Introducción


Introducción

Manual para los Grupos Misioneros

Introducción

El presente Manual para los Grupos Misioneros tiene como principales objetivos:


  • Ayudar a aunar criterios y conceptos referidos a los Grupos Misioneros y brindar elementos y orientaciones que contribuyan a mejorar su funcionamiento y su acción evangelizadora.

  • Servir como material de apoyo para la formación de los Animadores de los Grupos Misioneros.

  • Servir de orientación a todos aquellos interesados en formar nuevos Grupos Misioneros.

 

Teniendo en cuenta que los Grupos Misioneros son una realidad muy compleja dentro de nuestra Iglesia, este Manual quiere brindar elementos orientativos, que cada Grupo tomará y adaptará según sus carismas y su realidad particular. Si bien existe una amplia diversidad entre los distintos Grupos en cuanto a su organización y funcionamiento, no ocurre lo mismo con el Espíritu que los anima que es uno solo, y el objetivo que persiguen, es cumplir el mandato de Jesucristo: “Vayan y anuncien”.

 

El contenido de ese Manual ha surgido a partir de la observación a la luz del Espíritu Santo, de las variadas y ricas experiencias que El mismo ha despertado en los Grupos Misioneros de la región NOA. Les agradecemos este valioso aporte, que ahora, adaptado por las OMP en Argentina ofrecemos para su uso a nivel nacional.


Jairo Calderón Benavides, imc.

Director Nacional de las O.M.P.


Mons. Luis Stöckler

Obispo de Quilmes

Presidente de la C.E.M.
















1) La Actividad Misionera de la Iglesia



El Señor Jesús, ya desde el principio "llamó a sí a los que Él quiso, y designó a doce para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar" 1. Antes de subir al cielo, fundó su Iglesia como sacramento de salvación, y envió a los Apóstoles a todo el mundo, como Él había sido enviado por el Padre2. Todos los evangelistas, al narrar el encuentro del Resucitado con los Apóstoles, concluyen con el mandato misional: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes. Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" 3. Por ello incumbe a la Iglesia el deber de propagar la fe y la salvación de Cristo4.


Todo el trabajo que la Iglesia hace para anunciar al mundo el Evangelio, recibe el nombre de Evangelización. Por eso, la misión de la Iglesia, su esencia misma es Evangelizar. La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de Dios Padre 5. La gracia y la vocación propia de la Iglesia su identidad más profunda, es evangelizar. Ella existe para evangelizar 6.


Por el Bautismo todo cristiano participa de la Vida y la Misión de Cristo, Misionero del Padre, para dar una Buena Nueva a los hombres. Se dice misionero en cuanto el cristianos se sabe enviado, se dice evangelizador en cuanto al contenido de su misión. Por razones prácticas se utilizan las palabras como sinónimos, pero es bueno tener clara la distinción en la apreciación de ambas ideas.


Las diferencias en cuanto a la actividad dentro de esta misión evangelizadora de la Iglesia nacen de las diversas circunstancias en las que ésta se desarrolla. Mirando al mundo actual, desde el punto de vista de la evangelización, se pueden distinguir tres situaciones 7:


  • Primera Evangelización ( = Misión Ad Gentes = Actividad Misionera Específica): Es aquella actividad misionera de la Iglesia que se dirige a pueblos, grupos humanos, contexto socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos, o donde faltan comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder encarnar la fe en el propio ambiente y anunciarla a otros grupos. Es la actividad evangelizadora que se dirige a "los que todavía no" son cristianos.


  • Actividad Pastoral (= Atención Pastoral = Pastoral de Conservación) Hay también comunidades cristianas con estructuras eclesiales adecuadas y sólidas; tienen un gran fervor de fe de vida; irradian el testimonio del Evangelio en su ambiente y sienten el compromiso de la misión universal. En ellas se desarrolla la actividad o atención pastoral de la Iglesia. Es la actividad evangelizadora que se dirige a "los que ya" son cristianos. Mientras la Actividad Misionera usa una metodología de conversión individual, la Actividad Pastoral es más bien grupal o masiva.


  • Nueva Evangelización (= Reevangelización): Se da, por último, una situación intermedia, especialmente en los países de antigua cristiandad, pero a veces también en las Iglesias más jóvenes, donde grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio. En este caso es necesaria una "nueva evangelización" o "reevangelizacion". Es la actividad evangelizadora que se dirige a "los que ya no" son cristianos.


Aclarados estos conceptos, podemos delimitar el ámbito de las palabras Evangelización y Misión. La palabra Evangelización se utiliza para referirse a toda la actividad de la Iglesia en cuanto anuncia a Jesucristo, mientras que la palabra Misión se refiere específicamente a la Primera Evangelización, y un poco más generalmente, también a la Nueva Evangelización.


Cabe también destacar la concepción renovada de la Misión Ad Gentes que desarrolla Juan Pablo II en Redemptoris Missio. Anteriormente al Concilio, se había afirmado sencillamente que la Misión Ad Gentes se desarrollaba en los llamados "territorios de misión". El Decreto Ad Gentes suaviza esta afirmación diciendo que la actividad misionera, "de ordinario" se realiza en los territorios de misión 8. Juan Pablo II comienza afirmando que "la misión Ad Gentes, en virtud del mandato universal de Cristo no conoce confines" (RMi 37), y a continuación delinea diversos ámbitos de la misma:


  • Ambitos territoriales: El primero (y más antiguo) de los criterios para delimitar la Misión Ad Gentes es el geográfico. Especialmente en Asia, pero también en África, América Latina y Oceanía, hay vastas zonas sin evangelizar; a pueblos enteros y áreas culturales de gran importancia en no pocas naciones no ha llegado aún el anuncio evangélico y la presencia de la Iglesia local. Incluso en países tradicionalmente cristianos hay regiones confiadas al régimen especial de la misión ad gentes, grupos y áreas no evangelizadas.


  • Mundos y fenómenos sociales nuevos. la urbanización y en el incremento masivo de las ciudades, sobre todo donde es más fuerte la presión demográfica. Por otra parte, las migraciones han producido un fenómeno nuevo: los no cristianos llegan en gran número a los países de antigua cristiandad, creando nuevas ocasiones de comunicación e intercambios culturales, lo cual exige a la Iglesia la acogida, el diálogo, la ayuda y, en una palabra, la fraternidad.


  • Áreas culturales o areópagos modernos.: el mundo de la comunicación (los medios de comunicación social), el compromiso por la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos; los derechos del hombre y de los pueblos, sobre todo los de las minorías; la promoción de la mujer y del niño; la salvaguardia de la creación, son otros tantos sectores que han de ser iluminados con la luz del Evangelio. Hay que recordar, además, el vastísimo areópago de la cultura, de la investigación científica, de las relaciones internacionales que favorecen el diálogo y conducen a nuevos proyectos de vida.


Para concluir, es importante recordar las palabras con que Juan Pablo II comienza su Carta Encíclica Redemptoris Missio: "La Misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio" 9.


Abreviaturas Utilizadas

AG

Ad Gentes, Decreto Conciliar sobre la actividad misionera de la Iglesia, Concilio Vaticano II, 1965

AA

Apostolicam Actuositaten: Decreto Conciliar sobre el apostolado de los laicos, Concilio Vaticano II, 1965

EN

Evangelii Nuntiandi: Exhortación Apostólica acerca de la Evangelización del mundo contemporáneo. Pablo VI, 1975

Rmi

Redemptoris Missio: Carta Encíclica sobre la Misión del Redentor. Juan Pablo II, 1990

CM

Cooperatio Misionalis .Instrucción de la Congregación para la evangelización de los pueblos sobre la cooperación misionera, 1998

SD

Conclusiones de la IV Conferencia Plenaria del Consejo Episcopal Latinoamericano reunida en Santo Domingo


2) Organización Misionera


a) A nivel Internacional, Nacional y Diocesano

El Santo Padre es el principal responsable de la evangelización a nivel mundial. El ha encomendado a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (una Congregación de la Santa Sede, que depende directamente del Papa) la dirección y coordinación de las misiones a nivel universal.


De ella dependen las Obras Misionales Pontificias, que están presentes en todo el mundo y en cada diócesis. Estas Obras Misionales poseen a nivel internacional un Presidente, que tiene su sede en Roma. Cada una de las cuatro Obras, tiene un Secretario General, también con sede en Roma. A nivel nacional, hay un Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, y un Secretario Nacional para cada una de ellas.


A nivel nacional, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), integrada por los obispos de las diócesis de nuestro país, es el principal responsable de la misión. La CEA se organiza en Comisiones de trabajo, presididas e integradas por los obispos. Una de ellas es la Comisión Episcopal de Misiones (CEM), que tiene el cometido de incrementar la evangelización «ad gentes», la animación y la cooperación misionera en sus diversas formas, y mantener las relaciones con la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y con la Conferencia Episcopal, para garantizar la unidad de acción10. Dependiente de esta Comisión funciona un Concejo Nacional de Misiones (CoNaMis) que busca integrar y coordinar el esfuerzo de todas las instituciones, congregaciones y comunidades misioneras a nivel nacional. Este Concejo está presidido por el mismo presidente de la CEM, y está integrado por el Director Nacional de OMP, los Secretarios Nacionales de las cuatro OMP, representantes de cada región pastoral (generalmente un Director Diocesano de OMP), un representante de las congregaciones religiosas misioneras masculinas y otro de las femeninas y dos representantes laicos de los Grupos Misioneros. De este Concejo depende un Equipo Nacional de Grupos Misioneros, integrado por representantes de las distintas regiones pastorales de país.


En cada región pastoral funciona un Equipo Regional de Grupos Misioneros, conformado por el sacerdote/religioso a cargo de los Grupos Misioneros de cada diócesis y el delegado laico de los mismos.


A nivel diocesano, el Obispo es el principal animador y responsable de la misión. El nombra un Delegado Episcopal para las Misiones que será quien específicamente tendrá a su cargo la animación misionera diocesana, ayudado en esta tarea por un Equipo Diocesano de Pastoral Misionera (o Equipo Diocesano de Misiones). Como en cada diócesis debe existir una dirección diocesana de OMP, puede ser recomendable que quien es el Director Diocesano de las OMP, sea también el Delegado Episcopal para las Misiones.


También existe en cada diócesis un Delegado Diocesano de los Grupos Misioneros, que puede ser designado por el Delegado Episcopal para las Misiones o elegido por los Grupos Misioneros. El delegado diocesano de los GM tiene la responsabilidad de animar misioneramente a los Grupos, velar porque los mismos estén en contacto, y ser su representante ante el Delegado Episcopal para las Misiones.


Todos los Grupos Misioneros deben estar integrados a la Pastoral Misionera Diocesana para realizar un trabajo conjunto y en sintonía con el resto de la diócesis y con los lineamientos que se propongan desde el CoNaMis y las OMP tanto a nivel diocesano como nacional.



b) Las Obras Misionales Pontificias


Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia particulares, encargada de infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de todas las misiones, según las necesidades de cada una. Son el instrumento oficial y principal de todas las Iglesias para la cooperación misionera.


"Entre todas las obras de asistencia intereclesial, las OMP deben ocupar siempre el primer puesto por dos razones: en primer lugar, porque se dirigen a todos los bautizados, a todas las comunidades cristianas y se preocupan de las necesidades de todas las Iglesias de misión: son el seno de la Iglesia, la expresión del sentido católico y de la comunión universal; en segundo lugar, porque las OMP tienen la finalidad de cooperar al anuncio del mensaje evangélico, que es el deber prioritario de la Iglesia" (Est. OMP Cap I N° 8b). Nacidas de particulares iniciativas carismáticas, las OMP se han desarrollado con el apoyo de la Santa Sede que, seguidamente, las hizo organizaciones pontificias para asegurarles mayor eficacia y un carácter universal.


¿Por qué se llaman Obras? Una obra es el resultado del trabajo o de la acción: en el trabajo misionero, "Obra" es lo que se realiza en bien al prójimo. Se llaman Obras para distinguirlas de una simple actividad apostólica transitoria. Son Obras porque representan una "organización" eclesial.


¿Por qué Misionales? Porque nos educan en el espíritu misionero universal y porque nos llevan a compartir la fe en Jesucristo y nuestros recursos económicos, espirituales y humanos, con los demás hermanos de las iglesias y comunidades nacientes. Ellas ayudan a que los cristianos y sus comunidades comprendan y cumplan su misión universal.


¿Por qué Pontificias? Porque están aprobadas expresamente por el Papa como obras evangelizadoras misioneras. Además, están a su disposición para ayudarle a cumplir tan alta misión.

 

Finalidad de las Obras Misionales Pontificias

Las OMP tienen, principalmente 2 finalidades:


A.- Animación Misionera

  • Formar e informar en todo lo relacionado con la misión

  • Animar misioneramente para la Nueva Evangelización y la misión Ad Gentes

  • Promover el espíritu misionero universal en el seno del Pueblo de Dios

  • Despertar y profundizar la conciencia misionera del Pueblo de Dios, informando sobre la vida y necesidades de la misión universal.

  • Recordar a los Pastores su responsabilidad misionera universal, invitándolos a participar en la evangelización del mundo.

  • Ser para cada diócesis, la Institución específica y principal, para la educación al espíritu misionero universal.


B.- Cooperación Misionera

  • Promover la cooperación espiritual y material para ayudar a la obra de la evangelización

  • Ayudar a la evangelización propiamente dicha, sin excluir, empero, la ayuda en el campo caritativo, social, médico, etc.

  • Favorecer de manera particular la colaboración con los Institutos misioneros que están al servicio de la evangelización del mundo "en nombre de la Iglesia y según la voluntad de la jerarquía"

  • Preocuparse de las necesidades de todas las Iglesias en Misión.

  • Suscitar vocaciones ad gentes y de por vida, tanto en las Iglesias antiguas como las más jóvenes.

  • Promover vínculos de íntima comunión en lo que se refiere a las riquezas espirituales, a los obreros apostólicos y a los recursos materiales.

  • Actuar, por un lado, como miembro privilegiado de comunicación de las Iglesias particulares entre sí, y por otro lado, entre cada una de ellas y el Papa.

  • Estimular a las Iglesias a rezar unas por otras, a ayudarse recíprocamente con el envío de personal y de medios materiales, suscitando así el espíritu de solidaridad en vista de la evangelización del mundo.


Las OMP son cuatro:

  • Obra de la Propagación de la Fe

  • Obra San Pedro Apóstol

  • Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera

  • Pontificia Unión Misional

 

OBRA DE LA PROPAGACION DE LA FE

Fundada en Lyón, Francia, en 1822, por María Paulina Jaricot

Tiene como finalidades principales:

  • Informar, sensibilizar y educar en el espíritu misionero, suscitando interés por la evangelización universal e todos los sectores del Pueblo de Dios, en las Familias, en las Escuelas, en los Movimientos Apostólicos y Asociaciones, "a fin de que toda la diócesis tome conciencia de su vocación misionera universal" (Estatutos)

  • Promover, teniendo presente la evangelización del mundo, la ayuda recíproca entre las diferentes Iglesias locales, tanto en el campo espiritual como material.

Trabaja con:

  • Juventud Misionera

  • Familia Misionera

  • Enfermos Misioneros: Unión de Enfermos Misioneros (UEM)

  • Cooperación Misionera

  • Revistas y Publicaciones misioneras


OBRA DE SAN PEDRO APOSTOL

Fundada en Caen, Francia, en 1889, por Estefanía y Juana Bigard

Tiene como finalidades principales:

  • Sensibilizar al pueblo cristiano sobre las necesidades de la formación del clero local en las "Iglesias misioneras"

  • Colaborar en la formación de los candidatos nativos al sacerdocio y a la vida religiosa para las Iglesias misioneras, mediante una ayuda espiritual y material.

  • Promover la consecución y aplicación de becas de estudios, pensiones, cuotas y otros donativos para la formación de los candidatos nativos al sacerdocio y a la vida religiosa.


OBRA DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA MISIONERA

Fundada en Francia, en 1843, por Monseñor Forbin Janson

Tiene como finalidades principales:

  • Ayudar a los educadores a despertar progresivamente en los niños y adolescencia una conciencia misionera universal.

  • Mover a los niños y asdolescentes a compartir la fe y los medios materiales con los niños de las regiones y de las Iglesias más necesitadas.

  • Darle apertura misionera a la pastoral de conjunto de la educación cristiana, integrándose a ella.

  • Promover con los niños y adolescentes la conciencia y el compromiso misionero.



PONIFICIA UNIÓN MISIONAL

Fundada en Italia, en 1916, por el P. Pablo Manna

Tiene como finalidades principales:

  • Ayudar a tomar conciencia de su responsabilidad misionera universal a los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y aspirantes al sacerdocio y a la vida religiosa. De esta manera, se darán cuenta del deber de concientización misionera que les incumbe en el seno de las comunidades de las cuales están encargadas.

  • Ayudar a buscar los métodos pastorales mejor adaptados a las circunstancias

  • Favorecer los intercambios fraternales y los testimonios de solidaridad entre los obreros apostólicos al servicio de la Iglesia, en los diferentes continentes.

  • Promover las otras Obras Misionales.


3) Qué son los Grupos Misioneros


Son grupos integrados mayormente por laicos (jóvenes y adultos), que se proponen responder al llamado de Dios a la vocación misionera ad gentes, obedeciendo el mandato de Jesucristo de "ir por todo el mundo y anunciar la Buena Nueva a toda la creación" 11. Muchos de ellos cuentan también con religiosos y/o sacerdotes entre sus miembros. Para ello, conforman grupos en Parroquias, Colegios religiosos o Universidades, en los cuales puedan recorrer en comunidad el camino del descubrimiento de la vocación misionera.


Se insertan en la dinámica de evangelización desde su comunidad de origen (Parroquia, Colegio, etc.), con la mirada fija en la misión ad gentes. Por ello, colaboran en la actividad pastoral de su comunidad, asumiendo la Nueva Evangelización. Su prioridad permanente es tratar de llegar a los más alejados, a los pobres, a aquellos de quienes nadie se acuerda o se preocupa. Mediante la acción misionera dentro (ad-intra) y fuera (ad-extra) de su comunidad de origen, prestan un servicio concreto a la Iglesia particular y se preparan para la misión ad gentes. Una característica distintiva de los Grupos Misioneros es su Actividad Misionera “ad extra” (es decir fuera de los límites de la jurisdicción) de la parroquia, lo cual los distingue de los Misioneros Parroquiales, cuya principal actividad es la misión “ad intra” (es decir, dentro de los límites de la jurisdicción) de la Parroquia.


Los GM son la propuesta de la Iglesia para canalizar la vocación misionera de los jóvenes y adultos, teniendo en cuenta que en Argentina, el camino misionero se estructura en las siguientes etapas:

  • 4 a 11 años: Infancia Misionera

  • 12 a 16 años: Adolescencia Misionera

  • 17 en adelante:

    • Grupos Misioneros

    • Familia Misionera: en los cuales todos sus integrantes participan en la misión

Los Grupos Misioneros implican un doble servicio:


  • Son un servicio de la Iglesia dirigido a los laicos, para ofrecerles animación y formación misionera mediante la asociación en grupos, en los que se capacita a los laicos para ser buenos misioneros que se proyecten hacia la Nueva Evangelización y hacia la Misión Ad Gentes.


  • Son a la vez un servicio de los laicos a la Iglesia, puesto que en sus comunidades de origen asumen la Nueva Evangelización, la animación y cooperación misioneras, y se proyectan hacia la Misión Ad Gentes “más allá de las fronteras”.


A ellos se refiere, entre otros, Juan Pablo II, cuando habla de los "movimientos eclesiales dotados de dinamismo misionero" que, "cuando se integran con humildad en la vida de las iglesias locales y son acogidos cordialmente por los Obispos y sacerdotes en las estructuras diocesanas y parroquiales, representan un verdadero don de Dios para la nueva evangelización y para la actividad misionera propiamente dicha" 12.


En su mayoría, son grupos estables que se reúnen durante todo el año para procurar su formación y crecimiento espiritual y comunitario. Generalmente provienen de una misma comunidad de origen. Pero también están los que se conforman específicamente para la preparación y realización de las misiones (generalmente en verano), procedentes de distintas comunidades.

1 4) Objetivos y Actividades Propias de los

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2 Grupos Misioneros

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Objetivos de los Grupos Misioneros:

  • Despertar en todos los bautizados la conciencia misionera universal

  • Brindar un ámbito donde los laicos puedan vivir en comunidad su vocación misionera, creciendo en su formación y espiritualidad, y realizando experiencias concretas de misión, animación y cooperación misioneras.

  • Ser agentes activos de la Nueva Evangelización en el ámbito de su propia comunidad de origen, y de Primera Evangelización en otras comunidades eclesiales más jóvenes.

  • Promover las vocaciones misioneras, religiosas y laicales


Actividades de los Grupos Misioneros

Para lograr sus objetivos, los Grupos Misioneros realizan las siguientes actividades:


1.- Formación Misionera: Mediante la formación misionera, los miembros de los Grupos Misioneros van compartiendo el camino de crecimiento en la fe y en la vocación misionera, para desarrollar criterios y mentalidad misionera, como los de Jesús. Para ello, comparten reuniones periódicas (generalmente semanales), en los que procuran su formación mediante Encuentros, Talleres, etc. La Formación de los Grupos Misioneros, comprende tres áreas fundamentales:

  1. Teología Misionera: comprensión de la misión y la evangelización, sus motivaciones, contenido y finalidades.

  2. Espiritualidad Misionera: comprensión de las actitudes interiores y exteriores del misionero, su vida espiritual, sus sentimientos y todo lo que hace a su comunión íntima con Cristo.

