit, 254) indica claramente el
objetivo que tiene el acompañamiento: ayudar a
cada uno a descubrir su propia singularidad como
don para los demás.
10. Sujetos y meta del acompañamiento
Dado que nace de la familiaridad en lo cotidiano, el
acompañamiento implica una pluralidad de temas
y no es tarea exclusiva de nadie. Toda la comunidad
educativo-pastoral está involucrada en él, aunque
no todos tienen la misma actitud y preparación para
guiar el discernimiento personal. En cualquier caso,
el protagonista de todo acompañamiento es el Es-
píritu del Señor, que nos colma de dones y carismas;
nosotros somos, simplemente, siervos y mediadores
de la obra de Dios.
Es muy importante subrayar que un buen acom-
pañamiento no sitúa al joven en una posición pasiva
o subordinada, sino que, al contrario, promueve su
participación activa en la vida de la comunidad y la
corresponsabilidad en el servicio de los más pobres.
Se trata, pues, de un acompañamiento para la parti-
cipación, para la presencia activa y responsable en
la sociedad y en la Iglesia. El protagonismo de los
jóvenes en la fundación de nuestra Congregación y
el compromiso activo de las Compañías en el Ora-
torio de Valdocco, todavía tienen mucho que decir-
nos, en este sentido.

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
115
En la certeza de que «quienes acompañan a otros
a crecer tienen que ser personas de horizontes gran-
des, capaces de poner juntos límites y esperanza,
ayudando así a mirar siempre en perspectiva, en una
perspectiva salvífica» (del Mensaje del papa Fran-
cisco al CG28), somos llamados a promover un
renovado compromiso por el acompañamiento, que
requiere, en primer lugar, cuidar mejor la prepara-
ción de los Hermanos y seglares en este delicado
ámbito y vivir, nosotros mismos, la experiencia de
ser acompañados. La perspectiva de la implicación
activa de los jóvenes supone, además, una mayor
confianza en sus recursos: no debemos tener miedo
de su sana inquietud, de sus preguntas y de su sen-
sibilidad por temas nuevos, que no siempre estamos
preparados para afrontar. Por lo tanto, aprendamos
cada día a escuchar con empatía y a ofrecer nuestra
ayuda con humildad. La auténtica autoridad de un
educador no consiste en el poder de dirigir, sino en
la fuerza de promover la libertad: esta es la paterni-
dad de Don Bosco.
Camino con las familias
y educación afectiva
11. Proximidad a las familias
Somos conscientes de que la familia es la escuela
del amor, en la que aprendemos el lenguaje de los
afectos, a través de los que Dios se hace conocer y
encontrar. Los recientes sínodos sobre la familia y

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116
Capítulo General XXVIII
la exhortación apostólica postsinodal Amoris Lae-
titia han ofrecido muchas indicaciones pastorales
sobre el acompañamiento de las familias y sobre la
educación afectiva, que también nosotros estamos
llamados a acoger y asimilar.
Para nosotros, Salesianos, el interés por la fami-
lia surge espontáneamente del corazón de nuestro
carisma educativo. Sabemos lo mucho que Don
Bosco aprendió de Mamá Margarita, tanto, que la
quiso con él en Valdocco como una presencia pre-
ciosa para hacer del Oratorio una verdadera «casa».
El pequeño Juan Bosco, por otro lado, no creció en
una familia perfecta: experimentó el sufrimiento de
ser huérfano de padre, la incomprensión de su her-
mano Antonio, la humillación de la pobreza, la ne-
cesidad de salir de casa para trabajar. Todo esto
contribuyó a que madurase en él un corazón de pa-
dre, rico en misericordia y en acogida.
También nosotros, hoy, sentimos la exigencia de
una gran proximidad con las familias, acogiéndolas
con sus afanes, pero, sobre todo, promoviéndolas
con sus riquezas. En nuestras obras, conocemos, de
hecho, a muchas familias en las situaciones más dis-
pares: algunas se dirigen a nosotros por nuestras
propuestas educativas, otras comparten la opción
religiosa y la inspiración carismática, otras todavía
están en los primeros años de matrimonio y piden
acompañamiento. No pocas se encuentran en situa-
ciones de pobreza, de malestar o son familias heridas
y fruto de segundas uniones. Hay también jóvenes

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
117
que han crecido con nosotros y nos piden que los
acompañemos al matrimonio, mientras que también
llegan a nuestros ambientes, personas que viven den-
tro de nuevas configuraciones relacionales.
Esta complejidad es, sin duda, un desafío y re-
quiere una preparación adecuada. Sin embargo, la
presencia de muchas familias integradas en los gru-
pos de la Familia Salesiana, y otras personas que
colaboran con nosotros, constituye un gran recurso,
especialmente si somos capaces de escuchar su ex-
periencia y valorar su testimonio.
12. Pastoral juvenil, familia,
educación afectiva
El criterio fundamental, para nuestro trabajo con las
familias, tenemos que encontrarlo en la naturaleza
educativa de nuestra misión. No queremos activar
una pastoral familiar paralela a la pastoral juvenil,
sino presentar la comunidad educativo-pastoral como
el lugar y la forma de nuestro camino con las familias.
De este criterio también se deriva la exigencia de
asumir, de una manera más audaz, el desafío de la
educación afectiva y sexual de los jóvenes. Es una
solicitud que ya el Concilio había dirigido a las ins-
tituciones educativas de la Iglesia (cf. Gravissimum
educationis, 1) y, sobre la cual, todavía hemos avan-
zado muy poco. No se trata simplemente de dar
información, sino de acompañar en un itinerario de
conocimiento de sí mismo y descubrimiento de la
llamada al amor. Sabemos la importancia que Don

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118
Capítulo General XXVIII
Bosco daba a la pureza en el crecimiento de los
chicos y la delicadeza con la que hablaba al respec-
to. En un contexto que, a menudo, banaliza la sexua-
lidad, estamos llamados a presentar una visión se-
rena, positiva y equilibrada del tema afectivo, para
iluminar los lenguajes del cuerpo y el sentido de
reciprocidad entre el hombre y la mujer de acuerdo
con la Palabra de Dios. El cuidado de ambientes
propositivos y «preventivos», una animación que
sabe involucrar a los jóvenes en todas sus dimen-
siones (teatro, deporte, arte, juego, música, ...), un
acompañamiento personal que cuida las dinámicas
profundas de la persona, son las herramientas que
nuestra tradición nos brinda y que estamos llamados
a repensar en los nuevos contextos de hoy.
ELEGIR
13. Comunidades en salida
hacia los jóvenes pobres
Salgamos hacia los jóvenes pobres superando
una pastoral de mantenimiento y renovando
nuestros dinamismos comunitarios.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De una pastoral de conservación a una pastoral
misionera que tenga, como criterio de elección,
las necesidades de los jóvenes

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
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b) De una pastoral elitista y excluyente a una pas-
toral popular e inclusiva.
c) De una comunidad replegada en zonas de con-
fort a un testimonio de evidente fraternidad en
la condivisión con los jóvenes pobres.
Procesos por activar
d) Los Sectores para la Pastoral Juvenil y para las
Misiones propongan una proyectualidad especí-
fica de atención y acogida a las pobrezas juve-
niles.
e) En el rediseño de las presencias, las Inspectorías
prevean comunidades que puedan acoger con los
Salesianos a chicos y jóvenes en dificultad (mi-
grantes, refugiados, chicos de la calle, etc.) para
ofrecerles oportunidades de estudio, de forma-
ción profesional y de integración en el mundo
del trabajo.
f) La Congregación, a todos los niveles, vigile pa-
ra que se garanticen las condiciones para la pro-
moción y defensa de los derechos de los jóvenes,
especialmente, en la tutela de los menores y de
los adultos vulnerables.
Condiciones estructurales por garantizar
g) Se desarrolle a nivel central una coordinación
en red, con otros religiosos y organizaciones na-
cionales e internacionales, al servicio de los jó-
venes más pobres.

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Capítulo General XXVIII
h) Se elabore, a nivel inspectorial y local, un «Có-
digo de Comportamiento» que permita tener
contacto real, seguro, garantizado con los jóve-
nes, especialmente los pobres.
i) Las comunidades tengan momentos específicos
y condiciones permanentes de acogida de jóve-
nes: revisen horarios, estructuras, ambientes y
estilos relacionales para ser, auténticamente,
comunidades abiertas y acogedoras.
14. Acompañamiento de los jóvenes
en clave vocacional
Promovamos un renovado compromiso por el
acompañamiento en perspectiva vocacional, cui-
dando una adecuada formación de Salesianos y
seglares en este ámbito.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De una pastoral de iniciativas y actividades a una
atención a los caminos personales de crecimiento.
b) De la fragmentación de la pastoral en muchos sec-
tores a su integración en perspectiva vocacional.
c) De una mentalidad de autosuficiencia pastoral a
la implicación de los jóvenes según su grado de
madurez.

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
121
Procesos por activar
d) Los Sectores para la Pastoral Juvenil y para la
Formación propongan itinerarios de habilitación
al acompañamiento para Salesianos y seglares.
e) El Sector para la Pastoral Juvenil anima, apoya
y orienta el compromiso de las Inspectorías en
temas vocacionales.
f) Cada Inspectoría ofrezca a los jóvenes un «tiem-
po destinado a la madurez de la vida cristiana
adulta» para que lo vivan en nuestras casas, me-
diante un proyecto preciso de condivisión de
vida, de fraternidad, de apostolado y de espiri-
tualidad (cf. Documento final del Sínodo, 161).
Condiciones estructurales por garantizar
g) El Rector Mayor con su Consejo considere la
oportunidad de instituir una coordinación central
para la animación vocacional.
h) Las Regiones implementen el desarrollo y la
constitución de centros de formación regionales
para Salesianos y seglares sobre el acompaña-
miento.
i) Las Inspectorías favorezcan la inserción de jó-
venes en los equipos de pastoral juvenil, en las
consultas inspectoriales y en otras estructuras de
animación pastoral.

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Capítulo General XXVIII
15. Camino con las familias
y educación afectiva
Consolidemos el camino con las familias en la
comunidad educativo-pastoral y propongamos
caminos más precisos de educación afectiva.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De una familia considerada solamente destina-
taria de la pastoral a la familia como sujeto acti-
vo de la misión, que está implicado en la comu-
nidad educativo-pastoral.
b) De un esquema mental rígido y simplificador a
la acogida y al acompañamiento de las experien-
cias familiares respetando su complejidad.
c) De considerar nuestra afectividad como una con-
quista alcanzada de una vez para siempre a una
formación salesiana que la entiende como un
camino de crecimiento y madurez del corazón.
Procesos por activar
d) Los Sectores para la Pastoral Juvenil y para la
Formación, valorando la experiencia y la apor-
tación de las familias, den indicaciones para la
elaboración de propuestas adecuadas de educa-
ción afectivo-sexual y cuiden la formación de
los Salesianos y seglares en este ámbito.

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13.1 Page 121

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
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e) Las Inspectorías promuevan grupos familiares
inspirados en la espiritualidad salesiana, favore-
ciendo su protagonismo apostólico y su impli-
cación en la comunidad educativo-pastoral.
g) Las Inspectorías valoren la reflexión ya iniciada
por la Congregación en el Congreso internacio-
nal «Pastoral juvenil y familia» (Madrid, 2017)
y elaboren instrumentos e itinerarios para apoyar
a las familias en su tarea educativa.
Condiciones estructurales por garantizar
g) Las Inspectorías inviertan en la formación de
personal para el acompañamiento de las familias
y para la educación afectiva.
h) Las Inspectorías favorezcan la incorporación de
algunas familias en el consejo de la comunidad
educativo-pastoral, promoviendo momentos re-
gulares de comunión y de formación.
i) Las Inspectorías promuevan el compromiso
apostólico de los grupos laicales de la Familia
Salesiana al servicio de la familia.

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2. PERFIL DEL SALESIANO HOY
RECONOCER
16. Vocación y formación:
la fuerza del carisma nos interpela
En el sueño de los nueve años, la Virgen María,
después de indicarle a Juan Bosco el campo en el
que tendría que trabajar, lo invita a hacerse «humil-
de, fuerte y robusto». Con estas palabras, le propo-
ne un exigente camino de formación estrechamente
vinculado a la vocación recibida y la misión enco-
mendada. También nosotros reconocemos que la
formación es un don precioso del Señor y una exi-
gencia irrenunciable del camino vocacional. Este
compromiso formativo implica a todas las dimen-
siones de nuestra consagración apostólica: por eso
el Capítulo General 27º trazó, coherentemente, el
perfil del Salesiano como místico en el Espíritu,
profeta de fraternidad y servidor de los jóvenes.
Examinando las estadísticas de la Congregación,
hemos visto que, en el último decenio, hemos teni-
do una media anual de unos 2600 jóvenes en forma-
ción. Esto nos llena de alegría y esperanza, porque
demuestra que nuestro carisma sigue siendo fecun-
do. Al mismo tiempo, este dato nos desafía y nos
responsabiliza, pidiendo que verifiquemos la cali-
dad de nuestra formación inicial y continua.

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
125
De hecho, notamos que, a veces, la identidad
consagrada salesiana parece débil y poco arraigada:
la primacía de Dios en la vida personal y comunita-
ria no aparece siempre con claridad; formas de cle-
ricalismo y secularismo corren el riesgo de traer
«mundanidad espiritual» a la Congregación; la pro-
moción del Salesiano laico, en algunas regiones,
sigue siendo escasa; la falta de personal capacitado
en el campo de la salesianidad, a pesar del abundan-
te material disponible, es un signo de una atención
insuficiente a la profundización del carisma
17. Formación y misión:
una brecha de la que tomar conciencia
En la reflexión capitular sobre el perfil del Salesia-
no hoy, ha surgido, claramente, una preocupación:
la separación entre el camino formativo, en sus di-
versas fases, y la realidad de la misión educativo-
pastoral ordinaria. Algunos hablan de una brecha
entre formación y misión; otros de una separación
entre la formación inicial y continua; y otros de una
cierta inconsistencia entre lo que la Congregación
propone en la formación inicial y lo que realmente
se vive en las comunidades apostólicas.
La formación actual, con sus estructuras, estilos
y métodos, parece, a veces, más informativa que
performativa, porque no siempre consigue transfor-
mar el corazón. La misión apostólica, por otra parte,
no siempre consigue extraer, de la realidad de los
jóvenes y de la concreción de la vida, los elementos

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126
Capítulo General XXVIII
para la formación permanente: la «cátedra de la rea-
lidad» tiene dificultades para hacerse lectura cre-
yente de la historia (lectio vitae), ofreciendo ele-
mentos para una renovación continua de nuestro ser
y de nuestro obrar.
También reconocemos, como urgente, el estudio
en profundidad de algunos temas que deben entrar
de lleno en el camino educativo: la habilitación pa-
ra el acompañamiento espiritual de los jóvenes, que
requiere la madurez de sensibilidades específicas;
la clara toma de conciencia de que nuestra misión
está compartida con los seglares y, por tanto, nece-
sita nuevas competencias relacionales; la creciente
atención a los temas ecológicos, que requiere una
preparación específica en este ámbito. Finalmente,
el nuevo mundo digitalizado impone un replantea-
miento de la forma de configurar nuestra vida fra-
terna y la misión apostólica en su conjunto, porque
«el repliegue individualista, tan difuso y promulga-
do socialmente en esta cultura ampliamente digita-
lizada, requiere una atención especial no solo sobre
nuestros modelos pedagógicos sino también sobre el
uso personal y comunitario del tiempo, y de nuestras
actividades y de nuestros recursos» (del Mensaje
del papa Francisco al CG28).
18. Formación permanente:
vivir la existencia en óptica formativa
Estamos agradecidos por presencia de un buen nú-
mero de Salesianos que, continuamente, reavivan

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
127
el don de Dios que han recibido (cf. 2 Tim 1,6),
mediante «una actitud contemplativa, capaz para
identificar y discernir los puntos neurálgicos» (del
Mensaje del papa Francisco la CG28). Solo así se
supera la idea, por desgracia arraigada, de que la
formación termina con la conclusión de las etapas
iniciales y con el acceso al ministerio.
De hecho, falta, en algunos Hermanos, la con-
vicción de que el compromiso con la propia forma-
ción es un estilo preciso de asunción de la misión,
tanto que es difícil encender el deseo y la pasión por
la formación permanente. Reconocemos que, tanto
a nivel central como inspectorial, se ha hecho un
esfuerzo por ofrecer instrumentos e itinerarios de
formación que, sin embargo, no siempre dan los
resultados esperados. En particular, resulta difícil
transformar la misma experiencia pastoral diaria en
ocasión formativa, porque no hemos sido iniciados
a discernir a partir de la concreción de la realidad.
Por esta razón, la comunidad, tanto la religiosa co-
mo la educativo-pastoral, no logra ser el ambiente
natural y ordinario en el que se nos forma.
Sin embargo, también es necesario reconocer que
existe una cierta confusión sobre los sujetos respon-
sables y los itinerarios de la formación continua:
faltan, muchas veces, Hermanos preparados para
acompañar este camino, mientras que hay plurali-
dad y debilidad de referencias formativas a nivel
inspectorial y local. Algunos señalan el riesgo de
reducir la formación permanente a algunos cursos

13.6 Page 126

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128
Capítulo General XXVIII
de actualización esporádicos o de encomendarla a
la entrega de algún nuevo manual. Finalmente, en
un mundo cada vez más fluido, existe el desafío de
la «laboriosidad cultural» en la Congregación, por-
que sin el estudio, la lectura y la actualización con-
tinua no se conseguirá salir de una pastoral de man-
tenimiento y de repetición.
19. Formación inicial: una realidad
en evolución que debe ir acompañada
A partir de los datos y las discusiones que surgieron
en el Capítulo, reconocemos que la formación inicial
es, en su conjunto, una realidad poliédrica, positiva
y prometedora. Es un gran mosaico de diferentes
situaciones, en el que reconocemos la presencia de
nuevos dinamismos en la Congregación.
¿Quiénes son los jóvenes en formación hoy? En
forma sintética, podemos decir que la mayoría de
ellos proceden de Asia y África; en su conjunto son
«jóvenes adultos» y no «adolescentes», como en
épocas pasadas; son jóvenes de nuestro tiempo, por
lo que llevan consigo todo el potencial y las debili-
dades de los jóvenes de hoy; están en busca de una
vida auténtica y de una fraternidad profética, aun-
que, a veces, necesiten madurar las motivaciones
que les llevan a la vida salesiana; al estar más cerca
de la generación juvenil, tienen una facilidad de
contacto y una similitud natural de lenguaje con el
mundo juvenil. Todo esto implica un enfoque for-

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
129
mativo completamente diferente en nuestras casas
de formación y centros de estudio.
A partir de esta metamorfosis histórica se entien-
de que la investigación y la formación de formado-
res es una urgencia real, que debe abordarse de la
mejor manera posible. Reconociendo que, ser for-
mador, es una «vocación en la vocación», será ne-
cesario pasar de la improvisación a un auténtico
discernimiento para la elección cualificada de for-
madores y de docentes: no se trata de «reclutamien-
to», sino de un verdadero diálogo vocacional. Re-
conociendo a la comunidad como el primer espacio
formativo, los capitulares subrayaron lo decisivo
que es el equipo de formadores, que actúan en si-
nergia y bajo la dirección del Director que, más que
ninguno, tiene la tarea de acompañar y coordinar el
compromiso de todos.
20. La necesidad de asumir
un nuevo estilo formativo
Como nos dice el papa Francisco, «pensar en el mo-
delo de Salesiano para los jóvenes de hoy implica
aceptar que estamos inmersos en un momento de
cambios» (del Mensaje del papa Francisco al CG28).
Por tanto, es necesario renovar nuestro estilo for-
mativo, que necesita ser pensado, cada vez más, en
forma personalizada, holística, relacional, contex-
tual e intercultural.
Sobre todo, es necesario un estilo capaz de asumir
sus registros fundamentales desde la misión, porque

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Capítulo General XXVIII
es la misión la que «da a toda nuestra existencia su
tonalidad concreta, especifica nuestra función en la
Iglesia y determina el lugar que ocupamos entre las
familias religiosas» (Const. 3) y también porque to-
dos estamos convencidos de que «cuando nos aisla-
mos o alejamos del pueblo que estamos llamados a
servir, nuestra identidad como consagrados comien-
za a desfigurarse y a convertirse en caricatura» (del
Mensaje del papa Francisco al CG28).
Este nuevo estilo formativo que soñamos debería
hacer resplandecer la unidad de la Congregación en
la pluralidad de sus expresiones: es muy importan-
te, contra el «grave peligro de uniformizar monolí-
ticamente las culturas», reconocer que la presencia
mundial de nuestra realidad carismática «es un es-
tímulo y una invitación para custodiar y para pre-
servar la riqueza de muchas de las culturas en don-
de estáis inmersos sin buscar «homologarlas»» (del
Mensaje del papa Francisco al CG28).
INTERPRETAR
21. La experiencia formativa de Don Bosco
Para realizar un sano discernimiento sobre nuestra
formación conviene reflexionar sobre la experiencia
formativa vivida por Don Bosco. Él mismo relata
los momentos principales en las Memorias del Ora-
torio, con muchas observaciones que nos permiten
vislumbrar claramente su visión al respecto. Aquí

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
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nos detenemos, en particular, en una de las etapas
formativas hacia la que Don Bosco mostró mayor
aprecio: la del Convitto Eclesiástico. Don Bosco
dice de esta institución: «Aquí se aprende a ser sa-
cerdotes» (J B , Memorias del Oratorio de
San Francisco de Sales, en Instituto Histórico Sa-
lesiano, Fuentes salesianas. Don Bosco y su obra,
Editorial CCS, Madrid 2015, pág. 1112).
La formación del Convitto unía una sólida pro-
puesta espiritual y cultural («meditación, lectura,
dos conferencias diarias, lecciones de predicación,
vida recogida, todas las comodidades para estu-
diar...») y el acompañamiento para encontrar en
vivo «la malicia y miseria de los hombres» en los
lugares de mayor pobreza. El punto fuerte que guia-
ba a los jóvenes sacerdotes a sintetizar oración y
ministerio, reflexión y práctica pastoral era un gru-
po de formadores de altísimo perfil, entre los que
destacaba don Cafasso. Don Bosco los encontraba
en la cátedra cuando enseñaban, pero también los
veía comprometidos, en primera persona, en las más
variadas y difíciles formas de ministerio. Eran, para
él y sus compañeros, maestros sólidos de doctrina,
apóstoles emprendedores y verdaderos modelos de
vida. Hoy hablaríamos de un equipo ejemplar y
compacto que acompaña de manera integral a asu-
mir la misión.
Los años del Convitto fueron determinantes para
la madurez apostólica de Don Bosco y, es bueno
notar, que fueron por elección propia, a la que no

