Estimado Rector Mayor, Don Ángel Fernández Artime

Debido a los compromisos institucionales asumidos anteriormente, no puedo estar hoy aquí en la inauguración del 28º Capítulo General.  Sin embargo, les ruego que acepten, junto con mis disculpas, un breve mensaje de saludo afectuoso que ofrezco en mi nombre y en el de la ciudad de Turín.

Fue usted, Rector Mayor, hace algunos años, durante la homilía pronunciada en el Colle Don Bosco, en el acto de apertura de la celebración del Bicentenario del Santo, quien describió a la Familia Salesiana como un gran árbol cuyas raíces se extienden por toda la tierra.

Pues bien, como ciudadano turinés y sin ocultar una nota de orgullo, me complace recordar que la semilla de la que nació esta gran planta brotó en Turín.  Esta semilla, que en poco más de dos siglos de historia, ha dejado huellas imborrables y ha contribuido a connotar fuertemente el carácter de nuestra ciudad.

Un carácter que, al igual que las actividades de la congregación salesiana, se refleja en el continuo empeño por educar a los jóvenes, por enseñarles a ser solidarios y atentos con los más débiles, por acoger sin prejuicios a quienes dejan su país de origen y sueñan con construir una nueva vida.

El camino trazado por Don Bosco, seguido por sus sucesores, está hecho de compromiso entre la gente y se manifiesta cada día como una presencia viva y activa entre los más necesitados de apoyo, para ser ayudados a convertirse en mujeres y hombres capaces de contribuir, a través de su trabajo y compromiso social, al crecimiento de su comunidad.

Un camino que invita a los jóvenes a utilizar sus mejores energías en el ámbito profesional y en la sociedad civil, así como en el servicio a los demás.

Por mi parte y por la de la ciudad de Turín, junto con el deseo de un buen trabajo para el 28º Capítulo General, un sincero agradecimiento al mundo salesiano por lo que ha dado y seguirá dando a nuestra comunidad de la ciudad.

Chiara Appendino,

Alcalde de la ciudad de Turín