  3. Metodología Misionera: es la parte metodológica y didáctica, con la cual se entrena a la persona para la misión y para la animación misionera.


2.- Espiritualidad Misionera:

Los miembros del Grupo Misionero buscan vivir una relación de unión íntima con Jesucristo, y adquirir en sus vidas las actitudes principales del misionero, como ser el descubrimiento de la universalidad del amor de Dios, la urgencia de la evangelización, la necesidad de encuentro personal con Jesucristo y de una vivencia plena de los valores evangélicos, la docilidad al Espíritu Santo. Para ello, los Grupos Misioneros

  • Procuran el crecimiento en la oración personal y comunitaria, descubriendo la dimensión misionera de la misma.

  • Reflexionan acerca de los elementos fundamentales de la espiritualidad misionera, y las actitudes que debe desarrollar un misionero, y procuran ponerlos en práctica.

  • Comparten la Misa semanal como comunidad (si geográficamente esto es posible).

  • Comparten actividades que los ayuden a crecer en su vida espiritual, como ser retiros espirituales, momentos de oración, etc.


3.- Acción Misionera:

La Formación y Espiritualidad misioneras, se cimentan únicamente con la experiencia personal y comunitaria del servicio evangelizador. Para ello, los Grupos Misioneros realizan un trabajo misionero en dos ámbitos:


  • Misión Ad-Intra: Si bien el Grupo Misionero tiene la mirada puesta en la misión “ad gentes”, su primera responsabilidad es prestar un servicio evangelizador concreto en su “comunidad de origen” (su Parroquia, Barrio, etc.). En ella, el Grupo Misionero participa activamente en la vida, en la celebración y en las actividades comunitarias, poniendo especial atención a la Nueva Evangelización, y dirigiéndose principalmente a los más alejados. También puede realizar un Apostolado Permanente, consistente en algún tipo de labor apostólica continua, a lo largo de todo el año. Por ejemplo: misiones barriales de fines de semana, visita periódica a hospitales, hogares de niños o ancianos, catequesis, asistencia en comedores, etc. A través de este apostolado permanente, el Grupo Misionero presta un servicio concreto a la comunidad, desarrolla y fortalece su actitud y vocación de servicio, y adquiere experiencia para la misión ad-extra.


  • Misión Ad-Extra: respondiendo a su vocación propia y a su identidad más profunda13, el Grupo Misionero presta un servicio concreto a la que será la “comunidad de destino” de su actividad misionera específica. La comunidad de destino es, generalmente, un barrio, un pueblo o paraje, en el cual no existe una comunidad cristiana arraigada, a cuyo párroco, el Grupo Misionero ofrece su servicio misionero, para acompañarla por un período de tiempo determinado, en el proceso de la conformación de una comunidad cristiana. Por un período, generalmente de tres años, el Grupo Misionero establecerá contacto con esta comunidad de destino, en la que realizará períodos fuertes de misión (generalmente en vacaciones de verano y/o invierno), y realizará un acompañamiento constante durante el resto del año (ya sea mediante visitas periódicas y contacto telefónico o epistolar), para acompañarla en su camino de encuentro con Jesucristo y la conformación de una comunidad cristiana.


4.- Cooperación Misionera:

La Cooperación Misionera, es la manera de proyectarse efectivamente hacia la misión universal, desde el propio lugar. De esta manera la Iglesia Particular participa y colabora activamente con la misión universal de la Iglesia14, tanto en la misión ad gentes como en la nueva evangelización. Esta cooperación misionera se realiza principalmente de dos maneras:


  • Cooperación Espiritual: La oración y el sacrificio ofrecido por los misioneros, son el motor de la misión y la fuente de gracias y fuerza para los misioneros15. Por ello, el Grupo Misionero da a la oración un sentido misionero, ofreciéndola por las misiones y por los no creyentes. También ofrece sus sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la salvación de todos los hombres.


  • Cooperación Material: La colaboración con dinero u otros bienes, constituye un aporte fundamental para el sostenimiento de las misiones y los misioneros16. Los Grupos Misioneros, realizan también su ofrenda económica a favor de las misiones, y promueven la colecta de la DOMUND (Jornada Mundial de las Misiones, en el mes de Octubre) para ayudar a sostener las misiones en todo el mundo.


5.- Animación Misionera:

Aparte de vivir la vocación misionera y de prestar un servicio misionero concreto, los Grupos Misioneros tienen el deber fundamental de animar misioneramente sus comunidades de origen17 (Parroquia, Colegio, etc.). La animación misionera consiste en despertar en todas las personas la conciencia misionera, esto es, hacerles conocer la responsabilidad universal de todos los bautizados en la propagación del Reino de Dios.


Esto lo hacen:

  • Organizando encuentros, charlas, jornadas y exposiciones misioneras en sus propias comunidades, en los cuales informen acerca de la vocación misionera, y de las distintas formas en las que se puede cooperar con las misiones.

  • Manteniendo en sus comunidades una cartelera misionera, a través de las cuales se informe de las necesidades de evangelización y las actividades de los misioneros.

  • Dando testimonio ante la comunidad acerca de las experiencias misioneras del Grupo.

  • Organizando actividades especiales como Horas Santas misioneras ante el Santísimo Sacramento, Celebraciones con tinte misionero, Rosarios Misioneros, etc.

  • Fomentando el rezo del Rosario Misionero.

  • Difundiendo materiales y revistas misioneras.

  • Utilizando los medios de comunicación social (radio, televisión, prensa escrita) para la animación misionera

  • Animando a la comunidad durante el Octubre Misionero, y especialmente en la DOMUND (Jornada Mundial de las Misiones), promoviendo la Colecta Misionera.

  • Fomentando e incentivando las vocaciones misioneras que pudieran surgir en la propia comunidad.


6.- Comunión Misionera:

Los miembros de los Grupos Misioneros, viven a imagen de las primeras comunidades Cristianas, buscando tener “un solo corazón y una sola alma”18, compartiendo sus dones y participando de la Eucaristía. Este sentido de eclesialidad se vive en varios ámbitos:


  • Grupal: los miembros del Grupo Misionero viven en un sentido de comunidad, convencidos de la necesidad de que la fraternidad y unidad dentro del mismo grupo, es también un testimonio evangelizador, como lo expresó Jesucristo: “que todos seamos uno para que el mundo crea”. Para ello, comparten actividades que los ayuden a crecer en su vida comunitaria estrechando vínculos interpersonales, como por ejemplo convivencias, reuniones informales de esparcimiento, celebración comunitaria de los acontecimientos personales de sus miembros como cumpleaños, etc.


  • Comunitario: El Grupo Misionero sabe que no es una realidad aislada de su Comunidad, sino que forma parte de ella, por eso vive plenamente inserto en la misma, y se preocupa por estrechar lazos y vínculos con su Párroco (Vicario, Superior, Director, etc.) y con los demás grupos, movimientos y asociaciones de la comunidad.


  • Diocesano: Por otra parte, el GM necesita compartir con otros Grupos y Asociaciones de la Diócesis el mismo carisma e ideal misionero. Por ello debe vivir en íntima comunión con los demás Grupos Misioneros de la diócesis, a través del Director Diocesano de las Obras Misionales Pontificias y del Equipo Diocesano de Pastoral de Grupos Misioneros. Así participa en eventos misioneros que se organizan a nivel diocesano, como Encuentros, Convivencias, Congresos Misioneros, la Misa de Envío Diocesana, etc.


  • Universal: Vinculada a la ayuda espiritual y material, está la cercanía humana con todos los misioneros del mundo. Aunque estemos separados por grandes distancias, podemos hacernos presentes con los misioneros que están en tierras lejanas mediante cartas, contacto telefónico o correo electrónico. El compromiso de los Grupos Misioneros en este sentido, hace visible la comunión fraterna universal entre todos los cristianos. Es un aporte muy valioso que los Grupos Misioneros pueden realizar para con los misioneros de su propia diócesis que se encuentran en territorios de misión, el apoyarlos y alentarlos a la distancia mediante algún tipo de contacto epistolar.



5. Organización Interna del Grupo Misionero


Como ya dijimos, los Grupos Misioneros se conforman principalmente en Parroquias, pero también en Colegios, Universidades u otro tipo de ámbitos que les pueda dar acogida. Se integran con jóvenes y adultos que muestren interés en ser miembros activos. Es imprescindible que el Grupo Misionero cuente con el aval del Párroco o encargado de la Comunidad de Origen, dado que “ninguna obra puede arrogarse el nombre de católica sin el asentimiento de la legítima autoridad eclesiástica” 19.


De acuerdo a la realidad pastoral local, a la cantidad y calidad de los miembros del Grupo, pueden asumir distintas formas de organización:


  • Grupo Único: Muchos trabajan a nivel de la formación en un único grupo, lo cual fortalece la convivencia y la fraternidad. Sin embargo, si el Grupo es muy numeroso, suele ser conveniente trabajar en sub-grupos. También existen otros factores que pueden hacer deseable una división, como se verá en los ejemplos que se citan a continuación.


  • Separación por edades:  Aquellos Grupos en los que existe un amplio rango de edades, suelen dividirse para las reuniones de formación en grupos más pequeños, separando en jóvenes y  adultos. Por supuesto, siempre existen actividades comunes, para fortalecer la comunión de toda la comunidad, como por ejemplo la oración, la liturgia y el apostolado.


  • Separación por sexo: Esta separación suele hacerse sobre todo en los  Grupos de adolescentes, puesto que en su formación suele ser conveniente a veces, esta división. Nuevamente, la separación suele darse únicamente a nivel de encuentros de formación. 


  • Separación por actividades: Suele darse este tipo de división en  Grupos que tienen varios apostolados (por ejemplo, si algunos realizan su apostolado con niños, otros con enfermos, otros con jóvenes, etc. ), o tienen varios destinos de misión, etc. En este caso, puede requerirse formación específica para el apostolado y la preparación de las actividades para los mismos.


El Asesor del Grupo Misionero

Siempre es conveniente que el Grupo Misionero tenga como referente a un sacerdote o religioso que asuma el asesoramiento espiritual. Se proponen las siguientes pautas para orientar la actividad del asesor del GM:


  • Mantiene un diálogo continuo con los miembros del Grupo

  • Orienta el proceso formativo y espiritual del Grupo, aconsejando en las decisiones

 


La Animación del Grupo Misionero

El Animador es la persona que orienta, motiva, apoya y acompaña a los miembros del Grupo Misionero para que vayan creciendo en el seguimiento de Jesús y en la vocación misionera. Es el que contagia, el que entusiasma, el que favorece las iniciativas. Los animadores pueden ser laicos, sacerdotes, religiosos, seminaristas, etc. En cada GM puede haber uno o más animadores.


Las funciones del/los animador/es son las siguientes:


  • Orientar, incentivar y coordinar a los miembros del Grupo, dejando que ellos asuman sus propias responsabilidades.

  • Preparar los encuentros semanales, o velar por que siempre haya alguien que se haga cargo de la preparación del mismo.

  • Mantener una fluida comunicación con el Párroco, con la Dirección Diocesana de Obras Misionales Pontificias y el Equipo Diocesano de Pastoral de Grupos Misioneros, para comunicar sus experiencias y obtener información y material formativo.

  • Representar al Grupo Misionero ante su Comunidad (Concejo de Pastoral Parroquial, etc.) y ante la Pastoral Misionera Diocesana.

  • Ayudar a que entre los miembros del grupo se distribuyan las responsabilidades (secretaría, tesorería, preparación de encuentros, etc.)


Con respecto a la animación del grupo, al ser una realidad no estructurada ni formalmente organizada en la Iglesia, los Grupos Misioneros presentan variadas formas de organización en cuanto a su animación. Aquí presentamos algunas de las formas de organización que adoptan los Grupos Misioneros:


  • Animación a cargo de Sacerdotes o Religiosos/as: Muchos Grupos Misioneros son animados directamente por el párroco o por religiosos/as (en el caso de Colegios, por ejemplo) 


  • Animación a cargo de uno o más laicos: Otros Grupos Misioneros, son animados por laicos (con el título de animador, coordinador, presidente, dirigente, etc.).  En el caso de los animadores laicos, los mismos pueden ser designados por el párroco o elegidos por votación de los integrantes del G.M., pueden permanecer al frente del grupo mientras formen parte del mismo, o ser renovados periódicamente. 


  • Sin figura específica de animador: Otros Grupos Misioneros no tienen una figura específica de animador, sino que todos participan por igual en la formación y en las decisiones. Sin embargo, aún cuando no exista el “rótulo” o el “cargo” de animador o coordinador, siempre existen una o más personas que son las que ejercen de manera efectiva a animación.


Es conveniente que la animación no recaiga en una sola persona, sino más bien que exista un pequeño equipo de animadores. También es aconsejable que se de cierta participación en la animación a otros miembros del GM, de manera que vayan adquiriendo los conocimientos, criterios y experiencia necesaria para la animación de un Grupo. Esto asegurará la permanencia del Grupo a través del tiempo ante el eventual alejamiento de uno de los animadores, puesto que siempre quedarán otros capacitados para continuar su labor con la menor repercusión posible en el funcionamiento del Grupo.


Algunos consejos respecto a la organización en el Grupo Misionero


Es importante distribuir las responsabilidades dentro del Grupo entre sus miembros, de acuerdo a las capacidades y carismas propios de cada uno. Algunas responsabilidades que pueden distribuirse son: la función de secretaría, de tesorería, la animación de los encuentros, la oración, la formación, etc.


Es conveniente que el Grupo Misionero lleve una memoria escrita de las actividades que planifica y realiza y de las decisiones que se toman. Esto suele traducirse en un "Libro de Actas" que servirá para una mejor organización en el funcionamiento del Grupo y ayudará en el futuro para recordar y evaluar el camino recorrido y para conservar una línea continua de acción. Inclusive será muy útil en casos de cambio de animadores o para "volver a las fuentes" en circunstancias que así lo requieran. Para esto conviene que existan una o más personas con el la función de secretaría encargados de mantener estos registros actualizados. Muchos GM suelen llevar también una crónica de su historia y hasta un álbum de fotografías.


Es conveniente que el Grupo Misionero tenga presente durante todo el año la necesidad de realizar algún tipo de actividad lucrativa que les permita ir juntando fondos para la misión.


Resulta práctico para el GM ir adquiriendo con el tiempo, materiales que les sirvan para las misiones y otras actividades pastorales, tales como un pequeño equipo de sonido o megáfono propios, etc., para evitar la necesidad de salir a conseguir cada año estos elementos cuando se aproxima la misión.



Importancia de la Planificación y Evaluación en los GM

3 Planificación. Como toda actividad, es muy importante que las actividades de los GM sean debidamente planificadas. Esto implica que, al comenzar cada año, se elabore un proyecto que contenga:

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4 Objetivos claros y concretos: los cuales ayudarán a tener un horizonte definido de qué es lo que se desea lograr. Puede fijarse un objetivo general y varios objetivos específicos. Los objetivos deben estar en consonancia con el Plan Pastoral de la Diócesis y con el Plan Pastoral de la comunidad de origen, los cuales deben ser conocidos por el GM.

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Planificación de Actividades: que consiste en un detalle de las actividades que se realizarán durante el año. Debe incluir las actividades relativas a la formación, acción misionera ad-intra y ad-extra, espiritualidad, animación, cooperación y comunión misioneras. Esta planificación debe contemplar, entre otras cosas: los tiempos litúrgicos, las fiestas patronales y otros acontecimientos importantes de la comunidad de origen, las actividades propuestas a nivel Diocesano por la Iglesia en general y por la Pastoral Misionera.

Para la elaboración del proyecto, se debe tener en cuenta la situación del Grupo, observando sus necesidades y la de la Comunidad de Origen.


Evaluación. La evaluación consiste en determinar en qué medida se cumplieron los objetivos propuestos para un determinado período de tiempo o para una actividad concreta. La evaluación anual sirve para tener un panorama de cómo fue el desenvolvimiento del GM y brinda elementos para la determinación de los objetivos y actividades para el nuevo año. También es importante realizar evaluaciones específicas luego de la Misión y de otras actividades sobresalientes, las que ayudarán a perfeccionar planificaciones posteriores de actividades semejantes.


Símbolos e Insignias de los Grupos Misioneros

Muchos Grupos Misioneros adoptan símbolos comunes que tienen un significado especial a lo largo de su vida misionera. Los símbolos suelen estar directamente relacionados con el camino de maduración recorrido y los compromisos asumidos.


Los símbolos fundamentales que la muchos Grupos Misioneros comparten son:


El Rosario Misionero: es el símbolo de la oración misionera por intercesión de la Virgen María. Muchos Grupos Misioneros suelen simbolizar el "primer compromiso misionero" mediante la imposición del Rosario Misionero en una ceremonia que suele coincidir con el cumpleaños del grupo o con alguna fecha especial. Este compromiso implica la disposición interior a descubrir en la propia vida la vocación misionera y a procurar la formación personal para ello.

 

La Cruz Misionera: simboliza el "compromiso misionero", mediante el cual el misionero que se ha descubierto llamado a la vocación misionera específica, acepta responder a esta vocación y se compromete a vivirla en todos los ámbitos de su vida. Este compromiso también suele formalizarse en una ceremonia en la que el párroco impone a los misioneros la cruz misionera. Dependiendo de la espiritualidad del grupo, la cruz misionera puede adoptar distintas formas.


6. EL ANIMADOR DE UN GRUPO


El animador debe estar dispuesto a entregar su tiempo, su servicio su creatividad, su fe, etc para que el grupo tenga n él al amigo, al acompañante, al testigo, al joven apóstol de Jesús.... y para una Iglesia que necesita su protagonismo, su fe, su vitalidad para experimentar el gozo de creer y servir.


Animar un grupo es generar un ambiente adecuado para que crezca, se afiance y fructifique, depende del animador que esto se cumpla, pues existen tipos de animación que no son adecuados para el proceso comunitario.


Tipos de animación:

5 AUTORITARIO

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El animador se sitúa por encima del grupo, el decide solo, estima ser la persona capaz de saber lo que el grupo necesita. El grupo existe para el animador y no el animador para el grupo.

Diferentes modos:

  • Dictador: todo debe pasar por mí.

  • Conocedor: Yo, que sé, les enseño....

  • Manipulador: ustedes que son inteligentes, estarán de acuerdo conmigo...

  • Militar: ustedes hagan lo que yo les indique, no permite opiniones.

Actitudes:

  • se aprovecha y se vale del temor.

  • Se siente seguro o fuerte frente a la inseguridad o ignorancia del grupo.

  • Cree que lo puede todo.

  • El determina el qué, el cómo y el cuándo de las actividades del grupo.

  • Frena todas las iniciativas que no hayan partido de él.

  • Se siente fuera y por encima del grupo.

Clima grupal:

  • grupo dependiente, sumiso.

  • Comunicaciones verticales y cerradas.

  • ambiente rígido, rutinario y poco creativo.

  • Pude desencadenar actitudes de rebeldía hacia le animador.


6 PATERNALISTA

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El animador aparece preocupado, amable, como un padre, no da responsabilidades y se hace cargo de los problemas de grupo. (forma encubierta de autoritarismo)

Actitudes:

  • trabaja por el grupo, a favor del grupo.

  • Reparte afectos y favores.

  • Usa el halago para manejar y someter.

  • Controla la información y los objetivos según sus intereses y conveniencia.

  • Se muestra como que se sacrifica por el grupo.

  • Recurre al que no esta conmigo están en mi contra.

Clima grupal:

  • hay dependencia afectiva.

  • Respetan al animador.

  • Son pocos críticos

  • Grupo pasivo con integrantes inmaduros e infantiles.

  • Competencia o/y celos por acaparar la atención del animador.


7 PERMISIVO

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Actitudes:

  • animador pasivo.

  • No se involucra en la actividad grupal.

  • Se desinteresa de las posibilidades de los integrantes.

  • No estimula el desarrollo de los objetivos grupales.

  • No formula normas de funcionamiento.

Clima grupal:

  • Crecimiento grupal confuso y desordenado.

  • Los integrantes se aburren y abandonan el grupo o forman sub grupos que compiten entre sí.


8 DEMOCRATICO

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Actitudes:

  • trabajo con y al servicio del grupo.

  • Busca la opinión de todos sinceramente y les da valor.

  • Promueve iniciativas y favorece la adhesión a las metas del grupo.

Clima grupal:

  • comunicación abierta e integración entre los integrantes.

  • Las relaciones son fraternas y solidarias.

  • Grupo motivado, con un mayor crecimiento y madurez.



El animador o coordinador debe ser:


Para un grupo que se inicia:

  • estar atento a los intereses de los integrantes.

  • Asumir el inicio y la guía de las actividades.

  • Facilitar el ambiente para que todos vayan aprendiendo a escucharse y expresarse.

  • Ayudar a superar la timidez e inseguridad del nuevo.

  • Facilitar la puesta en común de experiencias.

  • Vivir su testimonio de fe con los integrantes, invitar a compartir la propia experiencia.

  • Hacerse sensible a las dificultades de los integrantes. Celebrar la vida de los integrantes destacando hechos de la vida. (cumpleaños, etc).

  • Favorecer un clima de oración comunitaria .


En la marcha de un grupo ya en funcionamiento:

  • dialogar con todos, que participen todos, aceptar sus opiniones.

  • estimular la colaboración.

  • Compartir los conflictos para una búsqueda de soluciones con criterios cristianos.

  • Confrontar las actitudes comunitarias con las vividas por Jesús ante situaciones similares.

  • Asumir discusiones y peleas como parte importante de la vida del grupo y como instancia para crecer reforzando los elementos de identidad grupal.

  • Dar la confianza para que los integrantes expresen sus conflictos.