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132
Capítulo General XXVIII
estaba obligado por ningún deber. Asumió este
compromiso cuando ya era sacerdote y pudo meter-
se de inmediato en la actividad a tiempo completo.
Pero siguiendo el consejo de don Cafasso, tomó otro
camino, más exigente pero inmensamente más fruc-
tífero. Su ejemplo nos enseña que la formación no
termina con el final de los estudios, con la profesión
perpetua o con la ordenación sacerdotal, sino que
sigue siendo un proceso abierto que debe cultivase
con cuidado a lo largo de la vida. También nos re-
cuerda que el verdadero apóstol no madura queman-
do etapas y que la inversión más fructífera para la
misión es la de una buena formación.
Formación y vocación:
un acompañamiento a la luz del carisma
22. El don de la formación
En la vida consagrada, la formación no se reduce
solo a un conjunto de técnicas y metodologías, sino
que es una experiencia de fe, que hunde sus raíces
en el misterio mismo de la vocación. Dios Padre,
que nos eligió antes de la creación del mundo, con-
tinúa actuando en nosotros con el poder de su Espí-
ritu, para conformarnos cada vez más a Cristo. El
objetivo del proceso formativo es, de hecho, llegar
a tener en sí los sentimientos del Hijo, es decir, sen-
tir, pensar y actuar en Él (cf. Flp 2,5).
Comprender la formación en el horizonte de la
vocación nos ayuda a no verla como un deber im-

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
133
puesto desde el exterior –por las normas de la Igle-
sia o de la Congregación– sino como un don de la
gracia que nos ayuda a hacer verdaderamente nues-
tra la «forma» de la vida consagrada salesiana, evi-
tando que siga siendo una especie de hábito externo.
La existencia de fracasos vocacionales nos re-
cuerda lo delicado de este proceso y cómo la acep-
tación inicial de la llamada no nos protege automá-
ticamente del riesgo de perder el rumbo o dar
marcha atrás. En efecto, ¿qué son el clericalismo, el
secularismo y el individualismo sino desviaciones
de la energía vocacional, que extinguen su belleza
y mortifican su crecimiento por ausencia de profun-
didad, por falta de motivación o por poca generosi-
dad? La vocación, sin una formación adecuada, se
confunde, entonces, con una especie de «volunta-
riado de por vida» en el que no se entrega verdade-
ramente el corazón a Dios y a los jóvenes y no se
acepta la conversión formativa que eso conlleva.
23. El Sistema Preventivo
como sistema formativo
Dado que la formación es una pedagogía de la gra-
cia, nunca puede ser, ante todo, una cuestión de
reglas y de normas. Sin duda, estas son necesarias,
porque preservan de errores e indican caminos con-
solidados, pero no son suficientes, por sí mismas,
para crear las condiciones para una experiencia for-
mativa auténtica. Por tanto, debemos tener cuidado
de no dar soluciones, principalmente normativas, a

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134
Capítulo General XXVIII
un desafío que es, sobre todo, carismático y gene-
rativo. La formación es artesanía diaria, sabiduría
práctica, calidad de testimonio, capacidad para leer
situaciones y tocar corazones: cosas estas que nin-
guna ley puede garantizar y ningún manual es sufi-
ciente para asimilar. Como nos recuerda el venera-
ble don José Quadrio, extraordinario modelo de
formador y de docente, estas cualidades son, ante
todo, fruto de la docilidad interior al Espíritu que
suscita en nuestra familia carismática verdaderos
maestros de vida.
Por tanto, todos los indicios de sabiduría práctica,
que Don Bosco puso en acción en la educación, son
válidos para nuestra propuesta formativa. El Siste-
ma Preventivo debe redescubrirse, cada vez más,
como el principio inspirador y el alma profunda de
nuestro sistema formativo. Esto significa afirmar la
primacía de la caridad teológica y de la confianza
sobre todo legalismo y formalismo; transmitir los
valores vocacionales a través de un auténtico espí-
ritu de familia; involucrar activamente a los Herma-
nos más jóvenes y hacerlos corresponsables de las
opciones formativas. La pedagogía del Sistema
Preventivo es, de hecho, una pedagogía de la con-
fianza, que cree en los recursos de los jóvenes y los
provoca a la generosidad del compromiso, sin mor-
tificar jamás sus intuiciones ni cortar su creatividad.
Así, en esta lógica, el artículo 99 de nuestras Cons-
tituciones afirma: «Todo Salesiano asume la res-
ponsabilidad de su propia formación». A través de

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
135
la fidelidad a esta inspiración, la Congregación se
muestra madre con cada Hermano y le ayuda a ma-
durar en su camino vocacional.
Formación y misión: un proceso unitario
24. El «Da mihi animas»
como energía del proceso formativo
La naturaleza apostólica de nuestro carisma deter-
mina nuestra formación de manera decisiva. Como
nos recuerda el papa Francisco, «es importante sos-
tener que no se nos forma para la misión, sino que
se nos forma en la misión desde donde gira toda
nuestra vida, con sus opciones y sus prioridades. La
formación inicial y la permanente no pueden ser una
instancia previa, paralela o separada de la identidad
y de la sensibilidad del discípulo» (del Mensaje del
papa Francisco al CG28). Estas palabras indican,
muy claramente, que la formación y la misión están
estrechamente entrelazadas y no pueden sostenerse
la una sin la otra.
Comprender la formación en el horizonte de la
misión significa, ante todo, subrayar el Da mihi ani-
mas como energía profunda del proceso formativo.
Si esta energía se extingue y ya no libera ardor por
el bien de los chicos, la madurez vocacional se ve
seriamente comprometida. Si, por el contrario, la
pasión apostólica está viva alimenta el crecimiento
humano, el compromiso por el estudio, el cuidado
de la vida espiritual, la madurez pastoral. El Da mi-

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136
Capítulo General XXVIII
hi animas es, de hecho, la forma en la que Dios nos
hace partícipes de su amor por el mundo.
Don Bosco, dice nuevamente el Papa, «no solo
no elije separarse del mundo para buscar la santidad,
sino que se deja interpelar y elije cómo y qué mundo
habitar». Asumir la misión como principio forma-
tivo requiere desarrollar la mirada del pastor y la
valentía del profeta, que sabe estar con los jóvenes
pobres y soñar con ellos y para ellos un mundo di-
ferente. Por eso «la misión inter gentes es nuestra
mejor escuela desde donde rezamos, reflexionamos,
estudiamos, descansamos» (del Mensaje del papa
Francisco al CG28).
25. Para una mayor integración
Para superar la brecha entre formación y misión es
necesario, ante todo, salir de la mentalidad de dele-
gación, que no pocas veces tiende a descargar, sobre
las comunidades formadoras, la responsabilidad en
este delicado ámbito. La transmisión del carisma,
de hecho, no se da principalmente en comunidades
expresamente estructuradas, sino en la frescura de
la condivisión diaria del servicio a los jóvenes. La
primera fuente de formación en la Congregación
está en el tesoro de la vida generosa de los Herma-
nos. Donde las comunidades son vivas en el servi-
cio, sólidas en espiritualidad y capaces de reflexión;
los itinerarios propuestos por las casas de formación
son más incisivos, porque introducen una forma de
vivir la salesianidad que los Hermanos jóvenes en-

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
137
cuentran en la realidad ordinaria de las casas. Esto
explica la importancia que nuestra tradición siempre
ha atribuido al tirocinio, que es una etapa formativa
típicamente salesiana. Donde, en cambio, se con-
funde misión con trabajo y la formación permanen-
te no se cuida en las comunidades, se empobrece
todo el proceso formativo.
Una mayor integración requiere, por tanto, «en-
contrar un estilo de formación capaz de asumir de
manera estructural que la evangelización implica la
participación plena y con plena ciudadanía de todo
bautizado», haciendo de nuestras casas un «“labo-
ratorio eclesial” capaz de reconocer, apreciar, esti-
mular y alentar las diferentes llamadas y misiones
en la Iglesia». Esto es lo que intentamos hacer im-
plementando el modelo de la comunidad educativo-
pastoral. Cómo este modelo pueda y deba afectar a
la formación inicial es una pregunta que aún no
encuentra respuestas claras. El Sínodo de los jóve-
nes habló, por ejemplo, de la importancia de crear
equipos de formación diferenciados, que también
incluyan figuras femeninas, en los que interactúen
diferentes vocaciones (cf. Documento final del Sí-
nodo, n. 163). El diálogo entre las comunidades
inspectoriales y las casas de formación también
puede favorecer una interacción más significativa
con el camino de las comunidades educativo-pas-
torales y permitir a los formadores una mayor pre-
sencia junto a los Hermanos jóvenes en las prácticas
pastorales. Más que una solución estructural única,

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138
Capítulo General XXVIII
que no tomaría en cuenta la considerable diversidad
de contextos, es necesario trabajar, por lo tanto, en
una renovada proyectualidad formativa, en sentido
misionero, que buscará su implementación más ade-
cuada en cada ambiente.
Formación y estructuras:
una renovación necesaria
26. Referencias institucionales
y cuidado de los procesos formativos
Uno de los riesgos de nuestro iter de formación,
denunciado reiteradamente en la Congregación, es
una cierta fragmentación entre las diferentes etapas.
Sin duda, el paso de una fase a otra de la formación
inicial ofrece la riqueza de nuevos estímulos y con-
tribuye a ampliar horizontes, pero trae consigo el
esfuerzo de tener que retomar el camino de acom-
pañamiento varias veces. Este esfuerzo se vuelve
más gravoso cuando la configuración de opciones
formativas y los instrumentos que se ofrecen para
el acompañamiento no están adecuadamente coor-
dinados.
Esto hace evidente la necesidad de que, en la
Congregación, se proceda a aclarar y, donde sea
posible, simplificar, las referencias institucionales
y a determinar con mayor precisión las tareas y res-
ponsabilidades de las estructuras de coordinación
entre las diferentes fases y entre los diferentes nive-

14.7 Page 137

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
139
les de formación. De hecho, con demasiada frecuen-
cia, decisiones importantes, para los caminos for-
mativos, se ralentizan o quedan sin respuesta
debido a las incertidumbres del sistema.
En la Ratio y sus anexos no faltan preciosas in-
dicaciones para el trabajo formativo, especialmente
en lo que se refiere a los objetivos a alcanzar y a los
criterios de admisión. Sin embargo, el aspecto de la
metodología y de los instrumentos es más débil. Por
tanto, es importante implementar el itinerario de
revisión del acompañamiento formativo que se ha
realizado en la Congregación y verificar sus resul-
tados. La claridad y la condivisión sobre este tema
son la primera condición para una formación más
sólida y personalizada.
27. Formadores y centros de formación
Todo proceso de crecimiento requiere condiciones
estructurales que lo faciliten. En esta lógica, la vo-
luntad de promover un mejor acompañamiento de-
be traducirse en una generosa inversión de la Con-
gregación en la captación y adecuada formación de
formadores, que sepan trabajar en equipo, bajo la
guía y responsabilidad del Director.
No menos importante es la renovación dentro de
nuestros centros de estudio, llamados a asumir, con
determinación, las indicaciones de la constitución
apostólica Veritatis gaudium. Ofrecen un servicio
indispensable no solo a los Hermanos jóvenes que
los frecuentan, sino también a la solidez cultural de

14.8 Page 138

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140
Capítulo General XXVIII
nuestras Inspectorías. Entre estos centros destaca,
en particular, la Universidad Pontificia Salesiana,
que constituye la voz cultural más autorizada de la
Congregación en la Iglesia. La renovación que ne-
cesita requiere encontrar las razones que llevaron a
su fundación hace ochenta años.
Los centros de formación regionales ofrecen un
valioso servicio a la formación permanente de los
Hermanos y están llamados, cada vez más, a hacer-
se cargo de la formación conjunta también con los
seglares. Las Regiones, que todavía no los tienen,
tendrán que encontrar las formas más adecuadas
para garantizar este tipo de servicio.
ELEGIR
28. Formación y vocación:
un acompañamiento a la luz del carisma
Promovamos un compromiso renovado para el
acompañamiento formativo de los Hermanos a
la luz del carisma.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De una visión de la formación como «obligación
institucional» a una mirada de fe, que la capta
como don y exigencia vocacional.

14.9 Page 139

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
141
b) Del formalismo externo al cuidado del acompa-
ñamiento en la lógica de sincera confianza y
espíritu de familia del Sistema Preventivo.
c) De la subestimación de la formación continua al
cuidado personal y comunitario del propio cre-
cimiento espiritual y apostólico.
Procesos por activar
d) El Rector Mayor con su Consejo estudia el pro-
blema de la discontinuidad entre las etapas de la
formación inicial, para favorecer un itinerario de
acompañamiento más unitario.
e) El Sector para la Formación promueve la im-
plementación y verificación de las orientaciones
y directrices «Jóvenes Salesianos y acompaña-
miento».
f) Las comunidades de formación inicial cuidan
un enfoque formativo acorde con las grandes
orientaciones espirituales y pedagógicas del Sis-
tema Preventivo: espíritu de familia, participa-
ción activa de los Hermanos, pedagogía de la
confianza y la confidencia; el curatorium veri-
fica y promueve este enfoque.
g) Las Inspectorías y las comunidades promueven
una cultura renovada de acompañamiento, ayu-
dando a los Hermanos a redescubrir su impor-
tancia y su valor.

14.10 Page 140

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142
Capítulo General XXVIII
Condiciones estructurales por garantizar
h) En las comunidades de formación inicial, se ga-
rantiza la presencia de equipos capaces de trans-
mitir vitalmente el Sistema Preventivo; los for-
madores proponen un acompañamiento espiritual
personal acorde con la propuesta formativa de
la comunidad; se cuida la presencia de confeso-
res debidamente preparados.
i) Los Inspectores y los Delegados inspectoriales
cuidan el diálogo y la condivisión con las comu-
nidades formativas, para favorecer la continui-
dad del acompañamiento en la formación inicial.
j) Los Hermanos en formación inicial son ayuda-
dos a descubrir el valor del acompañamiento
espiritual personal.
29. Formación y misión: un proceso unitario
Nos comprometemos a superar la brecha entre
formación y misión, favoreciendo una cultura
renovada de la formación en la misión a todos
los niveles
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De la delegación a las casas de formación a la
conciencia de que el estilo de vida de las comu-
nidades tiene un fuerte impacto en la formación
de los Hermanos jóvenes.

15 Pages 141-150

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15.1 Page 141

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
143
b) De la formación entendida como un momento
previo a la misión al cuidado de la solidez cul-
tural y espiritual como condición permanente de
la vida apostólica.
c) De un estilo formativo elitista al compromiso de
potenciar la aportación formativa de los seglares
y la responsabilidad misionera de cada bautizado.
Procesos por activar
d) Las Inspectorías velan por la calidad formativa
del tirocinio, garantizando las condiciones para
la asimilación práctica de la pedagogía salesiana
y el acompañamiento formativo.
e) Las comunidades de formación inicial procuren
un estilo de vida sobrio, que preserve del abur-
guesamiento y forme a las exigencias de la mi-
sión, y aumente el acompañamiento de las prác-
ticas pastorales.
f) Las Inspectorías invierten en la cualificación de
los Hermanos en salesianidad y se preocupan
por una mayor solidez cultural; las comunidades
locales supervisan y refuerzan su compromiso
con la formación en lo cotidiano.
Condiciones estructurales por garantizar
g) El Sector para la Formación ofrece indicaciones
para que el modelo de comunidad educativo-
pastoral encuentre una adecuada implementa-
ción también en las comunidades de formación,

15.2 Page 142

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144
Capítulo General XXVIII
a través de la implicación de seglares y familias
en el proceso formativo.
h) Las comunidades de tirocinio garantizan el
acompañamiento formativo de los tirocinantes,
los ayudan a integrarse en la comunidad educa-
tivo-pastoral y se comprometen a evaluar su
crecimiento vocacional.
i) Las comisiones inspectoriales de formación ayu-
dan a las comunidades a verificar y potenciar su
compromiso formativo en la misión.
30. Formación y estructuras:
una renovación necesaria
Invertimos energías en la captación y en la for-
mación de los formadores y afrontamos con
valentía el replanteamiento de los referentes
institucionales y de las estructuras formativas.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) Del repliegue sobre las urgencias a la valiente
inversión en la formación de los Hermanos.
b) De la mirada a las necesidades locales a la dis-
ponibilidad a ofrecer Hermanos y recursos para
las necesidades formativas de la Congregación
y para la colaboración entre Inspectorías.
c) Del riesgo de la superficialidad al estudio serio
y a la solidez cultural de los Hermanos.

15.3 Page 143

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
145
Procesos por activar
d) El Rector Mayor con su Consejo promueve un
compromiso generoso de la Congregación para
la captación y formación de formadores; las Ins-
pectorías invierten en la formación de los Her-
manos y en la preparación de formadores.
e) El Rector Mayor con su Consejo comprueba la
estructura de gobernanza de la formación para
hacerla más clara, sencilla y funcional.
f) El Rector Mayor con su Consejo revisa el número
y la distribución de las comunidades de formación
inicial dentro de proyecto unitario; promueve la
renovación de la Universidad Pontificia Salesiana,
el fortalecimiento de los centros de estudio, el cui-
dado de los centros regionales de formación.
Condiciones estructurales por garantizar
g) El Sector para la Formación revisa las partes de
la Ratio que deben adaptarse a las circunstancias
actuales, fortaleciendo las indicaciones concre-
tas de métodos y herramientas compartidos.
h) El Sector para la Formación estudia los mejores
modos de acompañar a las comunidades formati-
vas interinspectoriales; precisa las tareas del cura-
torium y sigue su funcionamiento en diálogo con
los Consejeros Regionales; acompaña a los Ins-
pectores a asumir su responsabilidad formativa.
i) Las Regiones promueven centros regionales de
formación, verifican su propuesta; donde toda-
vía faltan, instituyen su presencia.

15.4 Page 144

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3. CON LOS SEGLARES EN
LA MISIÓN Y EN LA FORMACIÓN
RECONOCER
31. Logros y resistencias
en la misión compartida con los seglares
Reconocemos que el CG24 es, para todos, «un pun-
to sin retorno» para la renovación de nuestra forma
de vivir y trabajar juntos. Está en el centro del magis-
terio salesiano posconciliar y, al mismo tiempo, mar-
ca un regreso a los orígenes del carisma salesiano:
Don Bosco, de hecho, desde el principio, involucró
a muchos seglares en su misión juvenil y popular.
Reconocemos que se han dado muchos pasos ha-
cia adelante en toda la Congregación, aunque con
velocidades y formas diferentes: la implicación de
toda la comunidad educativo-pastoral; la formación
espiritual, pedagógica y pastoral de los seglares; la
inclusión de los jóvenes en los equipos de animación;
la encomienda de algunas obras a los seglares. Esta
percepción de una creciente implicación mutua, de
riqueza compartida, de fuerza de la ayuda conjunta y
de la fecundidad del carisma, se está concretizando
gradualmente, pasando de la perspectiva de involu-
crar a los seglares en la actividad educativo-pastoral
a la de compartir nuestra espiritualidad con ellos.

15.5 Page 145

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
147
Al mismo tiempo, reconocemos que aún quedan
algunos esfuerzos, porque no siempre logramos que
los seglares participen del espíritu y de la misión
salesiana: muchas Inspectorías todavía tienen que
pasar de la implicación utilitarista de los seglares
a la estrategia de corresponsabilidad evangélica.
A veces, también, nos encontramos con fenómenos
de resistencia real: algunos religiosos se quejan del
excesivo protagonismo de los seglares mientras que,
algunos seglares, muestran motivaciones oportunis-
tas en su oferta de colaboración. Además, para los
seglares más implicados en la actividad educativo-
pastoral, no es fácil conciliar las necesidades de la
misión salesiana con la vida personal y familiar.
Finalmente observamos, en algunas situaciones, una
tendencia a la nivelación de los diferentes estados
de la vida, tanto que, algunos piensan que, las per-
sonas consagradas, ya no son necesarias para man-
tener vivo el carisma.
32. Reciprocidad de relaciones
entre Salesianos y seglares
Con mucha frecuencia, las relaciones entre Salesia-
nos y seglares se inspiran en estima, respeto, cor-
dialidad y colaboración, sobre todo donde existe
una clara identidad vocacional, una propuesta orgá-
nica de formación y un camino compartido con los
organismos e instrumentos debidos, como el con-
sejo de la comunidad educativo-pastoral y el pro-
yecto educativo-pastoral salesiano.

15.6 Page 146

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148
Capítulo General XXVIII
La peculiar contribución de los seglares no siem-
pre es aceptada y apreciada, teniendo en cuenta su
identidad y su experiencia vocacional: se sabe lo
que hacen, pero no se aprecia lo que son. Donde no
hay claridad sobre sus respectivas identidades, hay
una especie de «clericalización de los seglares» y
«secularización de los consagrados». En este caso,
la colaboración diaria, en lugar de resaltar la espe-
cificidad de cada uno, conduce a un aplanamiento
de identidades. A veces, los seglares son simple-
mente clasificados y posicionados dentro de un
modelo jerárquico y piramidal de «obra salesiana».
En los Salesianos, a veces, encontramos un cierto
malestar en la gestión de obras complejas, que requie-
ren capacidad de gestión, y una falta de preparación
para los desafíos, que surgen del modelo pastoral de
compartir con los seglares. Reconocemos que ante
el cambio de época no podemos realmente «discer-
nir» y, por lo tanto, corremos el riesgo de quedar
atrapados en la lógica del mantenimiento pastoral que
se basa en el «siempre se ha hecho así».
Observamos que existen diferentes tipologías de
seglares: empleados, voluntarios, jóvenes adultos,
cristianos católicos o de otras confesiones, practi-
cantes o más distantes de la Iglesia. A veces, con la
misma palabra «seglares» (o «laicos»), que en el
lenguaje eclesial indica bautizados (Christifideles
laici), también nos referimos a personas que traba-
jan en nuestras obras, pero son de otras religiones.
Para evitar confusiones o rigideces, es importante

15.7 Page 147

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
149
abordar seriamente las cuestiones teológicas y pas-
torales que subyacen a esta complejidad. De esta
manera se podrá iluminar mejor la forma que la
comunidad educativo-pastoral está llamada a asu-
mir en contextos plurirreligiosos o secularizados.
33. Formación conjunta
de Salesianos y seglares
En estos años, han madurado buenas iniciativas de
formación conjunta de Salesianos y seglares. En
cuanto a los cursos de formación, existen excelentes
propuestas a nivel local, inspectorial y regional. A
veces existe una falta de sistematización en los iti-
nerarios formativos, que luego se manifiesta en la
debilidad de la planificación educativo-pastoral. En
efecto, falta una formación más orgánica, que inten-
te integrar todos los aspectos del carisma salesiano
(espiritual, pedagógico, pastoral y profesional). Per-
manece abierto el tema de la formación de colabo-
radores de otras religiones y convicciones.
En la vida cotidiana, la formación conjunta se rea-
liza, principalmente, a través de los caminos de la
comunidad educativo-pastoral, con sus organismos
y sus procesos de animación, de discernimiento y de
gobierno. La vida de la comunidad educativo-pasto-
ral es uno de los espacios más eficaces para la forma-
ción conjunta entre Salesianos y seglares y es un
excelente ejemplo de «formación en la misión».

15.8 Page 148

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150
Capítulo General XXVIII
Se nota una cierta resistencia, de algunos Herma-
nos, a participar en la formación con los seglares y
la dificultad de deponer una cierta actitud de pre-
sunta superioridad. Otra fuente de dificultad, para
la formación conjunta, es el cansancio, el exceso de
actividad y la acumulación de tareas y de roles. En
algunos seglares hay poca conciencia de su papel
en la Iglesia y, por lo tanto, poca disposición para
asumir las responsabilidades formativas que se de-
rivan de ello.
34. Las diferentes formas de relación entre
la comunidad religiosa y la obra salesiana
En la Congregación existen, en este momento, di-
ferentes formas de relación entre la comunidad re-
ligiosa y la obra salesiana: hay obras o sectores de
obras confiadas conjuntamente a la comunidad sa-
lesiana y a los seglares; hay obras confiadas a los
seglares, dentro de un proyecto inspectorial; tam-
bién hay obras donde la animación pastoral, pero
no la gestión, se confía a una comunidad salesiana
cercana. También hay obras en las que el número
de Hermanos permite cubrir todos los roles de res-
ponsabilidad: en este caso, hay muchos colabora-
dores seglares con poca o ninguna responsabilidad;
aquí, las estructuras de animación de la comunidad
educativo-pastoral son muy débiles o ausentes.
Cuando se trata de una obra confiada conjunta-
mente a los Salesianos y a los seglares, no siempre
se ha realizado lo que afirma el CG24 en los nn.

15.9 Page 149

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
151
149-159. Cuando se trata de una obra de gestión
seglar bajo la dirección de la Inspectoría, en muchos
casos, las Inspectorías han hecho un gran esfuerzo
de reflexión y creatividad para afrontar el desafío
del acompañamiento.
Si bien se reconocen aspectos positivos, también
hay problemas de cierto peso: la dificultad de los
Salesianos para garantizar un acompañamiento sis-
temático; el esfuerzo de los seglares en compaginar
los compromisos que exigen estas obras con las
exigencias de la vida familiar; las dificultades rela-
cionadas con el recambio de los seglares; la ausen-
cia de criterios e instrumentos de control; la nece-
sidad de iniciar prácticas de evaluación de gestión;
la necesidad de encontrar un marco legal adecuado;
la necesidad de un cambio en la cultura formativa,
en ambos lados, para prepararse mejor a la gestión
de estas nuevas realidades. Incluso hay situaciones
en las que el papel, las habilidades y las funciones
de los Salesianos y de los seglares, con responsabi-
lidad en las casas, no están claros ni bien definidos.
La encomienda de una obra o sector de obra ín-
tegramente a los seglares queda dentro del proyecto
y de la responsabilidad de la Inspectoría. Hay situa-
ciones en las que la Inspectoría confía a un ente
jurídico (fundación, asociación, cooperativa, socie-
dad) una actividad, un obra o sectores de esta y el
uso de sus propiedades. En este caso, no siempre se
estipula una convención que rija las relaciones ju-
rídicas y económicas.

15.10 Page 150

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152
INTERPRETAR
Capítulo General XXVIII
35. Don Bosco, padre y maestro en
la implicación y en la corresponsabilidad
Los elementos fundamentales, para profundizar en
la teoría y la práctica de la comunión y para com-
partir el espíritu y la misión de Don Bosco, se reco-
gen en el texto del CG24, que sigue siendo una re-
ferencia imprescindible en este campo.
Desde el punto de vista inspirador, algunos pre-
ciosos párrafos demuestran que, a lo largo de su re-
corrido existencial, nuestro Fundador se preocupó de
involucrar al mayor número posible de colaboradores
en su proyecto operativo, dando lugar a «un vasto
movimiento de personas que, de diferentes formas,
trabajan por la salvación de la juventud» (Const. 5):
de sus amigos íntimos a los compañeros de estudio,
de Mamá Margarita a los que daban trabajo, de la
buena gente del pueblo a los teólogos, de los nobles
a los políticos de la época (cf. CG24, 69-86).
Nacimos y crecimos, históricamente, en comunión
con los seglares, y ellos con nosotros. En particular,
debemos subrayar la importancia que los jóvenes han
tenido en el desarrollo del carisma y de la misión
salesiana: ¡Don Bosco encontró a sus primeros cola-
boradores en los jóvenes, que, en cierto sentido se
convirtieron en co-fundadores de la Congregación!
En este constante dinamismo orientado a la bús-
queda de la comunión, del compartir y de la corres-

16 Pages 151-160

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16.1 Page 151

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
153
ponsabilidad, encontramos todavía hoy uno de los
rasgos calificantes de nuestra llamada a trabajar por
el advenimiento del Reino de Dios en el mundo.
Iglesia sinodal para la misión
y especificidad de las vocaciones
36. En la raíz de los logros
y de las resistencias
Muchas de las resistencias a asumir seriamente la
condivisión del espíritu y de la misión salesiana tie-
nen su origen en la débil recepción de los dos gran-
des pilares eclesiológicos del Concilio Vaticano II:
la realidad de la Iglesia como Pueblo de Dios en ca-
mino en la historia y la consiguiente eclesiología de
comunión, que exalta la reciprocidad y complemen-
tariedad de las diferentes vocaciones en la Iglesia.
Partiendo de esta perspectiva, es evidente que la
participación de los seglares en el carisma y en la mi-
sión salesiana no es una concesión generosa que les
hagan los consagrados salesianos, ni una estrategia
de supervivencia. San Pablo enseña, con claridad,
que los carismas son dones que el Espíritu distribu-
ye para el bien común (cf. 1 Cor 12); no son prerro-
gativa de un determinado estado de vida, sino que
enriquecen la vida de la Iglesia en la diversidad y
complementariedad de sus vocaciones.
Convencidos de que no hay dignidad más alta que
la que nos ha sido conferida con el bautismo, por lo

16.2 Page 152

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154
Capítulo General XXVIII
que «cada bautizado es sujeto activo de evangeliza-
ción» y que «sería inadecuado pensar en un esquema
de evangelización llevado adelante por actores cali-
ficados donde el resto del pueblo fiel sea solo recep-
tivo de sus acciones» (Evangelii gaudium, 120), nos
sentimos llamados –Salesianos, miembros de la
Familia Salesiana, seglares y jóvenes– a vivir, cada
uno en su especificidad, su propia vocación en vista
de la edificación mutua. Donde este enfoque ecle-
siológico es acogido con gozo y desarrollado con
convicción, los resultados son claramente visibles:
la comunidad educativo-pastoral florece y se con-
vierte en una experiencia de Iglesia que vive la co-
munión y la misión de manera atrayente y fecunda.
37. La «sinodalidad misionera» de la Iglesia
El redescubrimiento de la forma sinodal de la Igle-
sia fue uno de los puntos calificantes del reciente
Sínodo sobre los jóvenes: «El fruto de este Sínodo,
la decisión que el Espíritu nos ha inspirado a través
de la escucha y el discernimiento, es el de caminar
con los jóvenes, yendo hacia todos para testimoniar
el amor de Dios. Podemos describir este proceso
hablando de sinodalidad para la misión, es decir,
sinodalidad misionera» (Documento final del Sí-
nodo, 118). Los jóvenes, más que pedirnos que ha-
gamos algo por ellos, ¡nos han invitado a caminar
con ellos!
El papa Francisco es aún más radical cuando de-
clara que «el camino de la sinodalidad es el camino

16.3 Page 153

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
155
que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio» (cf.
Discurso para la conmemoración del 50 aniversa-
rio de la institución del Sínodo de los Obispos, 17
de octubre de 2015). En coherencia con estas afir-
maciones, la XVI Asamblea General Ordinaria del
Sínodo de los Obispos, todavía en preparación y que
tendrá lugar en octubre de 2022, tendrá como tema
la sinodalidad: «Por una Iglesia sinodal: comunión,
participación, misión».
Estas palabras no pueden dejar indiferentes a
nuestros ambientes salesianos. Requieren, más bien,
la conversión del corazón y de la mente, unidos en
una renovada disponibilidad para el cambio de las
prácticas. Precisamente la pastoral juvenil –que «so-
lo puede ser sinodal» (Christus vivit, 206)– debe
avanzar sin demora en esta dirección, abriendo nue-
vas vías en beneficio de todos. Cada vez es más
claro que solo hombres y mujeres de comunión
construirán el espíritu de familia y compartirán la
misión.
38. Reciprocidad de relaciones,
carisma de los seglares
y rol de la comunidad religiosa
Una buena identificación con la propia vocación y
un conocimiento adecuado de la vocación de los
otros son fundamentales para no reducir la misión
compartida a colaboración ejecutiva. Los Salesia-
nos que viven, con gozo y frescura, su llamada es-
pecífica, son capaces de una presencia animadora

16.4 Page 154

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156
Capítulo General XXVIII
incisiva y fraterna y saben ofrecer a los seglares
apoyo afectivo y efectivo en las dificultades que
afrontan. Los seglares que asumen con convicción
su llamada bautismal al testimonio del Evangelio
están libres del complejo de ser relegados a la pas-
toral de segundo grado. Juntos nos convertimos en
un «laboratorio eclesial» y un signo profético de
comunión para la Iglesia y la sociedad.
A veces los jóvenes comprenden mejor el testi-
monio de los seglares, porque es menos obvio y se
supone que no hablan y actúan por lógica de perte-
nencia. Su vocación, situándolos en el corazón del
mundo, los hace, a veces, más aptos para responder
a las nuevas demandas culturales de los jóvenes.
Porque los seglares hablan un lenguaje más adecua-
do a las situaciones cotidianas de la vida y, a menu-
do, poseen especificidades profesionales que los
hacen preciosos en la misión.
El cambio de rol de la comunidad religiosa de-
penderá de varios factores, pero, entre ellos, cobra-
rán cada vez más relevancia: la disponibilidad de
releerse respecto a la opción carismática de fondo;
la disposición de poner en cuestión el rol de gestor
y responsable único de la obra frente a la correspon-
sabilidad con los seglares; la capacidad de releer el
significado de la propia presencia dentro del con-
texto en el que se encuentra.

16.5 Page 155

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
157
Gestión de la obra,
vida de la comunitaria y núcleo animador
39. Dos modalidades operativas
y centralidad del núcleo animador
Hoy, la Congregación reconoce solo dos modalida-
des de relación entre la comunidad salesiana y la
obra. La primera y más importante, que debe con-
siderarse la norma de referencia, está formada con-
juntamente por la comunidad salesiana y los segla-
res; la segunda se refiere a «actividades y trabajos
gestionados por los seglares dentro del proyecto
inspectorial salesiano» (cf. CG24, nn. 180-182).
Creemos que ya no existe el modelo –que antes
del Concilio Vaticano II podía considerarse válido–
que prevé la animación de la obra únicamente por
parte de los Salesianos. Reiteramos, firmemente,
que la misión salesiana es estructuralmente comu-
nitaria y está encomendada a una comunidad edu-
cativo-pastoral y a su núcleo animador, que estará
compuesto por Salesianos y seglares, en modos y
proporciones diferentes y complementarias: la mi-
sión que Don Bosco nos ha encomendado ¡no es
nunca una acción individual o autorreferencial!
En cada uno de estos dos modelos es central el
«núcleo animador» o «consejo de la comunidad
educativo-pastoral», que debe ser considerado como
el motor y el corazón de toda la comunidad educati-
vo-pastoral, porque de su cualificación y de su co-
rrecto funcionamiento depende el buen funciona-

16.6 Page 156

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158
Capítulo General XXVIII
miento de la obra. Es un precioso órgano de animación
y la clave para la vida de la obra: se trata de «un grupo
de personas que se identifica con la misión, el siste-
ma educativo y la espiritualidad salesiana y asumen
conjuntamente la tarea de convocar, motivar, impli-
car a todos los que estén interesados en una obra,
para formar con ellos la comunidad educativa con
ellos y realizar un proyecto de evangelización y edu-
cación de los jóvenes» (cf. J.E. Vecchi en ACG 363,
pp. 8-9; Cuadro de referencia de la pastoral juvenil
salesiana, V, 1,3; Animación y gobierno de la co-
munidad, nn. 121-122).
40. Obras confiadas a Salesianos y seglares
En las obras confiadas a la comunidad religiosa y a
los seglares, la comunidad es parte significativa del
núcleo animador y punto de referencia carismático:
«Este nivel de compartir el espíritu y la misión de
Don Bosco con los seglares marca una nueva etapa
en el desarrollo de nuestro carisma. Por esto se ve la
necesidad de que la comunidad tome conciencia y
asuma plenamente su rol, relativamente nuevo, en la
comunidad educativo-pastoral. [...] Esto supone un
cambio radical, pasar de una estructura piramidal de
autoridad a un estilo más participativo, en el que las
relaciones y los procesos personales son prioritarios»
(Animación y gobierno de la comunidad, n. 124).
La forma concreta de la relación de la comunidad
religiosa con la obra en su conjunto no puede redu-
cirse a un solo modelo (cf. CG26, n. 120). Por eso

16.7 Page 157

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
159
es necesario tener en cuenta algunos factores deter-
minantes: los diferentes niveles de pertenencia y de
compartir el espíritu y la misión salesiana; los dife-
rentes grados en que se realiza la corresponsabili-
dad; la tipología de la obra; la naturaleza voluntaria
o contractual de la presencia de los seglares. Final-
mente, debe recordarse que «la relación entre co-
munidad y obra salesiana, así como la modalidad
de la autoridad correspondiente al Director, es de-
finida en el PEPS inspectorial y local» (Animación
y gobierno de la comunidad, n. 125).
41. Actividades y obras gestionadas
por seglares dentro del proyecto
inspectorial salesiano
Hace veinticuatro años, el CG24 situó este segundo
tipo de obra entre «algunas situaciones nuevas» (cf.
CG24, capítulo III). Hoy podemos afirmar que esas
novedades han entrado a formar parte del patrimo-
nio ordinario de la Congregación a nivel mundial,
aunque con proporciones, formas y modalidades
muy diferentes entre las Regiones y las Inspectorías.
Es importante reafirmar las dos condiciones
esenciales para confiar una obra a los seglares: en
primer lugar, hay que conocer los criterios de iden-
tidad, comunión y significatividad salesiana; en
segundo lugar, debe garantizarse el acompañamien-
to constante y cualificado de Inspector y de su Con-
sejo (cf. CG24, nn. 180-182; Cuadro de referencia

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160
Capítulo General XXVIII
de la pastoral juvenil salesiana, VIII, 2.2; Anima-
ción y gobierno de la comunidad, 126).
Estas condiciones deben examinarse, cuidadosa-
mente, en el contexto del discernimiento y la enco-
mienda de la obra a los seglares. Son necesarias una
elección carismática y una formación adecuada,
especialmente para los que ocupan altos cargos, así
como una remuneración y unas condiciones labo-
rales justas y equitativas. Por último, no hay que
olvidar que, este camino emprendido con los segla-
res, además de estar acompañado, debe ser constan-
temente verificado.
Formación conjunta para la misión
42. Una prioridad absoluta que involucra
a los distintos niveles de gobierno
y de animación
Compartir el espíritu salesiano y el crecimiento en
la corresponsabilidad requieren compartir algunos
itinerarios y experiencias formativas orientadas a la
espiritualidad y la misión, evidentemente, sin des-
cuidar caminos formativos específicos para Salesia-
nos y seglares consagrados. La formación conjunta
en la misión compartida es una prioridad absoluta
y debe dirigirse, sobre todo, a los miembros del nú-
cleo animador (cf. Animación y gobierno de la co-
munidad, nn. 106.122). Nuestros colaboradores
seglares necesitan experimentar y conocer de cerca

16.9 Page 159

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
161
a Don Bosco y reflexionar sobre cuanto se vive en
nuestras obras.
Es tarea de la Inspectoría y de la Región ofrecer
itinerarios formativos adecuados para Salesianos y
seglares. La Inspectoría está llamada a desarrollar
un proyecto de formación conjunta a nivel inspec-
torial y el acompañamiento de procesos a nivel lo-
cal, asegurando los recursos adecuados de personal
y medios. A nivel local, uno de los primeros objeti-
vos que persigue el Director salesiano junto con el
consejo de la comunidad salesiana y el núcleo ani-
mador de la comunidad educativo-pastoral es el
desarrollo de un proyecto formativo, que asegure
una atención específica al tema.
La experiencia confirma que es muy positivo en-
comendar a equipos mixtos, formados por Salesianos
y seglares, la organización de las diversas iniciativas
formativas: los Salesianos ofrecen la sabiduría adqui-
rida en la formación, la asistencia y la espiritualidad;
a su vez, los seglares ofrecen, además de sus compe-
tencias específicas, los frutos del contacto con el
mundo de las profesiones, una mayor atención a la
vida familiar, un estilo de sencillez y amistad en su
relación con las mujeres y el sentido evangélico de la
vida cotidiana.
Finalmente, es bueno recordar que la formación
no se da solo a través de cursos académicos, sino,
sobre todo, a partir de la experiencia del vivir y tra-
bajar juntos, porque «el primer y mejor modo de
formarse y formar en el compartir y en la correspon-

16.10 Page 160

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162
Capítulo General XXVIII
sabilidad es el buen funcionamiento de la comuni-
dad educativo-pastoral» (CG24, n. 43).
43. Formación inicial y permanente
de los Salesianos
«Es importante sostener que no se nos forma para
la misión, sino que se nos forma en la misión desde
donde gira toda nuestra vida, con sus opciones y sus
prioridades. La formación inicial y la permanente
no pueden ser una instancia previa, paralela o sepa-
rada de la identidad y de la sensibilidad del discípu-
lo. La misión inter gentes es nuestra mejor escuela
desde donde rezamos, reflexionamos, estudiamos,
descansamos. Cuando nos aislamos o alejamos del
pueblo que estamos llamados a servir, nuestra iden-
tidad como consagrados comienza a desfigurarse y
a convertirse en caricatura». Estas fuertes afirma-
ciones del papa Francisco en su Mensaje al CG28
nos dicen la importancia de un cambio radical de
perspectiva en la formación de todos los Hermanos,
y en particular de los que viven la formación inicial:
¡debemos aprender, cada vez más, a reflexionar crí-
ticamente sobre la experiencia pastoral que vivimos
entre los jóvenes!
La formación, en y para la misión compartida,
debe tocar también la formación inicial de los Sale-
sianos, no solo como tema de estudio, sino también
a través de experiencias pastorales semanales y es-
tivas. La experiencia de trabajar con y bajo la direc-
ción de seglares durante el tirocinio, así como la

17 Pages 161-170

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17.1 Page 161

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
163
participación en el consejo de la comunidad educa-
tivo-pastoral, son momentos preciosos de forma-
ción, especialmente si están bien acompañados por
los miembros del núcleo animador, tanto seglares
como Salesianos.
44. Colaboradores de otras religiones
y convicciones
En contextos secularizados y multirreligiosos, nues-
tro compromiso educativo es compartido por per-
sonas de diferentes religiones y convicciones. Mu-
chas de ellas están también en el núcleo animador
de la comunidad educativo-pastoral. Su formación
es un desafío delicado, que requiere sabiduría, va-
lentía y creatividad. La doctrina de la Iglesia enseña
que la revelación de Dios en Cristo, si bien sobre-
pasa de manera sorprendente la sabiduría humana
y la experiencia de otras tradiciones religiosas, lleva
a la plenitud las semillas de verdad que contienen e
invita de muchas maneras al diálogo interreligioso.
Por esto, es posible identificar valores comunes que
sienten las bases de una formación diferenciada,
inculturada y contextualizada sin comprometer la
originalidad de la fe cristiana.
El CG24 ya había dedicado una rica reflexión
sobre este tema (cf. CG24, nn. 113,183-186), iden-
tificando dos elementos fundamentales, que cons-
tituyen la base para colaborar con personas de otras
tradiciones y convicciones: en primer lugar, com-
partir el Sistema Preventivo (en sus valores huma-

17.2 Page 162

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164
Capítulo General XXVIII
nos y seculares con los que no creen en Dios; en los
valores religiosos, con los que aceptan a Dios o lo
Trascendente; en el Evangelio de Cristo, con los
cristianos de otras iglesias y comunidades eclesia-
les); en segundo lugar, la apertura a la búsqueda de
Dios, por parte de quienes no profesan una fe (cf.
CG24, nn. 185.100). Dado que «la misión de los
jóvenes nos lleva a una educación que es, al mismo
tiempo, evangelización», el CG24 también recono-
ció que las posiciones hostiles a la Iglesia católica,
que se encuentran en algunas ideologías, sectas o
movimientos, en cambio, son incompatibles con
nuestra misión (cf. CG24, n. 185).
Tras la experiencia de estos decenios, sería útil
verificar la implementación de estos criterios y los
resultados concretos que se derivan de ellos en ma-
teria de educación y evangelización, para resaltar
las buenas prácticas a potenciar y los riesgos a evi-
tar. Ciertamente, la condición fundamental es la
presencia constante de Salesianos y, en la medida
de lo posible, seglares cristianos que viven con go-
zo y autenticidad su identidad vocacional (CG24,
nn. 183-185; Animación y gobierno de la comuni-
dad, n. 135), sin esconder lo que constituye el cora-
zón y la motivación de fondo de su vida. Es igual-
mente importante el clima de respeto, paciencia,
acogida y amistad, que evita tanto la imposición de
valores y convicciones como el miedo a tocar temas
que califiquen nuestra identidad.