Resumiendo: El animador

  • no es el centro del grupo; el centro es Jesús.

  • No tiene que saber todas las respuestas. Las busca entre todos.

  • No tiene que ser competente en todo; reconoce que necesita de la experiencia de otros.

  • Estimula a que los integrantes participen de encuentro de formación y actividades con otros grupos


8.1

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8.1.1 7.- El camino de iniciación de los GM

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Cada Grupo Misionero que recién se inicia, recorre su propio Camino Misionero cuyo rumbo y tiempos irá marcando el animador guiado siempre por el Espíritu Santo. No existe "el camino", sino que cada GM va haciendo su propio camino al andar.


Este es el camino que han recorrido algunos Grupos Misioneros, y que a continuación se presenta como una propuesta a modo de ejemplo:


1.- Convocatoria: Se realiza una invitación abierta a todos los católicos bautizados que tengan interés en conocer la vocación misionera. Esta invitación puede realizarse en las Misas, a través de afiches, volantes, etc. Puede invitarse a una charla informativa, una Exposición Misionera, un Encuentro o Jornada Misionera, etc. Aquí se les expone el ideal misionero; la vocación misionera de cada bautizado; la miseria espiritual y material en que viven millones de personas en los países pobres; la necesidad y urgencia de que hayan más agentes evangelizadores y el maravilloso bien que ellos pueden hacer y lo que Cristo y su Iglesia esperan de ellos.


2.- Descubrimiento de la Vocación: – Un Grupo de Cristianos en busca de la vocación: En un primer momento, se busca conocer más profundamente a Jesucristo y su Mensaje, y de conocer de qué se trata la vocación misionera, sin forzar las cosas. Puede que Dios esté llamando a esta vocación, como puede que no. En este punto, el Grupo es simplemente eso: un Grupo de cristianos que está conociendo más a Jesús y buscando una vocación. Es importante que se integre a los miembros del Grupo a la actividad pastoral de su Comunidad de Origen (Parroquia, etc.), en la cual presten un servicio concreto.


3.- Opción Misionera: - El Grupo Misionero: Si el Grupo siente que la Vocación Misionera es para ellos y deciden adoptarla para sus vidas, pasa a llamarse Grupo Misionero. Durante este primer tiempo, el GM se preparará para realizar su primera experiencia de misión "más allá de las fronteras", que suele realizarse en las vacaciones de verano. Es conveniente que durante este período, se realicen algunas actividades de apostolado fuera del ámbito de su comunidad de origen. Puede ser en zonas periféricas de la Comunidad de Origen, o realizando alguna visita a Hospitales, Hogares de Niños o de Ancianos, etc., de manera que los miembros del Grupo vayan experimentando de a poco el servicio “más allá de las fronteras”


4.- Identidad Misionera: Cuando ya han recorrido un trecho de este camino, el Grupo puede elegir adoptar un nombre que los identifique. Es importante que sean los mismos miembros del Grupo quienes elijan el nombre, lo cual ayudará a fortalecer su identificación con el mismo. A partir de este momento, el Grupo pasa a llamarse "Grupo Misionero xx".


5.- Primer Compromiso Misionero: Transcurrido un tiempo (que puede coincidir con el momento en que adoptan el nombre del grupo, y generalmente después de la primera experiencia de misión), los miembros del Grupo realizan su Primer Compromiso Misionero. En él, se comprometen a conocer cada vez más a Cristo y a la Vocación Misionera a que los invita, dispuestos a escuchar la voz de Dios para descubrir si realmente los está llamando a esta vocación. Para esto se celebra una Misa de Compromiso (que suele hacerse coincidir con el cumpleaños del GM), en la cual el sacerdote bendice e impone a los miembros del Grupo el Rosario Misionero. Este Primer Compromiso suele realizarse después de transcurrido un año de permanencia en el GM. (Ver Anexo I: Guión para la Ceremonia del Primer Compromiso)


Para realizar el Primer Compromiso, se proponen las siguientes condiciones:

  • Haber perseverado en las actividades del Grupo Misionero, por lo menos por 6 meses.

  • Haber demostrado un interés manifiesto por conocer la vocación misionera, y un deseo de comprometerse más seriamente en su crecimiento espiritual y vocacional.

  • Prestar algún servicio concreto en la Comunidad a la cual pertenece.

  • Haber realizado una experiencia de misión.



6.- Comunidad Misionera: Algunos Grupos Misioneros, cuando consideran que han alcanzado la madurez suficiente en lo referente a la vida comunitaria, han optado por cambiar su denominación, pasando a llamarse "Comunidad Misionera xx" (Este paso puede darse en cualquier momento del ciclo de vida del Grupo, antes o después del Compromiso Misionero).


7.- Compromiso Misionero: Una vez que los miembros del Grupo sienten que están seguros en su Vocación Misionera y están dispuestos a asumir frente a Dios y ante la comunidad un compromiso más serio, realizan su Compromiso Misionero. En él, se comprometen a vivir como cristianos comprometidos viviendo plenamente, en la medida de sus posibilidades, su vocación misionera, anunciando a Jesucristo con sus obras y palabras, siempre dóciles al Espíritu Santo. Para esto se celebra una Misa de Compromiso (que también suele hacerse coincidir con el cumpleaños del Grupo), en la cual el sacerdote bendice e impone a los que se comprometen, la Cruz Misionera. Este Compromiso Misionero suele realizarse después de transcurridos dos años o más de permanencia en el GM. (Ver Espiritualidad Misionera: Guión para la Ceremonia del Compromiso Misionero)


Para realizar el Compromiso Misionero, se proponen las siguientes condiciones:

  • Que haya transcurrido por lo menos un año desde el Primer Compromiso.

  • Ser mayor de 18 años.

  • Haber realizado un camino de maduración, que lo haya llevado a decidir libremente optar por la vocación misionera como estilo de vida.

  • Haber demostrado durante su permanencia en el Grupo, un compromiso coherente con la opción que se quiere hacer.


Es deseable que ambos compromisos se realicen en una Ceremonia especial, con la presencia de los familiares de quienes se comprometen y de toda la comunidad. De esta manera, se pone de manifiesto que el compromiso se realiza a nivel personal y comunitario, ante Dios y ante la comunidad. Además, estas ceremonias sirven a su vez de testimonio y signos de animación misionera.


 Las actividades normales de los GM comprenden la formación durante todo el año para su crecimiento espiritual, el trabajo en su apostolado permanente, y la preparación y realización de las Misiones (una o más veces al año). Cada año para el cumpleaños del GM, los nuevos integrantes del Grupo que han entrado durante el año anterior realizan su Primer Compromiso, los que están en condiciones realizan su Compromiso Misionero, y el resto realiza la renovación del compromiso ya asumido.



8) La Formación de los Grupos Misioneros


Fundamentos y Areas de la Formación de los GM

Afirma el Decreto Ad Gentes: Los que hayan de ser enviados como buenos ministros de Jesucristo, estén nutridos "con las palabras de la fe y de la buena doctrina", que tomarán ante todo, de la Sagrada Escritura, estudiando a fondo el Misterio de Cristo, cuyos heraldos y testigos han de ser. Por lo cual todos los misioneros han de prepararse y formarse para que no se vean incapaces ante las exigencias de su labor evangelizadora20

 

Es necesario que los misioneros se dediquen a los estudios misionológicos; es decir, conocer la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la actividad misional, saber qué caminos han recorrido los mensajeros del Evangelio en el decurso de los siglos, la situación actual de las misiones y también los métodos considerados hoy como más eficaces21.

 

La formación doctrinal y la profundidad de la fe son indispensables para que los cristianos puedan asumir los desafíos de la cultura moderna. Con mayor razón, aquellos que quieren ser misioneros no sólo en sus ambientes, sino más allá de las fronteras. Las realidades concretas del mundo y de la misma Iglesia, replantean la necesidad de un nuevo ardor misionero en el que se nos exige a todos saber dar razón de nuestra fe. La Iglesia es el espacio histórico en donde Cristo se acerca a los hombres, se da a conocer, camina con ellos y como hizo con sus apóstoles, los instruye en su Palabra y les hace madurar la fe hasta que puedan asumir su misión. A este proceso se le llama Escuela con Jesús.


El Misionero basa su formación en la figura de Jesucristo como Maestro y Amigo que ama, enseña, comprende, conoce, ayuda y convierte. Esta escuela con Jesús se hace en comunión del discípulo con el Maestro y del Maestro con el discípulo. Es un camino que nos lleva a “ser discípulos” y a “hacer discípulos” para El.


Esta formación abarca tres aspectos fundamentales:


  1. Teología Misionera: Abarca la comprensión de la misión y la evangelización, sus motivaciones, contenido y finalidades. Es la ayuda para que se comprenda bien la misión, el Reino de Dios, lo que es la evangelización, y para que la persona tenga criterios y mentalidad misionera.


  1. Espiritualidad Misionera: comprensión de las actitudes interiores y exteriores del misionero, su vida espiritual, sus sentimientos y todo lo que hace a su comunión íntima con Cristo. Apunta al corazón de la persona, hacerse amigo, ayudar a transformar los sentimientos y fomentar la valentía apostólica. Es para poner mística misionera que dé fortaleza a la vida y al trabajo. La espiritualidad misionera lleva a que uno viva la comunión íntima con Cristo y sepa caminar con El, sepa sentir y obrar como El. Lleva a que uno sea dócil al Espíritu Santo y aproveche sus dones. Lleva a que uno tenga universalidad y celo apostólico, caridad apostólica con la cual se entregue y obre verdaderamente como misionero universal.


  1. Metodología Misionera: es la parte metodológica y didáctica, con la cual se entrena a la persona para la misión y para la animación misionera. Lleva a que la persona sea buena misionera y forme o promueva misioneros.


La formación misionera debe ser implementada mediante actividades que ayuden a todos para que, de manera sistemática, gradual, integral, sean buenos misioneros y buenos animadores misioneros. Se enseña cómo utilizar los diversos recursos para el trabajo misionero.


Itinerario Formativo de los Grupos Misioneros

8.1.2 Considerando las siguientes realidades de los Grupos Misioneros:

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8.1.3 Cuentan con integrantes de un amplio rango de edades

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  • Cuentan con integrantes en distintas etapas de su crecimiento y formación, puesto que habrá personas que llevan ya varios años en el Grupo, junto a otras que han ingresado hace poco tiempo.

  • Cada Grupo Misionero vive una realidad particular que puede ser muy diferente de un Grupo a otro, en cuanto a la calidad de sus integrantes, a sus niveles culturales y sociales.


  • 8.1.4 Se ve conveniente plantear el itinerario formativo, no como una secuencia de temas a transmitir, sino como un conjunto de áreas formativas, que ayuden a una formación integral de sus miembros, teniendo en cuenta los aspectos doctrinal, espiritual, metodológico y humano.

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    De esta manera, cada Grupo podrá ir tomando en la medida de sus necesidades, los temas que constituirán su itinerario formativo particular, teniendo siempre el cuidado de equilibrar las distintas áreas, sin dar mayor preponderancia a una de ella por encima de las otras.


    Las áreas propuestas son las siguientes:

    8.1.5 1.- Formación Cristiana

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    Fundamentación: “Los que hayan de ser enviados a los diversos pueblos como buenos ministros de Jesucristo, estén nutridos con las palabras de la fe y de la buena doctrina, que tomarán ante todo, de la Sagrada Escritura, estudiando a fondo el Misterio de Cristo, cuyos heraldos y testigos han de ser. (...) Dispóngase ya desde el principio su formación doctrinal de suerte que abarque la universalidad de la Iglesia y la diversidad de los pueblos22. “Además de la formación espiritual se requiere una sólida instrucción doctrinal, incluso teológica, ético-social, filosófica, según la diversidad de edad, de condición y de ingenio23

    Contenidos: El nivel de formación de las personas que se integran a los Grupos Misioneros es muy variado, por lo cual no debe suponerse su formación cristiana básica. Es preciso incorporar en la formación del GM los elementos esenciales de la doctrina cristiana, tomando los temas de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia (Catecismo de la Iglesia Católica y otros documentos de la Iglesia).


    8.1.6 2.- Formación Misionera Específica

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    Fundamentación: Es necesario, sobre todo, al futuro misionero dedicarse a los estudios misionológicos; es decir, conocer la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la actividad misional, saber qué cambios han recorrido los mensajeros del Evangelio en el decurso de los siglos, la situación actual de las misiones...24

    Contenidos: La formación del Grupo Misionero debe incluir temas específicos de misionología, que contribuyan a crear en sus integrantes mentalidad y criterios misioneros. Estos temas estarán basados fundamentalmente en los documentos misioneros posteriores al Concilio (Ad Gentes, Evangelii Nuntiandi, Redemptoris Missio, Cooperatio Misionalis). Además de estos temas específicos, esta área temática, iplica darle un enfoque misionero a los temas de las otras áreas. En este sentido deben incluirse temas tales como el origen trinitario de la misión, la Misión de la Iglesia, Situaciones de la Misión de la Iglesia: Primera Evangelización, Nueva Evangelización, Atención Pastoral; La actividad misionera específica: objetivos y destinatarios; Responsables y Agentes de la Misión; la Pastoral Misionera; la Animación Misionera; la Cooperación Misionera; Relaciones entre fe y cultura: Inculturación; Historia de las Misiones, etc.


    8.1.7 3.- Espiritualidad Misionera

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    Fundamentación: “El futuro misionero ha de prepararse con una especial formación espiritual y moral para un empeño tan elevado. Debe ser capaz de iniciativas constantes para continuar los trabajos hasta el fin, perseverante en las dificultades, paciente y fuerte en sobrellevar la soledad, el cansancio y el trabajo infructuoso. Se presentará a los hombres con mente abierta y corazón dilatado; recibirán con gusto los cargos que se le confíen; se acomodará generosamente a las costumbres ajenas y a las cambiantes condiciones de los pueblos, ayudará a sus hermanos y a todos los que se dedican a la misma obra con espíritu de concordia y de caridad mutua (...). Ejercítense, cultívense y nútranse cuidadosamente de vida espiritual estas disposiciones de alma ya desde el tiempo de la formación. Lleno de fe viva y de esperanza firme, el misionero sea hombre de oración: inflámese en el espíritu de fortaleza, de amor y de templanza; aprenda a contentarse con lo que tiene; lleve en sí mismo con espíritu de sacrificio la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús obre en aquellos a los que es enviado; llevado del celo por las almas gástelo todo y sacrifíquese a sí mismo por ellas, de forma que crezca en el amor de Dios y del prójimo con el cumplimiento diario de su ministerio” 25

    Contenidos: La formación del Grupo Misionero deberá contribuir a crear en sus miembros corazón y actitudes misioneras, y ayudarlos a crecer en su proceso de maduración personal y vocacional En tal sentido, deberán incluirse temas tales como la vocación, incluir temas tendientes a desarrollar estas actitudes en el misionero, tales como: la espiritualidad misionera, aptitudes del misionero, la vida de oración, el Rosario Misionero, el compromiso Misionero, y presentar los ejemplos de vida de los santos y patronos misioneros (Santa Teresita del Niño Jesús y San Francisco Javier), vida comunitaria, elementos de psicología relacionados con el conocimiento y la madurez personal, afectividad, estructuración de la personalidad, temperamento, carácter, valores, etc.


    8.1.8 4.- Metodología Misionera

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    Fundamentación: Es necesario, sobre todo, al futuro misionero dedicarse a los estudios misionológicos... y los métodos considerados hoy como más eficaces26. “No se olvide tampoco la importancia de (...) la formación práctica y técnica27.

    Contenidos: La formación del Grupo Misionero debe incluir temas prácticos que brinden al misionero las herramientas que le serán de utilidad para desarrollar mejor su labor evangelizadora. Por ejemplo: manejo de Biblia, organización de misiones, preparación de encuentros catequísticos, técnicas de oratoria, nociones prácticas sobre liturgia, dinámica de grupos, elementos de psicología y sociología para el trato con la gente, conocimiento de elementos de religiosidad popular y acerca de otras religiones, sectas y movimientos religiosos para un mejor diálogo con ellas, etc.



    8.1.9 5.- Formación Humana

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    Fundamentación: “La formación para el apostolado supone una cierta formación humana, íntegra, acomodada al ingenio y a las cualidades de cada uno. Porque el seglar, conociendo bien el mundo contemporáneo, debe ser un miembro acomodado a la sociedad de su tiempo y a la cultura de su condición” 28.

    Contenidos: La formación del Grupo Misionero debe ser integral, es decir, que abarque todos los aspectos de la vida de sus integrantes, no sólo a nivel religioso, sino también a nivel humano, aprovechando el aporte que distintas disciplinas científicas, pueden hacer a la hora de encarar el proceso formativo. Es importante incluir entonces, temas que hacen a su vida cotidiana, tales como la vivencia cristiana de la sexualidad y el matrimonio, el respeto de la vida (aborto, eutanasia) y la salud (drogadicción, alcoholismo), formación cívica y política, elementos de antropología, moral, ética, Doctrina Social de la Iglesia, situaciones y nuevos desafíos de la sociedad actual (cuestiones de “género”, homosexualidad, nuevos modelos de familia, etc.).


    Una propuesta metodológica para la formación de los GM: La Escuela con Jesús

    La Escuela con Jesús es una propuesta metodológica para la formación de los Grupos Misioneros que busca abarcar integralmente el proceso formativo de la persona en cuatro aspectos fundamentales: intelectual, afectivo, testimonial y comunitario.


    Para esto, organiza los encuentros del Grupo en cuatro momentos, cada uno de los cuales contempla un área distinta y complementaria de las demás:


    • Area Doctrinal "Escucharlo a El y aprender de El": que apunta al aspecto intelectual, a través del cual el misionero amplía sus conocimientos. Recibe el nombre de Catequesis Misionera.


    • Area Espiritual "Vivir con El y vivir como El": que apunta al aspecto afectivo, a través del cual el misionero estimula su vivencia de la fe, celebra y ora. Recibe el nombre de Espiritualidad Misionera


    • Area Pastoral "Hacer lo que El nos diga": que apunta al aspecto testimonial, a través del cual el misionero entra en acción y abre sus manos y su corazón y va al encuentro del otro. Recibe el nombre de Proyección Misionera


    • Area Comunitaria "Seamos uno para que el mundo crea": que apunta al aspecto comunitario, a través del cual el misionero desarrolla sus relaciones integrándose a la comunidad, a la Iglesia y a la sociedad toda. Recibe el nombre de Vida de Grupo.

     

    Mediante este proceso cíclico se busca ofrecer un proceso formativo integral, en el cual se contemplen de manera equilibrada todos los aspectos de la personalidad del misionero, sin descuidar ninguno de ellos.

     

    Puede optarse por realizar un encuentro para cada uno de estos momentos (una semana cada uno), o unir dos o más de ellos en un solo encuentro, o extender un momento en más de un encuentro, o realizar alguno de estos pasos fuera de los horarios habituales de reunión, siempre y cuando se respete el proceso cíclico de dar los cuatro pasos. De esta manera se asegura un equilibrio en el proceso formativo, evitando que los encuentros se transformen en un mero estudio teórico de la fe y la vocación misionera, o caer en el extremo pragmático de "hacer actividades" sin proporcionar fundamentos sólidos de la fe, o caer en el extremo místico de una espiritualidad desvinculada de la realidad, o convertirse simplemente en un "grupo de amigos".

     

    A continuación se explican un poco más detalladamente cada uno de los cuatro pasos de la Escuela con Jesús:

     

    Catequesis Misionera: En este primer momento, se enfoca el tema desde el aspecto intelectual. Se propone el estudio doctrinal del tema, buscando profundizar el conocimiento de Jesús, de la Iglesia y de la misión. Se busca que el misionero inestigue, aprenda, analice críticamente, saque conclusiones, y asuma compromisos concretos.

     

    Este momento puede llevarse a cabo mediante exposición del tema, talleres de estudio, trabajos grupales, mesas redondas, paneles, representaciones, videos, audiovisuales, etc.

     

    Espiritualidad Misionera: En este segundo momento, se apunta al aspecto afectivo y espiritual. Se propone vivenciar y celebrar el tema estudiado. En este momento, el mensaje aprendido y asimilado, toca el corazón, se encarna y se celebra.

     

    Este momento puede llevarse a cabo mediante celebraciones de la Palabra, momentos de oración, y toda otra actividad que ayude al encuentro personal con Jesús.

     

    Proyección Misionera: En este tercer momento se busca testimoniar de una manera concreta lo vivido en los momentos anteriores. Se propone discutir maneras de proyectar lo vivido "más allá de nuestras fronteras" y, preferentemente, realizar una acción concreta en la cual se comunique a los demás, el mensaje aprendido y vivenciado. Así, la Palabra de Dios estudiada, meditada y celebrada, se vuele testimonio misionero hacia los demás.

     

    La realización de este momento, ayuda a que el grupo ponga en práctica lo que va aprendiendo mediante actividades concretas, y que se abra a la comunidad. De esta manera, los miembros del grupo van viviendo y experimentando la misión, no sólo "estudiando" la vocación misionera, sino que la ponen en práctica.

     

    Existen muchas maneras de realizar esta proyección misionera:

    • Actividades de Acción Misionera: visitas a hogares de niños o ancianos, cárceles, hospitales, a familias del mismo barrio o de otro, etc.

    • Actividades de Animación Misionera: realizar carteleras, organizar encuentros o charlas para personas del barrio, visitar otros grupos de la Comunidad, etc.

    • Actividades de Cooperación Misionera: enviando correspondencia a miembros de otros Grupos Misioneros, a misioneros Ad Gentes, o a la comunidad de destino de las misiones del Grupo. Organizando colectas o campañas a favor de algún grupo humano concreto, o de las misiones, etc.