17.3 Page 163

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
165
Estamos convencidos de poder compartir, con to-
dos los hombres de buena voluntad que deseen par-
ticipar en la misión salesiana, la bondad paternal de
Don Bosco, la sensatez inherente a su sistema edu-
cativo y la confianza en los recursos de los jóvenes,
la elección privilegiada de los más pobres y el com-
promiso por una cultura de la acogida que no conoce
límites de raza, color, nación, cultura y religión.
ELEGIR
45. Iglesia sinodal, misión compartida
y comunidad educativo-pastoral
Asumamos, con decisión, la misión compartida
entre Salesianos y seglares, valorando la reci-
procidad de las vocaciones.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De una misión encomendada a los «roles perso-
nales» de los consagrados a la conciencia de la
eclesiología de comunión y el redescubrimiento
del papel del laicado.
b) De mirar a los seglares como simples «colabo-
radores» para una mejor ejecución del trabajo
apostólico a considerar la corresponsabilidad
seglar como criterio carismático fundacional.

17.4 Page 164

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166
Capítulo General XXVIII
c) De mirar a los jóvenes como meros destinatarios
de nuestras intervenciones educativas a sentirlos
corresponsables de la única misión.
Procesos por activar
d) Los Sectores para la Formación y para la Pas-
toral Juvenil favorecen la elaboración de unas
líneas de animación y acompañamiento de la
comunidad educativa-pastoral, basadas en las
«buenas prácticas» de la Congregación.
e) Las Inspectorías prestan especial atención a for-
talecer la comprensión de la comunidad educa-
tivo-pastoral; velan por la formación de sus
miembros y la preparación del proyecto educa-
tivo-pastoral salesiano; verifican periódicamen-
te el camino realizado.
f) Las Inspectorías confían gradualmente roles de
responsabilidad institucional a los seglares ca-
rismáticamente fundados y profesionalmente
preparados, a nivel local e inspectorial, involu-
crándolos en la planificación pastoral y en la
gestión económica.
Condiciones estructurales por garantizar
g) Las Inspectorías estudian y definen modelos de
gestión para los distintos tipos de tareas enco-
mendadas a los seglares dentro de un proyecto
inspectorial (Proyecto Orgánico Inspectorial-
POI, Proyecto Educativo-Pastoral Salesiano
Inspectorial-PEPSI, Directorio inspectorial), con

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
167
especial referencia a tareas, a nombramientos, a
la justa retribución económica, a la duración de
los cargos y a los órganos de decisión.
h) Las Inspectorías realizan un serio acompaña-
miento de las obras de gestión seglar a través de
la presencia del Inspector y del equipo de ani-
mación inspectorial, y redactan un estatuto al
respecto.
i) Las Inspectorías implican a los grupos de la Fa-
milia Salesiana en el plan de rediseño de las pre-
sencias salesianas, preparando experiencias de
colaboración en favor de los más pobres.
46. Formación conjunta para la misión
Aseguremos espacios y tiempos de formación
conjunta y de convivencia entre Salesianos y se-
glares para un mejor servicio educativo-pastoral
a los jóvenes.
Actitudes y mentalidades por convertir
a) De la formación conjunta esporádica y ocasional
a una formación más sistemática, que mire a in-
tegrar todos los aspectos de la misión salesiana
(espiritual, pedagógico, pastoral y profesional).
b) De una formación impartida únicamente por los
consagrados a una formación planificada y rea-
lizada junto con los seglares.

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168
Capítulo General XXVIII
c) De una mentalidad autosuficiente a la experien-
cia real de la necesidad de formación conjunta.
Procesos por activar
d) Los Sectores para la Formación y para la Pas-
toral Juvenil promueven la reflexión a nivel re-
gional para una renovada comprensión y valo-
ración de la formación conjunta en el horizonte
de la misión compartida.
e) El Sector para las Misiones coordina una re-
flexión para profundizar las condiciones nece-
sarias para la participación de los colaboradores
seglares de otras religiones y convicciones en la
misión salesiana, proponiendo caminos de for-
mación adecuados y diferenciados, centrados en
los pilares del Sistema Preventivo.
f) Las Inspectorías invierten en la formación con-
junta –incluso en la formación inicial– con la
ayuda de las estructuras regionales de formación
permanente y asegurando el apoyo económico
para fomentar la participación de los seglares.
Condiciones estructurales por garantizar
g) Las Inspectorías elaboran el proyecto de forma-
ción conjunta que distingue los niveles de for-
mación, los contenidos, los destinatarios y los
sujetos a través de itinerarios diversificados de
formación (humana, espiritual, salesiana y pro-
fesional).

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¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
169
h) La comunidad local realiza procesos de forma-
ción para Salesianos y seglares capaces de com-
partir la vida espiritual y fraterna, además de la
acción educativo-pastoral.
i) La comunidad local emprende caminos de cons-
trucción de la comunidad educativo-pastoral y
de los consejos de la comunidad educativo-pas-
toral como núcleo de animación y espacio efec-
tivo para iniciar experiencias sistemáticas de
espiritualidad, de comunión y de servicio con los
seglares y con los jóvenes.

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17.9 Page 169

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DELIBERACIONES
DEL CG28

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18.1 Page 171

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MODIFICACIONES
DE LAS CONSTITUCIONES1
1. Elección del Rector Mayor (Const. 128)
El Rector Mayor es elegido por el Capítulo General
para un período de seis años, y puede ser elegido
solamente para un segundo sexenio. No puede re-
nunciar a su cargo sin el consentimiento de la Sede
Apostólica.
2. Elección del Vicario del Rector Mayor
y de los Consejeros Generales
(Const. 142 §1)
El Vicario del Rector Mayor permanece en el cargo
seis años y puede ser elegido para el mismo cargo,
solamente, para un segundo sexenio.
Al final del primer sexenio, el Vicario del Rector
Mayor puede ser elegido Consejero General o Rec-
tor Mayor.
Al final del segundo sexenio, puede ser elegido,
solamente, Rector Mayor.
1 Las modificaciones siguientes a los artículos de las Constituciones
han sido presentadas al Santo Padre para la aprobación, mediante la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Socieda-
des de Vida Apostólica. Han sido aprobadas por el Santo Padre con
fecha de 7 de marzo de 2020 (Prot. n. T. 9-1/2002).

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174
Capítulo General XXVIII
Los Consejeros Generales permanecen en el car-
go seis años. Pueden ser elegidos para el mismo
cargo o para otro cargo, como Consejeros Genera-
les, solamente, para un segundo sexenio.
Al final del primer o del segundo sexenio, los
Consejeros Generales pueden ser elegidos Vicario
del Rector Mayor o Rector Mayor.

18.3 Page 173

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MODIFICACIONES
DE LOS REGLAMENTOS
3. Funciones del Consejero Regional
(Reg. 135)
Los Consejeros Regionales estarán en contacto con
cada una de las Inspectorías: deben visitarlas perió-
dicamente, reuniendo a los Consejos inspectoriales.
De acuerdo con los Inspectores, pueden reunirse
con los Directores y otros grupos de hermanos y
seglares con objeto de sugerir lo que consideren más
oportuno para el bien de la Congregación y para un
mejor servicio de la Inspectoría y de la Iglesia par-
ticular.
Tienen, al menos, una reunión anual con todos
los Inspectores de la Región y mantienen conexio-
nes con los organismos de la Región, las comuni-
dades formadoras y las Conferencias Inspectoriales.
4. Uso del sistema informático
en las votaciones electivas (Reg. 131)
El procedimiento de elección se lleva a cabo me-
diante el sistema informático (intranet). Para ello,
está a disposición de todos los capitulares el acceso
a la ficha de datos personales de cada uno de los
socios que pueden ser elegidos. Los capitulares emi-

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176
Capítulo General XXVIII
ten su voto seleccionando el apellido del socio para
el que deseen expresar la preferencia.
En caso de un mal funcionamiento técnico del
sistema, se recurrirá al procedimiento de elección
mediante papeleta.
Los escrutadores verificarán que el número de
votos corresponda al de los electores. Si el número
de votos supera al de electores, la votación es nula;
pero si es igual o inferior, se hará el escrutinio. Los
secretarios escribirán, en el acta, los nombres que
irá leyendo un escrutador.

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DELIBERACIÓN
5. Modo para llevar a cabo
la Visita Extraordinaria (Reg. 104)
El Rector Mayor y el Consejo General, al comienzo
del sexenio, prevean los tiempos y los modos para
llevar a cabo las Visitas Extraordinarias en cada
Región, valorando las posibilidades que ofrece el
art. 104 de los Reglamentos generales, para garan-
tizar, en cada caso,
la posibilidad del coloquio personal de cada
hermano con el delegado del Rector Mayor;
el conocimiento de las situaciones locales en
las que se desarrolla nuestra misión;
el ejercicio efectivo de los poderes de jurisdic-
ción requeridos por la naturaleza de la visita;
la presencia del Regional, al menos, en algu-
nos momentos durante la visita, si es realizada
por otro visitador;
la comunicación entre el visitador y el Regio-
nal, para asegurar el posterior acompañamien-
to por parte del Regional tras la visita;
tiempos adecuados para que el Consejero Re-
gional pueda llevar a cabo las funciones pro-
pias de su cargo, al servicio de la Región y de
cada una de las Inspectorías (cf. Const. 140 y
154; Reg. 135-137).

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ANEXOS

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ANEXO 1
Discurso del Rector Mayor
Don Ángel Fernández Artime
en la apertura del CG28
Saludo a los invitados
Eminencia Reverendísima
Card. João Braz de Aviz,
Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica
Eminencias Reverendísimas
Card. Tarcisio Bertone
Card. Ricardo Ezzati
Card. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga
Excelentísimos Arzobispos y Obispos salesianos,
Querida Madre Yvonne Reungoat, Superiora General
de las Hijas de María Auxiliadora,
Queridos Responsables de los varios Grupos de la
Familia Salesiana
Estimadas Autoridades civiles de la Ciudad de Turín y
de la Región Piamonte,
en nombre de todos los miembros del Capítulo Gene-
ral, os agradezco la presencia y la disponibilidad con la
que habéis querido acompañar, significativamente, el día
del inicio oficial del Capítulo General 28 de la Sociedad
de San Francisco de Sales (Salesianos de Don Bosco).

18.10 Page 180

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182
Capítulo General XXVIII
Sentirnos acompañados por la presencia de cada uno
de vosotros nos honra y nos habla, al mismo tiempo,
de la responsabilidad que tenemos frente a la Iglesia
y frente a toda la Familia Salesiana de Don Bosco y,
muy particularmente, ante la Congregación Salesiana.
Todo ello nos estimula para comenzar esta tarea con
mirada profética y llena de esperanza.
También extiendo mi bienvenida, de modo oficial, a
todos los Hermanos Salesianos aquí presentes, prove-
nientes de las noventa circunscripciones jurídicas de la
Congregación, Inspectores y Superiores canónicos de
las Visitadurías, Delegados inspectoriales, Salesianos
observadores invitados. La presencia, de todos vosotros,
es importante. De hecho, sabemos y somos conscientes,
a la luz de la visión de fe que, cada uno de nosotros tiene,
en lo profundo de su corazón, este hecho: que es el Señor
quien nos reúne aquí por medio de los «misteriosos»
caminos de su Providencia.
En el primer Capítulo General de nuestra Congre-
gación, al que me referiré en el siguiente punto, Don
Bosco comienza diciendo: «Emprendemos una obra de
la máxima importancia para nuestra Congregación»1
Pues bien, también nosotros hemos sido llamados para
una tarea muy especial e importante en favor de nuestra
Congregación. Hoy, como ayer, será de gran importan-
cia lo que llegue a ser el fruto de nuestro CG28. Induda-
blemente, la buena disposición de cada uno será decisiva
para los frutos de esta Asamblea capitular.
1 MBe XIII, 221.

19 Pages 181-190

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19.1 Page 181

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
183
1. EL CG28 DE LA SOCIEDAD
DE SAN FRANCISCO DE SALES
Nuestro padre Don Bosco convocó el primer Capítulo
General el 5 de septiembre de 1877 en Lanzo Torinese.
Los participantes fueron veintitrés y el Capítulo duro
trece días completos. Otros Capítulos Generales se suce-
dieron, como bien sabemos. Algunos aquí, en Valdocco.
Hoy, sesenta y dos años después del último Capítulo Ge-
neral celebrado en Valdocco, cuna de nuestro carisma,
volvemos, con gran fe en el Señor y en su Santo Espíri-
tu, que continúa asistiendo a nuestra Congregación y a
la Familia Salesiana. Llevados de la mano por nuestra
Madre Auxiliadora, que «sigue haciéndolo todo», Don
Bosco nos dirige una llamada que aquí, en este santo
lugar salesiano, resuena de manera significativa y con
un fuerte contenido emotivo.
En la apertura de aquel primer Capítulo General, Don
Bosco dijo a nuestros Hermanos: «Dice el Salvador, en
el santo Evangelio, que donde están dos o tres congrega-
dos en su nombre, allí se encuentra Él mismo en medio
de ellos. En estas reuniones no tenemos otro fin que la
mayor gloria de Dios y la salvación de las almas redi-
midas con la preciosa Sangre de Jesucristo. Podemos,
pues, estar seguros de que el Señor se encontrará en me-
dio de nosotros y guiará las cosas de manera que todas
redunden a su mayor gloria»2.
Con la misma convicción y con la misma mirada de
fe con la que he querido subrayar la última frase de Don
Bosco, escribiéndola en cursiva, queremos y debemos
2 MBe XIII, 221.

19.2 Page 182

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184
Capítulo General XXVIII
afrontar esta importante tarea que toda la Congregación
nos encomienda en este CG28.
En nuestras Constituciones leemos que: «El Capítulo
General es el signo principal de la unidad de la Congre-
gación dentro de su diversidad. Es la reunión fraterna
donde los Salesianos reflexionan comunitariamente para
mantenerse fieles al Evangelio y al carisma del Funda-
dor, y sensibles a las necesidades de los tiempos y los
lugares.
Por medio del Capítulo General, toda la Sociedad,
dejándose guiar por el Espíritu del Señor, se esfuerza por
conocer, en un determinado momento de la historia, la
voluntad de Dios, para servir mejor a la Iglesia»3.
Tengo la profunda convicción de que será un tiempo
en el que el Espíritu del Señor nos guiará y hará sentir su
presencia, como solo Dios sabe hacer, para sostenernos
en este deseo de ser siempre más fieles a Jesucristo en
el camino trazado por Don Bosco.
1.1. Con la responsabilidad de guiar
y animar un carisma de la Iglesia,
para la Iglesia y para el mundo,
suscitado por el Espíritu
Antes de hacer referencia al Capítulo General, me per-
mito indicar algunos elementos que podrían ser dados
como obvios, pero que, sin duda, son esenciales y de
gran importancia. El primero de estos es el que acabo
de enunciar.
3 Const. 146.

19.3 Page 183

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
185
Tenemos una gran responsabilidad: el carisma de
cuidar de los jóvenes, con todos los medios a nuestra
disposición, no es de nuestra propiedad exclusiva, no
nos pertenece, porque es don del Espíritu Santo para la
Iglesia y para el mundo. Y, además, como Salesianos
de Don Bosco nos pide el mayor cuidado y la máxima
fidelidad. Hace un momento he recordado el artículo
de nuestras Constituciones en el que se nos dice que el
Capítulo General debe impulsarnos a descubrir y reco-
nocer la voluntad de Dios en este momento histórico y
así servir mejor a la Iglesia. Nuestro trabajo de reflexión,
de estudio y de diálogo, en un clima de búsqueda y de
discernimiento, no tiene otro propósito que intentar dis-
cernir la voluntad de Dios para nosotros hoy, ante la gran
pregunta de cómo podemos ser auténticos consagrados
hoy y de cómo podemos ser los Salesianos que Don
Bosco mismo quisiera que fuéramos para los jóvenes
de hoy y de los que vendrán mañana.
No me cabe duda de que llevamos en nuestro corazón
el profundo deseo de seguir dando los pasos necesarios
para que el carisma salesiano siga lleno de la fuerza del
Evangelio. No me cabe duda de que tenemos en el cora-
zón el deseo de ser valientes y muy libres para buscar lo
que nos conduce a través del camino de la fidelidad. No
me cabe ninguna duda de que la prudencia con la que
afrontamos tantas cosas esté muy lejos –y debe seguir
estándolo– de los miedos que paralizan, y de las ataduras
que nada tienen que ver con el anuncio del Evangelio y
la educación a la fe de los jóvenes, ni con su preparación
para la vida y su felicidad. No olvidemos que los miedos y
las ataduras personales e institucionales matan la fidelidad
e impiden que el carisma sea siempre el mismo y siempre
vivo, aun con el paso de los decenios y de los siglos.

19.4 Page 184

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186
Capítulo General XXVIII
1.2. Con la responsabilidad de guiar
la comunión y la unidad de vida
en nuestra Congregación
Una de las gracias que el Señor nos ha concedido abun-
dantemente en este sexenio ha sido –como veremos en
el informe sobre el estado de loa Congregación– la de
una gran comunión y unidad, más allá de las naturales
dificultades de todo grupo humano, máxime si es una
Congregación numerosa como la nuestra. Seguimos
creciendo en unidad –no en la uniformidad– y en la co-
munión. Y esto es un don y un gran valor que deben ser
custodiados hoy y siempre.
Por esta razón, el Capítulo General ha de ser el testi-
monio de esta plena comunión de espíritu y de misión.
La diversidad de culturas y de contextos, de nacionali-
dades y de lenguajes son una riqueza y una oportunidad
para un carisma que ha echado las propias raíces hoy en
ciento treinta y cuatro naciones.
Resulta iluminante ver cómo nuestro Padre quería
que esta unidad fuese solidísima. Celebrando el primer
Capítulo General, Don Bosco dijo a los capitulares: «Es-
tamos todavía en nuestros comienzos: nuestro número
aún no es extraordinariamente grande y hasta ahora el
Oratorio ha sido el centro para todos […] pero, más ade-
lante, si no se buscan todos los medios para reanudar este
vínculo, en breve entrarán tendencias heterogéneas y ya
no habrá absoluta unidad entre nosotros»4.
Afortunadamente, y por gracia de Dios, no ha llegado
esto, sino lo contrario. La búsqueda de la unidad y de
4 MBe XIII, 251.

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
187
la comunión sigue creciendo y consolidándose, ya que
uno solo es el carisma, uno solo nuestro santo Fundador
y uno solo nuestro estado de vida, una sola nuestra regla
de vida: las Constituciones y los Reglamentos de los
Salesianos de Don Bosco.
1.3. Para ocuparse de los intereses de Dios
Me permito tomar literalmente la expresión de don Luis
Ricceri, Rector Mayor, en el discurso de apertura del Ca-
pítulo General Especial 20º, porque refleja, de un modo
espléndido, la clara y profunda conciencia que debemos
tener acerca de la naturaleza de nuestra tarea. Todos los
Capítulos Generales son importantes. Todos ayudan a
recorrer el camino de fidelidad en el tiempo. Todos nos
empujan con valentía. Todos abren un camino o conso-
lidan el ya existente. Y, al mismo tiempo, en todos ellos
la mirada de fe debe ser lo más importante.
Lo propongo y lo pido de un modo muy especial para
nuestro CG28, especialmente por la temática que nos
ocupará y por el fruto de nuestras decisiones. Estoy con-
vencido de que la tarea que se nos confía como hombres
de fe, que aman a la Iglesia y a la Congregación, nos
ayudará a centrarnos en torno al perfil de Salesiano del
que, en fidelidad a las Constituciones, el mundo de hoy
y los jóvenes de hoy siguen necesitando. Y estoy con-
vencido de que será de gran importancia en la formación
permanente de todos los Salesianos y, en particular, en
la formación inicial de los jóvenes Salesianos que hoy
quieren ser como Don Bosco.
Por esta razón debemos ser muy libres, valientes, te-
ner una mirada de fe y el corazón atento para percibir,
con la máxima delicadeza, la voz del Espíritu Santo.

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188
Capítulo General XXVIII
«La nuestra no es una asamblea de socios de una em-
presa; no es una asamblea política con grupos divididos
por intereses económicos, de prestigio o de ambiciones.
Nosotros formamos aquí Iglesia; mejor, asamblea de
hombres consagrados, reunidos en el nombre del Se-
ñor, entregados por completo a un ideal sobrenatural.
Nos sentimos hombres de fe, cuyas preocupaciones se
enraízan en la fe, y cuya actividad, también en acto,
está toda iluminada, vivificada y motivada por la fe. En
efecto, nos encontramos aquí no por ninguna clase de
intereses humanos, sino por los intereses de Dios, de su
Reino, de su Iglesia»5.
Pensando en el fruto de nuestro Capítulo General, lo
que acabo de citar es decisivo: lo que no lleve al encuentro
con Dios en la persona de su Hijo Jesucristo, no viene de
Dios y no nos servirá. Lo que no nos haga más fieles al ca-
risma y al mismo Don Bosco, nuestro Fundador, está con-
denado al fracaso por más que los espejismos del momento
parezcan anunciar otra cosa. No somos una Congregación
de muchos siglos de vida; pero tampoco somos los últimos
en llegar, y los 160 años de existencia ya nos han enseñado
mucho. Solo dejándonos guiar por el Espíritu de Dios, la
Congregación encuentra el modo de dar la mejor respuesta
aquí y ahora. Solo una mirada libre y lúcida frente a men-
talidades fuertemente secularizadas y hedonistas permite
un camino seguro. Otras tentativas, tarde o temprano fra-
casan, desgastan y hacen languidecer ese ideal de vida que
llevó a la fundamental decisión del joven Cagliero: «Fraile
o no fraile, yo me quedo con Don Bosco».
5 XX Capítulo General Especial Salesiano, Discurso de apertura
del Capítulo General Especial, Anexo 2, Edición española, Madrid,
1972, p. 603.

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
189
2. TEMA Y OBJETIVO DEL CG28
Todos los presentes, incluidos nuestros invitados, que
tanto nos honran con su presencia, conocen el tema del
Capítulo General, que hoy declaramos oficialmente
abierto: «¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?».
El tema responde a la urgencia que tenemos de con-
centrar nuestra atención, en estos momentos de nuestra
historia, en la persona del Salesiano que, como hombre de
Dios, consagrado y apóstol, debe ser capaz de sintonizar lo
mejor posible con los adolescentes y los jóvenes de hoy y
con su mundo, a fin de caminar con ellos, en la educación
y formación en la fe, ayudándoles a ser buenos creyentes
–considerando que muchas veces profesan otras religio-
nes– y preparándoles para la vida, acompañándoles en la
búsqueda de sentido y al encuentro con Dios.
Y somos conscientes de que no somos solamente
nosotros, Salesianos de Don Bosco, quienes tenemos la
responsabilidad de esta misión. De hecho, la llevamos
a cabo contando con tantas otras fuerzas de educadores
y educadoras, de tantos seglares de todas las presencias
del mundo salesiano.
El tema que nos ocupará en estas siete semanas es
único y articulado en tres núcleos:
La prioridad de la misión salesiana entre los jóve-
nes de hoy.
El perfil del Salesiano para los jóvenes de hoy.
Junto con los seglares, en la misión y en la forma-
ción.
El mundo en el que vivimos, en este siglo , ca-
racterizado por la diversidad de culturas y de contextos,

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190
Capítulo General XXVIII
necesita –y podríamos decir que lo espera– encontrar Sa-
lesianos consagrados-apóstoles preparados y dispuestos
a vivir la propia vida con la mente y el corazón de Don
Bosco. Salesianos capaces de seguir dando la vida por
los jóvenes del mundo de hoy, con sus lenguajes, sus
visiones y sus intereses. Sin duda, muchos de estos ado-
lescentes y jóvenes se encuentran en las casas salesianas,
pero, otros muchos, frecuentan «otros patios»: seamos
Salesianos también para ellos.
Pienso que sigue resonando con gran fuerza, y es una
llamada muy actual, la que nos dijo el papa Francisco el
21 de junio del 2015, año del bicentenario del nacimien-
to de Don Bosco, en este mismo lugar santo salesiano
que es Valdocco. Nos pidió que no defraudáramos las
profundas aspiraciones de los jóvenes, que no defrau-
dáramos las aspiraciones profundas de los jóvenes: la
necesidad de vida, apertura, alegría, libertad y futuro; el
deseo de colaborar en la construcción de un mundo más
justo y fraterno, al desarrollo de todos los pueblos y al
cuidado de la naturaleza y de los ambientes de vida…
El Papa nos pide que ayudemos a los jóvenes a expe-
rimentar que solo en la vida de gracia, es decir en la
amistad con Cristo, se realizan plenamente los ideales
más auténticos6.
Lo que se propone al Capítulo General como desa-
fío para toda la Congregación, esperamos realizarlo del
único modo posible y válido, que ya he mencionado y
que subrayo nuevamente: en el camino de la fidelidad al
Señor y a Don Bosco y en la fidelidad a los jóvenes. Mu-
6 Cf. F
, Como Don Bosco con los jóvenes y para los jó-
venes. Carta del Papa Francisco al Rector Mayor de los Salesia-
nos, Turín 21 de junio de 2015 (en Ecclesia, 16 julio 2015).

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
191
chos de estos jóvenes, con mayor o menor conciencia,
piden que no los abandonemos a su destino, un destino
incierto, como náufragos, por nuestra incapacidad de
ser educadores, amigos, hermanos y padres –como lo
fue Don Bosco para los jóvenes de su tiempo– capaces
de percibir sus necesidades o de escuchar su llamada.
Por esta razón, la reflexión capitular ha de centrarse
en los siguientes elementos:
2.1. Dar la absoluta prioridad a la misión
salesiana con los jóvenes de hoy
Y entre ellos a los más necesitados, pobres y abandona-
dos. Una predilección por los adolescentes y jóvenes de
hoy que, en cierto sentido, son, sin duda, diferentes de los
de hace diez años, al igual que los contextos sociales y
educativos en los que se encuentran, y que, por eso mis-
mo, condiciona objetivamente nuestra misión. Sabemos
bien que, al hablar de esta predilección por los jóvenes,
nos estamos refiriendo a algo esencial y constitutivo de
nuestra identidad carismática.
Citando el texto que he escrito para convocar el
CG28, recuerdo a la Asamblea capitular esta prioridad:
«El nuevo Capítulo General será una oportunidad, para
discernir atentamente y verificar con valentía, si nuestras
presencias, nuestras obras y actividades están al servicio
de los jóvenes más pobres; si ellos ocupan nuestro co-
razón y están en el centro de nuestras preocupaciones e
intereses; si concentramos nuestras energías y esfuerzos
en ellos»7.
7 ACG 427 (2018), 11.

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192
Capítulo General XXVIII
2.2. Atentos con la misma prioridad
al perfil del Salesiano de hoy
Lo que se nos pide y se espera de nosotros, Salesia-
nos, será posible solo si somos capaces, como dije en
el comentario del Aguinaldo que ofrecí a la Familia
Salesiana, de ser «como Don Bosco, con los jóvenes y
para los jóvenes». Por esto, una parte decisiva de nuestra
reflexión y de nuestras deliberaciones capitulares tendrá
que prestar particular atención a la persona del Salesiano
y a nuestra formación, tanto inicial como permanente.
Con Don Bosco como modelo,
• decir Salesiano hoy, debería ser lo mismo que de-
cir hombre consagrado de fe profunda;
• decir Salesiano hoy, debería ser lo mismo que de-
cir pasión apostólica por los jóvenes;
decir Salesiano hoy, debería ser lo mismo que de-
cir hijo de Dios que saber ser y se siente padre de
los jóvenes;
• decir Salesiano hoy, debería ser lo mismo que de-
cir identidad carismática de cada uno que enrique-
ce la Iglesia con el carisma de Don Bosco y crea la
comunión eclesial;
• decir Salesiano hoy, debería ser lo mismo que de-
cir apóstol de los jóvenes, siempre fiel, siempre flexi-
ble y creativo;
• decir Salesiano hoy, debería ser lo mismo que de-
cir siempre educador, siempre amigo de los jóvenes.

20 Pages 191-200

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
193
2.2.1. Un perfil de Salesiano
que no se improvisa, sino que se forma
Este es uno de los motivos que nos ha llevado a ver
la importancia de este tema capitular. La vocación de
cada uno de nosotros es respuesta a una llamada; una
llamada de amor y de gracia que recibimos con gratitud
y estupor, no como derecho o mérito. Es una llamada
personal en un momento concreto de la historia de cada
persona, en la trama del tiempo y, a menudo, con múlti-
ples mediaciones o, incluso, solo de una; es una llamada
en un determinado contexto familiar, social, religioso,
cultural; es una llamada que llega en el mundo de cada
uno, con su diversidad y, quizás, complejidad.
Y en contextos y condiciones tan diversos, cada uno
de nosotros debe cumplir un recorrido que nos conduci-
rá, siguiendo al Señor Jesús, a plasmar nuestro corazón
y nuestra personalidad de tal modo que tengamos en
nosotros el mismo corazón pastoral de Don Bosco, a
imitación de Jesús Buen Pastor, y con el deseo de entre-
garnos generosamente a los demás, en particular a los
jóvenes. Sin vivir en un genericismo, que sería preocu-
pante y peligroso, sino como consagrados, Salesianos
de Don Bosco en la Iglesia para los jóvenes.
Por eso afirmo, con profunda convicción, que el per-
fil que debe tener el Salesiano no puede ser fruto de
la improvisación, sino que debe pasar a través de las
mediaciones de las diversas etapas formativas con sus
experiencias, sus tiempos y sus personas.

20.2 Page 192

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Capítulo General XXVIII
2.2.2. Con la ayuda de equipos formativos de
calidad y con procesos personalizados
Sabemos bien, que este camino no se puede recorrer sin
la ayuda de mediaciones. Con frecuencia, estas media-
ciones son muchas y diversificadas. Imagino que nuestra
reflexión capitular tomará también conciencia del modo
en el que, teniendo presente el perfil del Salesiano de
hoy, se ve más importante que nunca contar con un au-
téntico discernimiento y acompañamiento. Y por eso, el
papel de la comunidad o de las comunidades salesianas
locales, el papel de los seglares de las comunidades edu-
cativo- pastorales y el de los Hermanos de la Inspectoría
serán de fundamental importancia.
La reflexión y la comprensión de nuestra realidad
formativa en el mundo actual nos llevarán, durante los
trabajos de nuestro Capítulo, a preguntarnos qué reno-
vación formativa necesitamos, desde el momento en
que, los jóvenes Salesianos de hoy son todos «nativos
digitales», viniendo de contextos culturales quizá muy
diferentes del nuestro y, ciertamente, muy diferentes del
contexto formativo en el que ha vivido quien os está
hablando. Profesamos las mismas Constituciones sale-
sianas, pero en naciones, en culturas, en lenguajes y en
contextos muy diferentes. Todo esto nos ha de llevar a
pensar en procesos formativos personalizados que, qui-
zá, son la única garantía de un buen camino vocacional
con perspectiva de futuro.
A esto se colega, evidentemente, la necesidad de se-
guir teniendo los mejores equipos formativos; equipos
consolidados y estables, no improvisados, sino com-
puestos por personas preparadas para este servicio es-
pecífico.

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
195
2.3. Junto con los seglares en la misión
y en la formación
Todos tenemos presente el tema del CG24 de 1996: «Sa-
lesianos y seglares. Compartir el espíritu y la misión de
Don Bosco». Después de muchos años de este camino
de misión compartida en las comunidades educativo-
pastorales, como Congregación sentimos la necesidad de
hacer una evaluación del camino recorrido, de los logros
alcanzados y de las resistencias que se han encontrado.
Creemos, ciertamente, que la misión compartida con los
seglares es un camino de descubrimiento de la identidad
carismática, especialmente iluminada por el CG24 y que,
hoy, se manifiesta como el único modo de llevar a cabo la
misión salesiana en la complejidad de nuestro mundo, en la
diversidad y complejidad de tantas situaciones nacionales
y culturales, y en la multiplicidad de contextos.
Intuyo que, sobre esta parte tan importante de nuestra
reflexión, y que va de la mano con la reflexión del per-
fil del Salesiano que hoy se necesita y que esperan los
jóvenes –y también los seglares que comparten una mi-
sión con nosotros– el Capítulo tomará en consideración,
quizá, algunos de estos puntos sobre los que impulsar
nuestro discernimiento:
a) realizaciones y resistencias en la misión compar-
tida con los seglares;
b) la necesaria reciprocidad en las relaciones entre
Salesianos y seglares;
c) la formación conjunta de Salesianos y seglares;
d) las nuevas situaciones en la realidad de hoy, vein-
ticuatro años después del CG24, y las orientacio-
nes y los criterios que debemos considerar.

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Capítulo General XXVIII
3. LA «HORA» DEL
CAPÍTULO GENERAL 28º
Hermanos capitulares, en estos meses no he ocultado
la esperanza con la que espero la celebración de este
nuestro Capítulo General, puesto que creo que será muy
significativo y de gran relevancia. Todos los preceden-
tes lo han sido. Creo que será lo mismo para el CG28.
Como también lo manifesté en la carta de convocación:
«seremos llamados a discernir con realismo, valentía y
determinación la orientación del camino a recorrer en
este siglo , en un momento eclesial muy especial de
renovación y purificación»8.
Estamos llamados a dar la prioridad y la centralidad,
en nuestras decisiones y deliberaciones, a lo que se re-
fiere a la misión salesiana en favor de los chicos, de los
adolescentes y de los jóvenes más pobres y necesitados,
los últimos, los que, tantas veces, son ignorados o des-
cartados.
Estamos llamados a vivir en una permanente actitud
de formación, de apertura a las realidades siempre cam-
biantes, a hacer todo lo posible, sea cual sea la edad, para
no dejar de ser para y con los jóvenes.
Estamos llamados a acompañar la formación de los
jóvenes Salesianos de hoy y de mañana para que sean
verdaderos consagrados, apasionados por Cristo y por
esta humanidad que a menudo sufre, deseando ser hoy,
en la sencillez y generosidad de su entrega, «otros Don
Bosco».
8 ACG 427 (2018), 31.

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Discurso del Rector Mayor en la apertura del CG28
197
Estamos llamados a tener una visión y un corazón
grande para aprovechar todo el potencial apostólico
que, Salesianos y seglares, tenemos. Estamos llamados
a analizar y diagnosticar y a ser valientes en las decisio-
nes que debemos tomar, para desarrollar plenamente la
visión profética que la Congregación ha tenido durante
años, llamándonos a recorrer juntos un camino en favor
de la misión, del servicio dirigido a aquellos para quie-
nes hemos nacido carismáticamente.
CONCLUSIÓN
Concluyo la presentación de estos desafíos, que nos ocu-
parán, haciendo una última referencia a Don Bosco y a
nuestra Madre Auxiliadora.
Nuestro Fundador, consciente del hecho de que no
todo terminaría con él, sino que seguramente lo que él
vivía solo sería el inicio de un largo camino a recorrer,
dijo un día del año 1875 a don Julio Barberis, uno de sus
más estrechos colaboradores: «Vosotros completaréis la
obra que yo he comenzado; yo hago el croquis y voso-
tros le pondréis colores… Yo hago ahora el borrador de
la Congregación y dejaré a los que vengan detrás de mí
que lo pongan en limpio»9.
Pienso que, con el CG28 que hoy iniciamos, pondre-
mos en limpio otras partes del croquis que Don Bosco
nos dejó, ya que el Espíritu Santo sigue iluminándonos,
también hoy, a ser fieles al Señor Jesús en la fidelidad
al carisma de los orígenes, con los rostros y la música y
los colores de hoy.
9 MBe XI, 265.

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198
Capítulo General XXVIII
En esta misión no estamos solos, y sabemos y senti-
mos que María, la Madre Auxiliadora, la «Auxiliadora
de Don Bosco», nos guía. En aquel día de la solemnidad
de la Inmaculada de 1887, dos meses antes de morir,
volviéndose para contemplar el largo y no fácil camino
de su vida, dijo a los Salesianos que, conmovidos, lo
rodeaban: «Hasta ahora hemos caminado siempre sobre
seguro; no podemos equivocarnos: es María quien nos
guía»10.
Ella es la Madre de todos nosotros, la Madre de los
jóvenes y de sus familias (si las tienen). Es la más sen-
sible a los más pobres y a los necesitados. Es Ella la que
nos dice, también en esta hora del CG28: «Haced lo que
Él os diga»11, como sucedió en Caná de Galilea.
Que nuestra Madre Auxiliadora nos ilumine y guíe,
como hizo con Don Bosco, para ser fieles al Señor y
para no defraudar nunca a los jóvenes, sobre todo, a los
más necesitados.
Turín, 22 de febrero de 2020
10 MBe XVIII, 382.
11 Jn 2,5.

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ANEXO 2
Intervención del cardenal João Braz
de Aviz, Prefecto de la Congregación
para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades
de Vida Apostólica
LA IDENTIDAD DE LA VIDA
CONSAGRADA Y SU APORTACIÓN
A LA VIDA DE LA IGLESIA
Y DEL MUNDO
La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada
y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) ha
recogido, en un pequeño volumen1, las orientaciones que
surgieron en la Asamblea Plenaria del dicasterio, en no-
viembre de 2014, y en la reflexión posterior. Partiendo
del logion de Jesús «nadie echa vino nuevo en odres
viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el
vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos» (Mc 2,22),
hemos tratado de reunir los grandes horizontes abiertos
por el Concilio Vaticano II, para tomar conciencia de los
retos aún abiertos, que hemos identificado al profundizar
1 CIVCSVA, Para vino nuevo odres nuevos. La vida consagrada
desde el Concilio Vaticano II: retos aún abiertos, Ciudad del Vati-
cano, LEV 2017.

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200
Capítulo General XXVIII
la vocación e identidad de la vida consagrada, en las nue-
vas opciones formativas, observando las relaciones en
el humanum, es decir, en la reciprocidad entre el hombre
y la mujer, en el servicio de la autoridad y de la obe-
diencia, en los modelos relacionales y en el testimonio
de lo que concierne a la posesión, uso y administración
de bienes.
Después de esta mirada a los retos, hemos pregunta-
do cómo preparar los odres nuevos, buscando la fide-
lidad en el Espíritu, identificando modelos formativos
y cuidando la formación de los formadores, hacia una
relacionalidad evangélica que se manifiesta en la reci-
procidad y en procesos multiculturales, en el servicio de
la autoridad en relación con modelos relacionales, con
las estructuras de los consejos y de los Capítulos.
1. La renovación posconciliar
Han pasado más de cincuenta años del Concilio Vatica-
no II. El papa Francisco, religioso como nosotros, nos ha
lanzado palabras y gestos de fuerte estímulo para llevar
adelante la renovación propuesta por el Vaticano II para
la vida consagrada, teniendo en cuenta las exigencias
actuales2. Las bases teológicas y eclesiológicas de la re-
novación fueron puestas en práctica por los Padres con-
ciliares en la Constitución dogmática Lumen gentium,
en el Capítulo VI (nn. 43-47). Se trata de la actualización
espiritual, eclesial, carismática e institucional de la vida
consagrada en la Iglesia.
2 Cf. Perfectae caritatis, 1.

20.9 Page 199

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Intervención del cardenal João Braz de Aviz
201
Hoy podemos decir que el Concilio Vaticano II ha
generado impulsos y métodos de gran eficacia en el ag-
giornamento. Se ha generado una nueva comprensión
de la vida consagrada. De hecho, antes del Concilio, sus
manifestaciones y estructuras, eran de una «fuerza com-
pacta y operativa para la vida y la misión de una Iglesia
militante en continua oposición al mundo.
En la nueva estación de apertura y diálogo con el
mundo, la vida religiosa se ha sentido impulsada en
primera línea a explorar, por el bien del entero cuerpo
eclesial, las coordinadas de una nueva relación Iglesia-
mundo... En esta línea de diálogo y de acogida, la vida
consagrada, por lo general, ha abrazado generosamente,
aunque no siempre, los riesgos de esta nueva aventura
de apertura, de escucha y de servicio»3.
Los carismas y el patrimonio espiritual de la vida consa-
grada, en este nuevo clima, se han puesto, con confianza, a
disposición de esta nueva relación, pero, al mismo tiempo,
ha requerido correr el riesgo de estos nuevos caminos4.
En este período posconciliar, los textos normativos
y las formas institucionales han sido reelaborados para
conformarse al nuevo Código de derecho canónico
(1983). Un gran empeño ha sido realizado por cada una
de las familias religiosas en la relectura y en la interpre-
tación de la «inspiración originaria de los Institutos»
(PC 2). Esta labor tenía, principalmente, dos objetivos:
custodiar fielmente «la mente y los propósitos de los
fundadores» (CIC can. 578) y «reproducir con valor la
audacia, la creatividad y la santidad de sus fundadores y
3 Para vino nuevo odres nuevos, cit., pp. 18s.
4 Cf. Ibidem, p. 19.

20.10 Page 200

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202
Capítulo General XXVIII
fundadoras como respuesta a los signos de los tiempos
que surgen en el mundo de hoy» (VC 37)5.
Se han implementado, con mucha responsabilidad y
fe: nuevos itinerarios formativos, adecuación de estruc-
turas de gobierno y de gestión del patrimonio económico
y de las actividades. Los Papas de este período han
apoyado generosamente con su Magisterio el camino de
la vida consagrada, ayudando «a orientar con sabiduría
y sentido eclesial las nuevas opciones de presencia y
de servicio a la escucha constante de las llamadas del
Espíritu»6. De manera muy especial, la exhortación
apostólica postsinodal Vita consecrata (1996), con la
contemplación y la referencia fontal al misterio de la
Santísima Trinidad, ilumina el sentido de la consagra-
ción, entendiéndolo como confessio trinitatis «también
a la hora de afrontar el reto de la vida fraterna «en virtud
de la cual las personas consagradas se esfuerzan por
vivir en Cristo con un solo corazón y una sola alma
(Hch 4,2)» (n. 21)»7.
En este tiempo, el papa Francisco pidió a la Con-
gregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), y a la Con-
gregación para los Obispos, que preparasen la revisión
del documento «Mutuae relationes»8. Mientras tanto, la
Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el do-
5 Para vino nuevo odres nuevos, cit., p. 20.
6 Idem.
7 Ibidem, p. 22.
8 SCIVCSVA, Criterios pastorales sobre relaciones entre obispos
y religiosos en la Iglesia, Vaticano 1978.

21 Pages 201-210

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21.1 Page 201

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Intervención del cardenal João Braz de Aviz
203
cumento «Iuvenescit ecclesia»9. Esta carta proporciona
una visión lúcida de las relaciones entre los obispos y los
consagrados, a la luz de la eclesiología y la espiritualidad
de comunión y a la luz de los dos principios coesenciales
de la Iglesia: jerarquía y carismas. Así, el nuevo texto de
«Mutuae relationes» que ya está en su redacción final
para ser presentado al Santo Padre, ha sido enriquecido
providencialmente.
Ahora, la experiencia del «Año de la vida consagra-
da» y del «Jubileo de la misericordia» nos empujan a
abrir nuevos caminos. Somos interpelados por la evolu-
ción social, económica, política, científica y tecnológica.
Sectores que una vez fueron asumidos por el celo de
la vida consagrada, ahora son realizados por el Esta-
do. Emergencias nuevas e inéditas, nuevas pobrezas,
la multiplicación del voluntariado, la apertura a nuevas
fronteras de la misión, especialmente en la fundación
de nuevas iglesias; todo esto crea un nuevo contexto
para la vida consagrada. Hemos pasado de situacio-
nes monoculturales al reto del multiculturalismo, con
comunidades internacionales presentes en contextos
desconocidos o multirreligiosos, insertos en contextos
difíciles y en riesgo de diversas formas de violencia. En
muchos casos, los esquemas tradicionales de formación
han entrado en crisis. Estas novedades percibidas como
riqueza también traen tensiones y generan una sensación
generalizada de fatiga, con la consiguiente tentación de
9C
, Carta Iuvenescit
Ecclesia a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la relación entre
los dones jerárquicos y carismáticos para la vida y misión de la
Iglesia, LEV, Città del Vaticano 2016.