     

    Vida de Grupo: Este cuarto momento apunta al aspecto comunitario. Busca favorecer la vida de grupo, creando y fortaleciendo vínculos de unidad y fraternidad entre los miembros del Grupo. Responde a la maduración de la dimensión social y eclesial del misionero. En este momento pueden realizarse actividades que estimulen el compartir, como dinámicas de conocimiento e integración, programación de actividades comunitarias, evaluaciones de la marcha del grupo, convivencias, encuentros recreativos y deportivos, excursiones, campamentos, caminatas, fiestas comunitarias, etc.


    Documentos Misioneros de la Iglesia

    A continuación se mencionan los documentos de la Iglesia a los que los Grupos Misioneros puede y debe recurrir para su formación:


    1.- Documentos anteriores al concilio:

    • 1890.- Catholicae Ecclesiae: Encíclica  Sobre la esclavitud, la propagación de la fe en África y la colecta misional de Epifanía

    • 1919.- Maximum Illud: Encíclica sobre la propagación de la fe católica en el mundo entero. Benedicto XV.

    • 1926.- Rerum Ecclesiae: Encíclica sobre las Misiones Católicas. Pío XI.

    • 1951.- Evangelii Praecones: Encíclica sobre la promoción de las misiones católicas. Pío XII

    • 1957.- Fidei Donum: Encíclica sobre la condición actual de las misiones católicas, especialmente en Africa. Pío XII.

    • 1959.- Princeps Pastorum: Carta Encíclica sobre el Apostolado Misionero. Juan XXIII.


    2.- Documentos conciliares:

    • 1965.- Ad Gentes: Decreto Conciliar sobre la actividad misionera de la Iglesia, Concilio Vaticano II.

    • 1965.- Apostolicam Actuositaten: Decreto Conciliar sobre el apostolado de los laicos, Concilio Vaticano II


    3.- Documentos posconciliares:

    • 1975.- Evangelii Nuntiandi: Exhortación Apostólica acerca de la Evangelización del mundo contemporáneo. Pablo VI.

    • 1979: Catechesi Trendae: Sobre la catequesis en nuestro tiempo. Juan Pablo II.

    • 1985: Slavorum Apostoli: Sobre la evangelización de los pueblos eslavos. Juan Pablo II

    • 1990.- Redemptoris Missio: Carta Encíclica sobre la Misión del Redentor. Juan Pablo II.

    • 1998.- Cooperatio Misionalis Instrucción de la Congregación para la evangelización de los pueblos sobre la cooperación misionera 



    9) Las Misiones de los Grupos Misioneros


    Como ya se dijo anteriormente, además del compromiso con la comunidad de origen, el Grupo Misionero presta un servicio misionero concreto “ad extra”, es decir, fuera de su comunidad. Por un período, generalmente de tres años, el Grupo Misionero establecerá contacto con una que será la “comunidad de destino” de su actividad misionera específica. La comunidad de destino es, generalmente, una Parroquia (o una parte de ella) en la cual no existe una comunidad cristiana arraigada, a cuyo párroco, el Grupo Misionero ofrece su servicio misionero, para acompañarla por un período de tiempo determinado, en el proceso de la conformación de una comunidad cristiana.


    El objetivo último de las Misiones de los Grupos Misioneros es anunciar a Jesucristo, único Salvador, Señor y Mesías, e incentivar la conformación de una comunidad cristiana viva y orante, lo suficientemente madura como para poder encarnar la fe en el propio ambiente, es decir que, en lo posible, sea capaz de satisfacer por sí misma sus propias necesidades 29 y de anunciar la fe a otros grupos 30. Si ya existe una comunidad cristiana en el lugar, el objetivo será apoyarla y fortalecerla, incentivando a la gente a sumarse a ella.


    El Mensaje en toda misión debe ser Cristocéntrico. Debe presentarse a Cristo como centro de la fe (los temas del kerygma hacen precisamente esto). Un grave error que cometen algunos Grupos Misioneros es llevar su propia advocación de la Virgen o el Santo de su devoción y mezclarlo con el kerygma, lo cual puede llevar a crear confusión en la gente. El mensaje de la misión debe ser netamente Cristocéntrico: Cristo, único Salvador, Señor y Mesías.


    Los pasos que generalmente se siguen en este proceso misionero son los siguientes:


    1.- Determinación del lugar de Misión:

    Obviamente, antes que nada, el Grupo Misionero debe contar con la autorización y el apoyo de su Párroco para realizar la misión.


    Recién entonces, el primer paso consiste en comunicarse con el equipo diocesano de misión de su diócesis para ofrecerse y recibir información de cuál será la comunidad de destino de la misión. A pesar del gran número de diócesis, existen todavía grandes áreas en las que las Iglesias locales o no existen en absoluto o son insuficientes con respecto a la extensión del territorio y a la densidad y variedad de la población 31. Es a estas comunidades que no pueden ser atendidas por sus párrocos, a las que los Grupos Misioneros dirigen principalmente su acción evangelizadora.


    En esta etapa, el Grupo Misionero consigue información acerca de posibles lugares de misión, evalúa las alternativas, las necesidades y, sobre todo, las posibilidades del Grupo.


    Puede ser que el Párroco mismo consiga el lugar mediante contactos con otros sacerdotes conocidos, o puede ubicarse un lugar que algún miembro del Grupo o familiar conozca. Es necesario ponerse en contacto con el Obispo o con el Director/Delegado Diocesano de OMP y el Equipo Diocesano de Pastoral de Grupos Misioneros quienes, conociendo la realidad y necesidades de la diócesis, designarán el lugar de misión.


    Es imprescindible establecer contacto con el Párroco a cuya jurisdicción pertenece la posible comunidad de destino de la misión, puesto que es él quien autorizará la misión y quien fijará los objetivos y lineamientos generales de la misma.


    Antes de decidir asumir un lugar de misión, debe realizarse un análisis realista que tenga en cuenta el tamaño del lugar (cantidad de familias), la cantidad de misioneros y el tiempo disponible de misión. Si la comunidad es muy grande, y se desea realizar visitas a las familias, puede ser contraproducente que queden familias sin visitar (pueden despertarse susceptibilidades), salvo que se planifique sectorizar la comunidad para visitarla por partes en misiones sucesivas.


    Si la comunidad de destino de la misión pertenece a una diócesis diferente de la del Grupo Misionero, es preciso contar con las autorizaciones del obispo de la diócesis a la que pertenece el Grupo Misionero (para "salir" de la diócesis) y del de la diócesis a la que pertenece el lugar de misión (para "entrar" en la diócesis), como así también de ambos Directores Diocesanos de OMP. En todo caso, se debe comunicar el lugar de destino elegido para la Misión al Equipo Diocesano de Pastoral de Grupos Misioneros, para una mejor coordinación y distribución de los destinos de misión.


    Actualmente muchos obispos con sus equipos diocesanos de misión están exigiendo conocer y autorizar a los grupos que se acerquen a su diócesis para proporcionarle los lineamientos a seguir en la misión y evitar acciones que no concuerden con la pastoral propuesta por la diócesis.


    2.- Pre-Misión:

    La Pre Misión es la primera etapa de la Misión, que tiene como objetivos:


    a.- El conocimiento de la realidad de la comunidad de destino

    b.- La preparación de la comunidad de destino para que la misión sea un tiempo de gracia.

    c.- La preparación del Grupo Misionero, tanto a nivel espiritual, como en cuanto a las actividades que se desarrollarán durante la misión.


    a.- Conocimiento de la realidad de la Comunidad de Destino: Los misioneros deben insertarse en el mundo sociocultural de aquellos a quienes son enviados, superando los condicionamientos del propio ambiente de origen 32. Por ello, antes de comenzar a preparar la Misión, es importante que el Grupo conozca la realidad, y la gente de la comunidad de destino, puesto que la Misión no es impersonal, sino que debe ser realizada en base a la realidad de la comunidad.


    El GM debe ser consciente de que “ningún evangelizador es el dueño absoluto de su acción evangelizadora, con un poder discrecional para cumplirla según los criterios y perspectivas individualistas, sino en comunión con la Iglesia y sus Pastores” 33. Por ello, una vez definida la comunidad de destino de la misión, el Grupo Misionero debe reunirse con el Párroco a cuya jurisdicción pertenece dicho lugar, para que éste fije los objetivos de la misión y lineamientos generales, a partir de las necesidades pastorales de la parroquia. El Párroco será la primera fuente de donde el Grupo obtendrá información para conocer la comunidad de destino.


    Luego de este primer acercamiento, y ya contando con la autorización y los lineamientos del Párroco, el Grupo Misionero, o una parte del mismo visitará la comunidad de destino para conocer la zona, hacerse una idea de la geografía de la misma confeccionando mapas para una mejor organización de los misioneros en su trabajo, establecer un primer contacto con la gente del lugar y así detectar nuevas necesidades pastorales para la misión, e ir generando en la gente la expectativa de la misma.


    La evangelización pierde mucho de su fuerza y de su eficacia, si no toma en consideración al pueblo concreto al que se dirige, si no utiliza su “lengua”, sus signos y símbolos, si no responde a las cuestiones que plantea, no llega a su vida concreta 34. Es preciso por ello, interiorizarse de la cultura y religiosidad popular de la zona a misionar, para tomar conciencia de los valores y riquezas de la gente, integrándolos en el proceso evangelizador 35. Así mismo, es necesario tener una visión general de la realidad social de la gente del lugar, conocer sus problemas, sus necesidades, sus inquietudes, su forma de vida, para poder utilizar todos estos elementos para lograr una efectiva inculturación del Evangelio.


    Es importante saber la visión que tiene la comunidad de destino respecto a la Iglesia, a su Párrocos y a los misioneros. Se debe también conocer y respetar los criterios y líneas pastorales de la diócesis de la comunidad de destino


    Es preciso definir los lugares de la misión: dónde se alojarán los misioneros, dónde se establecerá el o los centros de misión (lugar para reuniones, celebraciones, actividades recreativas, etc.), recorrido de eventuales procesiones o peregrinaciones, etc. Si existe una capilla o templo, éste debe ser el centro de misión. Para el alojamiento de los misioneros y otras actividades, puede solicitarse autorización en alguna escuela o finca de la zona.


    b.- Preparación de la Comunidad de Destino: Resulta de vital importancia que en una etapa previa al tiempo concreto de la misión, se establezca un contacto personal con la comunidad de destino, para ir generando con anticipación un clima de expectativa en torno la misión, informando de los objetivos de la misma y las actividades que se desarrollarán. En esta etapa, se puede invitar a la comunidad de destino para que se prepare espiritualmente rezando por la misión que se desarrollará. Es importante en esta etapa, incorporar al trabajo misionero a personas de la comunidad de destino, ofreciéndoles para ello la formación que resulte necesaria. De esta manera se favorecerá la continuidad del proceso evangelizador luego de concluida la misión.


    c.- Preparación del Grupo Misionero: Una vez conocida la realidad de la Comunidad de Destino, el Grupo está listo para comenzar a preparar la misión. Es preciso elaborar un plan de misión que contemple un periodo no menor a dos años ni mayor a cinco. Tendrá momentos fuertes de una semana a un mes cada año, en los que el Grupo Misionero en pleno convivirá con la comunidad de destino (generalmente en las vacaciones de verano y/o de invierno) donde se realizará la actividad central de la misión. Es recomendable que el Grupo Misionero o parte de él, realice visitas periódicas a la comunidad de destino a lo largo del resto del año, para continuar el trabajo iniciado durante los períodos fuertes de misión. Además, es también recomendable la presencia del Grupo Misionero en la comunidad de destino en ocasiones tales como Semana Santa y las Fiestas Patronales locales.


    Debe tenerse en cuenta que la prioridad máxima es la Evangelización, el anuncio de la Buena Noticia que, unida a la promoción humana, no debe confundirse con mero asistencialismo.


    La misión debe producir como fruto la promoción y formación de agentes o comunidades que sean capaces de llevar por sí mismos la Pastoral Parroquial, luego de finalizado el período de misión.


    La temática de la misión, salvo indicación en contrario del Párroco del lugar, debe ser cristocéntrica, realizando en un primer momento el anuncio de los temas fundamentales del kerygma: El Amor de Dios Padre, El Pecado, Jesucristo y la Salvación, Fe y Conversión, el Espíritu Santo y la Comunidad Cristiana. No corresponde al Grupo Misionero buscar difundir sus devociones particulares en la comunidad de destino (santo o advocación mariana): su principal misión es predicar a Jesucristo. Sí deberán tenerse en cuenta las devociones particulares de la comunidad de destino, para integrarlas, ya sea en la temática o en las celebraciones litúrgicas.


    El Grupo Misionero deberá prepararse intensamente en espiritualidad y formación para la misión en diversos aspectos: bíblicos, litúrgicos, metodológicos, morales, en los criterios pastorales establecidos por el Párroco de la comunidad de destino y en el conocimiento de su realidad social, cultural y de religiosidad popular. Es de suma importancia la preparación espiritual de los misioneros. Insistir en la oración grupal e individual, la Eucaristía comunitaria, y una buena confesión como preparación a la Misión.


    En cuanto a las actividades a planificar para el tiempo de Misión, las mismas suelen dividirse en dos grandes grupos: por un lado las actividades que se realizarán en las casas (visitas) y por otro, las que se realizarán en el/los centros de misión. (Ver más adelante en el punto 3: La Misión).


    Se sugiere entregar al Párroco, antes de la misión, los materiales que se utilizarán en la misma (folletos, guiones, talleres, etc.)


    La planificación de la Misión debe cimentarse en una profunda preparación espiritual del Grupo Misionero, que tenga como pilar fundamental la oración personal y comunitaria de los integrantes del Grupo. También es conveniente comprometer a la comunidad de origen (todos los Grupos y Apostolados de la Parroquia) para que acompañen con su oración el trabajo de los misioneros.


    Un momento especial dentro de esta etapa, es el Envío Misionero que siempre se realiza antes de la Misión y consiste en recibir nuevamente el Envío que Jesucristo hizo a sus Apóstoles el día de la Ascensión. Acostumbra a realizarse durante la Misa. Ya sea antes de la Oración de los Fieles o después de la Comunión, el Sacerdote hace pasar a los misioneros, los presenta a la comunidad y los envía en nombre de la comunidad y de Jesucristo a la Misión que van a realizar. Como símbolo, bendice y les impone a cada uno sus Rosarios o Cruces Misioneras (a los nuevos que no tienen todavía su Rosario Misionero puede entregárseles una cruz o medalla provisoriamente). (Ver Espiritualidad Misionera)

     

    3.- La Misión

    En la Misión, el Grupo intentará llegar a todas y cada una de las personas de la comunidad para realizarles el Anuncio, y congregarlos luego en la Comunidad Cristiana. Para ello se prevén distintos tipos de actividades: por un lado, visitas a las casas y por otro, actividades que congreguen a la gente para trabajar con más profundidad.

    a.- Visitas a las casas:

    Las visitas a las casas tienen por objetivo conocer a las familias de una manera informal y establecer un vínculo más personal y fraterno con ellos. En este ámbito de intimidad y cordialidad, se puede dar un diálogo más profundo, permitiendo un encuentro más cercano entre evangelizadores y evangelizados.

    Para organizar el visiteo de las casas, es conveniente haber realizado en la pre misión un mapa de toda la zona, y distribuir las casas entre las equipos (parejas, patrullas, etc.) de misioneros. Conviene que cada equipo misionero numere las casas de su zona, identificando visiblemente aquellas vacías, y para las ocupadas distinguir las de familias católicas y no católicas.

    Durante las visitas es preciso que se dedique un tiempo considerable al conocimiento de la familia (si éste no se realizó durante la pre-misión), sus inquietudes y necesidades. De esta manera, la evangelización será un proceso "de corazón a corazón". Si es que el tiempo de misión y la extensión de la comunidad de destino así lo permiten, conviene realizar más de una visita a cada familia: una primera visita puede ser de conocimiento, una segunda para tratar la temática concreta de la misión y una tercera de despedida.

    Durante la primera visita puede resultar práctico entregar a la familia un folleto con las actividades y horarios de la misión. De esta manera, la invitación será recordada y llegará también a los que estaban ausentes. Luego de la 1° visita (no durante la visita), conviene anotar en un cuaderno datos de la familia que puedan servir en futuras visitas, utilizando para esto la numeración que se indicó en el mapa. Pueden detectarse también necesidades especiales de la familia: enfermos y ancianos, necesidades sacramentales y materiales, etc. Una copia de toda la información recogida en las visitas (mapas y demás anotaciones), debe ser entregada al Párroco del lugar, pues le servirá para organizar mejor su actividad pastoral.

    En las siguientes visitas, se busca llegar al tema religioso: a través de una lectura bíblica, un momento de oración compartida, etc. También puede realizarse una bendición de la casa, llevarse una estampita o imagen para la oración, etc. En una última visita, los misioneros se despedirán e invitarán a la familia a esperarlos para un próximo encuentro. Las visitas no se limitarán solo a las casas, sino que también deberán visitarse aquellos sitios donde las personas del lugar se congregan habitualmente (escuelas, lugares de trabajo, clubes, etc.).


    b.- Actividades en los centros de misión:

    Es recomendable que se prevean actividades en las que se integre a los diversos sectores de la comunidad: niños, jóvenes y adultos (familias), teniendo en cuenta sus disponibilidades horarias y sus distintas realidades y necesidades. Es recomendable que se ofrezcan actividades tanto formativas (catequesis, talleres, charlas, cursos) y litúrgicas (celebraciones de la Palabra, Misas, otras expresiones de piedad como procesiones, viacrucis, momentos de oración, etc.), como también recreativas (campeonatos deportivos, fogones, etc.). Al respecto de las Celebraciones de la Palabra realizadas por laicos, conviene dejar bien en claro que no se trata de una Misa, ni la suplanta, para evitar confusiones en los participantes. Al respecto de las normas a observar en las celebraciones eucarísticas, se recomienda la lectura de la Instrucción Redemptionis Sacramentum, sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, año 2004)

    Se acostumbra a convocar a los niños a encuentros específicos para ellos (Misión de Niños, Misioncita, etc.), en horarios y lugares determinados, que consisten en intercalar momentos de juegos, cantos y Catequesis. Se busca adaptar el kerygma al nivel de los niños y transmitirlo de una manera festiva (no como una "clase") y amena. Posiblemente se comparta con los niños la merienda o el almuerzo, dependiendo del horario que convenga en la zona para la realización de estos encuentros.

    A las familias se las convoca (si la extensión y distribución de las casas en la zona lo permiten) para Misas o Celebraciones de la Palabra diaria, en las cuales se transmite el contenido temático de la misión, utilizando lecturas y signos apropiados para cada día. Es importante al preparar las celebraciones religiosas el prestar especial atención respetando las devociones populares de la gente: si hay algún santo o devoción mariana propio de la zona, puede realizarse una Procesión con el santo o la imagen de la Virgen.

    Obviamente, existen lugares de misión que por su extensión (las casas quedan demasiado alejadas) no permiten este tipo de actividad diariamente, en cuyo caso, el trabajo debe centrarse en las casas.

    Para los jóvenes pueden prepararse encuentros deportivos, guitarreadas, mateadas, charlas, etc., adaptándose a las actividades propias del lugar, para transmitirles el contenido temático de la misión de una manera juvenil y adaptada a sus necesidades e inquietudes. Muchas veces las actividades recreativas serán el "enganche" para atraer, en especial a los jóvenes, a las demás actividades de la misión.

    Es importante tener presente las directivas del documento de Santo Domingo respecto a la inculturación 36: “La inculturación del Evangelio es un proceso que supone reconocimiento de los valores evangélicos que se han mantenido más o menos puros en la actual cultura; y el reconocimiento de nuevos valores que coinciden con el mensaje de Cristo. Mediante la inculturación se busca que la sociedad descubra el carácter cristiano de estos valores, los aprecie y los mantenga como tales. Además, intenta la incorporación de valores evangélicos que están ausentes de la cultura, o porque se han oscurecido o porque han llegado a desaparecer. Por medio de la inculturación, la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas y, al mismo tiempo, introduce a los pueblos con sus culturas en su misma comunidad; transmite a las mismas sus propios valores, asumiendo lo que hay de bueno en ellas y renovándolas desde dentro 37. La fe, al encarnarse en esas culturas, debe corregir sus errores y evitar sincretismos. Los criterios fundamentales en este proceso son la sintonía con las exigencias objetivas de la fe y la apertura a la comunión con la Iglesia universal 38.


    c.- Respecto de la conformación de la comunidad cristiana:

    Como ya se dijo anteriormente, uno de los principales objetivos de la misión consiste en conformar una comunidad cristiana viva, fraterna y orante que, en lo posible, sea capaz de satisfacer por sí misma sus propias necesidades39 . Para esto es preciso que existan personas de la propia comunidad, capaces de guiar a la comunidad en su caminar luego de que los misioneros hayan concluido su trabajo. Por eso, es importante dedicar especial atención a detectar personas clave que puedan servir como base para la comunidad, e incentivarla a asumir un protagonismo en su Iglesia local. Si se encuentran personas con estas características, es necesario darle formación especial para que sean capaces de lograr este objetivo.


    La comunidad cristiana ha de establecerse, desde el principio de tal forma.


    d.- Respecto de la administración de Sacramentos en misión:

    El tema de la administración de sacramentos durante la misión, debe ser cuidadosamente conversado previamente con el párroco de la comunidad de destino. Es preciso informarse debidamente acerca de los requisitos, condiciones y demás criterios de uso habitual en la parroquia y respetarlos debidamente. Es recomendable que todas las certificaciones de los sacramentos administrados sean emitidos por la parroquia y queden debidamente asentados en sus registros. Es preferible que los sacramentos sean administrados por el párroco de la comunidad, salvo expresa indicación de éste en contrario.