21.2 Page 202

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204
Capítulo General XXVIII
contentarse con estrategias de supervivencia. Entende-
mos cada vez más que solos no podremos dar este paso
necesario10.
2. Retos todavía abiertos
Partimos de una observación bastante evidente: «Todo
sistema estabilizado tiende a resistir al cambio y hace
lo posible para mantener su posición, ocultando a veces
incongruencias, otras veces aceptando acercar pobre-
mente lo viejo y lo nuevo, o negando la realidad y las
fricciones en nombre de una concordia que es ficticia,
o hasta disimulando los propios fines con ajustes su-
perficiales. Lamentablemente, no faltan ejemplos en los
que se encuentra una adhesión puramente formal, sin la
necesaria conversión del corazón»11.
En un momento, el presente, en el que hay un gran
número de abandonos de la vida consagrada, que han
tenido lugar tanto después del proceso formativo como
en la edad avanzada, en cualquier contexto geográfico
y cultural, es importante buscar las causas de este fenó-
meno. No se trata solo de crisis afectivas, sino también
de desilusión por una vida comunitaria sin autenticidad.
Algunas veces los valores propuestos no corresponden a
la vivencia concreta, o el número de actividades es exce-
sivo y no permite una vida espiritual sólida. También se
produce el aislamiento de los jóvenes en comunidades
predominantemente de ancianos. Incluso si en muchos
jóvenes hay disponibilidad para la trascendencia, una
capacidad de apasionarse por los valores del Evange-
10 Cf. Para vino nuevo odres nuevos, cit. pp. 23-31.
11 Ibidem, pp. 33s.

21.3 Page 203

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Intervención del cardenal João Braz de Aviz
205
lio, una vida consagrada altamente estandarizada los
bloquea. Por tanto, muchas veces no se llega a tocar el
corazón y a transformarlo.
La integración entre diferentes culturas en algunos
Institutos se ha convertido en un problema: por un lado,
algunos miembros de edad avanzada y por otro un gran
grupo de jóvenes de diversas culturas que se sienten
marginados, con roles subordinados. «Es cada vez más
evidente que lo más importante no es conservar las for-
mas, sino la disponibilidad a repensar continuamente la
vida consagrada como memoria evangélica de un estado
permanente de conversión del que brotan intuiciones y
opciones concretas»12.
En el contexto de la renovación de la experiencia de
autoridad y obediencia, en medio de la crisis actual en
varios Institutos, podemos decir: «No es casualidad que
entre las causas principales de los abandonos resalten:
el empobrecimiento de la visión de fe, los conflictos
en la vida fraterna y una vida de fraternidad carente de
humanidad»13.
Un campo donde los retos actuales están, particu-
larmente, abiertos es el de las opciones formativas. Es
notable el esfuerzo concreto de los Institutos y de las
Conferencias de Superiores Mayores (nacionales e inter-
nacionales). Una de las dificultades significativas sigue
siendo «la escasa integración entre visión teológica y
antropológica en el concepto de formación, del modelo
formativo y de la pedagogía educativa... (que) no permi-
te la interacción y el diálogo entre los dos componentes
12 Ibidem, p. 37.
13 Ibidem, p. 56.

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206
Capítulo General XXVIII
esenciales e indispensables de un camino de crecimien-
to: la dimensión espiritual y la humana»14.
En los formadores es necesaria una sensibilidad a los
valores de las diversas culturas, de las nuevas genera-
ciones y de los diversos contextos de la vida. De aquí
la atención dada al discernimiento de las motivaciones
vocacionales presentes en las diversas áreas culturales
y continentales.
Las urgencias de las obras en muchos Institutos, es-
pecialmente femeninos, prevalecen sobre el camino de
la formación sistemática y orgánica. Además de esto,
a menudo, se crea un desequilibrio entre la formación
teológica y la profesional y, por tanto, se pierde la for-
mación al discipulado y a la vida consagrada.
Si miramos bien a nuestros formadores, vemos que
no es raro que tengan una preparación insuficiente sino,
también, un número insuficiente de personas. La forma-
ción de formadores se convierte, así, en uno de los retos
actuales más importantes. ¿Cómo podemos garantizar
una pedagogía personal, es decir, una personalización de
la formación, en la que, en el período inicial, el formador
camina cada día junto al discípulo en la confianza y en
la esperanza, sobre todo como experto en el camino de
la búsqueda de Dios?
La comunidad desempeña un papel importante: «En
la fraternidad se aprende a acoger a los demás como don
de Dios, aceptando sus características positivas junto
con sus diversidades y sus límites. Es en la fraternidad
donde se aprende a compartir los dones recibidos para
la edificación de todos. Es en la fraternidad donde se
14 Ibidem, pp. 37s.

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Intervención del cardenal João Braz de Aviz
207
aprende la dimensión misionera de la consagración
(cf. VC 67)»15.
Con respecto a la formación permanente o continua,
aún no se ha convertido en una verdadera cultura, en la
que la enunciación de los conceptos teóricos y la capa-
cidad de revisión y verificación de la vida concreta en
la comunidad van de la mano. Aquí también debe haber
una seria iniciación al gobierno, para superar la impro-
visación y el ejercicio incorrecto e incompleto.
Aun permaneciendo en la dimensión humana de los
retos a la vida consagrada, un campo particularmente
importante es el de la reciprocidad hombre-mujer.
«Somos herederos de una mentalidad que resaltaba
profundas diferencias entre el hombre y la mujer, en
detrimento de su idéntica dignidad. También en la Igle-
sia, y no solo en la sociedad, múltiples prejuicios uni-
laterales impidieron reconocer las dotes del verdadero
genio femenino (cf. VC 58) y la contribución original
de las mujeres. Este tipo de minusvaloración ha tocado
particularmente a las mujeres consagradas, que han sido
marginadas de la vida, de la pastoral y de la misión de la
Iglesia (cf. VC 57)»16.
Este escenario comenzó a cambiar a partir del Vati-
cano II, pero «no se ha alcanzado todavía una síntesis
equilibrada y una purificación de los esquemas y de los
modelos heredados. Persisten aún demasiados obstácu-
los en las estructuras y mucha desconfianza a la hora de
dar a las mujeres «espacios de participación en diversos
sectores y a todos los niveles, incluidos aquellos pro-
15 Ibidem, p. 41.
16 Ibidem, p. 43.

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208
Capítulo General XXVIII
cesos en que se elaboran las decisiones, especialmente
en los asuntos que las conciernen más directamente»
(VC 58), en la Iglesia y en la concreta gestión de la vida
consagrada»17.
En nuestros ambientes de vida consagrada todavía
falta una madurez en la reciprocidad entre hombre y
mujer, algo que es particularmente necesario en nuestro
tiempo. La distancia, provocada incluso con motivacio-
nes ascético-espirituales, ha causado un empobrecimien-
to recíproco y la pérdida de sensibilidad para la visión
diferente del otro. Esto se refleja, en la vida consagrada,
también en la diferente sensibilidad de los jóvenes y de
los ancianos: «Podemos hablar de disonancia cognitiva
entre religiosos mayores y jóvenes. Para los unos las re-
laciones con lo femenino y lo masculino están marcadas
por mucha discreción y hasta fobia, y para los otros por
apertura, espontaneidad y naturalidad»18.
Por último, tenemos que señalar, todavía, «la debilidad
que se nota ad intra de los Institutos para el proceso an-
tropológico-cultural de verdadera integración y recípro-
ca complementariedad con el elemento y la sensibilidad
femenina y masculina. San Juan Pablo II ha reconocido,
como legítimo, el deseo de las consagradas de tener «es-
pacios de participación en diversos sectores y a todos los
niveles» (VC 58), pero, de hecho, en la praxis estamos
todavía lejos de ello. Y se corre el riesgo de empobrecer
seriamente a la Iglesia misma, como ha dicho el papa
Francisco: «No reduzcamos el compromiso de las muje-
res en la Iglesia, por el contrario, tratemos de promover
su rol activo en la comunidad eclesial. Si la Iglesia pierde
17 Ibidem, p. 45.
18 Ibidem, p. 46.

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Intervención del cardenal João Braz de Aviz
209
a las mujeres, en su dimensión total y real, la Iglesia corre
el riesgo de la esterilidad» (Discurso al Episcopado bra-
silero, Río de Janeiro (27 de julio de 2013)19.
Otro reto abierto se refiere al servicio de la autori-
dad. Todavía hoy podemos encontrar en varias comuni-
dades de vida consagrada «la centralización verticalista
en el ejercicio de la autoridad, tanto a nivel local como
más alto, suplantando así la necesaria subsidiariedad.
Podría resultar sospechosa, en algunos casos, la insis-
tencia de algunos superiores sobre el carácter personal
de su autoridad hasta casi hacer inútil la colaboración
de los Consejos, convencidos de poder responder (au-
tónomamente) a su propia conciencia. De esto se des-
prende una escasa colegialidad en la praxis de gobierno
o, en el caso, la ausencia de oportunas delegaciones. El
gobierno no puede concentrarse ciertamente en manos
de uno solo, evitando así las prohibiciones canónicas
(cf. CIC c.636). En algunos Institutos hay todavía supe-
riores y superioras que no tienen en cuenta las decisiones
capitulares como es debido»20. Mayorías preestableci-
das, el uso de la lógica de los alineamientos, resolver
problemas serios son comportamientos de gobierno fue-
ra de toda lógica evangélica. Superiores que se fosilizan
en el poder hasta el punto, en algunos casos, de cambiar
también las Constituciones, producen un gran mal a sus
carismas y neutralizan el crecimiento de muchos otros
hermanos y hermanas que podrían ayudar más a la co-
munidad. Es indispensable, hoy, la conversión de tan-
tos superiores y superioras para que realmente puedan
ayudar a discernir la voluntad de Dios. En algunos casos
19 Ibidem, p. 47.
20 Ibidem, p. 47s.

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210
Capítulo General XXVIII
más extremos, hay superiores que queman la madurez
de toda una generación de consagrados, construyendo
relaciones enfermizas de dependencia y de esclavitud.
En el dicasterio, a menudo, tenemos que intervenir para
remediar estas situaciones21.
Hablando todavía del servicio de la autoridad, «hay
que tener presente que la obediencia verdadera no puede
dejar de poner en primer lugar la obediencia a Dios,
tanto de parte de la autoridad como de aquel que obe-
dece, como también no puede ignorar la referencia a la
obediencia de Jesús; obediencia que incluye su grito de
amor Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandona-
do? (Mt 27,46) y el silencio de amor del Padre»22.
Por último, entre los retos abiertos de la vida consa-
grada hoy debemos decir una palabra sobre la gestión
de los bienes eclesiásticos de los Institutos de vida
consagrada y de las Sociedades de vida apostólica
en la Iglesia.
Ha sido el papa Francisco quien llamó la atención de
la vida consagrada sobre la administración de los bienes
eclesiásticos. En los últimos años, el CIVCSVA ha or-
ganizado, en Roma, dos simposios sobre el tema, con el
objetivo de perfeccionar y actualizar el cuidado de los
bienes vienen en posesión de la vida consagrada en el
mundo. Por el número de participantes, pudimos medir
el interés que se pudo verificar. Parte del contenido del
primer simposio ha sido publicado (2014)23.
21 Cf. Ibidem, pp. 50-52.
22 Ibidem, p. 55.
23 C
Sequela Christi, La gestione dei beni ecclesiastici degli
Istituti di vita consacrata nella Chiesa, 2014/01, Studi e commenti,
pp. 89-148.

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Intervención del cardenal João Braz de Aviz
211
«En su larga historia, la vida consagrada ha sido ca-
paz de oponerse proféticamente cada vez que el poder
económico ha corrido el riesgo de humillar a las per-
sonas y, sobre todo, a los más pobres. En la presente
situación global de crisis financiera a la que apunta a
menudo el Papa Francisco, los consagrados somos lla-
mados a ser verdaderamente fieles y creativos para no
fallar a la profecía de la vida común y de la solidaridad,
sobre todo hacia los pobres y más frágiles.
Hemos pasado de una economía doméstica a proce-
sos administrativos y de gestión que escapan de nuestro
control y evidencian nuestra precariedad y, más aún,
nuestra impreparación. No podemos dejar de centrarnos
en la transparencia en materia económica y financiera
como primer paso para recuperar el auténtico sentido
evangélico de la comunión real de los bienes dentro de
las comunidades y de su compartir concreto con quienes
viven a nuestro lado»24.
Conclusión
Tres indicaciones del Vaticano II en particular están en
el corazón de la reforma de la vida consagrada en este
momento de la historia: la secuela Christi vivida a la luz
de las palabras de Jesús con transparencia de testimonio;
la vuelta al núcleo central del carisma de nuestros funda-
dores y fundadoras, dejando de lado aquellas cosas que
no son esenciales; el diálogo continuo con el hombre y
la mujer de hoy, para actualizarnos continuamente sobre
las preguntas de nuestro tiempo.
24 Para vino nuevo odres nuevos, cit. pp. 58s.

21.10 Page 210

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212
Capítulo General XXVIII
Un papel central toca al paso necesario a una espi-
ritualidad de comunión vivida con intensa generosidad
y convicción en todas las direcciones de nuestras rela-
ciones.
Este Capítulo, que comienza hoy, puede ser realmen-
te, para vosotros Salesianos, un momento de gracia para
impulsar hacia adelante la renovación de la Sociedad de
San Francisco de Sales. Saludos.
Turín, 22 de febrero de 2020.

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ANEXO 3
Carta de los jóvenes a los capitulares1
Queridos Salesianos que, para nosotros, sois padres,
maestros y amigos,
Escribimos esta carta con el corazón. Hemos pasado
esta semana del Capítulo General 28º escuchando, ha-
ciendo discernimiento, participando en el diálogo que
estáis haciendo sobre «Qué Salesiano para los jóvenes
de hoy». Sabemos bien que no somos perfectos, por lo
que no es nuestra intención pediros que lo seáis vosotros.
Os pedimos que aceptéis esta carta como la de un hijo, o
de una hija, que le escribe a su padre, para expresarse y
decirle cómo se siente. Como grupo, centramos nuestra
atención en dos preguntas en particular. A continuación,
encontraréis los frutos de este compromiso común.
¿Cuál es la condición actual de los jóvenes
en nuestras respectivas Regiones?
El mundo en el que vivimos es complejo y presenta de-
safíos notables. Es difícil ser coherentemente auténticos
y, por este motivo, tenemos miedo, estamos confundi-
1 En la semana del 28 de febrero al 7 de marzo de 2020, algunos
jóvenes provenientes de las siete Regiones de la Congregación han
compartido las jornadas de trabajo con los capitulares. Al final de
esta experiencia, nos han dejado esta carta.

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214
Capítulo General XXVIII
dos, frustrados, y tenemos una gran necesidad de ser
amados. Vivir una vida de fe nos pide recorrer los ca-
minos del Evangelio, pero la cultura secular nos desafía,
más bien, a vivir de otro modo. Esta duplicidad hace que
sea difícil permanecer arraigados en la fe.
Una consecuencia de nuestro miedo es la dificultad
que probamos frente al compromiso. Una de las pregun-
tas más frecuentes que nos hacemos es: «¿Qué puedo
hacer con mi vida?». Esto se ve cuando reflexionamos
sobre nuestra vocación. El fuerte deseo de tener éxito
conduce a la incertidumbre y no nos deja alcanzar la
auténtica felicidad. La realidad a la que nos enfrentamos
está hecha de desempleo, abandonos de las carreras aca-
démicas, falta de motivación por los estudios.
Creemos que nuestra sociedad es individualista y que,
con frecuencia, también nosotros nos volvemos indivi-
dualistas. Como no nos sentimos amados por la sociedad,
nos refugiamos detrás de las pantallas y evitamos el con-
tacto humano. No penséis que no nos importa el mundo
que nos circunda, pero es difícil, en nuestra sociedad
líquida y a veces deshumanizada, comprometerse des-
interesadamente en lo que el otro necesita. Pero vosotros
tenéis, todavía, la capacidad de despertar en nosotros, los
jóvenes, la vocación cristiana para nuestro prójimo, y esto
puede transformar nuestra vida y el mundo que nos cir-
cunda, tal como lo hizo Don Bosco con Miguel Magone.
Somos críticos y deseamos que la Iglesia tome una
posición, junto a nosotros, en los asuntos que más nos
preocupan. Nos sentimos incómodos y, a menudo, no
entendemos lo que la Iglesia dice y hace sobre las cues-
tiones de género, de la mujer, de la diversidad sexual y
de la ecología sostenible. Además, para nosotros es nor-
mal la conversación sobre el bienestar cognitivo, social y

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Carta de los jóvenes al CG28
215
emocional y sobre los cambios climáticos, realidades de
las que la Iglesia todavía sigue dudando en sus manifes-
taciones. Esto no es solo una exigencia de los jóvenes:
es lo que nos pide el Evangelio.
A pesar de nuestros desafíos, somos más dinámicos
que nunca, en sintonía con las nuevas tendencias, entra
ellas, sin duda, el mundo digital; creativos y dispuestos
a explorar; pero queremos ser acompañados en todo lo
que es parte de nosotros (mente, cuerpo, alma).
Para nosotros, ser joven es un estado del corazón,
no definido por nuestra edad. Como dice el Papa en el
número 34 de la Christus vivit, queremos poder volver al
primer amor que es Cristo, a su ser compañero y amigo
de los jóvenes. Hay en nosotros un fuerte deseo de rea-
lización espiritual y personal. Queremos caminar hacia
el crecimiento espiritual y personal y queremos hacerlo
con vosotros, Salesianos.
¿Cómo queremos que los Salesianos
de hoy estén presentes y participen en
las diferentes realidades de los jóvenes?
Hemos podido sintonizar nuestros corazones y nuestros
sueños. Nos habéis dado la oportunidad de entrar en
contacto, de conectarnos con vosotros, Salesianos, y os
queremos con nosotros. Lo habéis hecho con vuestro es-
tilo salesiano. Estar con nosotros, unos al lado del otros,
permitiéndonos ser protagonistas.
Entendemos que los Salesianos son padres que nos
acompañan. Nos gustaría que seáis los que nos guíen,
dentro de nuestra realidad, con amor. Un amor que no
nos dice lo que tenemos que decir, un amor que no nos

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Capítulo General XXVIII
dice lo que debemos hacer, un amor que nos ofrece opor-
tunidades que nos ayudan a crecer en espiritualidad y
a transformar nuestras vidas. Queremos que viváis en
nuestro mundo, de la misma manera que queremos que
nuestra familia participe en cada aspecto de nuestra vida
cotidiana, es decir, tanto la realidad física como la digital.
Os pedimos que nos deis la capacidad y la energía para
ser los líderes de la transformación de la Iglesia, juntos.
Creemos en la necesidad de dar plena expresión al papel
de la mujer en la Iglesia. Creemos que es imposible crecer
como Salesianos sin el papel de la mujer en nuestras vidas.
Tomemos, por ejemplo, la extraordinaria contribución de
Margarita Occhiena como madre en el Oratorio. Creemos
que las mujeres pueden trabajar, en igualdad de condicio-
nes, con los Salesianos para aprender juntos a acompañar
a todos los jóvenes de manera adecuada y eficaz. Creemos
que los Salesianos deben seguir dando pasos para apren-
der una cultura de inclusión. Creemos que los Salesianos
deberían ser los primeros en aprender a trabajar eficaz-
mente para todos los jóvenes, independientemente de sus
preferencias (LGBTQ+, raza, migrantes, indígenas, etnia,
religión). Queremos un acompañamiento integral de cada
persona, sea cual sea el contexto en que viva.
Creemos que, para poder acompañar a otros, es nece-
saria una continua y genuina experiencia de ser acompa-
ñados personalmente por otros. Creemos que los mismos
Salesianos tienen necesidad de acompañamiento y esta-
mos aquí para caminar con vosotros. Creemos que este
tipo de experiencia y encuentro es beneficioso para toda
la Familia Salesiana. Estamos totalmente en sintonía
con el papa Francisco en lo que escribe en los números
242-245 de la Christus vivit, cuando se refiere, directa
y explícitamente, a la importancia del acompañamiento.

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Carta de los jóvenes al CG28
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Para nosotros es muy importante que los Salesianos
vuelvan a sus raíces y estén presentes, fuera de las fun-
ciones administrativas, para estar con los jóvenes en to-
dos los contextos. Queremos recordaros que no podéis
ser definidos y estar limitados solo por el rol o posición
que ocupáis en vuestra comunidad.
Ciertamente, también creemos que es de vital im-
portancia para los Salesianos ser muy claros sobre el
respeto de los justos límites y espacios. Como jóvenes,
hemos estado, y seguimos estando preocupados, por los
escándalos de los abusos en la Iglesia. Salesianos, sed
líderes positivos en este campo y tomad iniciativas para
proteger a vuestros chicos.
Es vital, para nuestro crecimiento, que continúe nues-
tro desarrollo espiritual. A medida que seguimos avan-
zando en nuestro camino de vida, queremos dar voz a
nuestro deseo de estar al servicio de Dios con el carisma
salesiano. Pedimos a los Salesianos que nos involucren
en los procesos de toma de decisiones que tocan lo que
es esencial e importante. Seamos complementarios en
la misión, no una parte separada de la misión.
Salesianos, ¡no os olvidéis de nosotros, los jóvenes,
porque no nos hemos olvidado de vosotros ni del carisma
que nos habéis enseñado! Queremos decíroslo fuerte, con
todo el corazón. Estar aquí, para nosotros, ha sido un sue-
ño hecho realidad: en este lugar especial que es Valdoc-
co, donde comenzó la misión salesiana, juntos Salesianos
y jóvenes para la misión salesiana, con nuestra voluntad
común de ser santos, juntos. Tenéis nuestros corazones
en vuestras manos. Cuidad este vuestro precioso tesoro.
Por favor, nunca nos olvidéis y seguid escuchándonos.
Turín, 7 de marzo de 2020

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ANEXO 4
Discurso del Rector Mayor
don Ángel Fernández Artime
en la clausura del CG28
Queridos Hermanos,
¿no os parece que Dios nos haya hablado realmente,
y ampliamente, en estas cuatro semanas, incluso si, por
la clausura anticipada de nuestros trabajos, a causa de la
pandemia del coronavirus, no hayamos podido llegar a
un documento capitular votado y aprobado?
Repensando en este nuestro Capítulo General, ¿no
creéis que Dios nos haya hablado haciéndonos sentir, con
fuerza, la presencia de Don Bosco, nuestro amado pa-
dre? ¿No creéis que Dios nos haya hablado a través de la
bellísima experiencia de fraternidad que hemos vivido?
La respuesta a estos interrogantes, que yo me he hecho
a mí mismo, antes que, a vosotros, ¡es un sí convencido!
Los dones del Capítulo
Queridos Hermanos, creo que todos estamos de acuerdo
en reconocer la belleza de nuestra fraternidad, del gozo
del encuentro con el hermano tal como es. Esta realidad
no es el resultado de una estrategia. Es fruto del Espíritu,
expresión madura de la Congregación y del compromiso
de quien ahora tiene la responsabilidad del gobierno y
de la animación de las Inspectorías.

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Discurso del Rector Mayor en la clausura del CG28
219
Os pregunto de nuevo: ¿no creéis que Dios nos haya
hablado mucho a través del clima de fe y honestidad en
el que se han desarrollado el discernimiento y las vota-
ciones? Yo creo que sí. ¿No creéis que el Señor nos haya
hablado con la protección extraordinaria de María Auxi-
liadora? Yo creo que sí. Dios nos ha hablado muchísimo
en este Capítulo General, aunque no hayamos podido
completar el camino necesario para llegar a un docu-
mento y proponerlo a la aprobación final de la Asamblea.
Queridos Hermanos, no dejéis que en vuestros cora-
zones prevalezca la desilusión por el hecho de volver a
las Inspectorías sin haber llevado a término los trabajos
capitulares. Creo que este «fracaso» no es lo más impor-
tante. No nos vamos con las manos vacías: llevamos con
nosotros las reflexiones que hemos compartido en estas
semanas y que hemos sintetizado en un primer borrador,
entregado al Rector Mayor y al Consejo General. Ade-
más, tenemos el magisterio de la Congregación hasta
hoy, en particular el del CG24, especialmente sobre el
tema de la misión compartida entre Salesianos y segla-
res. Por último, tenemos el bellísimo y programático
Mensaje del Santo Padre al CG28.
Estos elementos nos permiten ensanchar la mirada,
sobre la realidad que nos espera, con serenidad y con
gran confianza.
Una mirada sobre el futuro:
objetivos y desafíos
La segunda parte de mi reflexión, muy breve, quiere ser
una mirada al futuro.

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220
Capítulo General XXVIII
Comienzo diciéndoos que me ha impresionado mu-
cho un agradecimiento que he recibido, ayer por la tarde,
poco antes de entrar en la Basílica para rezar.
Un hermano capitular de Europa Este, se me acer-
có y me dijo: «Querido Rector Mayor, quiero darte las
gracias por haber hecho posible la recuperación de estos
santos Lugares Salesianos. Y quiero decirte que necesi-
tamos ayuda para nuestra identidad: ¡no nos dejéis so-
los!». Le he respondido: «Yo también te doy las gracias;
sin embargo, mucho de esta recuperación es fruto del
Capítulo General anterior, con su deliberación, que por
muchos motivos creo profética, de renovar y potenciar
los Lugares Santos Salesianos, corazón de nuestro ca-
risma. Luego, algunos de nosotros hemos podido hacer
algo para poner en práctica esta deliberación».
A propósito de los Lugares Salesianos, queridos Her-
manos, en mi opinión, la cosa más hermosa que podéis
hacer es esta: volved a las Inspectorías diciéndoles a
todos los Hermanos que aquí está la casa de todos. Estos
lugares son los lugares de nuestro sueño carismático,
son la cuna donde todos los Salesianos del mundo han
nacido, porque, aquí, ha nacido el carisma. Son los lu-
gares a los que todos pueden acudir, porque todos los
Salesianos tienen el derecho de sentir, al menos una vez
en su vida, la emoción de estar aquí en Valdocco. Agra-
dezco sinceramente al Inspector de Piamonte, que se
ocupa de la custodia de estos lugares. He prometido, y
sigo prometiendo a él y a la ICP, que no los dejaremos
solos en el cuidado de este extraordinario patrimonio
que es de toda la Congregación.
Volviendo al diálogo de ayer por la tarde, le dije,
después, al hermano: «Te prometo que no os dejaremos
solos en vuestro camino de identidad».

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Discurso del Rector Mayor en la clausura del CG28
221
1. Este es el primer objetivo, el primer desafío que
tenemos delante: crecer todos, en todas las Ins-
pectorías, en todas las Regiones, en la identidad
carismática y en la identidad y en la espiritualidad
salesiana. Todos necesitamos esto y, en algunas
Inspectorías y en algunas Regiones, de manera
particular. Tengamos cuidado: el hecho de tener
nuevas profesiones salesianas no es, por sí solo,
garantía de una fuerte identidad. Se debe asegurar
la identidad salesiana a través de una atención es-
pecífica y un cuidado mayor. En estos años hemos
visto con claridad que, en ciertos casos, pequeñas
o grandes dificultades de los Hermanos, depen-
den, en gran medida, de una falta de identidad,
como dije en el informe inicial. Estoy convencido
de que, en el programa de animación y gobier-
no del próximo sexenio, esta será una prioridad:
garantizar la identidad carismática en todos los
Salesianos. Como decía, no basta con hacer la pri-
mera profesión para decir «tengo toda la identidad
salesiana». Esta es un camino, que a veces es muy
exigente, pero se trata de un desafío fascinante que
da tanta belleza y fuerza a nuestra Congregación.
2. Un segundo desafío para el programa del sexenio:
volver a Don Bosco, como ya nos exhortaba don
Pascual Chávez durante su rectorado. Debemos
volver cada vez más a Don Bosco, y esto quiere
decir: amar a los jóvenes. Ellos mismos nos han
pedido que los amemos. Y, por esta razón, como
Salesianos todos estamos llamados a la presen-
cia en medio de los jóvenes. Esto es lo que yo
llamo, con una expresión que creo intuitiva, el
«sacramento salesiano» de la presencia. Es un

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222
Capítulo General XXVIII
«sacramento» indispensable para hacer un camino
con los muchachos y los jóvenes, para hacerles
descubrir que Dios los ama, que verdaderamente
«Dios es amor» (1 Jn 4,8). Para nosotros y para
ellos. Solo así seremos realmente evangelizado-
res de los jóvenes. Este es, creo, el significado de
«volver cada vez más a Don Bosco». Hoy es una
tarea y un desafío, aunque no empecemos de cero.
3. Un tercer desafío es formar Salesianos como Don
Bosco lo haría hoy. Queridos Hermanos capitula-
res, estoy convencido de que la formación, no cual-
quier formación clerical, sino la buena formación
salesiana, es una prioridad. Por este motivo, el
compromiso de seguir formando formadores es, a
su vez, prioritario. Debemos cuidar más los equi-
pos de nuestras casas de formación, para que sean,
verdaderamente, salesianas y no elitistas: esta
atención es garantía de un futuro auténticamente
salesiano. Nada de genericismos: todo el esfuerzo
formativo debe estar orientado al verdadero espí-
ritu salesiano. Este tercer desafío implica a toda la
formación de los Salesianos, tanto la permanente
como, de modo particular, la inicial.
4. Un cuarto desafío: sueño que decir hoy «Sale-
sianos de Don Bosco» quiera decir consagrados
«locos», es decir, Salesianos que aman con verda-
dero corazón salesiano, quizá, incluso «un poco
loco», orientado hacia los más pobres. Queri-
dos, si nos alejamos de los más pobres, eso será la
muerte de la Congregación. Don Bosco lo dijo al
hablar de la pobreza y de la riqueza. Me permito,
todavía, de especificar: si un día dejamos a los
chicos y, entre ellos, a los más pobres, comenzará

23 Pages 221-230

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23.1 Page 221

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Discurso del Rector Mayor en la clausura del CG28
223
el declive de la Congregación. Una Congregación
que, gracias a Dios, goza ahora de buena salud,
¡más allá de nuestras debilidades! Prestemos,
pues, atención a lo que considero una «auténti-
ca deliberación capitular», aunque no en sentido
propio, porque su contenido ya se encuentra en
nuestras Constituciones: opción radical, prefe-
rencial, personal, institucional y estructural –en
resumen, desde todos los puntos de vista– por los
chicos más necesitados, pobres y excluidos. Es
una opción que se manifiesta, de manera especial,
en la defensa de los chicos y jóvenes explotados
y víctimas de cualquier abuso: del abuso sexual
a la violencia, de la injusticia al abuso de poder.
Este cuarto desafío es un hermoso compromiso
que debemos llevar en nuestros corazones. Un
sexenio guiado por esta luz nos dará mucha vida.
5. Quinto desafío. Creo que sea la hora de la ge-
nerosidad dentro de la Congregación, no solo
con dinero sino, sobre todo, con la generosidad y
la disponibilidad de Hermanos, para poder abrir
nuevas presencias. Al menos, por tres motivos:
primero, nuestra obra es solicitada de todas las
latitudes, especialmente en los contextos más po-
bres; segundo, podremos establecer presencias y
comprometernos entre los refugiados, una terrible
y nueva pobreza; tercero, podremos establecernos
en nuevos lugares de misión. Queridos Hermanos,
todos pertenecemos a Dios y a la única Congrega-
ción, todos somos Salesianos de Don Bosco para
el mundo. Creo que, en el próximo sexenio, esta
apertura de horizonte se hará todavía más reali-
dad: con la disponibilidad de los Hermanos, con la

23.2 Page 222

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224
Capítulo General XXVIII
respuesta generosa de las Inspectorías que tienen
mayores posibilidades de ofrecer recursos a otras
Inspectorías, a veces, con la guía del Rector Ma-
yor y de su Consejo, siempre con esta mirada de
universalidad. Vivimos un tiempo que debemos
afrontar con mentalidad renovada, que sepa supe-
rar las fronteras. En un mundo en el que las fron-
teras corren el riesgo de cerrarse cada vez más, la
profecía de nuestra vida consiste también en esto:
mostrar que para nosotros no hay fronteras La
única realidad que tenemos es Dios, el Evangelio
y la misión.
6. Un último desafío se refiere a la Familia Salesia-
na. En estos años hemos trabajado bien, más allá
del cansancio de algunos delegados de cada uno
de los Grupos. Durante el Capítulo hemos visto
que los tiempos no parecen todavía maduros para
hacer pasos posteriores. Pero la Familia salesia-
na, junto con la realidad de la misión comparti-
da con los seglares, será el punto de llegada y la
garantía de la misión salesiana. No puede ser solo
un campo de acción para ocupar la vida de algún
hermano, o para hacer un poco de amistad. Es un
elemento carismático esencial, hoy mucho más
fuerte que en los tiempos de Don Bosco porque,
en 160 años, ha tenido un gran desarrollo. Por eso,
os invito a seguir creyendo, con convicción, en la
Familia Salesiana. Esta no tiene la misma consis-
tencia en todos los lugares donde está presente la
Congregación. En algunas partes es una hermosa
realidad, en otras todavía está en los inicios. Por
tanto, también en este ámbito nos espera un gran
compromiso.

23.3 Page 223

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Discurso del Rector Mayor en la clausura del CG28
225
Algunas brevísimas conclusiones:
a) Gracias a todos vosotros por el regalo del nuevo
Consejo General. Es una renovación que debemos
acoger con una mirada de fe. Creo que uno de los
bellísimos frutos de este Capítulo, como siempre lo
ha sido, es el regalo de un Consejo General. Estoy
convencido de que, como Consejo, asumimos una
profunda mirada de fe, el deseo de una fuerte fideli-
dad al Señor y a Don Bosco, con una gran capacidad
proyectual. Todo lo demás, lo podremos hacer con
nuestras capacidades, nuestras relaciones y con los
talentos de cada uno. Con gran serenidad os digo:
¡gracias por el nuevo Consejo!
b) He reflexionado en estos días y creo que, como Rec-
tor Mayor, el primer compromiso para la animación
de las Inspectorías será el de animar los Ejercicios
Espirituales por Regiones, o por Conferencias en las
Regiones, para los Inspectores y los miembros de los
Consejos inspectoriales, con objeto de transmitir el
fruto del CG28, un Capítulo General muy especial,
para poder asumir los grandes desafíos que estamos
identificando y que nos esperan.
c) De nuevo os doy las gracias por la gran comunión
que existe entre nosotros.
d) Esta es la gran esperanza que llevamos, y de la que
estamos profundamente convencidos: buscamos en-
riquecer a la Iglesia con el don del carisma salesiano
para la salvación de los jóvenes.
Queridos Hermanos, de todo corazón, ¡gracias!
Turín, 13 de marzo de 2020

23.4 Page 224

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ANEXO 5
Crónica de los trabajos del CG28
El sábado 15 de febrero de 2020, llegada a Valdocco,
donde encontramos una gran organización logística e
informática para la acogida y el alojamiento.
Domingo 16. Por la tarde, comienza del Capítulo
General con el saludo de bienvenida del Rector Mayor,
algunas informaciones y procedimientos técnicos, con-
celebración eucarística de apertura del Capítulo presidi-
da por el Rector Mayor, ofreciendo una homilía en torno
a tres palabras clave: docilidad, fidelidad y esperanza.
Primera semana:
17-22 de febrero de 2020
Lunes 17. Presentación del informe de los Consejeros de
Sector y de los Consejeros Regionales (primera parte),
con buenas noches por el cardenal Cristóbal López SDB,
arzobispo de Rabat (Marruecos).
Martes 18. Continúa la presentación del informe que
concluye con el del Rector Mayor, quien, además de
hacer un balance del sexenio y de verificar el estado
de salud de la Congregación, recuerda los desafíos que
la Congregación ha tenido que afrontar, al tiempo que
ofrecía una mirada de esperanza al futuro, para exorcizar
la tentación del desánimo.

23.5 Page 225

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Crónica de los trabajos del CG28
227
Miércoles 19. Primera jornada de espiritualidad con
una reflexión de don Rossano Sala sobre el tema del
primer núcleo «Centralidad de la misión entre los jóve-
nes». La mañana termina con la eucaristía presidida por
el propio don Sala. Por la tarde, el estudio del informe
del Rector Mayor comienza con referencia a los Sec-
tores. Después de la cena, se celebra un concierto en la
Basílica con motivo del 250 aniversario del nacimiento
de Ludwig van Beethoven.
Jueves 20. Segunda jornada de espiritualidad con una
reflexión de don Eunan McDonell sobre el tema del se-
gundo núcleo «Perfil del salesiano para los jóvenes de
hoy». Siguió la eucaristía, al final de la mañana, presi-
dida por don Eunan. Por la tarde, como el día anterior,
se estudia el informe, esta vez de las Regiones.
Viernes 21. Tercera jornada de espiritualidad con una
reflexión de don Koldo Gutiérrez sobre el tema del tercer
núcleo «Junto con los seglares en la misión y en la forma-
ción», con la eucaristía al final de la mañana, presidida
por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga. Por
la tarde, finalizó el estudio, por Regiones, del informe
del Rector Mayor sobre el estado de la Congregación.
Sábado 22. Jornada de apertura oficial del CG28, que
comienza con la eucaristía en la Basílica, presidida por
el cardenal João Braz de Aviz y, después del desayu-
no, con la ceremonia en el aula magna, con los saludos,
el mensaje del cardenal Braz de Aviz, Prefecto de la
Congregación de Institutos de Vida Consagrada y So-
ciedades de Vida Apostólica, y el discurso de apertura
del Rector Mayor.
La mañana termina con la comida, seguida de tiempo
libre de reuniones hasta el lunes 24 de febrero.

23.6 Page 226

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228
Capítulo General XXVIII
Segunda semana:
24-29 de febrero de 2020
Lunes 24. La primera parte del día en Asamblea para la
elección del puesto en el aula, elección de los secretarios
y de los moderadores, del funcionamiento de las traduc-
ciones, de las votaciones, presentación del Reglamento
del Capítulo y elección de las comisiones. Por la tarde,
comentario a las propuestas de cambio del Reglamento
y, luego, la primera reunión de las comisiones para la
elección del presidente, portavoz y secretario. Al final
de la tarde, antes de la oración de vísperas y de las bue-
nas noches, el Rector Mayor nos hizo saber que, debido
a la emergencia por el coronavirus, debemos ser muy
responsables, para no exponernos nosotros ni a otros, y
obedecer las órdenes del Estado que ha prohibido, entre
otras cosas, los viajes de grupos en autobús. Por esta
razón, no haremos el viaje del día de retiro espiritual al
Colle Don Bosco y a Chieri, programado para el «miér-
coles de ceniza».
Martes 25. Fiesta de los protomártires salesianos de
China, san Luis Versiglia y san Calixto Caravario. En
la primera parte del día, presentación del instrumento
de trabajo sobre el tema del Capítulo ofrecida por don
Andrea Bozzolo, seguida del segundo resumen de los
desafíos identificados por las Regiones, tras el estudio
del informe sobre el estado de la Congregación; luego,
el del instrumento de trabajo sobre elementos jurídicos,
seguido de la votación del Reglamento. En la segunda
parte, respuestas del Rector Mayor y de los miembros
del Consejo General a las preguntas formuladas por las
Regiones y por los Hermanos como resultado del estudio
del informe sobre el estado de la Congregación.

23.7 Page 227

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Crónica de los trabajos del CG28
229
Miércoles 26. Comienzo de la Cuaresma con el
«miércoles de ceniza». Por la mañana, una celebración
de la palabra presidida por don Pascual Chávez, que
ofrece una meditación sobre «La Carta de Roma de 1884
- El Evangelio de Don Bosco», seguida de un tiempo de
oración personal, adoración eucarística y confesiones.
Por la tarde, reunión de comisiones para la elección del
representante para la comisión de redacción, y para la
organización en grupos de trabajo. El día termina con
la celebración eucarística presidida por don Pascual
Chávez.
Jueves 27. Primero, una reunión en Asamblea para
aprobar las actas de los días anteriores e información
sobre el procedimiento para el trabajo de las comisiones;
luego, trabajo en comisiones a lo largo del día, estudian-
do la primera parte («reconocer») del primer núcleo:
«La prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes
de hoy».
Viernes 28. Todo el día trabajo en comisiones para
el estudio de la segunda parte («interpretar») del primer
núcleo: «La prioridad de la misión salesiana entre los jó-
venes de hoy», que termina con el viacrucis organizado
por la Región Asia Este-Oceanía.
Sábado 29. Comienza la Asamblea con la oración de
laudes y la lectio divina dirigida por don Andrea Boz-
zolo sobre el «Discípulo Amado en la Última Cena»
y, luego, trabajo en comisiones sobre la tercera parte
(«elegir») del primer núcleo; se termina a mediodía con
la eucaristía presidida por el arzobispo de Turín, Mons.
Cesare Nosiglia. Tiempo libre hasta el lunes 2 de marzo.

23.8 Page 228

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230
Capítulo General XXVIII
Tercera semana: 2-7 de marzo de 2020
Lunes 2. Mañana de trabajo en comisiones para concluir
el primer núcleo, con la participación de los jóvenes
llegados para esta semana. Por la tarde, Asamblea para
la lectura y aprobación de las actas, presentación de un
subsidio del Dicasterio para la Formación «Jóvenes sale-
sianos y acompañamiento. Orientaciones y directrices»,
y presentación de las propuestas de la Comisión Jurídica.
Luego se vuelve a las comisiones.
Martes 3. Mañana en Asamblea para la aprobación
del acta, presentación del resumen realizado por cada
una de las cuatro comisiones sobre el primer núcleo del
tema, seguido de un momento de debate. Por la tarde,
trabajo en comisión para la primera parte del segundo
tema: «¿Qué formación del Salesiano para los jóvenes
de hoy?».
Miércoles 4. Mañana en Asamblea para la aprobación
del acta, prueba técnica de la votación electrónica (que
se decidió posponer después de muchas intervenciones e
inquietud), y el primer debate sobre los temas jurídicos,
en el que intervinieron muchos capitulares sobre diver-
sos aspectos. Por la tarde, trabajo en comisión, todavía
sobre la primera parte del segundo tema.
Jueves 5. Mañana de trabajo en comisión, todavía
sobre la segunda parte del segundo núcleo. Por la tar-
de, en el primer momento, reunión en Asamblea para
comunicaciones importantes del Rector Mayor sobre
la situación de emergencia en Italia por la epidemia del
coronavirus: tomar en serio las medidas preparadas por
el Estado italiano; se nos pide presentar un perfil bajo
como grupo de capitulares; no se puede dar información
a nadie sobre lo que sucede en el Capítulo; todas las vi-

23.9 Page 229

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Crónica de los trabajos del CG28
231
sitas y reuniones se anulan, incluida la presencia de los
seglares que habían sido invitados al Capítulo. Luego,
nos hace escuchar un saludo del papa Francisco, que
quería venir para estar con nosotros, pero, al no poder
hacerlo, nos ha enviado un mensaje. Finalmente nos pre-
senta la posibilidad de anticipar las elecciones del Rector
Mayor y del Consejo General, dada la incertidumbre
de la evolución de la epidemia, que podría llevar a una
conclusión intempestiva del Capítulo General, sin ha-
ber elegido al gobierno de la Congregación. Después de
estas informaciones, pasamos a dos votaciones sondeo
propuestas por la Comisión Jurídica. En el último tiempo
de trabajo, se comienza la tercera parte («elegir») del
segundo núcleo.
Viernes 6. Primero un tiempo de trabajo en el aula
para la lectura y aprobación del acta, la votación para el
adelanto de las elecciones, con resultado positivo; y, en
segundo lugar, para la votación de elementos jurídicos.
Por la tarde, trabajo en comisiones sobre la tercera parte
del segundo núcleo.
Sábado 7. Por la mañana, en Asamblea, la oración
de laudes y la lectio ofrecida por don Andrea Bozzolo
sobre el «Discípulo Amado al pie de la cruz». En la
primera parte del trabajo, lectura y aprobación del acta,
seguida de la votación final sobre los elementos jurídi-
cos presentados el día anterior. En el segundo momento
de trabajo: escucha a los jóvenes. Nos piden presencia
entre ellos, escucha, acompañamiento, confianza, com-
partir caminando juntos y, sobre todo, amor. Al final
de su intervención, el Rector Mayor bendice la estatua
de «Mamma Margherita» colocada frente al edificio
Pinardi; luego vamos a la Basílica para la celebración
eucarística presidida por don Fabio Attard.