    Los misioneros deben adaptarse a los criterios pastorales establecidos por el párroco de la comunidad de destino y adoptarlos como propios ante la comunidad. Con respecto a algunos requisitos que pueden ser discutibles (bautismo de hijos de madres solteras, edades mínimas para algunos sacramentos, etc.) o cuestiones económicas (aporte monetario solicitado para la administración de algunos sacramentos), es preciso que los misioneros los respalden ante la comunidad (aún cuando tal vez no los compartan). Caso contrario, es preferible no tocar el tema sacramental, puesto que el mostrarse en desacuerdo con algún criterio del párroco frente a la gente, puede ser motivo de divisiones y causar daño en la comunidad de destino. Esto es importante puesto que los misioneros son "aves de paso" en las comunidades, y son los párrocos quienes, luego de la misión, continuarán a cargo de las mismas. La misión del grupo misionero consiste en acercar a la gente a la parroquia e integrarlos a la misma.


    e.- Respecto de la ayuda material a la comunidad de destino:

    Es recomendable que toda ayuda material que el Grupo Misionero lleve a la comunidad de destino, sea distribuida a través de la Parroquia por medio de Cáritas, si existiese esta institución, o si no, quedará a buen criterio del Párroco del lugar.

    Con respecto a la administración de sacramentos y la ayuda material, es recomendable que las misiones no se tornen meramente sacramentalistas ni asistencialistas, ya que el Grupo Misionero está destinado a anunciar el Evangelio y compartir más que nada su experiencia de Dios.

    Todo lo anterior se menciona a título ejemplificativo y para dar una idea general. En cada misión en particular, se verán cuáles son las actividades más apropiadas. 


    4.- La Post-Misión

    La Misión no se agota con la misión de verano, sino que recién comienza. Si es que se está armando (o ya existía) una comunidad cristiana local, durante el año, y hasta el próximo tiempo fuerte de misión, es importante acompañar a la gente del lugar, preferentemente de manera personal y, en caso de que por la distancia esto no sea posible, por carta o por teléfono, viendo cómo sigue e incentivándolas a continuar adelante. Por ello es muy conveniente si se puede, realizar algunas visitas durante el año, aunque sea en grupos más pequeños para apoyar a la gente y mantener vivo el entusiasmo transmitido durante la misión de verano.

    Obviamente, los frutos no se verán inmediatamente y será preciso perseverar con paciencia y mucha fe hasta que comiencen a hacerse visibles (aunque al misionero no le corresponde verlos).

    Más allá de todos los esfuerzos realizados en la preparación y realización de la misión por parte del Grupo Misionero, conviene recordar que el verdadero protagonista de la misión es el Espíritu Santo. Si bien “esta obra es encomendada por Jesús a los hombres: a los apóstoles y a la Iglesia (...) en estos hombres y por medio de ellos, el Espíritu Santo sigue siendo el protagonista trascendente de la realización de esta obra” 40


    5.- El Informe de Misión

    Luego de la Misión es imprescindible que el Grupo Misionero confecciones un informe escrito de la Misión, en el cual detallará cómo se realizó la preparación de la misión, las actividades desarrolladas durante la misma, los frutos logrados durante la misión como así también los que quedaron pendientes, y los próximos pasos a dar, en caso de no ser la última misión en la comunidad de destino.

    Conviene confeccionar cuatro copias de este Informe, una para ser entregada al Párroco de la Comunidad de Destino, otra para el Equipo Diocesano de Misiones y una tercera para el Párroco de la Comunidad de Origen y una última para el propio Grupo Misionero.

    A continuación se presenta un esquema tipo de Informe de Misión:


    a.- Descripción de la Comunidad de Destino

    - Ubicación Geográfica: Aquí se indica la ubicación geográfica de la zona donde se lleva a cabo la misión, indicando a qué Parroquia pertenece.


    - Situación Social: Aquí se describe  el tipo de población (urbana, suburbana, rural), la situación social y fuente laboral principal de sus habitantes, etc. Si hubieren otros problemas sanitarios o nutricionales, se indicarán también aquí.


    - Situación Religiosa: Se consignan aquí datos acerca de la realidad religiosa de la comunidad, como ser el porcentaje de católicos, indicando de ser posible la proporción de practicantes (que al menos asisten a Misa), existencia de templos de otros credos, etc. Con respecto a la religiosidad de la comunidad católica, indicar si hay un templo católico en la zona, frecuencia de Misas, patrono(s) tutelar(es) de la comunidad, etc.


    - Estructuras eclesiales existentes: En caso de existir una comunidad organizada, indicar qué servicios se brindan: Catequesis, Cáritas, otras asociaciones.


    b.- Objetivo Propuesto para la Misión

    Los objetivos de la misión, han sido fijados por el Párroco, en conjunto con los misioneros.


    Se indicarán dos niveles de objetivos:

    - Objetivo General: a lograr luego del período de atención misionera a la Comunidad (probablemente de dos a cinco años).


    - Objetivos Específicos: Objetivos más concretos que se buscará  alcanzar progresivamente con las distintas actividades a realizar durante el período que dure la misión. Para los informes anuales, destacar los objetivos propuestos para el año actual.


    c.- Actividades De la Misión


    c.1.- Actividades Planificadas:

    Aquí se enuncian las distintas actividades que se planificó realizar (antes de llevar a cabo la misión), indicando qué objetivos se pretendía alcanzar con cada una de ellas.


    c.2.- Actividades Realizadas

    Se describen aquí las actividades que efectivamente se realizaron, detallando los resultados alcanzados en cada una de ellas. Corresponde incorporar aquí  el cronograma de actividades de la misión, indicando el horario diario de las mismas. En caso de que hubieran actividades que no se hubieran podido realizar, explicar las causas. Estas actividades, podrán agruparse en distintas categorías, por ejemplo:


    - Visitas a las Casas: Indicando de qué manera se organizaron las mismas. Conviene incluir aquí un mapa de la zona de misión, marcando en el mismo los sectores o zonas en que se subdividió para las visitas. Un dato muy valioso para el párroco de la comunidad de destino, es el resultado del censo parroquial, que incluirá los mapas de la comunidad de origen con indicación de la religión de los habitantes de cada casa, y una breve descripción de la situación social, sacramental y familiar de cada una de las familias.

    También se describirán las actividades realizadas en las casas, incorporando una copia del material que se hubiere dejado a las familias en las visitas.


    - Actividades en el/los Centro(s) de Misión: Aquí se describen todas las actividades celebrativas, formativas, recreativas, etc., que se realizaron convocando a las personas de la comunidad a los Centros de Misión: celebraciones, Misas, cursos, talleres, catequesis, misioncitas, procesiones, etc... Pueden dividirse estas actividades en distintas categorías como por ejemplo: para niños, para jóvenes, para familias, etc.


    d.- Evaluación y Propuestas para la continuidad de la Misión. Para concluir el informe, se realizará una evaluación general de los objetivos propuestos y los alcanzados. En caso de ser un informe parcial de Misión (no del último año), se indicarán que objetivos quedan pendientes para misiones posteriores, y en caso de ser el último año de misión, se indicarán propuestas para que los miembros de la comunidad continúen el trabajo evangelizador que se realizó durante el período de la misión.



    10) El Camino Misionero en América y Argentina

    El Camino Misionero en América

    Méjico fue uno de los primeros países en organizarse a nivel misionero en todo el continente. Para el año 1977, ya había realizado 6 Congresos Misioneros Nacionales. En este año, se juzgó oportuno ampliar los horizontes y convertir el 7° Congreso Misionero Nacional de Méjico en el 1° Congreso Misionero Latinoamericano, naciendo así los COMLAs. Un COMLA es:

    • Un Congreso: reunión de invitados especiales con un tema establecido para intercambiar informaciones, presentar avances o nuevas teorías, identificar situaciones, proyectar y tomar decisiones vinculantes.

    • Misionero: hace referencia a la esencia de la tarea de la Iglesia, la Misión. Exige asumir la responsabilidad misionera mediante el anuncio del Evangelio y el testimonio.

    • Latinoamericano: participan todos los países de América Latina y el Caribe.

     

    A partir de 1977 se han realizado estos congresos cada cuatro años en un país diferente de América Latina (el 1º y el 2º en Méjico, el 3º en Colombia, el 4º en Perú, el 5º en Brasil y el 6º en Argentina. El 7º fue en Guatemala en 2003). A partir del COMLA se incorporaron al mismo EEUU y Canadá y el Caribe, convirtiéndose así en el 1º Congreso Americano Misionero CAM I.


    Son organizados por las Comisiones Episcopales de Misiones (CEM) y las Direcciones Nacionales y Diocesanas de las OMP (Obras Misionales Pontificias), con colaboración del DEMIS-CELAM. Se invita a participar a todas las Iglesias Particulares y todos los organismos y fuerzas misioneras del Clero (obispos, sacerdotes y diáconos), Religiosos (órdenes y congregaciones masculinas y femeninas) y Laicos (movimientos eclesiales misioneros, institutos seculares y líderes de comunidad).

     

    Como objetivo inmediato de estos Congresos se busca animar a los Obispos, clero diocesano, seminarios, Institutos Misioneros, Institutos Religiosos y laicos, para que asuman un real y efectivo compromiso de misión ad gentes.


    El camino misionero en Argentina

    De parte de la Jerarquía.

    Como respuesta a los postulados de Puebla, desde 1985 la Iglesia en Argentina inicia un proceso tendiente a la renovación pastoral, con una documento “Bases para una labor pastoral en orden a una nueva evangelización”, con una amplia participación del Pueblo de Dios. Entre las preguntas y respuestas aparece con claridad la inquietud por un tipo de pastoral que sea más misionera, evangelizadora. En este sentido en el análisis de la realidad se observa ´la falta de testimonio cristiano´ y el ´poco espíritu misionero´ En las sugerencias para una pastoral nueva, evangelizadora, los fieles mencionan ´la opción por los pobres´, más participación del laicado en la pastoral, y particularmente en la obra evangelizadora.

    De parte del Pueblo de Dios.


    Desde los años 60 a 70 se vino despertando en la Iglesia local el fenómeno de los Grupos Misioneros (GM), con la colaboración las Misiones Rurales Argentina, AMA (Acción Misionera Argentina) y varias Congregaciones Religiosas. Por la manera de su formación eran movimientos urbanos que salían hacia el interior del país. Como es propio de los Movimientos, conocieron sus altibajos (¡Época de los gobiernos militares!). Pero paulatinamente se agregaron muchos grupos del mismo interior, que salían a misionar en sus iglesias particulares y/o fuera de ellas.


    En los años ´80 se organizó el Encuentro Nacional de la Juventud en Córdoba. La Prioridad Juventud, reclamada en Puebla, renovó profundamente el caminar de este sector de nuestra Iglesia. La participación en el sector “misión” de aquel Encuentro sorprendió a los mismos organizadores, cuando 3.500 jóvenes se volcaron a compartir su experiencia misionera. Fue una oportunidad de acercamiento, de conocer experiencias y problemas comunes, buscar soluciones, ir descubriendo que eran muchos y que tenían una gran fuerza y riqueza, pero que a la vez faltaba organizarse y profundizar la experiencia misionera. Así, el Espíritu mueve a asumir este desafío.

    En los cinco años siguientes los jóvenes profundizaron su vocación misionera, y reclamaron su presencia como agrupación propia en la Iglesia, como de hecho ocurre en 1990 en el Encuentro de Dirigentes juveniles en Paraná. Desde la Comisión de Animación Misionera, se analizó seriamente la realidad social, cultural, religiosa y se trató de buscar caminos para ayudar a que Jesús se encarnara y viviera en cada persona, pueblo, continente, de modo nuevo, y con un nuevo ardor misionero se impulsara a seguir contribuyendo de verdad la Nueva Evangelización.

    Mientras tanto, en 1989, el Co.Na.Mis. (Consejo Nacional de Misiones), en la las vocaciones sacerdotales y laicales A.G. pedidos por los participantes al Encuentro. persona de su presidente, Mons. Luis Stöckler, convoca al Primer Encuentro Nacional de Grupos Misioneros en Posadas, los días 11-13 de octubre de 1991: "Se han realizado congresos eucarísticos, marianos, catequísticos, etc., pero es la primera vez que se convoca a estos grupos de cristianos, especialmente jóvenes, que desde hace muchos años se dirigen a las zonas marginadas de nuestro país, tanto en el interior como en las grandes ciudades, y que se han dado el nombre de Grupos Misioneros". El lema fue: "Más allá de las fronteras"(DP 364) . La finalidad principal de este encuentro fue "Fortalecer nuestra conciencia de Iglesia para impulsar, desde la nueva evangelización de nuestro país, la misión hacia los pueblos no cristianos, A.G.". Posadas significó para la Pastoral Misionera de la Iglesia en Argentina un punto de referencia fundamental. Más de 9000 misioneros de todo el país, en su mayoría jóvenes, se encontraron para compartir la alegría de sentirse llamados por Jesucristo a la vocación misionera. A partir de este Encuentro, comenzaron a organizarse en las distintas diócesis del país los primeros Equipos Diocesanos de Misiones. Puede decirse que muchísimos de los elementos de este Manual, encuentran sus raíces en el Encuentro de Posadas aunque todavía quedan por delinear, establecer, realizar diocesana y nacionalmente las estructuras que hagan viables


    En 1997, el Primer Congreso Misionero Nacional, fijó como Objetivo General: "Despertar, fortalecer, renovar la conciencia y el compromiso misionero de la Iglesia en Argentina". La ciudad de Santa Rosa en La Pampa fue su sede. El mismo Congreso tenía un tinte misionero por hacerlo en una Región, donde “nunca hubo un acontecimiento nacional”.El lema que convocó a los misioneros en este Congreso fue "Argentina, con Cristo, sal de tu tierra”. Si bien era un Congreso Nacional, un gran número de los asistentes eran miembros de los GM.

     

    Al año siguiente (1998), ante el eco inesperado que suscitó en los Grupos Misioneros la convocatoria de La Pampa, la CEA (Conferencia Episcopal Argentina), decidió invitarlos al 2° Encuentro Nacional de Grupos Misioneros en consonancia con el anterior de Posadas y con todo el bagaje de reflexión madurada durante estos años. En cuanto a la espiritualidad, los más de 2000 presentes se compenetraron de su fundamento misional: “El misionero solo lo puede ser, si es dócil al Espíritu Santo”. . El objetivo propuesto para este 2° Encuentro fue: "Profundizar la identidad y consolidar la eclesialidad de los GM, favoreciendo su integración en la comunidad de origen y de destino". Su sede fue S.Miguel de Tucumán.


    Finalmente, en 1999, se celebró en Paraná, ( Entre Ríos) el 6° Congreso Misionero Latinoamericano (COMLA6) 1° Congreso Americano Misionero (CAM1). Este fue, sin duda, el mayor acontecimiento misionero que se vivió en nuestro país hasta el presente. Haciendo caso al deseo del Papa de considerar a las Américas como un solo continente, se abrieron las puertas a las Iglesias de Canadá y Estados Unidos y del Caribe, unificando así el esfuerzo misionero. Su objetivo general fue: "Impulsar a las Iglesias de América para que anuncien a Jesucristo, el Salvador, a todos los pueblos, testimoniando, sirviendo y dialogando". Su lema fue: "América, con Cristo, sal de tu tierra". Nuevamente, y a su expreso pedido, los GM se hicieron presentes los dos últimos días del COMLA, con vitalidad misionera. La capacidad receptiva de la ciudad de Paraná no permitió una cantidad mayor de 2000 integrantes de los GM. Escucharon a varios expositores del COMLA y con sus temas elaboraron un decálogo válido para todo miembro de un GM:

    1. El misionero dice “Padre Nuestro” teniendo en el corazón a los hombres de todos los pueblos,

    2. El misionero hace de su vida una entrega de amor a Cristo en sus hermanos más necesitados,

    3. El misionero es dócil a la acción del Espíritu Santo y por lo tanto humilde, disponible y despojado como María;

    4. El misionero del tercer milenio encuentra la fuerza de su obrar en la oración, que se alimenta de la Palabra y los Sacramentos;

    5. El misionero es coherente en su vida diaria con el evangelio que cree y anuncia;

    6. El misionero vive y contagia la alegría, siendo testigo de Cristo resucitado;

    7. El misionero respeta las diversas culturas y acoge los valores presentes en ellas;

    8. El misionero proclama el kerigma con valentía en medio de gozos y contrariedades;

    9. El misionero e compromete en el acompañamiento del misionado;

    10. El verdadero misionero es el santo.


    También en el Segundo Congreso Misionero Nacional, en Mar del Plata en 2002 hubo una notable presencia de los GM, representando a sus Diócesis y Regiones pastorales. Su objetivo fue: «Reavivar la conciencia y la acción misionera de nuestras Iglesias particulares, para que, en los inicios del nuevo milenio, podamos responder con mayor generosidad y eficacia a los desafíos pastorales que el mundo de hoy y el mandato de Cristo nos plantea. El lema que convocó a los misioneros en este Congreso fue "Iglesia en Argentina, tu vida es Misión”.


    11.- Espiritualidad Misionera


    La actividad misionera exige una espiritualidad específica, que concierne particularmente a quienes Dios ha llamado a ser misioneros.


    Esta espiritualidad se expresa ante todo viviendo con plena docilidad al Espíritu; ella compromete a dejarse plasmar interiormente por El, para hacerse cada vez más semejantes a Cristo. No se puede dar testimonio de Cristo sin reflejar su imagen, la cual se hace viva en nosotros por la gracia y por obra del Espíritu. La docilidad al Espíritu compromete a acoger los dones de fortaleza y discernimiento, que son rasgos esenciales de la espiritualidad misionera 41


    La espiritualidad misionera tiene como referencia y modelo a Jesucristo, es una expresión de su seguimiento, que consiste en colaborar con el proyecto de Dios de que “todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. A continuación se mencionan los rasgos fundamentales de la espiritualidad misionera:


    El misionero es un discípulo de Cristo: Sabe que antes de ser apóstol es preciso ser discípulo, es decir, ha tenido un encuentro vivo, personal con Jesús resucitado y vive cotidianamente en unión con El en la oración y los sacramentos, principalmente la Eucaristía y la Reconciliación. Porque “no se puede anunciar a quien no se conoce”.


    El un contemplativo: que transmite no sólo conceptos y doctrinas, sino su experiencia personal de Jesucristo y de los valores de su Reino. Por ello, el misionero vive profundamente en comunión con Jesucristo, sabe encontrar en medio de la acción, momentos de “desierto” donde se encuentra con Cristo y se deja llenar por su Espíritu.


    Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más semejante a Cristo, y se deja guiar por El. Sabe que no puede entregarse totalmente a la obra del Evangelio si no le mueve y fortalece el Espíritu Santo 42. Acoge dócilmente sus dones, que lo transforman en testigo valiente de Cristo y preclaro anunciador de su Palabra. Sabe que no es él quien obra y habla, sino que es el Espíritu Santo el verdadero protagonista de la misión43


    Vive el misterio de Cristo “enviado”. El misionero vive en íntima comunión con Cristo, hasta tener sus mismos sentimientos: está impregnado del Amor del Padre, y obedece su voluntad hasta las últimas consecuencias. Se sabe enviado por Cristo a cumplir su misión, y acompañado constantemente por El 44.


    Tiene a María como Madre y Modelo: Su espiritualidad es profundamente mariana. La Madre del Resucitado es también su Madre, y es para él modelo de fidelidad, docilidad, servicio, compromiso misionero.


    Vive la pobreza y el “éxodo misionero”: el sentido de “salir de la tierra” para el misionero, no implica únicamente el “salir geográfico”, sino que misionero sabe que debe abandonar su comodidad y su seguridad para “remar mar adentro”, para ir a las situaciones y lugares donde Cristo lo quiera enviar. Debe abandonar sus propios esquemas, sus ideas preestablecidas para abandonarse en las realidades que la evangelización le presenten. La pobreza misionera no hace referencia únicamente a la pobreza material, sino al abandono a la voluntad de Dios y a los caminos que El le presente.


    Vive la misión como un compromiso fundamental: el misionero es un comprometido en el seguimiento de Jesús y en la lucha por su Reino liberador y universal. El misionero ha dicho “sí” a Dios, y no se hecha atrás ni retacea en su entrega.


    Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al misionero es el amor por los hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El misionero es el hombre de la caridad, el “hermano universal”, que lleva a Cristo a todos los hombres, por cuyos problemas se interesa, para quienes siempre está disponible, y a quienes trata siempre con ternura, compasión y acogida45.

    El verdadero misionero es el santo: La llamada a la misión deriva de la llamada a la santidad. La santidad es un presupuesto fundamental y una condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia46. No bastan los métodos, los conocimientos, la capacidad de oratoria, si no están sustentados por el testimonio de vida cristiana y de santidad del misionero47.


    El Perfil del Misionero

    • El Misionero es una persona enamorada del Reino, que ve y gusta la acción de Dios en los pueblos y culturas. Tiene una profunda espiritualidad misionera, es el hombre de las bienaventuranzas.

    • Se siente enviado, como Jesús lo fue del Padre, realizando el proyecto de Dios en medio de los hombres.

    • Está formado según el Magisterio de la Iglesia.

    • Está preparado y entrenado por su formación a trabajar en equipo, con sentido de comunión y de participación.

    • Tiene también, en vista a su trabajo misionero específico, una preparación cultural adecuada.

    • Es capaz de arriesgarse. Va a donde otros no se animan a ir.

    • Opta con decisión privilegiando los grupos humanos y lugares más difíciles, donde todavía no ha penetrado el mensaje de Cristo, o ha penetrado en forma insuficiente. No le asusta partir más allá de las fronteras.

    • Sabe hacer un buen análisis de la realidad, con un profundo sentido humano.

    • Está dispuesto a caminar y respetar el ritmo de la gente, con mucho sentido de adaptación.

    • Es un agente válido para la promoción humana, y su servicio es gratuito.

    • Su conciencia misionera es tan amplia como el mundo, está abierto a otras culturas y a renovarse constantemente frente a la novedad y al cambio que las situaciones y la gente exigen.

    • Procede con discreción y humildad, no pretende ser siempre protagonista. Le da a cada uno su propio lugar.

    • Es una persona de buen corazón, portador de consuelo, reflexivo sobre la realidad a la que va encaminado a trabajar, comunitario, fraternal, capaz de dar el testimonio que el mundo espera. Su vida es coherente con la fe que anuncia y proclama. Sabe que el hombre contemporáneo cree más a los testigos que a los maestros ; cree más en la experiencia que en la doctrina, en la vida y los hechos que en las teorías. Está convencido también de que el testimonio de vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misión 48

    • Descubre con su sensibilidad misionera las necesidades de integrar esta dimensión en todos los aspectos de la vida cristiana y eclesial.

    • Sabe ser también animador misionero de su propia Iglesia de origen, ayudándola a abrirse a la Iglesia universal.

    • Tiene como un sentido y un instinto de “éxodo” y de “itinerancia” al estilo de Abraham y del Pueblo de Dios peregrino

    • Es alegre para servir.










    ANEXOS


    1. La Oración del Misionero

    Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada al cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba, como desde dentro de la alegría”

    (Santa Teresita del Niño Jesús)


    El misionero debe tener su “desierto” para buscarse y buscar al Salvador. Debe encontrar momentos para dedicar a la oración, tanto personal como comunitaria.


    Los rasgos característicos de la oración del misionero son los siguientes:


    • Es Trinitaria: La oración del misionero se dirige a la Trinidad. Si bien se realiza siempre “en el nombre de Jesús”, y puede hacerlo acudiendo a la intercesión de grandes santos misioneros (San Francisco Javier, Santa Teresita del Niño Jesús, etc.), se dirige principalmente al Padre, fuente y origen de la misión de la Iglesia, a Jesucristo, de cuya misión somos continuadores, y al Espíritu Santo, protagonista de la misión.

    • Es bendición, adoración y alabanza: A través de su oración totalmente desinteresada, el misionero le da a Gloria a Dios no sólo por lo que ha hecho, sino por lo que El es, reconociéndolo como único Dios y Señor, poniéndose dócilmente a su disposición y bendiciendo su Nombre.

    • Es acción de gracias: En su oración, el misionero no se cansa de dar gracias a Dios por la vida recibida, por la vida de hijos de Dios, por la obra de salvación, por la vocación misionera encomendada y por todos los dones y carismas recibidos.

    • Es petición e intercesión: A través de la oración, el misionero muestra conciencia de su relación con Dios, y como criatura que se sabe dependiente de El, pide a Dios por la venida del Reino, pide las disposiciones necesarias para acogerlo y cooperar a su venida, pide perdón por sus faltas, por sus necesidades, e intercede por las necesidades de los demás, especialmente por los destinatarios de su labor misionera. El Padrenuestro es modelo de oración de petición.

    • Es Universal: El misionero es el “hermano universal” que presenta a Dios su oración por los hombres y mujeres de los cinco continentes que no conocen a Dios, por su conversión, por los misioneros que trabajan activamente en todo el mundo y por aquellos a quien Dios está llamando a ser misioneros (vocaciones. El Rosario Misionero es un claro ejemplo de oración universal. Las intenciones misionales que el Papa propone para cada mes, ayudan también a esta universalidad.

    • Es eclesial: A través de la oración, el misionero se une a toda la Iglesia que ora. E misionero no ora aislado del mundo, sino que lo hace en comunión con la Iglesia. Es por ello que no dice “Padre mío”, sino “Padre Nuestro...”

    • Está centrada en la Palabra de Dios: Es muy importante que el misionero adquiera el hábito de leer la Palabra de Dios contenida en la Biblia, puesto que a través de ella, es como Dios le hablará y le manifestará su voluntad. Para tal fin se incluye en este Manual, una guía para realizar la Lectura Orante de la Palabra, bajo el título “Orando con la Biblia”.

    • Es confiada y esperanzada: El misionero sabe que su oración es escuchada y será atendida, y por ello es vivida con una actitud de esperanza y confianza filial.


    2. Orando con la Biblia

    La "lectio" divina

    Antes de comenzar…

    • Busco un lugar donde pueda tener soledad y silencio

    • Me ubico en una postura cómoda.

    • Trato de serenarme interiormente, dejo mis preocupaciones de lado, me olvido por un momento de mis problemas.

    • Le pido a Dios que en este momento de oración que voy a vivir me ayude a aprovecharlo al máximo, a escucharlo a El, a vivirlo intensamente.

    • Le ofrezco este momento de oración con la Palabra por mi santificación, por la conversión de los pecadores, por los que aún no lo conocen, por los misioneros de todo el mundo.

    • Busco el texto que voy a leer. Puedo buscar el texto del evangelio que corresponde al día, o tal vez voy leyendo día a día un trocito de un mismo Libro de la Biblia, o bien puedo elegir un texto cualquiera.


    1.- Lectura: ¿Qué dice?

    • L

      eo atentamente el texto, aún cuando ya lo haya leído o escuchado antes, lo hago como si fuera la primera vez.

    • Una vez leído, intento reconstruir en mi mente lo que decía el texto. Trato de recordar ¿Qué dice? Si no lo recuerdo bien, vuelvo a leer.

    • Si era una historia o una parábola, identifico los personajes, qué hacen y dicen cada uno. Intento descubrir por qué hacen y dicen lo que cuenta el texto.

    • Si se trataba de consejos o anuncios, intento ver por qué han sido dichos, qué significan.

    • Intento entender bien lo que dice. Si no entiendo, busco ayuda, pregunto.

    • Leo las notas al pie que corresponden al texto leído: ellas me ayudarán a entender mejor.


    2.- Meditación: ¿Qué me dice?

    • M

      e pongo en la presencia de Dios que quiere hablarme hoy a mí.

    • Busco descubrir qué quiere decirme Dios con ese texto

    • Para ello, si el texto es una historia o una parábola, me identifico con algún personaje. Trato de ver por qué me siento identificado con él. En qué se parece mi vida a la suya. Busco ver sus actitudes y compararla con las mías. Pienso en mi vida, en qué se parece al hecho narrado.

    • Si el texto era un consejo, un anuncio, me pongo en el lugar de aquellos a quienes va dirigido. Intento descubrir por qué me dice eso Dios, a qué situaciones concretas de mi vida hace referencia.

    • Elijo alguna frase que me haya llamado especialmente la atención y me detengo en ella.

    • Siempre tengo en cuenta para entender mejor el mensaje de la lectura, mi situación personal como enfermo y mi ser misionero.

    • Luego hago silencio y dejo que Dios me hable e mi interior. Trato de no ser yo quien saca conclusiones, quien razona, sino que dejo que sea El quien hable.


    3

    .- Oración: ¿Qué le digo a Dios?

    • Hablo con Dios. Le digo con sencillez lo que me nazca a partir del texto leído y meditado. Dentro mío van brotando distintas reacciones: dolor, pena, deseo de cambiar, alegría, paz, gozo, etc. Todo eso que siento se lo digo a Dios.

    • Puedo pedirle perdón, fuerza, coraje, ayuda para enfrentar alguna situación de mi vida sobre la que me hizo reflexionar el texto.

    • Puedo agradecerle, alabarlo por lo que descubro que El me da.

    • Puedo prometerle que voy a cambiar algo en mi vida, según me haya inspirado el texto, o que voy a hacer algo concreto: pedir perdón a alguien, hacer algo por otros, dejar de hacer algo que me daña o daña a otros…

    • Puedo poner en sus manos alguna situación difícil y que no está a mi alcance cambiar.

    • Tengo en cuenta como misionero, que en mi oración pido por los que no conocen a Cristo y por los misioneros del mundo entero.

    • Hablo con El como lo haría con un amigo cercano con quien tengo plena confianza.

    • Vuelvo a hacer silencio para escuchar lo que El quiera decirme…



    4.- Contemplación: Estar con Dios…

    • D

      ejo que mi corazón se aquiete, acallo mis palabras y simplemente me permito "estar" con Dios.

    • En el silencio siento la paz de estar con Dios, siento que lo amo, que tengo confianza en El.

    • Me encuentro con Dios afectivamente y simplemente disfruto ese momento.

    • Hago carne las palabras de san Pablo: Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.


    5.- Acción: Mi vida continúa…

    • V

      uelvo a mi realidad, a mi vida, a mi contexto y analizo: qué cambio o acción concreta me pide Dios en este día. Veo por dónde tengo que comenzar, qué puedo hacer en lo inmediato.

    • Asumo un compromiso concreto y se lo digo a Dios.

    • ¡Misión cumplida! Ahora sólo me queda poner en práctica lo que he descubierto en este diálogo con Dios a través de su Palabra, para que la semilla no quede entre espinas, ni entre piedras, ni al costado del camino, sino que dé mucho fruto…


    3. El Rosario Misionero

    Qué es

    El santo Rosario es una devoción mariana de las más antiguas y más conocidas entre el pueblo cristiano. Una tradición muy remota atribuye a santo Domingo de Guzmán, fundador de los Dominicos, la composición de este rezo. Pero fue el Papa san Pío V quien, con una Bula publicada en el año 1569, le dio la forma que se utilizó por más de cinco siglos, contemplando 15 misterios de gozo, dolor y gloria. El Papa Juan Pablo II , el 16 de octubre de 2002 en Carta apostólica «Rosarium Virginis Mariae» ha agregado al rosario tradicional  5 nuevos misterios llamados "misterios de luz".


    El Rosario Misionero es una forma de oración que toma como base al Rosario tradicional, en la cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y necesidades de todo el mundo. Es una oración mariana universal y misionera, que consiste en rezar los cinco misterios de cada día teniendo presentes los cinco continentes del mundo, pensando en la situación concreta de cada continente desde el punto de vista de la evangelización y de la presencia cristiana, y orando por los misioneros y misioneras, por todos los agentes de la evangelización, y por todos los que aún no conocen la Buena Nueva de la salvación, para que se abran a la luz del Evangelio.


    Está estructurado, al igual que el Rosario tradicional en cinco misterios, en cada uno de los cuales se pone como intención a uno de los cinco continentes. Las cinco decenas tienen sendos colores, que representan a cada uno de los cinco continentes desde el punto de vista misional, y recuerdan al que reza, la intención misional de cada decena


    1° Misterio, de color verde, se reza por Africa. El color verde, nos recuerda las verdes selvas habitadas por nuestros hermanos africanos. 


    2° Misterio, de color rojo, se reza por América. El color rojo, simboliza la sangre derramada por los mártires que dieron su vida durante la evangelización de este continente.


    3° Misterio, de color blanco, se reza por Europa. El color blanco, nos recuerda a la raza aria, originaria de este continente y al color de las vestiduras del papa, que también tiene en él su sede. 


    4° Misterio, de color azul, se reza por Oceanía. El color azul nos habla de Oceanía, con sus miles de islas esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico.


    5° Misterio, de color amarillo, se reza por Asia. El color amarillo nos trae a la memoria el Asia, poblado en gran parte por razas de este color.


    Es una manera concreta para cumplir con el deber que tiene todo cristiano de participar de la misión universal de la Iglesia, y que se expresa a través de la Cooperación Misionera. Lo ha pensado y organizado a mediados del siglo XX el  obispo norteamericano, Monseñor Fulton Sheen, con el fin de sugerir y brindar un medio muy práctico de orar por las misiones y misioneros. Su Santidad el Papa Juan XXIII rezaba el Rosario Misionero todos los días por el mundo entero, dedicando una decena a cada continente: "Como papa debo orar por la humanidad entera y lo hago al rezar el Santo Rosario Misionero: la primera decena por Africa, la segunda por América, la tercera por Europa, la cuarta por Oceanía y la quinta por Asia".


    Cómo se Reza

    1.- Se comienza con la Señal de la Cruz.

    2.- Se reza el Pésame o alguna otra oración de Perdón.

    3.- Dependiendo del día de la semana, se rezarán los misterios que corresponda:


    * Lunes y Sábados

     se rezan los Misterios Gozosos

    * Martes y Viernes

     se rezan los Misterios Dolorosos

    * Miércoles y Domingos

     se rezan los Misterios Gloriosos

    * Jueves

     se rezan los Misterios Luminosos


    4.- Se reza 1 Padrenuestro y 3 Avemarías por el propio país, para que Dios suscite espíritus generosos y entregados a la evangelización y por todos los que aún no conocen a Cristo, para que pronto lleguen a encontrarse con El.


    5.- Puede rezarse la siguiente Oración

    "Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo, para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo, una sola familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén."


    6.- Se reza una Salve a la Virgen María


    7.- Se finaliza con la Señal de la Cruz


    Al terminar el Rosario Misionero, se ha rodeado el mundo entero, abrazando a todos los continentes y a todos los hombres en una gran oración universal.


     MISTERIOS GOZOSOS (Lunes y Sábados)


    Primer Misterio: En el primer misterio gozoso contemplamos la anunciación del ángel a María y la encarnación del Hijo de Dios. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)


    Pidamos para que la Santísima Virgen siga acompañando la labor de todos los misioneros en África, para que así como el Verbo se encarnó en la humanidad, el mensaje del Evangelio siga inculturándose en tierras africanas y para que surjan grandes evangelizadores entre los mismos africanos.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Segundo Misterio: En el segundo misterio gozoso contemplamos la visita de María a su prima lsabel y la santificación del precursor Juan Bautista en el seno de su madre. (Ofrecemos este misterio por el continente Americano)


    En este misterio queremos pedir para que la Virgen María siga visitando nuestros pueblos de América para socorrer nuestras necesidades; pero sobre todo para traernos a su hijo Jesús que es camino, verdad y vida.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Tercer Misterio: En el tercer misterio gozoso contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén y el anuncio de la salvación a los pastores y a los magos de Oriente. (Ofrecemos este misterio por el continente Europeo)

    En este misterio pidamos para que la Iglesia europea, que tradicionalmente ha sido evangelizadora, recupere su vitalidad y para que se mantenga abierta a la generación y al intercambio con las iglesias jóvenes.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Cuarto Misterio: En el cuarto misterio gozoso recordamos cuando Maria y José, al cumplir los cuarenta días del nacimiento del niño Jesús, le llevaron al templo para presentarle al Padre celestial. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)


    En este misterio pidamos por todos los ancianos y ancianas de Oceanía y del mundo, para que haya quien, esté cerca de ellos y los ayude en sus necesidades. Pero sobre todo le pedimos a la Santísima Virgen que ella misma los alivie en los achaques y molestias de la edad y les  consiga de Dios poder llegar a conocer a su Hijo Jesús, para su completa y eterna salvación.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Quinto Misterio: En el quinto misterio gozoso contemplamos a Jesús adolescente de 12 años que subió al templo con sus padres. (Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)


    Los pueblos de Asia, en su prudencia y sabiduría humanos, quieren señales extraordinarias que acrediten el mensaje evangélico proclamado por los misioneros. Por otra parte, son muy respetuosos y amantes de la naturaleza. Pidamos para que la madre del verdadero Dios conceda mucha sabiduría a los mensajeros de su Evangelio en Asia, y que en la belleza y armonía encuentren caminos para anunciar a Aquel que Dios nos envió como único salvador.

     

    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


     MISTERIOS DOLOROSOS (Martes y Viernes)


    Primer Misterio: En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto de los Olivos. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)


    Pidamos al Señor por el pueblo africano, que hoy también  "suda sangre", víctima de los conflictos raciales, de la miseria y del hambre institucionalizado, para que sepa hacer de su calvario una ofrenda amorosa a Dios. Hoy nos toca a nosotros acercarnos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto; nos toca a nosotros prolongar la oración de Jesús, y recoger las gotas de su sangre ofreciéndolas a Dios-Padre por el continente africano.  Y nuestra oración y ofrenda tendrán más eficacia si sabremos unir nuestros sacrificios, nuestras penas y sufrimientos al sudor de sangre de Jesús para la evangelización de África.

     

    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Segundo Misterio: En el segundo misterio doloroso contemplamos la flagelación de Jesús (Ofrecemos este misterio por el continente Americano)


    En este misterio pidamos que la virgen María nos alcance de su Hijo la gracia de ser solidarios con nuestros hermanos indígenas que, marginados en las sierras o en las ciudades, luchan todavía hoy por la vida, por la tierra, por su dignidad y por la justicia.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Tercer Misterio: En el tercer misterio doloroso contemplamos a Jesús tratado como rey de burlas y humillado con una corona de espinas y una caña por cetro (Ofrecemos este misterio por el continente Europeo)


    En este misterio pidamos a Cristo, rey del universo y redentor nuestro, que por la intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe, reavive la Fe de los pueblos europeos, para que en Europa y en el mundo entero se extienda el reino de Dios, reino de justicia, de paz y de amor.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Cuarto Misterio: En el cuarto misterio doloroso contemplamos a Jesús condenado a muerte por Pilato y su viaje al Calvario llevando en sus hombros el madero de la cruz. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)


    En este misterio pidamos a la Dios que nos ayude a convertirnos en «cireneos» de los misioneros, especialmente de los que trabajan en Oceanía, sosteniéndoles con nuestra oración y con nuestros sacrificios.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Quinto Misterio: En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús. (Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)


    Pidamos a Dios que los pueblos de Asia, que mueren día a día por la injusticia, la miseria, la violencia y la discriminación, se abran a la gracia de la salvación que brota de la cruz donde está clavado el Hijo de Dios, único y verdadero redentor de la humanidad.

     

    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    MISTERIOS GLORIOSOS (Miércoles y Domingos)


    Primer Misterio: En el primer misterio glorioso contemplamos la resurrección de Jesús. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)


    En este misterio pidamos para el pueblo africano, que vive situaciones de muerte día a día, en la miseria, el hambre y  en las continuas guerras entre las distintas etnias, experimente la resurrección de Jesucristo, y resucite también con El a la vida de hijos de Dios.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Segundo Misterio: En el segundo misterio glorioso contemplamos el mandato misionero de Jesús a los Apóstoles y la ascensión al cielo del Señor. (Ofrecemos este misterio por el continente Americano)


    En este misterio pidamos por la intercesión de María, que el Señor llame a muchos jóvenes de nuestro continente americano y los envíe por el mundo entero a anunciar la Buena Nueva.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Tercer Misterio: En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en el cenáculo (Ofrecemos este misterio por el continente Europeo)

     

    En este misterio pidamos por la intercesión de la Virgen , una nueva efusión del Espíritu sobre el Papa, los obispos y toda la Iglesia de este continente para que surja «una nueva primavera de vida cristiana», el viejo continente rejuvenezca bajo ese soplo del Espíritu de Pentecostés.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Cuarto Misterio: En el cuarto misterio glorioso contemplamos la asunción de la Santísima Virgen a los cielos. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)


    Los misioneros que trabajan en Oceanía, como los que trabajaron y trabajan en otros continentes, saben con certeza que María, la Madre de Jesús y de los cristianos, subió al cielo para poder acompañarlos y socorrerlos mejor en su labor evangelizadora. Pidamos, pues, a ella que afiance el corazón de los misioneros y misioneras con esa confianza total en su maternal protección.  Y pidámosle también para que nuestros hermanos de Oceanía, incluso Ios que habitan en las islas más pequeñas y remotas, puedan experimentar el poder de su intercesión delante de Jesús, para que llegue para todos ellos el día de la redención.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Quinto Misterio: En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús. (Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)


    Pidamos a la Virgen María, reina del cielo y de la tierra, para que consiga con su intercesión que también para nuestros hermanos de Asia llegue el Reino de Dios y que todos ellos formen un día con nosotros el pueblo de la nueva y eterna alianza, sellada nuestro redentor en la sangre del Cordero, Cristo nuestro redentor. 


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    MISTERIOS LUMINOSOS (Jueves)


    Primer Misterio: En el primer misterio de luz contemplamos el bautismo de Jesucristo en el río Jordán. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)


    Pidamos por el pueblo africano, para que al igual que en el Jordán, escuche la voz de Dios que también a él le dice, en medio del sufrimiento provocado por el hambre, las continuas gerras y las desigualdades raciales, "Este es mi hijo muy amado",  y para que surjan grandes evangelizadores entre los mismos africanos.


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Segundo Misterio: En el segundo misterio de luz contemplamos el comienzo de los signos milagrosos de Jesús en las bodas de Caná. (Ofrecemos este misterio por el continente Americano)


    Pedimos por nuestro pueblo Americano, para que Jesús se nos siga manifestando como lo hizo en las bodas de Caná, y para que nosotros sepamos obedecer el consejo de María que nos dice: "Hagan lo que El les diga".


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Tercer Misterio: En el tercer misterio de luz contemplamos  la Predicación con la cual Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión.  (Ofrecemos este misterio por el continente Europeo)


    En este misterio pidamos a Dios que suscite en la Iglesia europea valientes misioneros que prediquen y anuncien el Reino de Dios, invitando a la conversión, como lo hizo Jesucristo


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Cuarto Misterio: En el cuarto misterio de luz contemplamos  la Transfiguración de Jesús que, según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)


    Pidamos en este misterio para que a todos los hombres de Oceanía se manifieste la gloria de Jesucristo para que  lleguen a contemplar su rostro y a encontrarse personalmente con El y a exclamar como Pedro: ¡Señor, qué bien estamos aquí!


    * Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    Quinto Misterio: En el quinto misterio de luz contemplamos  la institución de la Eucaristía, en la cual Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad "hasta el extremo"  (Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)


    Pidamos en este misterio a Jesucristo, que quiso entregarse como alimento espiritual, que también proporcione el alimento material a los millones de hombres, mujeres y niños que padecen el hambre atroz y la miseria extrema en el continente más poblado del mundo.


    • Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria


    4. Modelos y Patronos de los Grupos Misioneros


    9 a.- MODELOS

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    Jesús: el Primer Misionero, Enviado del Padre

    Jesús es el modelo por excelencia que todo cristiano debe seguir. El es el Misionero del Padre, que ha sido enviado para anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios (EN 6). Jesús, Evangelio de Dios, es el primero y más grande evangelizador (EN 7).


    Ser cristianos significa imitar a Cristo, pues su persona, su vida, y sus palabras, son para todos un estímulo y un modelo. Encarnamos su amor, su obediencia, su servicio, su vida de oración, para revelar el amor del Padre a todos los hombres. Es “el modelo” por excelencia para que todos lleguen a ser buenos misioneros.


    María: la Primera Misionera

    Ella, que es la madre de Jesús, y también nuestra madre, es el modelo a imitar en su actitud de escucha, meditación y vivencia de la Palabra de Dios. Nos enseña también a aceptar la voluntad del Señor, a ser humildes, sencillos y dispuestos a servir a los demás. En la mañana de Pentecostés, ella presidió con su oración el comienzo de la evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo. Sea ella la estrella de la evangelización siempre renovada que la Iglesia, dócil al mandato del Señor, debe promover y realizar, sobre todo en estos momentos difíciles y llenos de esperanza49



    Pablo: el gran Misionero

    San Pablo tiene conciencia de haber sido elegido por Dios para consagrarse enteramente al anuncio del Evangelio. Polemizando con los corintios llegará a decirles: «no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio» (1 Cor. 1,17). Sabe que su misión consiste en evangelizar, en anunciar a Cristo, poniendo así el fundamento sobre el cual otros continúen construyendo (1 Cor. 3,10). Pablo es un gran modelo de misionero, no sólo por su prolífica acción misionera, sino también por su profunda espiritualidad misionera que se expresa en su celo apostólico, su clara conciencia de ser un instrumento de Cristo (Cfr 1Cor 3,5-9), su identificación con Cristo al punto de que “ya no es él quien vive, sino que es Cristo quien vive en El” (Gal 2,20).


    10 b.- PATRONOS

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    San Francisco Javier

    Fue el gran apóstol de los tiempos modernos, como San Pablo lo fue de los antiguos. Misionero de soberana grandeza, nos pasman sus obras portentosas. Fue el gran conquistador de Oriente, que iba abriendo camino a un ejército de misioneros.


    Despertó el espíritu misional de la cristiandad. Decía el jesuita Araoz que Javier no hacía menos fruto en España y Portugal con sus cartas, que en las Indias con su predicación. Sus cartas maravillosas se copiaban y enviaban por todas partes. San Ignacio las multiplicaba. Juan II de Portugal, el rey misionero, quería que se leyeran en todos los púlpitos. Suscitaban vocaciones misioneras en todos las universidades. Que el ejemplo de su vida siga suscitándolas.


    San Francisco Javier nació en el Castillo de Javier (Navarra, España) en 1506. Su madre se llamaba María de Azpilcueta y su padre Juan de Jaso. Fue bautizado en una iglesia del castillo, la Iglesia de Santa María. Era el pequeño de cuatro hermanos: Magdalena, Ana, Miguel y Juan, y fue su madre quién desde pequeño le enseñó a rezar, acudiendo todos los días con él a la capilla del Castillo.


    En 1525, se marchó a París a estudiar. Allí conoció a su mejor amigo, Ignacio de Loyola (quien sería más tarde el fundador de la Compañía de Jesús), quien en los momentos difíciles en París, como por ejemplo, problemas de dinero que tuvo Javier, nunca lo dejó solo y siempre le ayudó. Ignacio de Loyola, le fue acercando poco a poco a Jesucristo, mediante la oración y en la práctica, con detalles, que le ayudaban a Javier a darse cuenta del poco valor de los bienes de la tierra y de lo mucho que valía ayudar a los demás y enseñarles la fe.


    Poco a poco, Jesucristo fue ganando espacio en la vida de Javier, y cuando acaba sus estudios, ya ha decidido dedicar su vida a enseñar a los demás hombres la fe en Dios.

    Viaja a Roma con Ignacio, para presentarse ante el Papa Pablo III.


    En 1537 es ordenado sacerdote en Venecia, y en 1541, el mismo día de su 35 cumpleaños, parte desde Lisboa hacia la India, donde comenzará la parte más importante de su vida: la de misionero.


    San Francisco Javier, propagó la fe cristiana por la India, Oceanía, Japón y China en sus viajes como misionero:


    • Sale de Lisboa y llega a la India, donde se detiene tres años y tres meses

    • Sale de Goa (India) para Malaca (Malasia), donde estará seis meses.}

    • De Malaca llega a Amboino (Islas Molucas), recorriendo varias islas predicando durante cerca de año y medio.

    • De Amboino vuelve a Malaca, y tras mes y medio ahí, vuelve a la India, quedándose un año y dos meses.

    • Sale de Cochin (India) rumbo al Japón, donde predicará durante dos años y tres meses.

    • Vuelve de Japón a la India, deteniéndose brevemente en Malaca.


    En su último viaje, salió de la India con intención de llegar a China, pero en la isla de Sancian, cayó enfermo. A pesar de encontrarse muy mal y tener mucha fiebre, no se quejaba, ni pedía nada, solamente le rezaba a Jesús y María.


    Murió el 3 de diciembre de 1552 en la isla de Sancian, frente a las costas de China, el gran apóstol de las Indias y del Japón. Tenía 46 años. Había recorrido 120.000 kilómetros, como tres veces la tierra. Había ido robando corazones para Dios. Quien miraba su rostro simpático y sonriente, que reflejaba lo divino, se sentía alegre y mejor. Cuando predicaba, más que sus argumentos, convencía con su santidad y con la fuerza de sus milagros.


    Fue canonizado junto a San Ignacio, Santa Teresa, San Isidro Labrador y San Felipe Neri por el Papa Gregorio XV, el 12 de Marzo de 1622. Y en 1904. San Pío X le nombra Patrono de las Misiones.


    La semilla que sembró ha dado frutos en todo Oriente, y hoy en día San Francisco Javier sigue siendo faro de luz para aquellas comunidades cristianas.


    Santa Teresita del Niño Jesús

    anta Teresita de Lisieux es modelo de oración y sacrificio por las Misiones. Si bien esta joven monja carmelita de clausura nunca realizó actividad misionera específica, su profundo amor a las misiones la ha hecho merecedora del título de Patrona Universal de las Misiones por ser el ejemplo perfecto de lo que es la cooperación misionera espiritual.

    Nace el dos de enero de 1873 en Alencon, Francia. Su padre Luis Martín era relojero, y la mamá Acelia María, costurera.


    Cuando Teresita tiene 14 años, decide entrar como hermana Carmelita donde ya están sus dos hermanas mayores, pero en el convento no aceptan niñas de esa edad. Entonces Teresita tiene la osadía de acercarse al papa León XIII en medio de una peregrinación y le expresa su deseo de ser Carmelita. En abril de 1888 es admitida en el convento de las Carmelitas en Lisieux. Las religiosas notaron desde el primer día en ella equilibrio emocional no común en las niñas de esa edad de 15 años, y el Director espiritual quedó admirado de que esta joven no vivía de vanas ilusiones, sino que tomaba la vida con seriedad y paz.


    El 8 de septiembre de 1890, a la edad de 17 años, hace sus votos o juramentos de pobreza, castidad y obediencia, y queda constituida hermana Carmelita, hermana Teresita del Niño Jesús.


    Uno de los principales deberes de las hermanas Carmelitas es orar por los sacerdotes, Teresita consideró este deber como uno de los más importantes de su vida. Todos los sacrificios que le tocaba vivir en su vida de convento, los ofrecía con amor por la conversión de los pecadores.


    En la noche del Jueves Santo de 1896 Teresita sufre la primera señal grave de la enfermedad que la iba a llevar al sepulcro: la tuberculosis o tisis. Esa noche un vómito de sangre le anuncia – como dice ella misma – que "el Amor de los amores vendrá ya muy pronto a llevarme al paraíso". Su terrible enfermedad dura 18 meses, que son un verdadero martirio pero sobrellevado con un valor, una calma y una alegría verdaderamente admirables. De vez en cuando tiene que salir a pasear por el jardín por orden del médico. Cada paso que da es como un puñal que se clava en sus pulmones enfermos. La enfermera le dice: "Teresita, ya que sufre tanto al caminar, no camine más", y ella le responde: "Sigamos. Es que cada paso doloroso que doy lo ofrezco por un misionero que esté en peligro de desanimarse de su vocación". Las misiones y los misioneros son el tema de todas sus oraciones y el fin por el cual ofrece su enfermedad dolorosa y agotadora. Por eso la nombran después Patrona de las misiones y de los misioneros.


    Su gran descubrimiento lo narra ella misma. "Buscaba en la Sagrada Escritura cuál sería el mejor método para agradar a Dios, hasta que al fin descubrí en la segunda carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 13: "Si yo no tengo amor, nada soy", y descubrí que mi oficio en la Iglesia era el amor: amar a Dios con todo el corazón y con toda al alma, y sobre todas las cosas, y amar al prójimo como uno se ama a sí mismo. Y mi "Caminito" será el de la "Infancia espiritual": ser siempre como un niñito necesitado, ante mi Padre Dios". Este "Caminito" de Santa Teresita lo han seguido después muchas personas y han logrado admirables éxitos en santidad, en alegría y paz.


    En junio de 1897 la llevan a la enfermería y ya no vuelve a salir de allí. Desde el 16 de agosto ya no puede recibir la comunión pues sufre de vómitos continuos. Llega a exclamar: "Nunca había imaginado que yo pudiera llegar a sufrir tanto", pero se conserva siempre alegre, contenta por poder sufrir por Cristo y por la salvación de las almas y la santificación de los sacerdotes.


    El 30 de septiembre de 1897 exclama: "No me arrepiento de haberme dedicado a amar a Dios", y dulcemente expira como quien se queda plácidamente dormida. Tenía 24 años. Antes de morir ha pedido que no lleven flores a su ataúd, sino que ese dinero lo gasten en ayudar a gente pobre. Su entierro es humilde, y en el solar del convento queda sepultada, como una ignorada y pobre mujercita de pueblo.


    Pero empieza a obtener una serie de milagros, favores y gracias tan admirables que su devoción se riega por todo el mundo como un incendio por un lago de combustible. Y es tanta, tanta la gente que la invoca, que el Papa Pío XI, contrariando la antigua tradición de no declarar santo a nadie antes de que cumpla los 50 años de haber muerto, la canoniza o declara santa en 1925, sólo 27 años después de haber pasado a la eternidad. Como una de las principales obligaciones de las carmelitas es pedir por las misiones, no es extraño que, en 1927, Santa Teresita fuera nombrada Patrona de todas las Misiones Extranjeras, junto con San Francisco Javier. Dijo Teresita: "Quisiera ser misionera ahora y siempre y en todas las misiones."


    Su fiesta se celebra cada año el 1º de octubre y los favores que Santa Teresita sigue obteniendo a los que le rezan con fe y a quienes leen su autobiografía "Historia de un alma", son incontables. Una vez más se cumple la profecía de Jesús: "Los últimos de este mundo, serán los primeros en el Reino de Dios".




    San Francisco Solano

    Misionero franciscano del siglo XVI, es considerado apóstol de América, tanto por la extensión de su labor misional como por las huellas que dejó a su paso. No sólo recorrió gran parte de Perú de entonces, sino también otros cinco países de América del Sur. En nuestro país, dejó una profunda huella misionera en el noroeste Argentino.


    Ordenado sacerdote a los 20 años, desarrolla sus primeros 20 años de sacerdote en España. A los 40 años, entusiasmado por las experiencias que escucha de otros hermanos de hábito, solicita pasar a América para desarrollar aquí su actividad apostólica. Anteriormente había solicitado ser enviado a Africa, pero su pedido no había sido aceptado.


    Ya en América, es destinado a la región del Tucumán (actual noroeste argentino). Por más de 14 años recorrió el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina, siempre a pie, como misionero y doctrinero, convirtiendo innumerables indígenas y también muchísimos colonos españoles. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso.


    La labor de los misioneros en el territorio americano era ardua. No sólo por las dificultades del terreno, en un país cruzado por montes y ríos y en su mayor parte deshabitado, sino que había que vencer la resistencia de los naturales, recelosos siempre de los españoles, de quienes habían recibido y recibían muchos abusos y malos tratos, sino, además, romper con las dificultades de la lengua (sólo en el Tucumán se hablaban más de 20 lenguas). Su caridad y mansedumbre y la pobreza de su hábito le ganó el corazón de los naturales de la región, a los que catequizaba e impartía los sacramentos. Tan pronto predicaba como hacía de enfermero, ayudaba en el campo o hacía de albañil. En la mayoría de los lugares donde estuvo cuentan de él hechos portentosos, como sacar con su bastón agua de donde no la había, amansar a un toro bravo que terminó por arrodillarse y lamerle las manos, echar de un trigal a una plaga de langostas, cruzar sobre su manto el caudaloso río Hondo, ensanchar una viga que no era lo suficientemente larga, resucitar a un niño indio, tener la ropa seca después de un fuerte aguacero o predicar al mismo tiempo a miembros de distintas tribus usando un lenguaje que todos entendían. Se aplicó al estudio de su lengua y Dios ayudó sus esfuerzos. Aprendió varias de ellas pronto y muy bien, de suerte que los indios lo consideraban un hechicero por su perfecto dominio de los distintos dialectos. Se cuenta que aprendió a hablar el toconoté en 15 días. Tenía también una hermosa voz y sabía tocar muy bien el rabel (un instrumento con dos cuerdas, semajante al violín) y la guitarra. Y en los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones.


    En Argentina, Santiago del Estero, la desaparecida Esteco, la Rioja y Córdoba fueron el teatro de su labor evangelizadora. En todos estos lugares dejó las huellas de su paso y testimonios evidentes de su santidad. En Talavera (Esteco) y la Nueva Rioja, se conservan sendas fuentes en las que según la tradición, brotó el agua al conjuro de la voz de Solano.


    Luego de esto, es llamado al Perú para hacerse cargo de la Recolección franciscana (Convento de los Descalzos), que acababa de fundarse a las afueras de la ciudad de Lima, cargo que acepta sólo por obediencia, puesto que “su vida era misión” y el cargo para el que lo solicitaban no le permitiría seguir desarrollando la actividad misionera tal y como lo había hecho los últimos años. En Perú dedicándose de lleno a la oración y a la penitencia, de modo que sus claustros quedan impregnados de sus excelsas virtudes.


    Su vida penitente, sus trabajos y privaciones lo habían desgastado considerablemente, y por ello en 1610 se le traslada a la enfermería del convento de San Francisco de Lima, donde tras una breve enfermedad, muere el 14 de julio. Su entierro fue monumental, asistiendo toda la ciudad, desde el virrey y el arzobispo hasta los más humildes, todos con la misma idea de haber asistido al entierro de un santo.


    El mismo año de su muerte comenzaron las informaciones sobre su vida y virtudes, las cuales dieron por resultado que el Papa Clemente X lo beatificara en 1675 y Benedicto XIII lo proclamase santo en 1726.


    Francisco Solano es patrono de los terremotos, de la Unión de Misioneros Franciscanos y del folklore argentino. También es patrono de Montilla y de numerosas ciudades americanas como Lima, La Habana, Panamá, Cartagena de Indias, La Plata, Ayacucho y Santiago de Chile, entre otras. El día de su muerte, figura en los almanaques de Argentina como “Día del Misionero”.

    10.1

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    10.1.1 5. El Octubre Misionero

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    El mes de Octubre, la Iglesia Católica celebra el Mes de las Misiones, puesto que fue en este mes, que se descubrió el continente Americano, abriendo así una nueva página en la historia de la Evangelización.

     

    El penúltimo domingo de Octubre, proclamado  "Jornada Mundial de las Misiones"  constituye el punto culminante. En algunos países, como por ejemplo en la República Argentina, por coincidir este domingo con el Día de la Madre, esta Jornada se anticipa para el 2º domingo. Esta Jornada se celebra en todas las Iglesias locales como fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal. Este día, los cristianos del mundo entero deben tomar conciencia de su responsabilidad común frente a la evangelización del mundo.  La finalidad fundamental de esta Jornada es dar a conocer la actividad misional de la Iglesia, en su más amplio sentido, tanto evangelizador como de desarrollo y promoción humana. La Jornada Mundial de las Misiones, orientada a sensibilizar sobre el problema misionero, así como a recoger donativos, es una cita importante en la vida de la Iglesia, porque enseña cómo se ha de dar: en la celebración eucarística, esto es, como ofrenda a Dios, y para todas las misiones del mundo 50.

     

    El Papa Pío XI fue el gran impulsor del Domund. Electo Papa en 1922, toma un gran cariño a las Misiones, demostrado en la Fiesta de Pentecostés de ese mismo año cuando interrumpió su Homilía, despertando un silencio azaroso; tomó su solideo blanco y lo hizo circular entre los Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Fieles en la Basílica de San Pedro de Roma, haciéndose así el mismo recaudador de una colecta en favor de las misiones. A pedido de los miembros de las OMP, Pío XI el 14 de abril de 1926 instituyó la JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES. Ese día debía ser celebrado en toda la Iglesia católica del mundo, el penúltimo domingo de octubre. (Recordemos que el último domingo era la recién creada Fiesta de Cristo Rey) Así se vinculaba la obra de las misiones con el Reinado de Cristo. Nació así la "Jornada Mundial de las Misiones", que más tarde recibió el nombre oficial de "Domingo Mundial de las Misiones", popularizada con el nombre de "DOMUND". 


    Para este mes y, en especial para la DOMUND, se proponen cinco grandes objetivos 

    1-Oración ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo. 

    2-Hacer comprender a todos los fieles el formidable problema misionero. 

    3-Estimular  el fervor misionero de los sacerdotes  y de los fieles. 

    4-Dar a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe. 

    5-Solicitar la ayuda económica en favor de las Misiones. 


     Para que el mes de octubre ofrezca a los cristianos la ocasión de dar una dimensión universal a su colaboración misionera, se invita a los Obispos a que pidan a los responsables de las obras católicas y a los fieles que renuncien a las colectas de carácter particular durante este período. Por ello, en todas las parroquias se realiza este día la colecta DOMUND. Los fondos recaudados con ocasión del Domund en todo el mundo, son distribuidos a cuantos misioneros y diócesis situadas en territorios de misión los solicitan. El envío del dinero se realiza directamente desde el país que lo ha recaudado, y la distribución se produce de forma equitativa mediante la aprobación de las ayudas a través de un Consejo Superior de las Obras Misionales Pontificias formado por los Directores Nacionales de todos los países en los que esta Institución está implantada. A pesar del gran esfuerzo económico, las solicitudes de ayuda siguen siendo muy numerosas y cualquier apoyo es poco. 


    Cada año, el Papa elabora un mensaje especial para la Jornada de la Domund, en el cual presenta, en primer lugar, un tema importante sobre la actividad misionera de la Iglesia, y recuerda a los fieles su corresponsabilidad en la misión universal.


    Los Grupos Misioneros, tienen la responsabilidad ineludible de animar misioneramente a sus comunidades de origen, especialmente durante este mes:


    • Organizando encuentros, charlas, jornadas y exposiciones misioneras en sus propias comunidades, en los cuales informen acerca de la vocación misionera, y de las distintas formas en las que se puede cooperar con las misiones.

    • Manteniendo en las Comunidades una cartelera misionera, a través de las cuales se informe de las necesidades de evangelización y las actividades de los misioneros.

    • Dando testimonio ante la comunidad de las experiencias misioneras del Grupo.

    • Organizando actividades especiales como Horas Santas misioneras ante el Ssmo Sacramento, Celebraciones con tinte misionero, Rosarios Misioneros, etc.

    • Fomentando el rezo del Rosario Misionero.

    • Difundiendo materiales y revistas misioneras.

    • Promoviendo la Colecta Misionera.

    • Fomentando e incentivando las vocaciones misioneras que pudieran surgir en la propia comunidad.


    Para organizar mejor la animación misionera durante este mes, se propone un esquema temático para cada una de las cuatro semanas del mes:


    • La primera semana se dedica a intensificar la oración misionera (celebraciones paralitúrgicas, horas santas, rosarios, etc.) 

    • La segunda semana (que termina con la fecha del "Domund") se concreta en la caridad (propaganda activa, organización de la colecta por medio de sobres, de huchas, de mesas petitorias, etc.) 

    • La tercera semana se promueve de manera especial el sacrificio y el dolor por las Misiones (labor callada de propaganda, penitencias voluntarias visitas a enfermos para invitarlos a ofrecer sus dolores por la causa misionera, etc.)


    La cuarta semana se destina a promover la acción de gracias por la fe recibida y como digna respuesta, la oración y la acción práctica por el fomento de nuevas vocaciones misioneras, salidas de la propia comunidad eclesial.