23.10 Page 230

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232
Capítulo General XXVIII
Cuarta semana: 9-14 de marzo de 2020
Lunes 9. La primera parte en Asamblea para la lectura y
aprobación del acta, seguida de la presentación de la pri-
mera versión del primer núcleo: «Prioridad de la misión
salesiana entre los jóvenes de hoy». En el segundo mo-
mento, estudio en comisión para una primera reacción
y algunas sugerencias. Por la tarde, en Asamblea, don
Pierluigi Nava, SMM, subsecretario de la CIVCSVA,
invitado a guiar el discernimiento para las elecciones,
presenta esta fase del Capítulo General con una reflexión
sobre «El discernimiento en perspectiva eclesial», se-
guido de un tiempo de oración y reflexión personal, con
rezo de vísperas en la Basílica y tiempo de adoración
eucarística después de la cena.
Martes 10. Por la mañana, eucaristía en la Basíli-
ca, presidida por don Nava quien, en la primera parte
del trabajo en el aula, presenta una segunda reflexión:
«Elección, discernimiento y formación de consenso»,
seguida de un tiempo de oración y reflexión personal.
En el segundo momento, en comisiones, se procede al
discernimiento en vista de la elección del Rector Ma-
yor. Por la tarde, en el primer momento, este proceso
continúa, y termina con la entrega de las perspectivas al
guía, quien, en el cuarto momento de trabajo, presenta el
resultado del discernimiento en las comisiones con dos
nombres que reúnen el mayor número de preferencias:
don Ángel Fernández y don Fabio Attard. Después de
la cena, hora de adoración eucarística.
Miércoles 11. Por la mañana, eucaristía en la Basílica
y, en el primer tiempo de trabajo en el aula, elección
de los secretarios y escrutadores para las votaciones,
seguida de la votación y elección del Rector Mayor. Don

24 Pages 231-240

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24.1 Page 231

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Crónica de los trabajos del CG28
233
Ángel Fernández Artime es reelegido para un segundo
sexenio. En los siguientes dos momentos de trabajo, vol-
vemos a las comisiones para el discernimiento en vista
de la elección del Vicario del Rector Mayor. Después
de las vísperas, el Rector Mayor da las buenas noches.
Después de la cena, una hora de adoración eucarística.
Jueves 12. Por la mañana, eucaristía en la Basílica
presidida por el Rector Mayor con una homilía centrada
en la figura del «buen pastor». En el primer tiempo de
trabajo en el aula, la votación sondeo entre los candi-
datos y la elección del Vicario del Rector Mayor, don
Stefano Martoglio. Inmediatamente después, se pasa a
las comisiones por Regiones para identificar candidatos
de Consejeros para los diversos Sectores (Formación –
Pastoral Juvenil – Comunicación social – Misiones – y
Economía). Al mismo tiempo se celebra una reunión
con un pequeño grupo de capitulares (don Stefano Mar-
toglio, don Enrico Stasi, don Pier Fausto Frisoli, don
Rossano Sala, don Pascual Chávez) convocados por el
Rector Mayor para estudiar qué se debe hacer ante las
medidas obligatorias del gobierno en esta emergencia
del coronavirus, que lleva a la decisión de concluir el
CG28 el sábado por la mañana con la Santa Misa, des-
pués de esta, los Hermanos podrán marcharse. Esto sig-
nifica que todas las elecciones de los Consejeros deberán
hacerse antes del viernes por la noche y, en un acto de
Asamblea, confiar, al Rector Mayor y su Consejo, el
trabajo realizado sobre el instrumento de trabajo en vista
del documento capitular. Por tanto, antes del almuer-
zo regresamos al aula para la comunicación oficial del
Rector Mayor sobre la decisión tomada con respecto a
la conclusión del Capítulo.

24.2 Page 232

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234
Capítulo General XXVIII
En la primera parte de la tarde, continúa el trabajo en
comisiones por Regiones, con la entrega de los nombres
de los candidatos a Consejeros. En la segunda parte, en
Asamblea, se realizan las encuestas sondeo y la elección
de los Consejeros: Formación, don Ivo Coelho ; Pastoral
Juvenil, don Miguel Ángel García Morcuende (SSM),
que no era capitular; Comunicación Social, don Gildá-
sio dos Santos (BBH); Misiones, don Alfred Maravilla
(PGS); Economía, Sr. Jean Paul Muller. Después de las
vísperas, don Stefano Martoglio da las buenas noches.
Viernes 13. Por la mañana, en la Basílica, la euca-
ristía presidida por don Stefano Martoglio y, en el pri-
mer tiempo, trabajo en comisión por Regiones para la
elección de su candidato a Consejero Regional y, en la
segunda mitad del trabajo, votación. Estos fueron los
resultados: África Madagascar, don Alphonse Owou-
dou (ATE); América Cono Sur, don Gabriel Romero
(ARN); Asia Este-Oceanía, don Joseph Phuoc Nguyen
(VIE); Asia Sur, don Michael Biju Pulianmackal (ING);
Europa Centro-Norte, don Roman Jachimowicz (PLN);
Interamérica, don Hugo Orozco (MEG); Mediterránea,
don Juan Carlos Pérez Godoy SSM).
Por la tarde, foto recuerdo del CG28 en el monumen-
to de Don Bosco. Luego, en el aula, visión de la película
sobre Artémides Zatti y, en el último tiempo de trabajo,
el discurso de clausura del Rector Mayor y la declara-
ción de clausura del CG28.
Se termina, en la Basílica, con las vísperas, el canto
del Te Deum y la entrega de la cruz del Buen Pastor.
Después de la cena, se celebra la fiesta en honor del
Rector Mayor y del nuevo Consejo General.
Sábado 14. Por la mañana, en la Basílica, la eucaristía
final presidida por el Rector Mayor.

24.3 Page 233

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Crónica de los trabajos del CG28
235
Tras el desayuno, comienzan las salidas de los capi-
tulares a los diferentes lugares de origen.
En la comida se hace, de manera muy simple, el re-
cuerdo del 80º aniversario de la UPS. Y al final, don
Ángel invita a un grupo de capitulares a visitar las obras
de la Casa Museo Don Bosco, que ha quedado muy bella
y será un gran regalo para la Congregación y para toda
la Familia Salesiana, porque reconstruye las diferentes
fases de esta «casa madre», de su desarrollo y de la pre-
sencia actual en el mundo.

24.4 Page 234

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24.5 Page 235

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ELENCO DE LOS PARTICIPANTES
EN EL CAPÍTULO GENERAL 28
Consejo General
1 P FERNÁNDEZ ARTIME Ángel
2 P CEREDA Francesco
3 P COELHO Ivo
4 P ATTARD Fabio
5 P BASAÑES Guillermo
6 P GONZÁLEZ PLASENCIA Filiberto
7 L MULLER Jean Paul
8 P CHAQUISSE Américo
9 P KANAGA Maria Arokiam
10 P KLEMENT Václav
11 P MARTOGLIO Stefano
12 P PLOCH Timothy
13 P ROZMUS Tadeusz
14 P VITALI Natale
15 P VANOLI Stefano
16 P FRISOLI Pier Fausto
Rector Mayor- Presidente
Vicario del Rector Mayor
Consejero para la Formación
Consejero para la Pastoral Juvenil
Consejero para las Misiones
Consejero para la Comunicación Social
Ecónomo General
Consejero Regional
Consejero Regional
Consejero Regional
Consejero Regional
Consejero Regional
Consejero Regional
Consejero Regional
Secretario General - Regulador
Procurador General
17 P CHÁVEZ VILLANUEVA Pascual Rector Mayor emérito
Región salesiana: ÁFRICA - MADAGASCAR
18 P JIMÉNEZ CASTRO Manuel Sup. Visit. África Congo Congo
19 P ITSIEKI MANZANZA Alfred Delegado África Congo Congo
20 P TESFAY Hailemariam Medhin Sup. Visit. África Etiopía
21 P LAVENTURE Ignacio
Delegado África Etiopía
22 P KITUNGWA Albert
Inspector África Central
23 P CABALA UMBI Didier
Delegado África Central
24 P KALUMBU BESA Dieudonné Delegado África Central

24.6 Page 236

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238
Capítulo General XXVIII
25 P LIPUKA Simon Asira
26 L NJUGUNA Ngigi
27 P SELLAM Augustine
Inspector África Este
Delegado África Este
Delegado África Este
28 P THEKUMCHERIKUNNEL Joy Sebastian Sup. Visit. África Meridional
29 P TLAILE Lingoan
Delegado África Meridional
30 P ELÉGBÉDÉ José
31 P BADJI Jésus Benoît
Inspector África Occidental Francófona
Delegado África Occidental Francófona
32 P KARIKUNNEL Michael
33 P KPEN-ANA Peter
Inspector África Occidental Anglófona
Delegado África Occidental Anglófona
34 P NGOBOKA Pierre Célestin
35 P TURABANYE Jean-Pierre
Sup. Visit. África Grandes Lagos
Delegado África Grandes Lagos
36 P SEQUEIRA GUTIÉRREZ Víctor Luis Sup. Visit. Angola
37 P LUCAS Manuel Cambanje Delegado Angola
38 P OWOUDOU Alphonse
39 P ELA ENAM André Young
Sup. Visit. África Tropical Ecuatorial
Delegado África Tropical Ecuatorial
40 P RANDIMBISOA Charles Armand Sup. Visit. Madagascar
41 P BIZIMANA Innocent
Delegado Madagascar
42 P SARMENTO Adolfo de Jesus Sup. Visit. Mozambique
43 P MATAVELE Arlindo Alberto Delegado Mozambique
44 P RYCHCIK Krzysztof
45 P KUNDA Christopher
Sup. Visit. Zambia-Malawi-Namibia-Zimbabue
Delegado Zambia-Malawi-Namibia-Zimbabue
Región salesiana: AMÉRICA CONO SUR
46 P ROMERO Héctor Gabriel
47 L SAADE Osvaldo Fernando
Inspector Argentina Norte
Delegado Argentina Norte
48 P PERERA Darío Ramón
49 L CAMILETTI Agustín
Inspector Argentina Sur
Delegado Argentina Sur
50 P SANTOS Gildásio
Inspector Brasil Belo Horizonte
51 P SACRAMENTO Ricardo Sávio do Delegado Brasil Belo Horizonte
52 P CARLOS Ricardo
53 P OLIVEIRA Ademir
Inspector Brasil Campo Grande
Delegado Brasil Campo Grande

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Elenco de los participantes al CG28
239
54 P SANTOS Jefferson Luis
Inspector Brasil Manaos
55 P DA CUNHA Daniel Olivera Delegado Brasil Manaos
56 P DA SILVA Gilson Marcos
57 P SANTOS Renato dos
Inspector Brasil Porto Alegre
Delegado Brasil Porto Alegre
58 P PESSINATTI Nivaldo Luiz
59 P VIEIRA Francisco Inácio
Inspector Brasil Recife
Delegado Brasil Recife
60 P PICCININI Justo Ernesto
Inspector Brasil São Paulo
61 L OLIVEIRA Marcelo dos Santos Delegado Brasil São Paulo
62 P LIRA Carlos Andrés
63 P ALBORNOZ David
Inspector Chile
Delegado Chile
64 P VILLALBA Mario
65 L CÁCERES Cristóbal
Inspector Paraguay
Delegado Paraguay
66 P BAUER Alfonso
67 P PÉREZ Jorge
Inspector Uruguay
Delegado Uruguay
Región salesiana: ASIA ESTE Y OCEANÍA
68 P MATTHEWS William
69 P GRAHAM Bernard
Inspector Australia
Delegado Australia
70 P NG Joseph
71 P LEONG Domingos
Inspector China
Delegado China
72 P MARTIN Gerardo
73 P CAMAYA Joel
Inspector Filipinas Norte
Delegado Filipinas Norte
74 P ATIENZA Godofredo
75 L VILLORDON Edward
Inspector Filipinas Sur
Delegado Filipinas Sur
76 P HAMAGUCHI Jacobo
77 P LAP Michael
Inspector Japón
Delegado Japón
78 P WONG Andrew
79 P BELO Lino
80 P CHOI Timoteo
81 P BAEK Marcelo
82 P SAW Charles
83 P ZEY AUNG Bosco
Sup. Visit. Indonesia
Delegado Indonesia
Inspector Corea
Delegado Corea
Sup. Visit. Myanmar (Birmania)
Delegado Myanmar (Birmania)

24.8 Page 238

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240
Capítulo General XXVIII
84 P MARAVILLA Alfred
85 P PARAPPILLY Robinson
Sup. Visit. Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón
Delegado Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón
86 P THEPHARAT PITISANT John Bosco Inspector Tailandia
87 P NIPHON SARACHIT Peter Delegado Tailandia
88 P NETO Apolinário
89 P De SOUSA Mario
Sup. Visit. Timor Este
Delegado Timor Este
90 P NGUYEN VAN QUANG José Inspector Vietnam
91 P LÊ AN PHONG Bernabé
Delegado Vietnam
92 L NGUYEN DUC NAM Domingo Delegado Vietnam
Región salesiana: ASIA SUR
93 P SILVEIRA Savio
94 P FURTADO Adolph
95 P PINTO Anthony
Inspector India Mumbai
Delegado India Mumbai
Delegado India Mumbai
96 P GOMES Nirmol
97 P CHUNKAPURA Jose
98 P PAURIA Joseph
Inspector India Kolkata
Delegado India Kolkata
Delegado India Kolkata
99 P KURUVACHIRA Jose
Inspector India Dimapur
100 P PATHIKULANGARA Jerry Thomas Delegado India Dimapur
101 P THOTTATHIMYALIL Francis Delegado India Dimapur
102 P SANGMA Januarius
Inspector India Guwahati
103 L KARAKOMBIL Joby Mani (Louis) Delegado India Guwahati
104 P PULIANMACKAL Biju Michael Delegado India Guwahati
105 P THATHIREDDY Vijaya Bhaskar Inspector India Hyderabad
106 P THUMMA Vijaya Pratap
Delegado India Hyderabad
107 P THONIKUZHIYIL Joyce Mathew Inspector India Bangalore
108 P KOROTH Sivy
Delegado India Bangalore
109 P KUTTIANIMATTATHIL Jose Delegado India Bangalore
110 P KOCHAMKUNNEL Jose
111 P JOSEPH Andrew
112 P LOURDUSAMY Don Bosco
Inspector India Chennai
Delegado India Chennai
Delegado India Chennai
113 P KOORAPPALLIL Jose Mathew Inspector India New Delhi
114 P KERKETTA Shilanand
Delegado India New Delhi
115 P MANIPARAMBEN Davis Delegado India New Delhi

24.9 Page 239

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Elenco de los participantes al CG28
241
116 P FERNANDES Félix
117 P TELLES Clive
118 P LYNGKOT Paul Olphindro
119 P CHURULIYIL Manoj
120 P ZOSIAMA John
121 P SARPRASADAM Agilan
122 P JEYARAYAN Amala
123 P ROYAN Ricopar
124 P ALMEIDA Joseph
125 P ATHTHIDIYAGE Chalana
Inspector India Panjim
Delegado India Panjim
Inspector India Shillong
Delegado India Shillong
Delegado India Shillong
Inspector India Tiruchy
Delegado India Tiruchy
Delegado India Tiruchy
Sup. Visit. Sri Lanka
Delegado Sri Lanka
Región salesiana: EUROPA CENTRO Y NORTE
126 P OBERMÜLLER Petrus
127 L MAYER Günter
Inspector Austria
Delegado Austria
128 P WAMBEKE Wilfried
129 P HAELVOET Eric
Inspector Bélgica Norte
Delegado Bélgica Norte
130 P VACULÍK Petr
131 P ŽENÍŠEK Pavel
Inspector República Ceca
Delegado República Checa
132 P ŠUTALO Tihomir
133 L BEŠLIĆ Domagoj
Inspector Croacia
Delegado Croacia
134 P FEDERSPIEL Daniel
135 P ERNST Xavier
Inspector Francia y Bélgica Sur
Delegado Francia y Bélgica Sur
136 P BRIODY James
137 P ANDERSON Kieran
Inspector Gran Bretaña
Delegado Gran Bretaña
138 P GESING Reinhard
139 L GOLDSMITS Mike
140 P VON HATZFELD Hatto
Inspector Alemania
Delegado Alemania
Delegado Alemania
141 P McDONNELL Eunan
142 P HENNESSY Patrick
Inspector Irlanda
Delegado Irlanda
143 P FORMOSA Paul
144 P FALZON Robert
Sup. Visit. Malta
Delegado Malta

24.10 Page 240

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242
Capítulo General XXVIII
145 P JARECKI Tadeusz
146 P SOLARSKI Przemysław
147 P ZDZIEBORSKI Jacek
148 P JACHIMOWICZ Roman
149 P POPŁAWSKI Adam
150 P SZULCZYŃSKI Witold
151 P PIZOŃ Jarosław
152 P MAZUR Roman
153 P KAZNOWSKI Marcin
154 P WOCIAL Michał
155 p BUČÁNY Peter
156 P KAČMÁRY Martin
157 P KOŠNIK Marko
158 P KOLAR Bogdan
159 P MANÍK Karol
160 P PLATOSH Andrii
161 P ANDRÁSFALVY János
162 P VITÁLIS Gábor
Inspector Polonia Varsovia
Delegado Polonia Varsovia
Delegado Polonia Varsovia
Inspector Polonia Piła
Delegado Polonia Piła
Delegado Polonia Piła
Inspector Polonia Wrocław
Delegado Polonia Wrocław
Inspector Polonia Cracovia
Delegado Polonia Cracovia
Vic. Insp. Eslovaquia
Delegado Eslovaquia
Inspector Eslovenia
Delegado Eslovenia
Sup. Visit. Ucrania
Delegado Ucrania
Inspector Hungría
Delegado Hungría
Región salesiana: INTERAMÉRICA
163 P BATISTA Francisco
164 P MARRERO Adán Luis
Inspector Antillas
Delegado Antillas
165 P ORTIZ Javier
166 P ROCABADO Álvaro
Inspector Bolivia
Delegado Bolivia
167 P PRADO José Ángel
168 P GUZMÁN Rodolfo
Inspector Centroamérica
Delegado Centroamérica
169 P GÓMEZ RÚA John Jairo
170 P JARAMILLO Rubén
Inspector Colombia Bogotá
Delegado Colombia Bogotá
171 P VALENCIA Luis Fernando
172 P GUERRERO José Ariel
Inspector Colombia Medellín
Delegado Colombia Medellín
173 P SÁNCHEZ Francisco
174 P CÁRDENAS Juan
Inspector Ecuador
Delegado Ecuador

25 Pages 241-250

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25.1 Page 241

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Elenco de los participantes al CG28
243
175 P MÉSIDOR Jean-Paul
176 P BONHOMME Morachel
177 P OROZCO SÁNCHEZ Hugo
178 P LARA PÉREZ Eduardo
179 P OCAMPO URIBE Ignacio
180 P MORALES Paulo Armando
181 P CAYO Manuel
182 P MEDINA Pablo
183 P ZAK Timothy
184 P CONWAY Michael
185 P MONTEMAYOR Ted
186 L VU Alphonse
187 P MONTENEGRO Rafael
188 P OLIVEROS Ramón Alfredo
Inspector Haití
Delegado Haití
Inspector México Guadalajara
Delegado México Guadalajara
Inspector México México
Delegado México México
Inspector Perú
Delegado Perú
Inspector Estados Unidos Este
Delegado Estados Unidos Este
Inspector Estados Unidos Oeste
Delegado Estados Unidos Oeste
Inspector Venezuela
Delegado Venezuela
Región salesiana: MEDITERRÁNEA
189 P ASPETTATI Stefano
190 P COLAMEO Roberto
191 P MERLINI Daniele
192 P VERLEZZA Maurizio
Inspector Italia Central
Delegado Italia Central
Delegado Italia Central
Delegado Italia Central
193 P STASI Enrico
194 P BARONE Luca
195 P DEGIORGI Giorgio
196 L TOSO Gianluca
Inspector Italia Piamonte y Valle de Aosta
Delegado Italia Piamonte y Valle de Aosta
Delegado Italia Piamonte y Valle de Aosta
Delegado Italia Piamonte y Valle de Aosta
197 P GIACOMAZZI Giuliano
198 P LEONI Erino
199 P PICCINOTTI Giordano
Inspector Italia Lombardo Emiliana
Delegado Italia Lombardo Emiliana
Delegado Italia Lombardo Emiliana
200 P SANTORSOLA Angelo
201 P ROMA Gianpaolo
Inspector Italia Meridional
Delegado Italia Meridional
202 P BIFFI Igino
203 P GAETAN Enrico
204 P ZANCHETTA Silvio
Inspector Italia Norte Este
Delegado Italia Norte Este
Delegado Italia Norte Este

25.2 Page 242

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244
Capítulo General XXVIII
205 P D’ANDREA Giovanni
206 P COSTA Giuseppe
207 P VIVIANO Michele
Inspector Italia Sicilia
Delegado Italia Sicilia
Delegado Italia Sicilia
208 P LEÓN MENDOZA Alejandro José Inspector Medio Oriente
209 P ZAKERIAN Simon
Delegado Medio Oriente
210 P MENDONÇA José Aníbal Inspector Portugal
211 P FREITAS De SOUSA Juan Eduardo Delegado Portugal
212 P ASURMENDI MARTÍNEZ Ángel Inspector España Sevilla
213 P CANINO ZANOLETTY Miguel Delegado España Sevilla
214 P MIRANDA USTERO Fernando Delegado España Sevilla
215 P NÚÑEZ MORENO José Miguel Delegado España Sevilla
216 P PÉREZ GODOY Juan Carlos Inspector España Madrid
217 P GARCÍA SÁNCHEZ Fernando Delegado España Madrid
218 P GUTIÉRREZ CUESTA Luis Fernando Delegado España Madrid
219 P SEGURA VALERO Samuel Delegado España Madrid
Universidad Pontificia Salesiana
220 P RIVA Eugenio
221 P MANTOVANI Mauro
Sup. Visit. UPS
Delegado UPS
Sede Central y casas dependientes
directamente del Rector Mayor
222 P CAMERONI Pierluigi
Delegado RMG
Observadores invitados
223 L BECERRA Christian
224 P BOZZOLO Andrea
225 L CHINAPPAN Francis
226 P HAIDUKEVICH Viktar
227 P HOBZA Martin
228 P KETTNER Siegfried
229 P LASARTE Martín
230 L LOPES Marçal
231 L METOULE BEYEME David
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Perú
Italia Piamonte y Valle de Aosta
India Chennai
Polonia Varsovia
República Checa
Austria
Angola
Timor Este
África Tropical Ecuatorial

25.3 Page 243

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Elenco de los participantes al CG28
245
232 P MUÑOZ RUIZ Eusebio
Invitado
233 P OCHE Anthony
Invitado
234 L PÉREZ GÓMEZ Marcelo
Invitado
235 P PULIKKAL Joseph
Invitado
236 P SALA Rossano
Invitado
237 P SCHWEIZER Thomas
Invitado
238 P SORO Denis
Invitado
239 P SOTO Roel
Invitado
240 P TIMKO Peter
Invitado
241 L VADAKKEVETTUVAZHIYIL Sunny Joseph Invitado
242 P VITO PAU Petelo
Invitado
RMG
África Occidental Anglófona
España Madrid
África Este
Italia Central
Alemania
África Occidental Francófona
Tailandia
Eslovaquia
India Dimapur
Australia