    10.1.2 6.- María, la Reina de las Misiones

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    El título de María Reina de las Misiones

    El título de Reina se le da a María Santísima desde los primeros siglos como indicación de su preeminencia y poder que los recibe de aquel que es el Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. A partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina (Juan Pablo II, en la Audiencia General del 23 de julio de 1997). En las Letanías Laurentanas (cuyo origen se suele situar hacia el año 1500 en el santuario Loreto) se ve asociado el título de Reina a otros secundarios como Reina de los Angeles, de los Profetas, de los Apóstoles, etc.

     

    Como el vocablo “misiones” no es utilizado con el significado actual sino hasta después del siglo XVI, evidentemente no encontraremos el título “Reina de las Misiones” aplicado a María en los primeros tiempos de la Iglesia. Sin embargo, sí encontramos desde los primeros siglos el título “Reina de los Apóstoles” (no olvidar que hasta después del siglo XVI, el término “apóstol”, aparte de designar a los Doce, era utilizado entre otros, en el sentido que hoy damos al término “misionero”) que sería como decir hoy “Reina de los misioneros”.

     

    El título “Reina de las Misiones” parece originarse en un momento muy posterior a esta fecha, recién en la primera mitad del siglo XX. En España, los Misioneros Vicencianos, editaron durante los años 1935 y 1956, una revista llamada "Reina de las Misiones", lo cual prueba que ya en la década de 1930, se adjudicaba a María este título. Sin embargo, su incorporación al vocabulario magisterial es posterior. Tal es así que en las invocaciones finales a la virgen en los documentos misioneros modernos del siglo XX escritos por Benedicto XV (Maximum Illud, 1919), Pío XI (Rerum Ecclesiae, 1926) y Pío XII (Fidei Donum, 1957) se la menciona como “Reina de los Apóstoles”. Recién en la Exhortación Princeps Pastorum (Juan XXIII, 1959), se la invoca como “Reina de las Misiones”. (Portada: Junio 1956)

     

     

    La Imagen

    1830 es un año clave: tiene lugar en París la primera aparición moderna de la Virgen Santísima. Comienza lo que Pío XII llamó la "era de María", una etapa de repetidas visitaciones celestiales que se han sucedido hasta nuestros días (La Salette, Lourdes, Fátima...).

     

    La tarde el 27 de Noviembre de 1830, estaba Sor Catalina Labouré, hermana Vicentina, haciendo su meditación en la capilla del Convento de las Hijas de la Caridad en París, cuando se le apareció la Virgen María (esta fue la segunda aparición a la futura santa, a quien se le había aparecido cuatro meses antes). Ella misma relata la aparición con estas palabras:

     

    "Era el 27 de noviembre de 1830, que caía el sábado anterior el primer domingo de Adviento. Yo tenía la convicción de que vería de nuevo a la SS. Virgen y que la vería "más hermosa que nunca"; yo vivía con esta esperanza. A las cinco y media de la tarde, algunos minutos después del primer punto de la meditación, durante el gran silencio, me pareció escuchar ruido del lado de la tribuna, cerca del cuadro de San José, como el roce de un vestido de seda.

     

    Habiendo mirado hacia ese costado, vi a la SS. Virgen a la altura del cuadro de San José. La SS. Virgen estaba de pie, era de estatura mediana; tenía un vestido cerrado de seda aurora, hecho según se dice "a la virgen", mangas lisas; un velo blanco le cubría la cabeza y le caía por ambos lados hasta sus pies; debajo del velo vi sus cabellos lisos, divididos por la mitad, ligeramente apoyado sobre sus cabellos tenía un encaje de tres centímetros, sin fruncido, su cara estaba bastante descubierta. Sus pies se apoyaban sobre la mitad de un globo blanco o al menos no me pareció sino la mitad, tenía también bajo sus pies una serpiente de color verdoso con manchas amarillentas. Con sus manos sostenía un globo de oro, con una pequeña cruz encima, que representaba al mundo; sus manos estaban a la altura del pecho, de manera elegante; sus ojos miraban hacia el Cielo. Su aspecto era extraordinariamente hermoso, no lo podría describir.

     

    De pronto ví anillos en sus dedos, tres en cada dedo; el más grande cerca de la mano, uno de mediano tamaño en el medio y uno más pequeño en la extremidad y cada uno estaba recubierto de piedras preciosas de tamaño proporcionado. Rayos de luz, unos más hermosos que otros salían de las piedras preciosas; las piedras más grandes emitían rayos más amplios, las pequeñas, más pequeños; los rayos iban siempre prologándose de tal forma que toda la parte baja estaba cubierta por ellos y yo no veía más sus pies." (el relato continúa, pero es esta primera parte de la aparición la que nos interesa destacar)

     

    Luego, el globo de sus manos desapareció, la Virgen bajó los brazos y luego la mirada y habló a Sor Catalina, mandándole que haga acuñar una medalla haciendo referencia a su Inmaculada Concepción, que se conocería más tarde popularmente con el nombre de Medalla Milagrosa. Sor Catalina acaba su relato con esta exclamación: “¡Oh que hermoso será escuchar decir: María es la Reina del Universo y particularmente de Francia! Los niños gritarán: María es la Reina de cada persona en particular”.

     

    Pocos días después, en diciembre de 1830, la Santísima Virgen visita a Catalina por tercera y última vez, Con el mismo vestido color de aurora y el mismo velo, la Virgen María se hacer ver, sosteniendo nuevamente un globo de oro, rematado por una pequeña cruz. De los mismos anillos, adornado de piedras preciosas irradiaba, con intensidades diversas, la misma luz. Al narrar esta tercera aparición, Catalina comenta "Es imposible expresar lo que sentí y todo cuanto comprendí en el momento en que la Santísima Virgen ofrecía el Globo a Nuestro Señor”.

     

    Si bien en la Medalla que se acuñó a partir de estas apariciones, la Virgen aparece con los brazos extendidos hacia abajo, Santa Catalina expresó en varias oportunidades la mayor significación de la imagen de la virgen con el mundo en sus manos, que recién consigue que se autorice su confección en el ocaso de su vida (Catalina muere en 1876). Esta imagen de la Virgen con el globo en sus manos, que actualmente se emplaza en el lugar de las apariciones y debajo de la cual reposa el cuerpo de Santa Catalina, se conocería popularmente como la “Virgen del globo”, y se la ha llamado también Reina del Universo, Reina del mundo, Reina de la Iglesia, Reina del pueblo... Esto, porque la imagen de Nuestra Señora con el mundo en sus manos, conduce a la idea de un dominio, un poder, un señorío y una autoridad sobrenaturales sobre el mundo. Entrado el siglo XX, la Virgen del Globo fue popularizada por la Sagrada Congregación de la Propagación de la Fe bajo el título de Reina de las Misiones.

     

    A mediados del siglo XX, junto con la aparición del título Reina de las Misiones en documentos pontificios y otros textos misioneros, encontramos también a la imagen de la Virgen del Globo asociada a este título. En Octubre de 1952, con ocasión del Tercer Congreso Nacional Misionero en la ciudad de Monterrey (México), se montó una exposición misional, para la que el arquitecto mexicano Efrén Ordóñez realiza una talla de 2 metros en piedra artificial, de María Reina de las Misiones basada en esta imagen. También en algunas portadas de la revista antes mencionada de los Misioneros Vicencianos de España, se encuentran representaciones de María Reina de las Misiones inspiradas en esta imagen.

     

    Símbología de la imagen de María Reina de las Misiones:

    -María aplastando la cabeza de la serpiente que esta sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás. La antigüedad pagana representaba al vencido bajo los pies del vencedor y el Antiguo Testamento hace pasar a los vencedores sobre las cabezas de los vencidos. Todo ello nos recuerda las palabras del protoevangelio: «Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer. Y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza» (Gén 3,15). Desde muy antiguo se ha interpretado en este sentido este texto de María y Pío IX lo aplica a María en el misterio de su Inmaculada Concepción.

    -El color de su vestuario y las doce estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol.

    -El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.

    -Sus manos con anillos, transmitiendo rayos de gracia (si bien muchas representaciones modernas no incluyen estos signos): señal de su misión de madre y mediadora de las gracias que derrama sobre el mundo y a quienes pidan.

    -El globo bajo sus pies: Reina del cielos y tierra. Es el globo terrestre y simboliza la universalidad del reinado de María, que se extiende en todo el ámbito del reino de Cristo, reino de amor, de bondad y de bendición, y tierno y delicado como el de una madre, que no tiene límites ni en el tiempo ni en el espacio.

     

     

    La Fiesta

    No existe una fiesta litúrgica dedicada a María Reina de las Misiones. Sin embargo, existen constancias de que en España se celebraba ya en 1947 la fiesta de María Reina de las Misiones el 31 de Mayo. Este día tiene un significado especial: Es la fiesta litúrgica de la Visitación de María, donde se la Virgen realiza su primer “peregrinar misionero” saliendo de su tierra de Nazareth, para ir al encuentro de su prima Isabel, y “lleva a Jesucristo” en su seno, para darlo a conocer a su prima. De esta manera, María se convierte en la primera misionera en llevar a Jesucristo a los demás.


    Originalmente, la fiesta de María Reina se celebraba en esa fecha: En el año 1951, Pío XII escribe la constitución apostólica “Ad Coeli Reginam” sobre la realeza de María, en la cual instituye la fiesta de María Reina, fijada para el día 31 de Mayo, que posteriormente sería trasladada al 22 de agosto. Posteriormente, en la reforma del calendario romano de 1969, la fiesta de la Realeza de María fue trasladada al 22 de agosto, octava de la Asunción



    7.- Guión para la Ceremonia del Primer Compromiso


    Esta Ceremonia puede realizarse durante la Misa, en el momento previo al Ofertorio, o después de la Comunión. El Celebrante invitará a los que van a hacer su Primer Compromiso Misionero, a pasar frente al altar. Los presentará a la comunidad, explicando el significado del compromiso que van a asumir. Luego, procederá como se indica a continuación:


    Celebrante: Queridos hermanos: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?


    Misioneros: Sí. Haremos nuestro Primer Compromiso Misionero.


    Celebrante: ¿Y saben lo que ese Primer Compromiso significa?


    Misioneros: Nos comprometeremos a conocer la Vocación Misionera viviendo en comunidad el mandato de Jesucristo.


    Celebrante: De esta manera, siendo dóciles al Espíritu Santo, escucharán la voz de Dios que los llama a ser testigos de Jesucristo, anunciando la Buena Noticia a toda la creación.


    Respondan ahora: ¿Están dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios y de su Plan de Salvación?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a conocer la Vocación Misionera a la que Jesucristo los invita de una manera especial?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a dejarse guiar por el Espíritu Santo para descubrir el Plan que Dios tiene para cada uno de ustedes?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a dar testimonio de Jesucristo en todas partes y en todo momento, a pesar de las dificultades que se presenten en el camino?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos cristianos que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo. Dales fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera que vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


    Celebrante: (imponiendo las manos sobre los Rosarios Misioneros) Bendice Señor estos Rosarios Misioneros, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que quieren ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


    Celebrante: (dirigiéndose a los que se comprometen) Reciban el Rosario Misionero como signo del compromiso que acaban de asumir.


    El Celebrante irá imponiendo los Rosarios Misioneros uno a uno a los que hacen su Primer Compromiso. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.



    8.- Guión para la Ceremonia del Compromiso Misionero


    Esta Ceremonia puede realizarse durante la Misa, en el momento previo al Ofertorio, o después de la Comunión. El Celebrante invitará a los que van a hacer su Compromiso Misionero, a pasar frente al altar. Los presentará a la comunidad, explicando el significado del compromiso que van a asumir. Luego, procederá como se indica a continuación:


    Celebrante: Queridos hermanos: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?


    Misioneros: Sí. Haremos nuestro Compromiso Misionero.


    Celebrante: ¿Y saben lo que ese Compromiso Misionero significa?

    Misioneros: Nos comprometeremos a ser testigos de Jesucristo anunciando su Evangelio a todos los hombres.


    Celebrante: De esta manera, obedientes al mandato de Jesucristo, y dóciles al Espíritu Santo51, se comprometerán con la misión universal de la Iglesia "realizando el encargo de predicar el Evangelio e implantar la Iglesia entre los pueblos que todavía no creen en Cristo"52, o que "habiendo sido bautizados, han perdido la fe"53.


    Respondan ahora: ¿Están dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios y de su Plan de Salvación, "nutriéndose con las palabras de la fe y la buena doctrina contenidas en la Sagrada Escritura"54 y siendo "hombres de oración"55?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a profundizar en el conocimiento de la Vocación Misionera a la que Jesucristo los ha llamado y a la que hoy se están comprometiendo?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos



    Celebrante: ¿Están dispuestos a dar testimonio de Jesucristo56 y a anunciar su Evangelio57 en todas partes y en todo momento, a pesar de las dificultades que se presenten en el camino?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos jóvenes que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo. Dales fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera que vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


    Celebrante: (imponiendo las manos sobre las Cruces Misioneras) Bendice Señor estas Cruces Misioneras, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que quieren ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


    Celebrante: (dirigiéndose a los que se comprometen) Reciban la Cruz Misionera como signo del compromiso que acaban de asumir.


    El Celebrante irá imponiendo las Cruces, uno a uno a los que hacen su Compromiso Misionero. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.


    9.- Guión para la Ceremonia de ambos Compromisos


    Esta Ceremonia puede realizarse durante la Misa, en el momento previo al Ofertorio, o después de la Comunión.


    El Celebrante invitará a los jóvenes que van a hacer su Compromiso, a pasar frente al altar, quienes se ubicarán, por un lado los que realizan su Primer Compromiso, y por otro lado, los que realizarán el Compromiso Misionero. Los presentará a la comunidad, explicando el significado del compromiso que van a asumir. Luego, procederá como se indica a continuación:


    a) Dirigiéndose a los que van a realizar el Primer Compromiso:


    Celebrante: Queridos Jóvenes: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?


    Misioneros: Sí. Haremos nuestro Primer Compromiso Misionero.


    Celebrante: ¿Y saben lo que ese Primer Compromiso significa?


    Misioneros: Nos comprometeremos a conocer la Vocación Misionera viviendo en comunidad el mandato de Jesucristo.


    Celebrante: De esta manera, siendo dóciles al Espíritu Santo, escucharán la voz de Dios que los llama a ser testigos de Jesucristo, anunciando la Buena Noticia a toda la creación.


    Respondan ahora: ¿Están dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios y de su Plan de Salvación?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a conocer la Vocación Misionera a la que Jesucristo los invita de una manera especial?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a dejarse guiar por el Espíritu Santo para descubrir el Plan que Dios tiene para cada uno de ustedes?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a dar testimonio de Jesucristo en todas partes y en todo momento, a pesar de las dificultades que se presenten en el camino?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos



    b) Dirigiéndose a los que van a realizar el Compromiso Misionero:


    Celebrante: Y ustedes: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?


    Misioneros: Sí. Haremos nuestro Compromiso Misionero.


    Celebrante: ¿Y saben lo que ese Compromiso Misionero significa?


    Misioneros: Nos comprometeremos a ser testigos de Jesucristo anunciando su Evangelio a todos los hombres.


    Celebrante: De esta manera, obedientes al mandato de Jesucristo, y dóciles al Espíritu Santo, se comprometerán con la misión universal de la Iglesia "realizando el encargo de predicar el Evangelio e implantar la Iglesia entre los pueblos que todavía no creen en Cristo", o que "habiendo sido bautizados, han perdido la fe".


    Respondan ahora: ¿Están dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios y de su Plan de Salvación, "nutriéndose con las palabras de la fe y la buena doctrina contenidas en la Sagrada Escritura"y siendo "hombres de oración"?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    Celebrante: ¿Están dispuestos a profundizar en el conocimiento de la Vocación Misionera a la que Jesucristo los ha llamado y a la que hoy se están comprometiendo?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos



    Celebrante: ¿Están dispuestos a dar testimonio de Jesucristo y a anunciar su Evangelio en todas partes y en todo momento, a pesar de las dificultades que se presenten en el camino?


    Misioneros: Sí, estamos dispuestos


    c) Dirigiéndose a todos


    Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos jóvenes que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo. Dales fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera que vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    c) Bendición de los Rosarios y Cruces Misioneras


    Celebrante: (imponiendo las manos sobre los Rosarios y Cruces Misioneras) Bendice Señor estos Rosarios y Cruces Misioneras, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que quieren ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


    (a los jóvenes) Reciban estos Rosarios y Cruces Misioneras como signos del compromiso que acaban de asumir.


    El Celebrante irá imponiendo a los jóvenes: los Rosarios a los que realizan Primer Compromiso y las Cruces a los del Compromiso Misionero. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.


    10.- Guión para la Ceremonia del Envío Misionero


    Esta Ceremonia puede realizarse durante la Misa, en el momento previo al Ofertorio, o después de la Comunión. El Celebrante invitará a los que van a ser enviados, a pasar frente al altar. Luego se procederá como se indica a continuación:


    Guía: Queridos hermanos: La nueva evangelización apunta a despertar un nuevo fervor misionero en una Iglesia cada vez más arraigada en la fuerza y el poder perenne de Pentecostés. Por el bautismo, todos hemos sido llamados a trabajar con todas nuestras fuerzas en la misión salvífica de la Iglesia. Hoy algunos son llamados a salir fuera de las fronteras de sus grupos, de sus comunidades, de su parroquia, incluso de su diócesis, y en la entrega y servicio del Evangelio, vivenciar la confianza que Dios tiene en su Iglesia.


    Celebrante: (pidiendo la bendición para los misioneros) Señor Jesús, que quisiste llamar para colaborar en la obra de la extensión de tu Reino a innumerables hijos e hijas de tu Iglesia, para que fueran mensajeros de tu amor entre los hombres y testimonio vivo de tu caridad:


    • Concede a estos misioneros tuyos que hoy se disponen a partir para anunciar tu Buena Noticia “más allá de las fronteras”, la gracia de ser apóstoles incansables al servicio de tu Reino.

    • Fortalece su fe, para que puedan dar testimonio de tu amor, especialmente ante los que no creen en Ti.

    • Robustece su esperanza, para que sepan contagiar alegría.

    • Enciende su caridad, para que puedan consolar a los que sufren y ayudarles eficazmente.

    • Concédeles tu Santo Espíritu y hazlos dóciles a sus inspiraciones, para que, abandonando sus seguridades personales, sepan salir al encuentro de los que están alejados de Ti.


    (A continuación bendice las cruces misioneras diciendo:)


    Señor y Dios nuestro, tu que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, bendice (+) estas cruces que serán entregadas a estos hijos tuyos a los que llamaste a colaborar contigo en el anuncio de la Buena Noticia a todos los hombres. Por Jesucristo Nuestro Señor.


    Todos: Amén

     
    Los misioneros pasan al frente y el Celebrante les impone la cruz misionera. Vueltos a su lugar, todos dicen la siguiente oración:



    Misioneros: Jesucristo: Te entrego mis manos a Ti Señor, para trabajar con amor; te entrego mis pies, para seguir tu camino con decisión. Te entrego mis ojos, para ver las necesidades del mundo. Te entrego mi lengua para hablar, tus palabras de caridad. Mi alma es tuya, habítala, que allí crezca siempre tu amor; en confianza y fe en Ti, vive y ora siempre en mí. Amén

    1 Mc., 3,13; Cfr. Mt., 10,1-42

    2 Decreto Conciliar “Ad Gentes” sobre la actividad misionera de la Iglesia, artículo 5. En adelante AG; Cfr. Jn., 20,21

    3 Carta Encíclica de Juan Pablo II “Redemptoris Missio” sobre la permanente validez del mandato misionero, artículo 22. En adelante RMi.; Cfr. Mt 28, 18-20; cfr Mc 16, 15-18; Lc 24, 46-49; Jn 20, 21-23

    4 AG5

    5 AG 2

    6 Exhortación Apostólica Post Sinodal de Pablo VI “Evangelii Nuntiandi” acerca de la Evangelización del mundo contemporáneo, art. 14. En adelante EN

    7 Cfr. RMi 33

    8 AG6

    9 RMi1

    10 Cooperatio Misionalis, Instrucción de la Congregación para la evangelización de los pueblos sobre la cooperación misionera, art. 10. En adelante CM.

    11 Mc 16,15

    12 RMi 72

    13 EN 14

    14 Cfr RMi 77

    15 Cfr RMi 78

    16 Cfr RMi 81

    17 Cfr RMi 83

    18 He 4,32

    19 Decreto del Concilio Vaticano II “Apostolicam Actuositatem”, sobre el apostolado de los laicos, art. 24. En adelante AA

    20 AG 26

    21 AG 26

    22 AG 26

    23 AA 29

    24 AG 26

    25 AG 25

    26 AG 26

    27 AA 29

    28 AA 29

    29 AG 15

    30 RMi 33

    31 RMi 49

    32 RMi 53

    33 EN 60

    34 EN 63

    35 Cfr RMi 53

    36 Documento de la IV Conferencia Plenaria del Consejo Episcopal Latinoamericano reunida en Santo Domingo, conclusiones, art. 230. En adelante SD

    37 RMi 52

    38 RMi 54

    39 AG 15

    40 Rmi 21

    41 Rmi 87

    42 AG 24

    43 RMi 87

    44 RM 88

    45 Rmi 89

    46 Exhortación Apostólica Post Sinodal de Juan Pablo II “Christifideles Laici”, art. 17. En adelante CL

    47 Rmi 90

    48 RMi 42

    49 EN 82

    50 RMi 81

    51 cfr RM 87

    52 cfr. AG 6

    53 cfr. RM 33

    54 cfr. AG 26

    55 cfr. AG 25

    56 cfr. RM 42-43

    57 cfr. RM 44-45

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